A cerca del impacto de la disminución de los recursos del IDH en Tarija Primera Parte

Por: Pablo Medina-Yembatirenda/Tarija

En el presente texto te compartimos algunas reflexiones y puntos de análisis que se plantearon en el marco del programa radial “Tertulias con sabor a mate y coca” emitido por la FM100.6 Yembatirenda-de la Red de la Diversidad en la ciudad de Tarija.

En los últimos años, una de las temáticas que regionalmente se ha planteando en el imaginario de la gente, es que los recursos económicos del departamento están disminuidos, tanto para la Gobernación como los municipio además de la Universidad de Tarija, producto del descenso de precios de hidrocarburos a nivel internacional y el consecuente descenso de ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos IDH.

Un tema planteado mediáticamente (y ahora presente en el imaginario de la gente), es que a partir de ésa disminución se han explicado la falta de ejecución de proyectos, sobre todo a nivel de gobernación; otra de las explicaciones de para entender la escases de recursos, tiene que ver con el mal manejo de gobiernos anteriores, en todos sus niveles y sobre todo la “intensión” del gobierno central de afectar a todo del Departamento.

Una situación que vale la pena conversarlo, porque, reiteramos, en el imaginario de la gente quedan clichés lanzados mediáticamente y que resultan muy funcionales políticamente, a la hora de presionar por concesiones, generando conflictos regionales.

Una de las preocupaciones a partir de ello es saber: ¿qué tan grande es el impacto de la disminución de los recursos que ingresan por el IDH a la Gobernación tarijeña?  ¿Qué otros elementos hay que tomar en cuenta al momento de impulsar proyectos a nivel municipal y departamental?

Son varios los temas que se deben abordar pero vayamos planteando algunos elementos de contexto.

Para empezar, sí, efectivamente hay una disminución de recursos en las entidades públicas y con efectos negativos, particularmente en el gobierno departamental.

Desinformemonos

Sembrar la resistencia: la lucha por la soberanía alimentaria en Palestina

Por: Sandra Guimaraes y Anne Paq  Fuente: Desinformemonos

Foto: Saad Dagher, considerado el pionero de la agroecología en Palestina, siembra en su granja, que ha llamado “Granja humanista” y está situada en la región de Salfit. (Anne Paq)

En Palestina, la soberanía alimentaria está intrínsecamente vinculada a la lucha por la autodeterminación. La confiscación de tierras palestinas comenzó en 1948, fecha en la que el 78% del territorio de la Palestina histórica pasó a formar parte de Israel. El 22% restante –que hoy en día se conoce como “territorios palestinos” – está totalmente ocupado por el ejército israelí, o bajo su control, desde 1967. En estos territorios, las zonas y el muro de separación, los asentamientos israelíes ilegales y las zonas de exclusión militares despojan poco a poco a la población autóctona de las tierras agrícolas y los recursos hídricos.

Si a esto se suman las restricciones a la libertad de circulación y los ataques regulares de los colonos a los agricultores y su cultura, se entiende por qué las restricciones agrícolas impuestas por Israel hacen perder 2.200 millones de dólares estadounidenses (unos 1.935 millones de euros) al año a la economía palestina y por qué, según las Naciones Unidas, el31,5% de la población vive en situación de inseguridad alimentaria.

Saad Dagher, agrónomo y agricultor, es un pionero de la agroecología en Palestina. Explica que todos los habitantes de su región, en el norte de Ramala, eran agricultores hasta que empezó a producirse un cambio a partir de la década de los setenta. “Cuando la primera persona del pueblo abandonó su tierra en 1975 para trabajar en una fábrica israelí, la comunidad lo vio como una traición a la causa palestina. Pero era una forma rápida de ganar dinero, lo que dio lugar, poco a poco, al abandono de las tierras”. En 2019,según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, la escasez de oportunidades en el mercado de trabajo palestino es tal que cerca de 127.000 habitantes de Cisjordania deben buscar empleo en Israel y los asentamientos israelíes.

Chicha Uywana Wasi

SOBRE LA CHICHA

Por: Uywana Wasi

Hemos estado aprendiendo el arte de la elaboración de la chicha de varias abuelitas-os del campo, lo bonito ha sido que las que han aceptado enseñarnos, las que han querido que aprendamos, entendieron por qué queríamos hacerlo, no todos aceptaban así nomás a transmitirte sus saberes. Al principio preguntaban “¿es para que se ganen?” luego les explicamos que nuestra intención era otra, para que no se mueran los saberes, para que tengamos una buena chicha para volver a compartir con sentido en momentos especiales. También les hemos dicho que estábamos sembrando nuestro propio maíz, y que deseábamos establecer el respeto por todos los actos de la vida.

