LOS HAN MATADO!!!

Por: Luly Duran Es un muerto, son dos, son tres, son seis dicen. No… es el Antonio, es el Rudy, es el Pedro, es el Joel, es el Clemente, es el Juan, es el Deyvid… Ellos que ya no estan, que ya no siempre van estar, que ya no siempre van estar, para comerse su...

LA LIBERACION DE LAS WAKAS

Por: Valentina Campos Uywana Wasi

LOS MAS DE 500 AÑOS DE colonización a las mayorías sociales del mundo, sigue ocupando el plano físico más que el mental en nuestra memoria colectiva en general; la invasión de los conquistadores, apropiación de tierras, violación de mujeres, masacres, robo de bienes comunes, destrucción de objetos y ritos religiosos, etc., tiene un peso mayor en nuestro inconsciente que el proceso in-interrumpido de colonización mental aún más anciano.

Primero para poder comprender esto debemos reconocer el hecho de debilitamiento y enfermedad por el que una cultura debe pasar para que la conquista y colonización por parte de otra se den con éxito. La negación del otro no se da fácilmente sin la falta de afirmación de lo común-propio diferente.

La rebelión aislada de este hecho encubre en si el acto colonizador afirmando su dominio y ubicando al conquistado en víctima y esclavo eterno de su empresa.

Nos revelamos de nuestro opresor sin reconocer nuestra enfermedad de debilitamiento de la identidad esencial, lo cual impide nuestra liberación total. Esta falta nos ha empujado al desarraigo cada vez más profundo, y a una cadena de resistencias. Pero a que nos resistimos en realidad?. No será que nos resistimos a ver todo lo que vamos enterrando por esta falsa caminata hacia el progreso?1. Un comentario de Gustavo Esteva* en su texto Resistencia Indígena y Filosofía Gandhiana: entre autonomía e independencia hablando sobre la conexión de las ideas de Gandhi con los zapatistas:

…“ Dice Gandhi, la violencia de los gobernantes, esa violencia de sus militares y paramilitares no nació con ellos, ellos no nacieron violentos, se hicieron violentos; nuestros gobernantes son violentos por su entorno; si pueden ser violentos es porque su entorno los hace violentos. Pero su entorno somos nosotros, el entorno de estos gobernantes violentos que nos están agrediendo y que nos siguen agrediendo cotidianamente de todas las maneras posibles, inclusive con la máxima fuerza física, es posible porque nosotros lo permitimos, porque, los zapatistas siguen esperándonos y todavía no actuamos en consecuencia con su llamado“

Lo físico son los medios por los cuales los colonizadores llegaron a penetrar en las mentes de toda una humanidad, a través de los siglos, por una única posibilidad de salvación para pasar la vida que ocupa ahora el lugar del arte de vivir y morir. Nos hemos quedado en el resentimiento de sus actos por fuerza física pero nos distraemos de RECONOCER los actos que les han sido posibles ejecutar por fuerza mental (religión dominante y percepción OCCIDENTAL progresista de la vida) a las que HOY servimos.

MANIFIESTO DE LA RED DE LA DIVERSIDAD AL PUEBLO BOLIVIANO

Por: Red de la Diversidad Ante los dolorosos sucesos que se vienen suscitando en nuestro país y en reconocimiento al sacrificio de vidas de hermanos del glorioso pueblo Alteño, Cochabamba, El Trópico Cochabambino, Sucre, Yapacaní/Santa Cruz y a nuestros pueblos originarios fuentes del nacimiento de nuestra Red, manifestamos al pueblo boliviano lo siguiente: Consideramos que...

¿VIENE LA BIBLIA A DESPLAZAR LA PACHAMAMA?

Una lectura diferenciada del resurgimiento de la extrema derecha en Bolivia, de las responsabilidades del gobierno y de las opciones que tienen las fuerzas transformadoras

Entrevista con Mario Rodríguez, El Alto

Mario Rodríguez vive en El Alto, Bolivia, donde forma parte del equipo de Wayna Tambo y de su estación de radio comunitaria. Es integrante de la Red de la Diversidad, de la red latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria y del Grupo de Trabajo Permanente sobre Alternativas al Desarrollo.

