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RADIONOVELA «DOMITILA, LA REBELDÍA DE LAS MINERAS BOLIVIANAS»

Por: Wayna Tambo-Red de la Diversidad

Domitila Barrios (Llallagua, Potosí, Bolivia​ 7 de mayo de 1937​ - Cochabamba, Bolivia, 12 de marzo de 2012), fue una destacada líder de Comité de Amas de casa Mineras y del feminismo boliviano. En 1952, como esposa de un trabajador minero, fue parte del Comité de Amas de Casa del Distrito Minero Siglo XX. Ya entonces su liderazgo era evidente, lo que la llevó a ser designada Secretaria General de ese organismo. A principios de 1978, Domitila fue convocada para formar parte del segundo piquete de huelguistas que instaló el sacerdote Luis Espinal en predios del periódico Presencia junto con el sacerdote Xavier Albó para apoyar la huelga de hambre que instalaron previamente cuatro mujeres mineras contra la dictadura; y en poco tiempo, más de 1.500 personas se sumaron a la huelga. Con el pasar de las horas, los huelguistas se multiplicaron por miles, y al régimen militar no le quedó otra opción salvo la de claudicar en favor de la democracia.

Ella fue conocida mundialmente por su participación en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, organizada en México en 1975, porque fue la única mujer de la clase trabajadora que asistió a ese evento. También tuvo difusión mundial su libro: “Si me permite hablar. Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia”, editado por Moema Viezzer y publicado por Siglo XXI de México en 1978, que sintetiza su historia de vida y la lucha de las amas de casa de las minas bolivianas por la democracia y la justicia.

La radionovela “Domitila, la rebeldía de las mineras bolivianas” hace sentir la resistencia de un pueblo que no se doblega y de mujeres que se rebelaron ante el autoritarismo. En sus veinte capítulos esta radionovela nos presenta la vida de la líder minera Domitila Barrios y del Comité́ de Amas de Casa de Siglo XX, luchadoras por la justicia social y política en el contexto de gobiernos dictatoriales.

Con esta producción seguimos fortaleciendo la alianza entre la Fundación Rosa Luxemburg y Radialistas Apasionadas y Apasionados para hacer de la radionovela un lugar de encuentro de voces que traen al presente la memoria viva de luchas fundamentales.

Wayna Tambo - Red de la Diversidad realizó el video que muestra la presentación de la Radionovela en las ciudades de La Paz, Tarija y Cochabamba. Aquí ese emocionante video acompañado de muchas voces históricas de las luchas del pueblo boliviano.

 

MARIO RODRÍGUEZ: CONVERSACIONES SOBRE PROCESOS DE RETERRITORIALIZACIÓN Y COMUNALIZACIÓN EN CONTEXTOS URBANOS (parte 2)

Por:La OLLA sazón pública Segunda y última parte de la entrevista de Miriam Lang, Univerdad Andina Simón Bolívar del Ecuador, con Mario Rodríguez Ibáñez del equipo de Wayna Tambo – Red de la Diversidad sobre los procesos de reterritorialización y comunalización en espacios urbanos. En esta parte de la entrevista se profundiza sobre las redes...

DE LA RESISTENCIA A LA LIBERACIÓN

Por: Valentina Campos Uywana Wasi/Cochabamba

Este orden neo-colonial el cual busca legitimarse asimismo en nombre de la ciencia el Progreso el Desarrollo económico o la globalización, y que nos está continuamente fragmentando de nosotros mismos y de la Naturaleza, de nuestros valores y sentimientos comunitarios. Para poder hacerlo, usa varias herramientas institucionales, de propaganda y control del pensamiento. Antiguamente su herramienta principal era el cristianismo, actualmente las sectas como la evangélica continúan fragmentando comunidades pero la herramienta más efectiva de colonización actual es la escuela, a través de ella y junto a los medios masivos de comunicación, el sistema consigue sustentarse infiltrando en las mentes comunitarias la noción de individuo unido a todas las insatisfacciones que esto conlleva para crear una dependencia e inserción que sustenta la sociedad de consumo capitalista. Irónicamente la cantidad de problemas que la sociedad enfrenta hoy no es por causa de la pobreza ni la falta de educación, ni falta de oportunidades, ni falta de todas esas necesidades modernas impuestas, sino que contrariamente vienen de los escolarizados de la sociedad y su mentalidad fragmentada de ver la vida.

