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SABER CRIAR LA VIDA Y SABER CURARLA

Por: Eliana Quiñones - Comunidad de Mujeres Libertarias Imillas

Para la cosmovisión andina el mundo es una totalidad viva, personas, animales, plantas, cerros, montañas, etc. tienen alma y son hermanos y hermanas que se interrelacionan entre sí con respeto y cariño para criarse. No se comprende las partes separadas del todo, cualquier evento se entiende inmerso dentro de los demás y donde cada elemento de la naturaleza refleja el todo.

Para los andinos la armonía en el mundo se cría, “en la permanente relación de equilibrio entre el runa, la naturaleza y las deidades”(1), desde muy pequeños los andinos aprenden a criar la vida y a dejarse criar por esta, se cría la papa, la haba, a los animales, a los niños, todos se alimentan unos con otros y también se alimenta a las montañas a los apus y achachilas a través de los rituales, la cultura andina es una cultura de la crianza, en la que todos facilitan la vida del otro.

De la misma manera para la cosmovisión andina la salud es un estado global comprende lo físico y psicológico y su relación con el entorno social y natural, es una analogía entre el cuerpo y la tierra, los animales, la comunidad y el respeto de las costumbres.

La enfermedad no es un hecho aislado e individual tiene que ver con alguna alteración en las relaciones con la naturaleza y uno mismo. El origen de la enfermedad no se busca únicamente en el organismo del paciente, sino también en el conjunto de sus relaciones con el trabajo, la familia y las actividades cotidianas. La buena salud está en el equilibrio entre el hombre y su entorno.

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Medicina tradicional andina

Para los kallawayas el hombre se compone de tres Montaña, el equilibrio vital y armónico está en el elementos vitales: el athum ajayo (el alma, que es el respeto y en la crianza de la tierra. Criar es proteger, espíritu o el soplo de la pachamama, que transmite al ser acaparar, cuidar, dar de lactar, ayudar, sintonizarce, las facultades del pensamiento, de la sensibilidad, del acompañar, encariñar, mimar, aconsejar, etc a otra movimiento); el Juchchui ajayo que es el cuerpo astral o persona de modo que la vida de esta se regenere anímico; y el cuerpo material donde se hallan encarnados saludablemente, en la medida que dejamos de ser ambos ajayos. Estas sobrevienen a la muerte para luego transformarse en machulas o achachilas y seguir en la circularidad de la vida, pero no solo los humanos tienen alma si no los animales, las plantas, el agua, los cerros etc, y como estos viven en un mismo mundo conversan entre ellos, se comunican y se relacionan entre sí, si existe una alteración violenta o irrespetuosa entre estos elementos de la misma manera se altera también la vida de cualquiera de ellos.

La salud viene a constituir el fruto de la armonización de toda la comunidad, no puede haber buena salud si algunos de los componentes de la colectividad se encuentra mal, es por eso que se está en una permanente conversación con la pacha para aprender a escucharla.

Tantachawi

PROYECTO TANTACHAWI: LA MÚSICA DE NUESTRAS COMUNIDADES

Por: Wayna Tambo-Red de la Diversidad

El Proyecto Tantachawi fue fundado en la Ciudad de La Paz un 22 de septiembre de 2018 por: Yutaka Aida, Waldo Cachi, Roque N. Mamani, Cristobal Machaca, Boris Bernal, Magda Mamani, Gheraldine Michel, Sonia Mamani, María del Carmen Rojas Mendoza F., Ariel Gutiérrez, Robert Michel, Linda Linares, Nicol. S. Mamani.

La agrupación tiene objetivo principal de:

-       Revalorizar y dinamizar la cultura andina bajo el principio de la complementariedad.

Dentro sus objetivos específicos “Proyecto Tantachawi” proyecta:

-       Desarrollar investigaciones comunitarias de los conocimientos y saberes ancestrales de la cultura anadina en base a la interacción social.

-       Interpretar ritmos y melodías de la pluralidad y diversidad de géneros y estilos musicales de la cultura andina.

-       Preservar, difundir y respetar los elementos complementarios a las interpretaciones musicales tales como: instrumentos, vestimenta, danza y ritualidad.