La comunidad es un útero que te contiene, hay espacios donde existen ciertos permisos como en la fiesta, es un acontecimiento donde se controlan las riquezas, por medio de los pasantes los cuales hacen circular la abundancia para que a nadie nunca le falte. Siempre existe un sentido de armonizar y de mantener sanas las relaciones. En ese contexto comunitario el ritual de transe que suponía una borrachera masiva, estaba totalmente contenida y tenía un propósito común regenerar las relaciones, limpiarlas a través de catarsis colectiva, traer visiones al presente, fomentar la alegría fundamental para ayudar a regenerar la Pachamama.

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PARA CONVERSAR SOBRE NUESTRAS COMPRENSIONES DE CULTURA(S)

Por:Mario Rodríguez Ibáñez Wayna Tambo – Red de la Diversidad

En Europa el término de cultura se generaliza en su uso recién en el Siglo XVIII, en ese entonces cultura significa "hombre culto", es decir aquella persona que tiene una educación ilustrada (conocimiento erudito, la filosofía y las artes principalmente). Recién hacia la segunda mitad del siglo XIX se lo utiliza en un sentido más amplio, para hacer referencia a todos los pueblos y "culturas" del mundo, e incluso como sustituto de las ideas sobre el folklore o saber del pueblo que son elevadas al rango de culturas. Para ello influyeron los movimientos nacionalistas en todo el planeta, recordemos que la configuración de los Estados-nacionales en Europa tiene su auge a fines del siglo XVIII y en nuestro continente a inicios del siguiente siglo; además de corrientes de pensamiento como la de los románticos y los anticuarios como veremos más adelante.

Esta manera en que se "universaliza" el término cultura desde occidente tiene que ver, luego, con el carácter de diversidad intrínseco a este concepto. "El término 'cultura' o 'civilización' se inventó en Occidente como proposición universal entre muchas otras. Aun así, si lo comparamos con otros términos universales como 'ciencia' o 'libertad', por ejemplo, la proposición universal 'cultura' ha tenido siempre una connotación pluralista. Se hablaba de ciencia o libertad, por ejemplo, y no de 'ciencia occidental' y 'libertad occidental' porque la presunción general era que estas cosas buenas son unas e indivisibles. Por otro lado, sí se hablaba de 'cultura occidental' porque siempre se ha dado por supuesto que existen otras culturas, inferiores o superiores, o incluso sencillamente diferentes de la occidental"[1].

Esta visión pluralista del concepto de cultura, se desarrolla conjuntamente con la desacralización del mundo propia de la modernidad occidental. Si bien sobre la modernidad profundizaremos más adelante, cabe señalar tres rasgos básicos que tienen que ver con el concepto de cultura: la naturaleza deja de ser sagrada y puede ser conocida para que se la transforme en beneficio del hombre, Dios es el Creador pero dejó al hombre la tarea de "administrar" su obra y para ello el hombre tiene que conocerla, el hombre queda ya no sólo como la criatura más importante de la creación -en la cumbre de toda la naturaleza- sino también como su poseedor. Esto lleva a una separación entre hombre y naturaleza, en relación de sujeto - objeto.

De esta separación entre hombre y naturaleza se desprende el concepto Tyloriano de cultura, como "los productos intelectuales y manuales compartidos por un mismo grupo social"[2]. la cultura

deviene en todo lo creado por el hombre, como las creaciones son distintas, hay tantas culturas como grupos humanos con características singulares.

La cultura, desde la perspectiva Tyloriana, es identificada como el campo que separa a "hombre" de "naturaleza", es la intervención social del hombre sobre la naturaleza. No sólo es atributo exclusivamente humano, sino que es el atributo que lo separa de la naturaleza y permite su transformación en beneficio del propio hombre. Como respuesta a esta concepción surgen tendencias que buscan una mayor precisión del campo de la cultura.

Por un lado, están las interpretaciones sobre la cultura desde el marxismo estructuralista. Mucha gente realizó una lectura lineal de Marx: se ubicó la cultura como un fenómeno superestructural que depende de lo que sucede en la estructura económica, se perdió de vista las propias relaciones dialécticas identificadas por Marx entre estructura y superestructura. Uno de los textos que sirvió para este reduccionismo estructuralista es el siguiente:

"[...] en la producción social de su existencia, los hombres traban determinadas relaciones, necesarias, independientes de su voluntad; esas relaciones de producción corresponden a un grado dado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. La esencia de esas relaciones forma la estructura económica de la sociedad, el fundamento real sobre el que se levanta el edificio jurídico y político y al cual responden formas determinadas de la conciencia social.... No es la conciencia de los hombres que determina la existencia de éstos; por el contrario, es su existencia social lo que determina su conciencia"[1].