Creemos necesario un espacio para poder exponer y desmantelar la explotación y deshumanización de este sistema global.

La necesidad de espacios que profundicen sobre la raíz de los problemas socio-culturales, ecológicos, económicos y políticos inherentes a la industrialización moderna y la urbanización y reconocer que el continuo desarraigo de las comunidades campesinas hacia la ciudad es un problema común que se sigue perpetuando al negar el papel que ocupa en torno a la situación creciente de consumo de la gente urbana. Creemos que esta conversación debe surgir paralelamente al trabajo de afirmación cultural.

Desafiando las estructuras explotativas y deshumanizantes, tecnologías e instituciones; involucrándonos en un proceso de reflexión y transformación, afirmando y rescatando valores tradicionales-vernáculos como vía de alternativas al Desarrollo.

El obstáculo mayor para el desarrollo hacia el progreso empinado de la sociedad moderna son todas las culturas originarias. Por esto buscan desvalorizarlas, denigrándolas y finalmente consiguiendo el desarraigo “voluntario” de las comunidades. Involucrarnos en un dialogo o conversación profunda es importante para desmantelar las tendencias del común del activismo, mucha gente busca resolver la injusticia, violencia y explotación usando las mismas actitudes, practicas, y herramientas que las condiciones o personas que la generan.

Otra tendencia común que surge en nuestros círculos de activistas, es el posponer toda conversación que apunta o guía hacia esta profundización por la eterna urgencia de la movilización y la resistencia que siempre es, aparentemente, lo más prioritario.

Arte: Valentina Campos

COMUNIDADES URBANAS: PARTE I (Libro Cuaderno de Conversaciones 4)

 Por: Red de la Diversidad Redacción: Mario Rodríguez Ibáñez

1. COMUNIDADES URBANAS: CONVERSACIONES Y APRENDIZAJES La comunidad, lo comunitario está presente en los discursos y las prácticas de cada equipo local de la Red de la Diversidad. Somos parte de dos articulaciones nacionales y continentales: Cultura Viva Comunitaria y el Frente de Resistencia Urbana. Es decir, lo comunitario hace a nuestra propia constitución. También lo hace en cuanto personas. La gente que integra nuestra Red proviene de experiencias comunitarias en sus familias, en sus barrios, en sus relaciones. Es que realmente se hace difícil encontrar en el país, más en sectores populares, personas o gentes que no tengan algún tipo de vínculos comunitarios. Sin embargo, esas vivencias comunitarias adquieren singularidades y peculiaridades en contextos urbanos, donde el mismo contexto parece ir a contrasentido de la comunidad. Es más, los tiempos contemporáneos vienen cargados de políticas y desplazamientos del capital que erosionan aún más la vida comunitaria. Por ello, sentimos la importancia de conversar y profundizar sobre lo comunitario en las ciudades, sobre las comunidades urbanas, sobre nuestras experiencias y nuestros sentidos de trabajo. Aquí la sistematización de esas construcciones colectivas.