Mario, hay dos interpretaciones principales que circulan acerca de los sucesos recientes en Bolivia: La una, que también es la oficial de Evo Morales y Álvaro García Linera, afirma que se trata de un golpe cívico-policial. La otra habla de una fiesta de la democracia, que logró triunfar sobre el fraude electoral. ¿Qué comentarios te provocan estas interpretaciones?

Para entender lo que está pasando es importante remontar al referendo del 21 de febrero de 2016 sobre la posibilidad de Evo de postularse una vez más como candidato a presidente en estas elecciones de ahora, en la que una mayoría del electorado le dijo que no, que debería ser el pasado su último mandato. Luego el gobierno activó una serie de mecanismos legales bastante turbios para asegurar su candidatura a pesar de este resultado del referendo, lo que desató en los últimos años una batalla en torno a la legalidad de esta candidatura.

El otro elemento es que a pesar de que nadie cuestiona que Evo Morales obtuvo una mayoría relativa en estas elecciones de octubre, hubo demasiados indicios de manipulación del voto para obtener la diferencia de más del 10% que se requiere en Bolivia para evitar una segunda vuelta, que el gobierno temía perder.

¿Puede ser que ya en 2016 haya habido manipulación del voto?

No se puede descartar del todo esta posibilidad, pero en este entonces el Tribunal Supremo Electoral tenía mucha más independencia, había personas que defendieron mucho eso y que han renunciado a sus puestos desde entonces.

Entonces, estos fueron los dos detonadores principales de un movimiento social en resistencia a la reelección de Evo, que involucró a amplios sectores de la población, con una predominancia de las clases medias en las grandes ciudades del país. Una parte de esta movilización era gente indignada que salió espontáneamente en defensa del voto y contra este aferramiento del gobierno al poder. Pero al mismo tiempo presenciamos otra dinámica, que actuó muy organizadamente en este escenario: la derecha organizada se montó sobre este movimiento espontáneo con una estrategia planificada, y en eso muy posiblemente hubo también asesorías externas, por ejemplo, del gobierno de Estados Unidos.

Desde antes y hasta tres días antes de las elecciones se organizaron en las ciudades Cabildos organizados por Comités Cívicos. Los comités cívicos son organizaciones ligadas a las instituciones de las ciudades generalmente muy ligadas a las derechas. Los cabildos tradicionalmente son convocatorias abiertas a una suerte de asambleas públicas en las que cualquiera puede tomar la palabra, se delibera sobre un asunto y se toman decisiones colectivas. Pero en este caso los cabildos fueron muy diferentes, tenían una agenda con oradores fijos, la gente solo podía aclamar a resoluciones prefabricadas. Los siete partidos opositores estaban presentes ahí, pero la voz cantante la llevó una organización llamada CONADE, formada para estos efectos, que retoma el nombre de la Coordinadora Nacional en Defensa de la Democracia que existió aquí durante la dictadura militar, y plataformas „ciudadanas“ en torno al movimiento Bolivia dijo No que defendía los resultados del referéndum del 2016. En este espectro diverso, el peso mayor estaba ligado a discursos y estructuras amplias de derecha, conviviendo con sectores de izquierdas, de ambientalistas, etc.

Desde estos espacios ya se incitaba a no aceptar ninguna victoria de Evo Morales en las elecciones por venir. Se hablaba de que vivimos en dictadura y que las elecciones son convocadas por el dictador.

Luego, después de las elecciones primero la voz más visible era del candidato opositor Carlos Mesa, que obtuvo entre 36 y 37% de los votos, pidiendo una segunda vuelta. Al cabo de una semana cambio este liderazgo, aparece la figura del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y se comenzó a pedir anulación de toda la elección y nuevas elecciones sin la participación de Evo Morales. Las demandas se fueron radicalizando, luego ya se pidió la renuncia, y ahora detención y encarcelamiento del presidente, vicepresidente y todo su gabinete.