La cultura fue llevada al campo de la conciencia y como un mero reflejo de las relaciones económicas. Si bien esta visión estuvo presente en varias experiencias de educación popular, no fue mayoritaria, ya que el tema de la conciencia, identificado como campo de lucha ideológica y política, siempre le fue relevante.

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¿Cuántas carreteras y aeropuertos más podemos construir mientras el planeta se colapsa?: Vandana Shiva

Fuente: Desinformemonos

Vanadana Shiva es autora, científica, activista y madre, como se describe en su página electrónica. Se inició en el ambientalismo con el movimiento eco-feminista Chipko, “Abrazadoras de árboles”, que evitaron importantes deforestaciones en Uttar Pradesh a inicios de los setentas. Como física, su especialidad son las variables ocultas de la teoría cuántica. Está involucrada en la defensa de la agricultura campesina en todo el mundo y en la crítica de tecnologías extremas que son fuente de negocio y no resuelven el fondo de los problemas climáticos, de hambre y pobreza. Vino a la Feria Internacional del Libro del Zócalo para dar una conferencia sobre los Derechos de la Tierra.

¿De qué hablamos cuando decimos que no se respetan los derechos de la Madre Tierra?

Hay que entender que los derechos de la Madre Tierra nos son abstractos, porque la Tierra no es abstracta. Es el fundamento de nuestra existencia y somos parte de ella. Las violaciones a los derechos de la Tierra comienzan principalmente al negar que está viva, y se originan con la Revolución Industrial y las revoluciones científicas que simplemente declararon con un plumazo que la naturaleza es una colección de partículas inertes y materias primas para ser explotadas, esa es la primera violación. Una vez que la declararon muerta, comienza a explotarse en formas que destruyen totalmente sus sistemas de reconstitución, renovación y sostenibilidad.

Yo me inicié a principios de los setenta, con el movimiento Chipko, en el que mujeres de mi región salieron a defender los bosques que nos protegen, que nos dan suelo, agua, y aire puro; y era la época en que la llamada “forestería científica” miraba los bosques como minas de tablones para ser extraídos, y las mujeres, que encabezan la subsistencia de los pueblos de los bosques, cambiaron ese paradigma.

Ciudad – Industrialización – Modernidad: una historia a la boliviana Segunda Parte – Y quisieron que el Mundo sea uno

Por:Elmer Peña y Lillo - Yembatirenda/Tarija

En diciembre de 1987 Mijaíl Gorbachov (URSS) y Ronald Reagan (USA) firmaban el Tratado de Armas Bélicas de Alcance Medio, iniciándose con ello la conclusión de la “guerra fría”, es decir se inauguraba el principio del fin del mundo bipolar, en diciembre de 1991 dimitía Gorbachov y se disolvía la Unión Soviética, la competencia, el “enemigo comunista” agonizaba tristemente en una desbandada social interna; la mesa estaba servida había que “liberalizar” todo el mundo y nacía la palabra que dibujaba las nuevas oportunidades para la expansión del capital: “Globalización”, se había aperturado el mercado global. Es decir, en aquel momento la población mundial sin contar la China, representaba un mercado potencial de consumo a ganar de 4.120 millones personas, de los cuales al menos un 40 % vivía en el resto de los países de Asia.

En el análisis clásico, puesto de moda en aquel momento de potencialidades y oportunidades, rápidamente el capital se movilizo en pos de aprovechar el gran volumen de mano de obra del sudeste asiático, vista tanto como fuerza laboral y también como mercado de consumo; se signaba a la región como la masa productora de bienes industriales de consumo masivo mundial, para ello gradualmente se traslado todo el montaje industrial transnacional, era así que llegaba la segunda ola de industrialización expansiva, donde se aseguraba la rentabilidad del capital a través de las subsidiarias, Nokia (finlandesa) producía sus celulares en Indonesia, Niké (estadounidense) inicia la producción en Taiwán, más recientemente también en Vietnam. En esas circunstancias nada, ni nadie, aparentemente, lograba oponerse a la liberalización del comercio y circulación del capital, solo como referencia, en 1993 se funda la Organización Mundial del Comercio y en 1995 este organismo entra en funcionamiento para administrar y controlar, en ese entonces 28 acuerdos internacionales de librecambio.