-       Transmitir y difundir, en trabajo conjunto y coordinación con medios de comunicación masivos, instituciones educativas, organizaciones nacionales e internacionales, la labor desarrollada y los productos generados en los diversos soportes audiovisuales, escritos y digitales.

LAS ACCIONES EFECTIVAS QUE INCOMODAN

Por: Elena Peña y Lillo

Movilizaciones en Tarija

La potencia de la performance se hizo sentir en la necesidad de hablar de ello, incluso con lengua afilada, incluso para preguntar por qué diablos las feminazis (?) se estaban apropiando de las calles de “nuestra tranquila ciudad donde esas cosas no hay”. Por ende, el objetivo se cumplió con creces. Digamos que el “la culpa no fue mía, ni donde estaba, ni cómo vestía: El violador eras tú” es el catalizador urgente de muchas historias que tenemos atoradas en algún lugar de la garganta.

Hace unas dos semanas, Las Tesis, un colectivo feminista chileno, convocó en las calles de Santiago la realización del performance “Un violador en tu camino”. El marco de la misma se desenvuelve en una búsqueda por un lenguaje que pudiera transmitir de manera efectiva y sintética la problemática de la violencia contra la mujer en uno los actos más comunes y generalizados: la violación y la impunidad.

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Movilizacion en Cochabamba

Es difícil no considerar esta protesta callejera fuera del contexto de violencia que atraviesa Chile y que fácilmente halla eco en el sentir de los países latinoamericanos como Ecuador, Bolivia y Haití. Según sus creadoras, “Un violador en tu camino” forma parte de un performance mucho más amplio que debió ser pospuesto dado la convulsión social del país donde “muchas mujeres detenidas en las protestas dejan ver cómo los carabineros y el Estado usan la violencia sexual para sembrar miedo y que las mujeres no se expresen y ejerzan su derecho a protestar”. Así pues, el performance se realiza en un contexto urgente de visibilizar una violencia que acecha en el cotidiano. En Chile, cuando participas de una protesta existe la posibilidad de que te torturen, te desnuden o te violen. Según un informe de Human Rights Watch de las 442 querellas recibidas en los primeros 30 días de protestas en Chile, 71 corresponden a abusos sexuales. Pero sería un error considerar que la violencia y los abusos se dan sólo de la actual coyuntura. La actual escalada de violencia (representada esencialmente por las fuerzas represivas del Estado, aunque no se reduce solo a ellas) no es más que la exacerbación del sistema patriarcal latente dada la conformación de las estructuras elementales de la violencia dentro del Estado como institución inherentemente patriarcal: “La violación juega un papel necesario en la reproducción simbólica del poder y un acto necesario en los ciclos regulares de restauración de ese poder” (Segato).

Por ello mismo, una de las frases más fuertes que se entonan en el himno feminista que se expande como pólvora a lo largo y ancho del mundo, en diversos idiomas y en diferentes adaptaciones es: “El estado opresor es un macho violador”. Tal estrofa no responde, como simplifican algunxs, a un impulso de feminazis deslenguadas y odiadoras (?), sino a una investigación profunda de aquello que sustenta las violaciones en los países latinoamericanos –y, por qué no, en el mundo– y no sólo quedan impunes dentro del sistema judicial, sino que hasta se justifican. El gran logro de la intervención “un violador en tu camino” es llevar las tesis de teóricas feministas a la calle en puestas en escena interpeladoras que no han dejado indiferente ni a viandantes ni a internautas de las redes sociales. La intervención ha sido replicada y reeditada en las más variadas geografías desde Italia hasta Turquía, pasando por México hasta la India. Se la coreó en mapudungo y francés, en italiano y quechua. La hemos visto en nuestras ciudades, primero en La Paz, Tarija, Sucre, Cochabamba y Santa Cruz. He escuchado tararear algunas estrofas en la universidad, así, sin querer, como rola pegajosa. La he visto reeditada en un meme provida, la he leído criticada en comentarios desubicados y, peor todavía, a cuál más misóginos.