1.1. LO COMUNITARIO MÁS ALLÁ DE LO INDÍGENA RURAL: ¿COMUNIDADES URBANAS O FORMAS COMUNITARIAS EN LA CIUDAD?

Cuando se habla de las comunidades o de lo comunitario, inmediatamente la referencia inicial es la comunidad indígena rural. Esto es evidente, ya que las formas comunitarias hacen referencia a modos ancestrales de vida. En general, las diversas civilizaciones que pueblan el mundo, se han configurado a través de formas comunitarias de convivencia como mecanismos adecuados y eficientes para resolver temas concretos como la provisión de alimentos y agua, el cuidado colectivo de los integrantes de la red, la protección del territorio necesario para su reproducción, el afecto y otros. Son, por tanto, los pueblos llamados indígenas, quienes han sostenido formas comunitarias de vida, en la medida que ellas se han ido configurando cada vez más complejamente para responder adecuadamente a las exigencias de la regeneración de la vida en distintas dimensiones de la misma. Y este es un elemento clave que no hay que olvidar, ya que muchas veces se asocia la comunidad o las formas comunitarias a una suerte de estado de “desarrollo” de las civilizaciones del pasado ya que sería parte de modos de vida simples que no darían cuenta del mundo contemporáneo y su dinámica de vida. Sin ser el tema de este documento, lo que encontramos en nuestras propias prácticas familiares ligadas a esa matriz comunitaria, son procesos cada vez más complejos de relaciones y mecanismos de convivencia para dar cuenta de las múltiples dimensiones de la vida y sus necesidades de regeneración (economía, producción, salud, tierra, agua, gestión de las decisiones y acuerdos, alimentación, ritualidad, fiesta, organización del hábitat, etc), de las diversas relaciones al interior de la comunidad que deben ser cuidadas, atendidas y resueltas en casos de conflicto (distribución y uso del agua y la tierra, formas de designación de autoridades y responsables de tareas para el beneficio común, así como mecanismos para evitar la acumulación del poder, regulación de la fiesta y los posibles excesos, cuidado y amparo de las personas en situaciones de peligro, violencia y/o precariedad, mecanismos de redistribución en caso de generarse desequilibrios muy pronunciados entre las familias e individuos de la comunidad, cuidado del hábitat para garantizar la sostenibilidad de vida, organización de espacios compartidos de disfrute y juego como proceso de comunalización o de aprendizajes para la vida en comunidad, etc), de las relaciones de complementariedad y de resolución de conflictos con otras comunidades (resguardo y cuidado del hábitat común más amplio y uso del mismo, definición de linderos o de territorios comunes e inter penetrados así como su uso, gestión compartida de bienes comunes como el agua, trazado y cuidado de vías de comunicación, espacios festivos mayores y compartidos, formas organizativas de la representación o del cumplimiento de mandatos en territorios mayores, etc), e incluso del establecimiento de relaciones con otras formas societales no propias y expresadas en el Estado y el mercado (relaciones con intermediaciones económicas para la venta de sus productos agropecuarios básicos, llegada de proyectos económicos de comercialización o turísticos por ejemplo, demandas de cambio en sus sistemas de producción y el tipo de cultivos o crianzas tradicionales, intromisión de semillas transgénicas y pérdida de las variedades locales, formas de autoridad y mecanismos de elección diferentes a su tradición, incorporación de partidos políticos en su dinámica propia, proyectos de gran envergadura que van desde infraestructura vial hasta energía para el abastecimiento más allá de la comunidad, etc). Así, las comunidades requieren ser capaces de permanentemente actualizar sus formas de regulación de sus relaciones hacia adentro de ella, de ella con las otras comunidades y de ella con el Estado y el mercado. Se trata de una complejidad muy amplia, que debe ser contemporánea constantemente si quiere garantizar la reproducción de la vida para todos los sujetos integrantes de la misma. Por tanto, no se ancla en el pasado, sino que se es constantemente contemporánea si se quiere vivir, pero además debe ser eficiente en esa contemporaneidad, sino simplemente se abandona por no ser útil para la vida.

REDES DIGITALES, TERRITORIALIDAD Y COLABORACIÓN COMUNITARIA EN BOLIVIA La experiencia de Wayna Tambo – Red de la Diversidad

Por: Mario Rodríguez Ibáñez-Equipo Wayna Tambo/Red de la Diversidad

Las grandes empresas que controlan el mercado de las redes digitales usufructúan con nuestros datos. Tras la creencia de la gratuidad y la libertad de las redes, se esconde un andamiaje complejo que genera ganancias cada vez más concentradas en el mundo. Detrás de las sensaciones de democratización del uso de la palabra y las opiniones en las redes digitales, los datos nos muestras que las asimetrías y desigualdades se mantienen e incluso aumentan.