GUERRA Y PUEBLOS INDIGENAS

Por: Pablo Medina-Yembatirenda/Tarija

El pasado 12 de junio de este 2019 al conmemorarse los 84 años de la firma que dio fin a la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay (1932 -1935), se realizó en la ciudad de La Paz, entre otros actos de homenaje, el Primer Gabinete Binacional Bolivia-Paraguay, encabezados por los presidentes Evo Morales y Mario Abdo, ministros de Estado y gran cantidad de empresarios, se suscribieron acuerdos y compromisos que beneficiaran a ambos países, se homenajeo a los pocos sobrevivientes que aún quedan de la contienda, se recordaron pasajes heroicos, se cuestionó la voracidad de las empresas petroleras transnacionales o tal vez el papel que jugaron los gobiernos que patrocinaron el fin de la guerra. El espíritu en general, manifestado en la ocasión, fue de que era tiempo de cerrar heridas y trabajar para hermanar a ambos pueblos, impulsar desde los gobiernos políticas estatales tendientes a cancelar deudas, mirando hacia un futuro de esperanza y bienestar, como expresó el Presidente del Estado Evo Morales:

“Recordando la guerra del Chaco, hace más de 80 años por intereses transnacionales Paraguay y Bolivia se enfrentaron, ahora gracias a nuestros pueblos Paraguay y Bolivia están integrados, ahora ambos países están en paz y trabajando la igualdad y el desarrollo de nuestros pueblos.”...”Antes Paraguay y Bolivia eran vistos como países pequeños, como países sin integración, hasta países pobres, ahora encabezamos el desarrollo económico, esto es algo histórico e inédito. Estos 16 acuerdos de Estado a Estado y 6 acuerdos de privados a privados, deben fortalecer este crecimiento económico” (Evo Morales, La Razón 12 de junio 2019).

Discursos acompañados de titulares informativos como: “A 84 años del cese de la Guerra del Chaco, Morales y Abdo abren era de paz e integración” (La Razón 12 de junio 2019).

Podríamos entender estos mensajes como que hay que “olvidar el pasado, construir el presente mirando al futuro”?

Buscando información sobre el tema, me encuentro con un escrito de Martha Paz publicado en el Periódico digital PIEB de mayo del 2014. Un comentario sobre el libro “Mala guerra. Los indígenas en la Guerra del Chaco (1932-1935)” de Nicolas Richard, que comienza así:
Cuando enseñan la historia de la Guerra del Chaco en la secundaria, los profesores normalistas en Ciencias Sociales enfatizan, según mi experiencia de estudiante y mis recuerdos, en cuatro aspectos: la Guerra del Chaco fue cruenta, el territorio en el que se desarrolló estaba deshabitado, "no hubo vencedores ni vencidos" y permitió el surgimiento de una clase intelectual que repensó al país en términos de un estado-nación moderno…(Mala guerra, un libro que cuestiona la historia "blanqueada" de la Guerra del Chaco).

Encuentro en el texto citado, el mismo sentimiento expresado en el espacio radial “Tertulias con sabor a mate y coca” de Yembatienda- Red de la Diversidad en Tarija, realizado el pasado 15 de junio, en el que también constatamos de que a pesar de estos 84 años del fin de esa guerra, a pesar del periodo histórico que vivimos y que se ha traducido en una nueva constitución para nuestro país, a pesar de la plurinacionalidad y el vivir bien como sentido del nuevo Estado Boliviano, a pesar del simbolismo de un presidente indígena y los reconocimientos a nivel mundial a los aportes surgidos desde Bolivia, sobre la Madre Tierra, los pueblos indígenas, el medio ambiente, etcétera, al momento de rememorar nuestra historia lo seguimos haciendo con la mirada de quienes han escrito la historia clásica y ese nuestro aprendizaje, basado en ésa historiografía, nos lleva a seguir pensando, por ejemplo que la Guerra (del Chaco) fue nomas el enfrentamiento de dos gobiernos y sus ejércitos en la pretensión de defender y/o conquistar territorios, olvidando, también por ejemplo, que esas guerras se han desarrollado en territorios ocupados ancestralmente, como indican documentos que los participantes aportaron en la tertulia.

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El primer mapa que muestra cómo los humanos destruyen la biodiversidad

Fuente: Agencia SINC/El Espectador

 

Las actividades humanas están ejerciendo una presión sin precedentes en el medio ambiente y decenas de miles de especies podrían verse afectadas. La deforestación, la caza ilegal, la agricultura o la urbanización están en el origen del declive de la biodiversidad. Pero ¿cuáles son las zonas más delicadas?

“El trabajo subraya lo avanzada que está la crisis de extinción y señala el número de especies que están en peligro. Es muy preocupante”, advierte James Allan

Para identificar las áreas donde las actividades causan más estragos a la vida salvaje amenazada, un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Queensland en Australia, ha elaborado mapas mundiales que señalan los países que provocan mayores impactos. Los resultados, publicados en la revista PLoS Biology, han permitido también delimitar las áreas donde las especies están menos amenazadas.