La otra semana se verificó quizás por primera vez en estos lares un performance de estas características y frente al Palacio de Justicia un grupo de mujeres y disidentes hicieron escuchar sus voces. Pocos días antes y en esas mismas dependencias Marcelo Ostria recibió una condena de 8 años de privación de libertad por el delito de “agresión seguida de muerte” perpetrado contra Ivana Arroyo. También días antes, el acusado del feminicidio de Dayana Alemán fue absuelto; en ambos casos existen sendas denuncias de parcialización de la justicia e irregularidades. Entonces llama la atención que se considere que las activistas que hacían escuchar sus voces y bailaban gritando y reclamando contra la impunidad para el asesino, solo estuvieran haciendo un show y copiando algo que estaba de moda y que ni siquiera entendían. El año pasado en Tarija se declaró alerta departamental dado el número de feminicidios; en julio de este año, nuevamente, se tenía el mayor índice de feminicidios a nivel nacional junto a Oruro. Por ello solicitamos una vez más acciones urgentes para que no nos maten. Como dato complementario, la fiscalía informó que, a nivel nacional, cada día se reciben 12 denuncias de abuso sexual, 8 de las cuales corresponden a violación. En promedio, cada día.

LOS HAN MATADO!!!

Por: Luly Duran Es un muerto, son dos, son tres, son seis dicen. No… es el Antonio, es el Rudy, es el Pedro, es el Joel, es el Clemente, es el Juan, es el Deyvid… Ellos que ya no estan, que ya no siempre van estar, que ya no siempre van estar, para comerse su...

NILO SORUCO: EL CANTOR DEL PUEBLO (POSIBLEMENTE LA ÚTIMA ENTREVISTA QUE DIO, EL AÑO 2002, ANTES DE PARTIR)

Por: Mario Rodríguez Ibáñez

Era el año 2.002, ese año arrancamos con las emisiones de radio Wayna Tambo. Era una gran emoción tener nuestro medio propio saliendo al aire. Ese mismo año, unos meses después del arranque de radio Wayna Tambo realizamos uno de nuestros famosos y hermosos Festivales del Eterno Invierno Alteño. Esa versión decidimos organizarla y realizarla en el campo ferial de nuestra ciudad, en plena Ceja, fueron 3 días intensos, llenos de actividades con más de 60 espectáculos.

En cada versión de nuestro festival realizábamos homenajes a gente destacada que nos esté dejando un legado cultural que queríamos se quede en nuestras vidas, incorporando esa herencia a nuestro trabajo y de la población alteña. Ese año decidimos homenajear a los Ayllus de Coroma por su defensa de sus textiles, de las almas de ese territorio ancestral. Junto a la delegación de Coroma, también decidimos realizar un homenaje al gran compositor y músico chapaco Nilo Soruco.

Nilo, el cantor del pueblo, ya estaba bastante delicado de salud, llegó unos días a La Paz para una internación y unos estudios médicos, decidimos hacerle una entrevista para proyectarla en pleno homenaje en el festival. Esta entrevista es posiblemente la última que dio Nilo, lo hizo para el festival, para Wayna Tambo, para El Alto. Ya en pleno homenaje, su hija Zemlya nos acompañó en su representación y proyectamos esta emotiva nota que a muchas personas nos arrancó más de una lágrima de profundo sentimiento y de estar aprendiendo un legado de compromiso para siempre. Poco después, el año 2.004, Nilo se fue sin irse…. Aquí recordamos esas sus palabras llenas de sabiduría, disfrútenlo.

Este gran músico popular tarijeño nacido en 1.927 y fallecido el año 2.004, es sin duda uno de los más prolijos compositores y una voz que expresa la música popular y campesina del valle central de Tarija y de las luchas del pueblo boliviano. El gran poeta tarijeño Oscar Alfaro lo incorporó a la militancia comunista tempranamente. Nilo fue maestro de profesión, músico de gusto y militante de convicción.

LA LIBERACION DE LAS WAKAS

Por: Valentina Campos Uywana Wasi

LOS MAS DE 500 AÑOS DE colonización a las mayorías sociales del mundo, sigue ocupando el plano físico más que el mental en nuestra memoria colectiva en general; la invasión de los conquistadores, apropiación de tierras, violación de mujeres, masacres, robo de bienes comunes, destrucción de objetos y ritos religiosos, etc., tiene un peso mayor en nuestro inconsciente que el proceso in-interrumpido de colonización mental aún más anciano.