Sin embargo, lo que sucede en las redes digitales es expresión de lo que sucede en todos los órdenes de la vida: en la economía, en la política, en los accesos a los derechos culturales o en el beneficio de la explotación de los bienes naturales. Es parte de sociedades estratificadas y segmentadas, que generan desigualdades, discriminaciones y opresiones. Así, que también el campo de las redes digitales, se convierte en un lugar de disputas de sentidos, de prácticas, de otras maneras de rehabitarlas. Desde las resistencias muchas veces, pero cada vez más desde otros modos de vida que hacen brotar y vigorizan un trabajo territorial y comunitario.

La complementariedad entre espacios de encuentro presencial (casas de las culturas, ferias itinerantes, festivales, encuentros, comunidades de saberes y aprendizajes, red de tiendas o qhatus[1], trabajo cotidiano territorial) y espacios masivos a distancia (radios locales, producción de videos y programas de TV, plataformas multimedia digitales, redes de trabajo, sistemas de intercambio), son posible la clave para ir más allá de un uso instrumental de estas redes digitales. Se trata de hacerlas parte de nuestra integralidad de la vida, de nuestra totalidad existente, no sustituyendo nuestras nutridas redes sociales/comunitarias (mayoritariamente NO digitales), pero haciéndolas parte de ese tejido. Esa es nuestra experiencia como Wayna Tambo – Red de la Diversidad.

Para comprender mejor lo que hacemos y cómo desarrollamos estas complementariedades y reciprocidades, comencemos contando un poco lo que es Wayna Tambo y la Red de la Diversidad.

PARA COMPRENDER WAYNA TAMBO – RED DE LA DIVERSIDAD

Wayna Tambo – Red de la Diversidad nace como una articulación de jóvenes que venían de vivir el proceso de transición de la dictadura a la democracia y, principalmente, la crisis del pensamiento alternativo por la hegemonía neoliberal, el derrumbe del bloque soviético y la derrota de varios movimientos revolucionarios en América Latina entre mediados de los años 1980 e inicios de la década de los 1990.

En ese contexto se enfatiza una reflexión sobre el mundo contemporáneo y el proyecto de civilización globalizado, así como los modelos de desarrollo occidentales modernos, para repensar la acción cultural y la transformación social desde la diversidad y los aportes de las cosmovisiones indígenas, la participación juvenil y el campo cultural como lugar de resolución de lo político.

Lo cultural así adquiere una dimensión más allá de lo artístico y lo estético y se vincula en nuestras acciones y estrategias a la noción de horizontes civilizatorios, de modos de vida de formas de relacionarnos y convivir. Es decir, a la integralidad y la totalidad de las dimensiones de nuestras vidas. El territorio como el lugar específico de vida de los sectores populares, la comunidad como forma de convivencia portadora de modos de vida alternativos a los hegemónicos y dominantes, la estrategia que articula cultura – educación – comunicación se convirtieron rápidamente en los pilares de nuestro trabajo.

En el centro de nuestra estrategia están los procesos de comunalización, o de vigorización de nuestras vivencias comunitarias desde lo existente. Para reaprender a vivir la comunidad necesitamos erosionar un elemento central de los procesos de modernización, la separación de las dimensiones de la vida en especializadas compartimentadas. Así, es clave retomar la experiencia que todo acto, que todo evento, que cada actividad que desarrollamos es al mismo tiempo educativa, comunicativa y cultural. Un taller no es solo educativo, sino profundamente comunicativo y cultural. Un concierto de música, una fiesta del barrio o una exposición fotográfica no son solo eventos culturales, sino profundamente educativos y culturales. Un programa de radio, un boletín barrial o un video no son instrumentos comunicativos, sino experiencias culturales profundas, y por supuesto, también educativas. El hacer que toda nuestra estrategia sea asumida como educativa, comunicativa y cultural es un primer paso fundamental, que rompe las formas clásicas de intervención institucional y organizativa, nos recoloca en una dinámica de trabajo distinta y potencializa exponencialmente lo que hacemos por la complejidad y riqueza de toda intervención.