“El trabajo subraya lo avanzada que está la crisis de extinción y señala el número de especies que están en peligro. Es muy preocupante”, advierte a Sinc James Allan, primer autor del estudio e investigador en la Escuela de Ciencias Biológicas de la universidad australiana.

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Contexto: político, jurídico, económico, social, cultural, tecnológico y coyuntural de Bolivia al momento de la llegada de la 348

Por: Lic. Laura Suaznabar Terrazas

El 7 de febrero del 2009, la historia boliviana sufrió una suerte de un giro a través de lo que significó el hito histórico de la promulgación de la Constitución Política del Estado Plurinacional ya que además de reconocer derechos a las mujeres, se incorporan principios y valores de los pueblos indígenas originario campesino y afrobolivianos, asimismo, se introducen criterios de género a lo largo de la Constitución.

Se puede hablar de un conjunto de cambios profundos que ha vivido y continúa viviendo la sociedad boliviana, y éstos hacen al cuestionamiento sobre la categoría de género y por ende del sistema patriarcal tanto de la sociedad en su conjunto como del Estado, las políticas, la gestión pública, la redistribución de los recursos, etc. Como consecuencia, nos hallamos en un momento de estudio, análisis e identificación de los puntos que hacen a la dominación y subordinación de las mujeres. Se enfatiza en el entendido de que el sistema patriarcal colonial tienen como base fundamental, la naturalización de la dominación y la desigualdad entre mujeres y hombres, así como la división sexual del trabajo (espacio público político creado por hombres para hombres y espacio privado doméstico creado por hombres para mujeres).

Bajo estos presupuestos y promesas constitucionales, el proceso de descolonizar y de despatriar versan sobre la deconstrucción de estructuras ideológicas, políticas, económicas y culturales que sostienen y reproducen la desigualdad social, la discriminación, opresión y subordinación de género, es decir la estructura patriarcal de la sociedad.

En 2008 se elaboró un documento llamado el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades – Mujeres Construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien que justamente busca transformar las condiciones de subordinación, discriminación y explotación y la construcción de una sociedad sin jerarquías junto a una justicia social y armonía con la naturaleza. Cuenta asimismo, con distintos ejes y uno de éstos es el Eje Violencia en razón de género .

Por otro lado, se creó el Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos Bolivia para Vivir Bien 2009 – 2013 con la finalidad de garantizar y promover el cumplimiento de las obligaciones del Estado frente a los Derechos Humanos. Este Plan incluye un Capítulo con respecto a los Derechos de las Mujeres (Igualdad de género) y dispone el establecimiento de políticas públicas para garantizar la igualdad de oportunidades y ejercicio pleno de Derechos Humanos por parte de las mujeres.

En 2012, con el fin de cambiar y mejorar el sistema de justicia, el Ministerio de Justicia produce un Plan Sectorial de Justicia Plural 2013 – 2025, el mismo que enfatiza en un proceso desconcentrador y descentralizador de dicho sistema.

En el estudio investigativo “Un laberinto sin salida” de las autoras y el autor Manigeh Roosta, Rosario Baptista y Rolando Mamani, podemos advertir que “Pese al mandato de la Ley Nº 348 que establece en su Art. 8 la responsabilidad del Estado... y presidido por el Ente Rector (Ministerio de Justicia) de adoptar y coordinar la ejecución de esta Ley en toda política pública y Plan Nacional que involucre la prevención de la violencia, la atención y protección de las mujeres después de un año de su promulgación aún no existe ningún mecanismos de integración de las políticas públicas senctoriales con un Plan contra la violencia, en parte por que éste recién fue adoptado el 7 de marzo de 2014 por el Ministerio de Justicia como Plan Nacional 2013 – 2020: ‘Vidas Dignas, Mujeres Libres de Violencia’ ” (las negrillas no son nuestras). (BAPTISTA, ROOSTA y MAMANI; 2014).

En específico, la Constitución Política del Estado Plurinacional, reconoce los siguientes derechos para las mujeres:

-          Artículo 9.5.- Acceso a la educación, a la salud y al trabajo.

-          Artículo 11.I.- Equivalencia de condiciones entre mujeres y hombres.

-          Artículo 14.II.- Prohibición y sanción a toda forma de discriminación.

-          Artículo II. III.- Prevención y sanción de la violencia de género y generacional.

-          Artículo 18.II.- Inclusión sin discriminación.

-          Artículos 26. I, 147 y 210.II.- Igual participación política.