Primero para poder comprender esto debemos reconocer el hecho de debilitamiento y enfermedad por el que una cultura debe pasar para que la conquista y colonización por parte de otra se den con éxito. La negación del otro no se da fácilmente sin la falta de afirmación de lo común-propio diferente.

La rebelión aislada de este hecho encubre en si el acto colonizador afirmando su dominio y ubicando al conquistado en víctima y esclavo eterno de su empresa.

Nos revelamos de nuestro opresor sin reconocer nuestra enfermedad de debilitamiento de la identidad esencial, lo cual impide nuestra liberación total. Esta falta nos ha empujado al desarraigo cada vez más profundo, y a una cadena de resistencias. Pero a que nos resistimos en realidad?. No será que nos resistimos a ver todo lo que vamos enterrando por esta falsa caminata hacia el progreso?1. Un comentario de Gustavo Esteva* en su texto Resistencia Indígena y Filosofía Gandhiana: entre autonomía e independencia hablando sobre la conexión de las ideas de Gandhi con los zapatistas:

…“ Dice Gandhi, la violencia de los gobernantes, esa violencia de sus militares y paramilitares no nació con ellos, ellos no nacieron violentos, se hicieron violentos; nuestros gobernantes son violentos por su entorno; si pueden ser violentos es porque su entorno los hace violentos. Pero su entorno somos nosotros, el entorno de estos gobernantes violentos que nos están agrediendo y que nos siguen agrediendo cotidianamente de todas las maneras posibles, inclusive con la máxima fuerza física, es posible porque nosotros lo permitimos, porque, los zapatistas siguen esperándonos y todavía no actuamos en consecuencia con su llamado“

Lo físico son los medios por los cuales los colonizadores llegaron a penetrar en las mentes de toda una humanidad, a través de los siglos, por una única posibilidad de salvación para pasar la vida que ocupa ahora el lugar del arte de vivir y morir. Nos hemos quedado en el resentimiento de sus actos por fuerza física pero nos distraemos de RECONOCER los actos que les han sido posibles ejecutar por fuerza mental (religión dominante y percepción OCCIDENTAL progresista de la vida) a las que HOY servimos.

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PRETEXTOS PARA CONVERSAR: GESTIÓN PLAZA

Por: Equipo Wayna Tambo

El otro día, los de la junta Vecinal han llamado a una reunión del barrio y mi mamá me ha dicho que vaya yo, que ella estaba ocupada ese día. He ido a regañadientes, porque esas reuniones aburridas saben ser. He llegado cuando la reunión ya había empezado y estaban contando que la Alcaldía había aprobado en su POA la refacción de la placita del barrio. Mostraron los planos con los cambios en la plaza, una fuente al medio, una canchita con césped sintético, unas jardineras bonitas con rejas altas para cuidar el pasto y las flores y toda la plaza enmallada por seguridad han dicho. Yo he visto y bien nomas estaba…

