DENUNCIAS Y ANUNCIOS A PARTIR DE LA MÚSICA Y LA DANZA, PROLONGACIÓN DE UN RECUENTO I Por: Pablo A. Beque Párraga

En dos entregas pasadas nos referimos a la territorialidad de las resistencias y re-existencias que se está dando no solo en nuestro continente, sino, a una escala mundial, entre múltiples tensiones y crisis que la pandemia a acelerado y hecho más manifiesto desde encarnizadas luchas por el control hegemónico por aparatos estatales, fascismos y racismos revestidos en pos de una mejor democratización, brote de “argumentaciones” machistas a favor de un orden patriarcal o mejor dicho en desmedro y descalificación de las luchas y logros alcanzados por la mujeres; a lo mencionado se acompaña una gradual pero contundente crisis económica y sistemas de salud precarizados y sobresaturados debido al coronavirus. 

Presas del miedo por un escenario lleno de incertidumbres, las resistencias y re-existencias que se dan en varios países, territorios y contextos han sido el catalizador para no dejarse morir, anular, invisibilizar, someter, reprimir, no dejarse despojar de la dignidad y ello se lo hace desde la alegría, la felicidad, la comunidad, la restitución de vínculos sociales que en esta prolongación del recuento se lo hizo por medio de la música y la danza en un festival entiende, en su organización misma, que la dignidad es la semilla para criar sociedades menos antropocéntricas y más justas.

Ello nos invita asumir corresponsabilidad y cuidado compartido, quebrar las subjetivaciones de individualización fomentadas por la acumulación y consumismo capitalista. Si asumir corresponsabilidad es entender participación, roles, tareas en diferentes niveles de decisión para lograr un bien común, hay, por otra parte, sujetos que lejos de buscar ese bien común han perseguido ambiciones personales llevando a situaciones de crisis a su sociedad. Se hace necesario y justo identificar a los responsables de esas injusticias y robos cometidos, de ello nos hablan nuestrxs compañerxs del Parque Cultural Tiuna el Fuerte desde Venezuela en voz de cantante de trap y rap Young Regal.

Se cree que la esclavitud es ya un practica abolida, sin embargo, en pleno siglo XXI es una de las problemáticas que resuena con mucho dolor, las diferentes instituciones, estados y organismos internacionales no han dado una solución definitiva a este fenómeno que se muestra en las condiciones de trabajo forzado o explotación sexual o ínfimamente remunerados en casos como la minería o agricultura. Las raíces africanas de nuestro continente recuerdan con mayor detalle y vívidamente esa condición de esclavitud de larga duración desde los tiempos de la colonia.

La zafra en Cuba fue un lugar donde los negros y negras, traídos desde África, recibieron tratos infrahumanos, su anhelo de liberarse de su esclavizador, del látigo, del cepo y del perro de caza queda como una de las luchas más dignas de recordar. Nos hacen recuerdo de ello proyecto sociocultural Comunitario Maravillas de la Infancia que a través de talleres, encuentros, actividades culturales y deportivas abordan temas de la memoria cubana.

Continuando con la memoria, con las raíces negras de América, proseguimos esta rememoración de la participación, en el “Festival por la Dignidad de los Pueblos”, de Haití. Al igual que Cuba forman parte de la región del Caribe. Desde la ciudad Jacmel, Cerf Volant, una organización de jóvenes que trabajan en la formación política manifestada en expresiones estéticas como la danza el teatro y la poesía como herramientas para hacer valer sus derechos.

Desde el Brasil, El Coletivo Terreiro Cultural de Caetanos de Cima desde el 2014 promueve eventos culturales y articula acciones intergeneracionales en defensa del territorio, el combate contra el racismo, machismo, homofobia y otras violencias y violaciones de derechos de Madre Tierra manifestados en un turismo depredador en su territorio.

Nos queda referirnos al trabajo de Machita Mujer Caporal, Perú, agrupación de danza fundada por Andrea Chuiman en diciembre del 2019. Andrea nos cuenta que es un grupo conformado por 9 mujeres peruanas unidas bajo el objetivo de difundir y enseñar el personaje de la Machita Caporal como una herramienta de empoderamiento y desarrollo para niñas y mujeres en estado de vulnerabilidad alrededor del mundo. Su trabajo, baile y performance se basa en este personaje folclórico al cual consideran importante y necesaria de reinventar y reivindicar en una sociedad machista. El descontento de la mujer por ser encasillada dentro del arte y la vida en papeles secundarios, sumisos, frágiles donde no pueden ni deben exteriorizar su voz. La Macha Caporal permite que encuentren y recuperen el poder de sus cuerpos, de sus mentes y corazones, detallada Andrea en una breve descripción de su trabajo.