-          Artículo 35.I y II.- Derecho a la salud y seguridad social.

-          Artículo 45.I, II, III, IV y V. Derecho a la seguridad social y la maternidad segura.

-          Artículo 48. V y VI.- Igual remuneración por trabajo de igual valor.

-          Artículo 61.I y II.- Derechos de la niñez, adolescencia y juventud.

-          Artículos 63.II y 64.I y II.- Derechos de la familia.

-          Artículo 66.- Derechos sexuales y reproductivos.

-          Artículo79.- Equidad de género en la educación.

-          Artículo 300. 30.- Competencias de las autonomías indígenas originaria campesina.

-          Artículo 302. 30.- Competencias de los gobiernos municipales.

-          Artículo 330.I. Política financiera con criterios de igualdad de oportunidades.

-          Artículo 338. Reconocimiento del valor económico del trabajo del hogar.

-          Artículo 395. I y 402.- No discriminación en acceso, tenencia y herencia de la tierra.

Una mujer vestida de tehuana, traje tradicional de Oaxaca

«Es bueno que conozcan nuestros bordados, pero es mejor que nos paguen por ellos»

Por: Almudena Barragan Fuente:Verne/El Pais

La marca de alta costura Carolina Herrera presentó su nueva colección, Resort 2020, inspirada en la “alegría de vivir de América Latina" y cuyos diseños se enfocan en varios ejemplos de la artesanía textil de México: el sarape de Saltillo, los bordados de animales de Tenango de Doria en Hidalgo y las flores de los huipiles de las mujeres del Itsmo de Tehuantepec, en Oaxaca.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador acusó a Carolina Herrera y a Wes Gordon, director creativo de la marca, de la apropiación cultural de diseños y elementos identitarios de los pueblos originarios de México. Por su parte, desde la casa de modas respondieron que se trataba de un “homenaje a la riqueza de la cultura mexicana”.

“La presencia de México es indiscutible en esta colección, es algo que salta a la vista y que quise dejar latente como una muestra de mi amor por este país y por el trabajo tan increíble que he visto hacer allí”, dijo el nuevo director creativo.

El trabajo del que habla Gordon, podría haber salido de las manos de Rosita López, una mujer zapoteca de 58 años originaria de Juchitán, Oaxaca, que aprendió a bordar huipiles desde los nueve. O podría tratarse del trabajo de Faustina José Modesto, originaria de la región de Tenango de Doria en Hidalgo, quien dibuja y borda con maestría desde hace 40 años pájaros, venados, gallos y flores a punto de escaparse de la tela y estallar en mil colores.

A la izquierda, dos modelos de la nueva colección Resort 2020. A la derecha, el traje tradicional de tehuana del Itsmo de Oaxaca.. Carolina Herrera/ Rosita López

Uno de los vestidos estrella de la colección de la diseñadora venezolana recuerda a los sarapes de lana que elabora David López, artesano de Saltillo, Coahuila. Tonos azules, naranjas y verdes que reflejan los amaneceres y atardeceres del desierto en el norte de México.

En Verne hablamos con algunos artesanos textiles sobre su trabajo y lo que representa, después del penúltimo caso de apropiación cultural.

REDES DIGITALES, TERRITORIALIDAD Y COLABORACIÓN COMUNITARIA EN BOLIVIA La experiencia de Wayna Tambo – Red de la Diversidad

Por: Mario Rodríguez Ibáñez-Equipo Wayna Tambo/Red de la Diversidad

Las grandes empresas que controlan el mercado de las redes digitales usufructúan con nuestros datos. Tras la creencia de la gratuidad y la libertad de las redes, se esconde un andamiaje complejo que genera ganancias cada vez más concentradas en el mundo. Detrás de las sensaciones de democratización del uso de la palabra y las opiniones en las redes digitales, los datos nos muestras que las asimetrías y desigualdades se mantienen e incluso aumentan.

Sin embargo, lo que sucede en las redes digitales es expresión de lo que sucede en todos los órdenes de la vida: en la economía, en la política, en los accesos a los derechos culturales o en el beneficio de la explotación de los bienes naturales. Es parte de sociedades estratificadas y segmentadas, que generan desigualdades, discriminaciones y opresiones. Así, que también el campo de las redes digitales, se convierte en un lugar de disputas de sentidos, de prácticas, de otras maneras de rehabitarlas. Desde las resistencias muchas veces, pero cada vez más desde otros modos de vida que hacen brotar y vigorizan un trabajo territorial y comunitario.