Cuando parecía que terminaba, una señora que vive frente a la placita ha dicho: “miren lindo parece el plano de la nueva placita, pero lo que me apena es que ahí va mi papá que esta viejito a tomar sol y cuando vienen a visitarme mis familiares los domingos, como mi casa es pequeña y fría, si hay sol nos salimos a la plaza a charlar y compartir, mis hijos también harto juegan ahí de todo, con los vecinitos más y eso me da tranquilidad porque sé que siempre hay más niños en la plaza y entre ellos bien se cuidan, aunque a ratos como todos los niños se pelean también”. Yo le mire medio interesado en lo que estaba diciendo, ella bien para hablar era y terminó diciendo: “la plaza puede quedar muy bonita con jardineras, fuentes y cancha de césped sintético… pero más linda es con la gente que está allí, con los niños, las familias, los abuelitos. Entonces dijo, porque no pensamos mejor en un diseño de la plaza que tenga más espacio abierto para compartir así, para que los niños jueguen de todo y no solo fútbol que además hay que pagar para usar la cancha, que hay asientos para que los abuelitos y las familias se sienten frente a frente conversando y compartiendo, que podamos hasta hacer día de campo en el pasto los domingos”. La gente bien ha conversado con las nuevas ideas, pero han dicho que el tema es la inseguridad y los borrachos, entonces don Evelio, del frente de mi casa, ha dicho que tal vez el problema está en que los vecinos no hacemos actividades en la plaza para cuidarla y habitarle bien, así los borrachos no vendrán a tomarse ahí, ya que van donde la gente no está ocupando el espacio y si hay siempre actividad ahí y los vecinos salen como antes, hasta más seguridad va haber porque desde ahí se puede ver las calles y sentirse más protegidos. Han dicho también que, si entre todos cuidamos el pasto y la basura, no se va arruinar la plaza… En eso estamos entusiasmados con los vecinos, cuando alguien ha preguntado, pero quién se va encargar de garantizar que haya actividades, que nos organizamos para cuidar la plaza, que se vea de que los niños tengan otras opciones de actividades culturales o cualquier otra cosa…

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Trascender la modernidad capitalista para re-existir Reflexiones sobre derechos, democracia y bienestar en el contexto de las nuevas derechas

Por: Miriam Lang, Horacio Machado Aráoz y Mario Rodríguez Ibáñez

 

En la actualidad, varios fenómenos de crisis están vinculados. Nunca antes en la historia tantos gobernantes de extrema derecha habían llegado al gobierno mediante elecciones, en las más diversas partes del planeta. Nunca antes tantos millones de personas habían sido desplazadas de sus lugares de origen, por diferentes factores de expulsión. Nunca antes la sociedad humana enfrentó niveles de desigualdad tan escandalosos, o, para reformularlo con las palabras que propone Rita Segato en este libro, nunca antes el mundo ha tenido tan pocos dueños tan poderosos. Nunca antes las condiciones materiales y ecológicas de la vida misma en nuestro planeta estuvieron expuestas a una destrucción tan acelerada.

Al mismo tiempo, el lucro y la lógica empresarial siguen expandiéndose a todos los campos de la vida social: se convierten en lenguaje de valoración (pretendido) único, en la forma predominante de interacción política, y en el sentido final de la existencia para porciones cada vez más amplias de seres humanos. Conductas y posturas de supremacía racial, sexista o religiosa ganan legitimidad y se expanden en el imaginario social de diversas partes del mundo. Asimismo, el orden global que desde la segunda posguerra había generado cierto optimismo y estabilidad, e incluso algunos ensayos antiimperialistas y de no alineación, el llamado multilateralismo, está siendo socavado por afanes de acumulación que precisan rebasar todo tipo de límites anteriormente vigentes. Es socavado también por ciertos personajes, que se construyen como superhéroes masculinos, sobrehumanos, capaces de resolver problemas excepcionales con medidas excepcionales, por encima de toda regla, como Donald Trump, en EE.UU.; Viktor Orbán, en Hungría; Rodrigo Duterte, en Filipinas; Narendra Modi, en la India, y Jair Bolsonaro, en Brasil.

Ante esta situación angustiante, una reacción muy común de corrientes políticas diversas es defender los ‘valores y logros de la modernidad’, o lo que se cree que queda de ellos, contra el avance de diferentes fenómenos experimentados como ‘barbarismos’: los derechos humanos, la democracia, y el contrato social en torno al bienestar. Defenderlos a que no sean desmantelados por los populistas de derecha, por los neofascismos, por los fundamentalismos religiosos autoritarios o los de mercado –todas aquellas expresiones de “las nuevas caras de la derecha” (Traverso, 2018). Por ejemplo, las centroderechas liberales y conservadoras europeas exigen cerrar y militarizar las fronteras frente a la migración desde África o el Oriente Medio, pues, en su percepción, esta viene a amenazar la democracia, la provisión social y la seguridad, ‘sus’ logros que obtuvieron y tienen ‘por derecho propio’. Pero la necesidad de defender el horizonte de derechos, de la democracia y del bienestar también es un sentimiento ampliamente compartido entre personas que se identifican con la emancipación social o con las izquierdas plurales. Muchos luchan para ‘extender’ los beneficios de la modernidad a todas las poblaciones y geografías, sin enfrentar el hecho de que histórica, política y ecológicamente, estos derechos son en realidad privilegios.