Con esas convicciones Wayna Tambo nace en la ciudad de El Alto el 30 de enero de 1995. Luego de varios años de un camino propio en el año 2006 dimos nacimiento a Yembatirenda en la ciudad de Tarija, naciendo así la Red de la Diversidad. La Red se tejió como una articulación de estrategias, trabajos locales, administraciones compartidas, militancias y articulación sostenida. Hoy la Red de la Diversidad está conformada por: Wayna Tambo en las ciudades de El Alto y La Paz, Yembatirenda en Tarija, Sipas Tambo en Sucre, Uywana Wasi en Cochabamba y Buri Tambo en Santa Cruz.

La estrategia territorial de trabajo a través de ch’askas[2] culturales de corresponsabilidad se va consolidando en diversos espacios como: Pasankeri y macrodistrito de Cotahuma en La Paz, Villa Dolores y Distrito 8 en El Alto, Bartolina Sisa y el centro de la ciudad en Sucre, del barrio Luis Espinal y otros barrios en Tarija, Municipio de Achocalla en el departamento de La Paz. Diversos grupos de las diferentes ciudades ya se pueden integrar en la Red de la Diversidad sin perder su autonomía como el proceso que venimos desarrollando con Uywana Wasi de Cochabamba y otros procesos.

A nivel Bolivia somos parte del Tejido de Cultura Viva Comunitaria y también somos integrantes del Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria. Este articulación no solo local o nacional, sino continental, ya ha desarrollado 4 Congresos Latinoamericanos desde el año 2013, cuando se realizó el primero en El Alto y La Paz, con presencia de más de un millar de personas de al menos 17 países en cada versión. Además, somos parte de un rico proceso de articulaciones urbanas en Bolivia y el continente, entre ellas el Frente de Resistencia Urbana que aglutina organizaciones de Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina, Chile y Bolivia. Para el año 2018 conseguimos organizar con casi 40 colectivos provenientes de 6 ciudades del país, un Encuentro del Tejido de Cultura Viva Comunitaria de Bolivia.

Luego de más de dos décadas de recorrido hoy trabajamos como Wayna Tambo – Red de la Diversidad en cinco grandes áreas de trabajo, que no podremos desarrollar con detalle en el presente artículo, articuladas en una estrategia cultural (artística) + educativa + comunicativa:

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¿Y QUÉ ES LO QUE PRETENDEMOS CON NUESTRO TRABAJO?

Contribuir a la reconfiguración y vigorización de lo comunitario en Bolivia, desde la perspectiva del Vivir Bien como horizonte civilizatorio alternativo, y la Plurinacionalidad como forma de organización equitativa de nuestra diversidad, con la participación activa de sectores de barrios urbano populares a través del tejido organizativo urbano y de cultura viva comunitaria, con impacto en la gestión corresponsable de lo público y el bien común, así como en el fortalecimiento de las continuidades entre lo urbano y lo rural desde perspectivas descolonizadoras, despatriarcalizadoras y desmercantilizadoras a través de la implementación de estrategias y acciones culturales, artísticas, educativas y comunicativas que contengan el trabajo en casas de las culturas, comunidades de saberes y aprendizajes, medios de comunicación comunitarios interculturales, iniciativas económicas de reciprocidad y redistribución, la investigación y sistematización.

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Entrevista Armando Arancibia, llevar color y regalar alegría a la gente…

Por: Gabriela Condori - Uywana Wasi

1. Preséntate por favor, y ahí contanos desde hace cuánto tiempo vienes trabajando en o con el arte, tus inicios en esta profesión?

Armando Arancibia-. 1: Soy Armando Arancibia pintor muralista tarijeño, ya son 7 años que vengo viviendo con el arte, soy miembro de NERETA MOVIMIENTO ARTISTICO, que realiza acciones en el Departamento de Tarija.