La complementariedad entre espacios de encuentro presencial (casas de las culturas, ferias itinerantes, festivales, encuentros, comunidades de saberes y aprendizajes, red de tiendas o qhatus[1], trabajo cotidiano territorial) y espacios masivos a distancia (radios locales, producción de videos y programas de TV, plataformas multimedia digitales, redes de trabajo, sistemas de intercambio), son posible la clave para ir más allá de un uso instrumental de estas redes digitales. Se trata de hacerlas parte de nuestra integralidad de la vida, de nuestra totalidad existente, no sustituyendo nuestras nutridas redes sociales/comunitarias (mayoritariamente NO digitales), pero haciéndolas parte de ese tejido. Esa es nuestra experiencia como Wayna Tambo – Red de la Diversidad.

Para comprender mejor lo que hacemos y cómo desarrollamos estas complementariedades y reciprocidades, comencemos contando un poco lo que es Wayna Tambo y la Red de la Diversidad.

PARA COMPRENDER WAYNA TAMBO – RED DE LA DIVERSIDAD

Wayna Tambo – Red de la Diversidad nace como una articulación de jóvenes que venían de vivir el proceso de transición de la dictadura a la democracia y, principalmente, la crisis del pensamiento alternativo por la hegemonía neoliberal, el derrumbe del bloque soviético y la derrota de varios movimientos revolucionarios en América Latina entre mediados de los años 1980 e inicios de la década de los 1990.

En ese contexto se enfatiza una reflexión sobre el mundo contemporáneo y el proyecto de civilización globalizado, así como los modelos de desarrollo occidentales modernos, para repensar la acción cultural y la transformación social desde la diversidad y los aportes de las cosmovisiones indígenas, la participación juvenil y el campo cultural como lugar de resolución de lo político.

Lo cultural así adquiere una dimensión más allá de lo artístico y lo estético y se vincula en nuestras acciones y estrategias a la noción de horizontes civilizatorios, de modos de vida de formas de relacionarnos y convivir. Es decir, a la integralidad y la totalidad de las dimensiones de nuestras vidas. El territorio como el lugar específico de vida de los sectores populares, la comunidad como forma de convivencia portadora de modos de vida alternativos a los hegemónicos y dominantes, la estrategia que articula cultura – educación – comunicación se convirtieron rápidamente en los pilares de nuestro trabajo.

En el centro de nuestra estrategia están los procesos de comunalización, o de vigorización de nuestras vivencias comunitarias desde lo existente. Para reaprender a vivir la comunidad necesitamos erosionar un elemento central de los procesos de modernización, la separación de las dimensiones de la vida en especializadas compartimentadas. Así, es clave retomar la experiencia que todo acto, que todo evento, que cada actividad que desarrollamos es al mismo tiempo educativa, comunicativa y cultural. Un taller no es solo educativo, sino profundamente comunicativo y cultural. Un concierto de música, una fiesta del barrio o una exposición fotográfica no son solo eventos culturales, sino profundamente educativos y culturales. Un programa de radio, un boletín barrial o un video no son instrumentos comunicativos, sino experiencias culturales profundas, y por supuesto, también educativas. El hacer que toda nuestra estrategia sea asumida como educativa, comunicativa y cultural es un primer paso fundamental, que rompe las formas clásicas de intervención institucional y organizativa, nos recoloca en una dinámica de trabajo distinta y potencializa exponencialmente lo que hacemos por la complejidad y riqueza de toda intervención.

Con esas convicciones Wayna Tambo nace en la ciudad de El Alto el 30 de enero de 1995. Luego de varios años de un camino propio en el año 2006 dimos nacimiento a Yembatirenda en la ciudad de Tarija, naciendo así la Red de la Diversidad. La Red se tejió como una articulación de estrategias, trabajos locales, administraciones compartidas, militancias y articulación sostenida. Hoy la Red de la Diversidad está conformada por: Wayna Tambo en las ciudades de El Alto y La Paz, Yembatirenda en Tarija, Sipas Tambo en Sucre, Uywana Wasi en Cochabamba y Buri Tambo en Santa Cruz.

La estrategia territorial de trabajo a través de ch’askas[2] culturales de corresponsabilidad se va consolidando en diversos espacios como: Pasankeri y macrodistrito de Cotahuma en La Paz, Villa Dolores y Distrito 8 en El Alto, Bartolina Sisa y el centro de la ciudad en Sucre, del barrio Luis Espinal y otros barrios en Tarija, Municipio de Achocalla en el departamento de La Paz. Diversos grupos de las diferentes ciudades ya se pueden integrar en la Red de la Diversidad sin perder su autonomía como el proceso que venimos desarrollando con Uywana Wasi de Cochabamba y otros procesos.