El pensamiento decolonial nos advierte que la barbarie que la modernidad quiso dejar afuera le es, en realidad, inherente y constitutiva de su proyecto civilizatorio. Ya a mediados del siglo pasado, el escritor afrocaribeño Aimé Césaire advertía que la empresa de la modernidad se montó prometiendo la civilización y ejerciendo la colonización; colonizando en nombre de la razón, el derecho y el progreso ([1949] 2006). El paisaje desolador que nos presenta este siglo XXI es el epílogo de la trayectoria histórica del proyecto civilizatorio de la modernidad capitalista; la modernidad que se hizo hegemónica. Quienes asumimos el diagnóstico de que estamos asistiendo a una crisis civilizatoria terminal planteamos que lo que hoy nos embarga –a la especie humana y al planeta– no son algunas fallas o fracasos puntuales de esta modernidad, sino su rotundo éxito. El rasgo fundamental de nuestro tiempo es que asistimos al triunfo aplastante de la modernidad, solo que ese triunfo es una tragedia, pues se ha erigido sobre el avasallamiento sistemático de la vida en sí. Esta crisis civilizatoria es también, y decisivamente, una crisis del pensamiento crítico.

Este diagnóstico –pese a la robustez de las evidencias que lo sustentan– sigue siendo marginal, no tanto en el campo de las ideas, sino más bien en el de la política. Incluso personas, grupos y organizaciones políticas que se identifican con el imaginario de la emancipación social siguen pensándola dentro de los moldes de la modernidad; para amplios sectores de izquierda –en particular, los que disputan el campo de la política institucional– la tarea pasa por restablecer el horizonte de derechos, sostener la democracia y recuperar el (estado de) bienestar, profundamente degradados bajo el neoliberalismo y amenazados por las nuevas derechas.

La envergadura de los desafíos resulta por momentos abrumadora. Estamos en un momento en el que efectivamente se pretende arrasar con todo vestigio de lo que la modernidad ofrecía en términos de promesas emancipatorias. Abandonar ahora la defensa de toda la institucionalidad estructurada en torno al estado de derecho significaría muy probablemente acelerar drásticamente la escalada exterminista. Quienes planteamos que los desafíos emancipatorios nos exigen ir más allá de la modernidad y trascender radicalmente sus presupuestos epistémico-políticos para proyectar otros horizontes civilizatorios no desconocemos estos riesgos. No desconocemos la fragilidad, la vulnerabilidad y el carácter todavía embrionario de las alternativas que vemos germinar desde las re-existencias. Aun así, no nos parece posible imaginar en términos realistas horizontes de futuro para la vida humanamente reconocible como tal, si no encaramos en serio, colectivamente, como especie, estos desafíos. La defensa de las instituciones normativas de la modernidad resulta hoy tan necesaria como insuficiente. De ahí la urgencia de plantear una agenda de trascendencia del imaginario moderno por más difícil que sea concretarla. Estas inquietudes dan lugar a este texto, pensado como apenas un aporte para estas búsquedas.

Luego de recordar brevemente, desde una perspectiva decolonial, las bases epistémicas de la modernidad capitalista y el rol del Estado en el sistema-mundo que esta instauró, enfatizaremos en tres paradigmas que constituyen las bases del imaginario positivo de la modernidad, que vuelve a legitimar una y otra vez el espejismo de ‘desarrollo’ en la experiencia latinoamericana: los derechos, la democracia y el estado de bienestar. Exploraremos sus orígenes, las relaciones de dominación y la violencia que les son inherentes, pero también su evolución al calor de luchas pasadas, y en qué medida o en qué condiciones constituyen hoy herramientas válidas para estrategias contra las nuevas derechas y la crisis multidimensional. Finalmente, esbozaremos algunas pistas para trascender esta modernidad tan problemática, que, sin embargo, pretende validez universal.