2. Estudios, menciones, eventos de los que has sido parte

Armando Arancibia-. Los estudios y menciones los prefiero dejar de lado pues la visión artística que tenemos va más enfocada al trabajo con la gente que los papeles obtenidos en la trayectoria de nuestro trabajo, dando igual valor a una Bienal Internacional como a un mural en un barrio en formación. Difícil mencionar los eventos de los que me tocó ser parte pero si debo mencionar que los de mayor importancia fueron en las comunidades donde nos tocó quedarnos a vivir realidades distintas para comprender qué tipo de mural debemos construir en dicho lugar, áreas protegidas de Arenales (Santa Cruz) Tariquia (Tarija), Challapata (Oruro) Formosa (Argentina) Pudahuel(chile) etc dando más valor al pueblo y su gente que a un evento en específico.

3. Las técnicas que usas en tus obras, que experimentos vienes realizando

Armando Arancibia-. Manejamos una técnica mixta, te hablo el plural pues más allá de que el diseño puede ser de una sola persona...partimos de que el mural es comunidad y nunca lo hacemos solos, como te decía manejamos una técnica mixta en pintura látex y aerosol, sin olvidarnos de hacer trabajos en mosaico, esgrafiado, alto relieve, etc ahora buscando un estilo propio que parte de las bases de los diseños guaraníes y el pop art fusionándolas para formar algo distinto.

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Cultura Viva Comunitaria: el debate de lo cultural y el surgimiento del movimiento

Cultura Viva Comunitaria: el debate de lo cultura y el surgimiento del movimiento (una introducción y un video)

Mario Rodriguez Ibáñez

Wayna Tambo - Red de la Diversidad

En Europa el término de cultura se generaliza en su uso recién en el Siglo XVIII, en ese entonces cultura significa "hombre culto", es decir aquella persona que tiene una educación ilustrada (conocimiento erudito, la filosofía y las artes principalmente). Recién hacia la segunda mitad del siglo XIX se lo utiliza en un sentido más amplio, para hacer referencia a todos los pueblos y "culturas" del mundo, e incluso como sustituto de las ideas sobre el folklore o saber del pueblo que son elevadas al rango de culturas. Para ello influyeron los movimientos nacionalistas en todo el planeta y en nuestro continente desde mediados del siglo XX.

Mario Rodriguez: Resignificando la ciudad colonial y extractivista

Resignificando la ciudad colonial y extractivista[i]

 Mario Rodríguez Ibáñez

“Para poder encontrarse, primero hay que tener el coraje de perderse”

(Grafiti pintado en la década de los noventa, en la ciudad de La Paz)

La ciudad se encaramó en el simbólico dominante, como el lugar privilegiado de distanciamiento de la naturaleza, como el lugar de la civilización, como el lugar del éxito moderno, como la materialización del progreso y del desarrollo. La ciudad se identificó como distanciamiento de lo campesino, y en nuestro continente invadido eso significa, también, distanciamiento de lo indígena, en oposición a lo rural que se relaciona con “dependencia” de los ciclos de la naturaleza. La ciudad se hizo, así, el lugar privilegiado para no ser nosotros ni nosotras, para dejar de mirarnos al espejo y, al contrario, tratar de vivir una mascarada de imitaciones a lo externo, a lo “civilizado”, a lo “desarrollado”, a lo moderno-colonial.

Las ciudades son el corazón de la reproducción de los modos de vida dominantes, coloniales, modernos, capitalistas. Las ciudades son el lugar donde se alimentan las subjetividades que consolidan nuestro histórico saqueo y el extractivismo primario al que nos condenó la colonia. Y, sin embargo, nuestras ciudades no escapan de su sino; no pueden no ser habitadas por nuestros otros modos de vida profundamente indígenas u originarios, que disputan desde “lo popular” sus significados y sus configuraciones.