A nivel Bolivia somos parte del Tejido de Cultura Viva Comunitaria y también somos integrantes del Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria. Este articulación no solo local o nacional, sino continental, ya ha desarrollado 4 Congresos Latinoamericanos desde el año 2013, cuando se realizó el primero en El Alto y La Paz, con presencia de más de un millar de personas de al menos 17 países en cada versión. Además, somos parte de un rico proceso de articulaciones urbanas en Bolivia y el continente, entre ellas el Frente de Resistencia Urbana que aglutina organizaciones de Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina, Chile y Bolivia. Para el año 2018 conseguimos organizar con casi 40 colectivos provenientes de 6 ciudades del país, un Encuentro del Tejido de Cultura Viva Comunitaria de Bolivia.

Luego de más de dos décadas de recorrido hoy trabajamos como Wayna Tambo – Red de la Diversidad en cinco grandes áreas de trabajo, que no podremos desarrollar con detalle en el presente artículo, articuladas en una estrategia cultural (artística) + educativa + comunicativa:

Red_de_la_Diversidad.png

¿Y QUÉ ES LO QUE PRETENDEMOS CON NUESTRO TRABAJO?

Contribuir a la reconfiguración y vigorización de lo comunitario en Bolivia, desde la perspectiva del Vivir Bien como horizonte civilizatorio alternativo, y la Plurinacionalidad como forma de organización equitativa de nuestra diversidad, con la participación activa de sectores de barrios urbano populares a través del tejido organizativo urbano y de cultura viva comunitaria, con impacto en la gestión corresponsable de lo público y el bien común, así como en el fortalecimiento de las continuidades entre lo urbano y lo rural desde perspectivas descolonizadoras, despatriarcalizadoras y desmercantilizadoras a través de la implementación de estrategias y acciones culturales, artísticas, educativas y comunicativas que contengan el trabajo en casas de las culturas, comunidades de saberes y aprendizajes, medios de comunicación comunitarios interculturales, iniciativas económicas de reciprocidad y redistribución, la investigación y sistematización.

Uywana Wasi

CRIANDO CHACRAS URBANAS

Por: Uywana Wasi

La chacra (pedazo de tierra cultivada) es una forma de crianza. En la chacra andina no sólo se cría a las plantas y a los animales considerando como condiciones ya dadas al suelo, al agua y al clima, sino que en la chacra también se cría al suelo, al agua y al clima.

Recíprocamente, la chacra cría a quienes la crían. Se trata pues de una cultura de crianza en un mundo vivo. Bolivia es uno de los pocos lugares del mundo en donde se ha creado cultura original y es una de las cunas de la agricultura, se la practica desde hace unos 10,000 años. En los Andes toda la vida gira alrededor de la crianza de la chacra, por eso la cultura andina es agrocéntrica. El «presente» en el mundo vivo andino se re-crea, se re-nueva, por digestión del «pasado», es decir, por inclusión del «pasado».

En los Andes, desde luego, existe la noción de secuencia, las nociones de antes y después, pero ellas no se oponen como pasado y futuro en la cultura occidental, sino que se encuentran albergadas en el «presente», en el «presente de siempre», en «lo de siempre» siempre re-creado, siempre renovado. Es que en los Andes vivimos en un mundo vivo, no en el mundo-reloj de Occidente.

La colectividad natural andina siendo sumamente diversa, es sin embargo la de siempre. Sucede pues que lo de siempre es la diversidad, la renovación, la re-creación. La diversidad es lo habitual, es lo normal. Pero no cualquier diversidad sino la que conviene a la vida. Por este modo de ser es que la cultura andina ha podido mantener su presencia entrañable en las grandes mayorías poblacionales del campo y de las ciudades y continuar con su diversidad pertinente a la vida. Sólo el reencuentro de nuestra sociedad con nuestra naturaleza, en provecho del mejoramiento de la calidad de vida de las grandes mayorías nacionales, acabará con la vigencia del Estado colonial. Las chacras urbanas serán importantes espacios de reencuentro entre las personas y las memorias, un espacio de regeneración de la comunicación con la Pachamama y la comunidad. Al mismo tiempo será una manera de ayudar a alivianar el alto nivel de polución que existe en la ciudad de Cochabamba, si estos lograran crearse y recrearse en distintos barrios de la ciudad. La chacra andina con sus características típicas de respeto y reciprocidad alimentaran la tierra, proporcionándonos biodiversidad y belleza a nuestro entorno urbano tan revestido en concreto y materiales tóxicos. Las verduras, hierbas medicinales, cereales y frutos que se cosecharan estarán bajo el control de las familias involucradas asegurando una buena distribución y libres de productos químico como los que ya son muy comunes en los mercados los cuales no sabemos de donde provienen ni como los han cultivado.