Sí. Hay que tener el coraje de perderse de lo que hemos venido normalizando como espacio y modos de vida urbanos; perderse de esas características con las que hemos venido aceptando nuestras vidas en las ciudades o, al menos, con las que hemos creído que deberíamos urbanizarnos, sinónimo de civilizarnos. No hay otra manera de encontrarnos, de rencontrarnos…

Este artículo pretende contribuir en ese debate, a partir de las conversaciones y experiencias que venimos compartiendo en la Red de la Diversidad,[ii] complementadas con intercambios con otras experiencias del país y del continente, entre ellas, las de grupos de Venezuela,[1] en especial del Movimiento de Pobladoras y Pobladores, con quienes, a través de un cómplice compartir, nació la idea de este texto. El mismo debería, inicialmente, recoger los resultados de esos intercambios con Venezuela; no obstante, decidimos que resulta más pertinente y coherente que éste se refiera a lo que venimos debatiendo y criando en la Red de la Diversidad de Bolivia, y dejar espacio para una voz propia desde Venezuela. Así, el presente artículo no intenta ser un trabajo riguroso sobre el tema urbano o un recuento histórico; más bien, se ubica en el lugar de los sentidos de resignificación y reconfiguración de la ciudad, desde ese horizonte que denominamos Vivir Bien/Buen Convivir. Tiene un carácter más de búsquedas que de verdades, más de provocaciones que de recetas, más de preguntas que de respuestas. Desde aquí hablamos, desde aquí te compartimos estas palabras.

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Taller la Bola de Quito: La ancestralidad contemporánea de la música

Por: Mario Rodríguez (Wayna Tambo)

En el sur de Quito nos encontramos con los hermanos Nicolás, Miguel y Ada Oquendo. Es un encuentro en un escenario mágico. En su casa nos rodean máscaras, afiches, grafitis en el techo, una batería y, fundamentalmente, 33 instrumentos prehispánicos que empezó a recoger, cuidar y criar Luis Oquendo, el padre de los tres. Aquí es el “Taller la Bola”, que nació en 1.991, donde lo principal es aprender a sentir la sabiduría ancestral de eso instrumentos, criarse mutuamente para ir reconociendo sus sonidos, se convive con ellos y ellas, porque hay instrumentos femeninos como la Tere que tiene más de 2.500 años de antigüedad: A estos “prehispánicos” (como les dicen ellos), se les escucha, se les siente, se les aprende, pero fundamentalmente se les respeta. Cuando el último terremoto en la costa ecuatoriana, sintiendo temblar la tierra en Quito, lo primero que hicieron en recoger los “prehispánicos” y sacarlos de la casa “para que no les pase nada” nos cuentan. Ahora los tienen en maletas especialmente acondicionadas para cualquier emergencia.

Aquí la entrevista que realizamos en Quito con el Taller la Bola (Ecuador), y su propuesta contemporánea desde la sabiduría ancestral del sonido de instrumentos prehispánicos, algunos con 2.500 años de antigüedad. Para VER y DESCARGAR!!!

https://youtu.be/RK3-J432Nd8

https://youtu.be/jfHS3McOBqc

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EL CAMPO CULTURAL EN LA CIUDAD DE EL ALTO: Ese awayo multicolor con pampa aymara

Mario Rodríguez Ibáñez

La ciudad de El Alto condensa una complejidad cultural desafiante. Se trata de una ciudad que se construye en la segunda mitad del siglo XX y que, en un lapso de tiempo breve, para la historia de una ciudad, se constituyó en una de las principales del país. El crecimiento acelerado de su población ha venido configurando una ciudad compleja; hasta alcanzar su actual poblacional recibió fuertes oleadas migratorias que tiñen esta complejidad urbana.

La ciudad de El Alto, tuvo su gran crecimiento poblacional en la segunda mitad del siglo XX. A mediados de ese siglo se calculaba que 11.000 personas habitaban la naciente población urbana alteña, medio siglo después la ciudad bordea los 800.000 habitantes; sin duda uno de los crecimientos urbanos más impresionantes del país y el continente. Ese crecimiento acelerado de la ciudad alteña, que se sucedió de manera impresionante en el último cuarto del siglo anterior, impacta en su configuración cultural, diversificando y complejizándo el mapa de esta urbe. Esa complejidad intentará ser comprendida, al menos esbozada, en el presente documento.