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NUESTRA EXPERIENCIA ANDINA DE APRENDIZAJE NATURAL…Hacia fuera del sistema hasta hacia dentro de nosotros/as mismas

Por: Uywana Wasi

Existe aún muy poco interés en entender como la visión dominante de Progreso y Desarrollo, así como sus solidos pilares patriarcales colonizantes, conducen a todos los crecientes problemas, especialmente el de la destrucción de la naturaleza. Ni hay mucho deseo en explorar como pueden surgir soluciones de los propios contextos locales; especialmente cuando nuestros líderes-autoridades están condicionados a buscar toda respuesta en modelos occidentales.

Las instituciones educativas han entrenado a el hombre comunitario en el individualismo formado en la desconfianza en los otros, preparado en la competición por jerarquías, instruido en la violencia por recursos económicos, armado en el miedo a la subsistencia y perpetuando terror a la escasez. Pero la guerra sigue siendo contra los pobres y analfabetos, mayormente campesinos los cuales la crianza de la diversidad de su entorno les mantuvo lejos de conocer la escasez, y la sabiduría por la subsistencia lejos de la mediocridad de la noción de progreso.

La misma colonización de siempre nos sigue declarando la guerra, y es, como dice Ivan Illich: ‘contra la subsistencia’. Contra todas las formas y sistemas diversos de subsistencia colectiva, atacadas con nuevas necesidades impuestas y saqueando los recursos para mantener a las elites. La destrucción de la subsistencia significa la dependencia de un único sistema global dominante “la empresa mundial del Desarrollo”. El camino hacia el fin de los privilegios podría ser el fin de esta guerra infinita.

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WARMIKUNA QHAPARINCHIQ

Por:WARMIKUNA QHAPARINCHIQ

Llaqtanchikpi “democracia” nispa runakuna chiqniyuq maqanakuchkanku, kay iskay qutukamachiqkuna, chaymantapis “demócratas” nisqa, ñuqaykuta apachkawanchik yawarta surunanpaq, wañuchikunaykuta munaspa.

Kunan pacha suyunchik k´ala llakikuywan kachkan, kay “gobierno” kamachiq wak laduman tiqrakun, llank´aqkuna, aylluskuna, chay “pueblos originarios” nisqamanta phiñasqa kachkanku, imaraykuchus kamachiqkuna “recursos naturales” nisqata jawaman apakapuchkanku, piskunata chay kunasta qhaparinku jap´iyta munachkanku wisk´anankupaq, mana jukllatachu parlanku nitaq jatun “constitución” nisqata, paykuna ruwanku chayta, kasunkuchu.

Kayta qawarispa kay mauk´a kamachiqkuna “neoliberales, comités cívicos, juventudes khochalas, juventudes cruceñistas” nisqakuna chiqninta rikch´arichichkanku, kampu runaspaq, warmispaq, “democracia” nisqamanta jap´ikunku wak kutimanta kamachiyuq kanankupaq, ñaupa pacha “colonia” jina apanawaykupaq.

Chay qutuchankupi llullaspa llullaspa parlanku uyarinankupaq, machumachuslla imatapis ninku, chantari mana imata ruwankuchu, wak kunallata apanku paykunarayku tinkunankupaq.

Escucha el Audio en: https://audiomack.com/song/losmuros/warmi-qhaparinchiqmpeg

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BOLIVIA: LA “SOLUCIÓN POR EL DESASTRE”

Por: Rafael Bautista S.

La “solución por el desastre” nunca ha sido solución para nadie. Ni siquiera para quienes la promueven (que nunca están sólo de un lado). Éste es el radicalismo funcional a intereses que sólo se manifiestan cuando el desastre se consuma y delata una lógica no calculada por los tontos útiles: “no nos interesa el desastre sino cuántas ganancias nos genera el desastre”.

La promoción de un contexto infernal en un país polarizado, se inició con el incendio de la Chiquitanía. Aquello, que debió servir como alerta simbólica –en lenguaje telúrico– fue infelizmente instrumentalizado por el cálculo político más siniestro.

La lluvia no apareció por casualidad sino para enseñar algo que no se supo aprender (ni en el gobierno ni en la oposición): el conflicto no se iba a superar atizándolo más sino purificando la beligerancia. Ceder es entender. El beligerante cree que sólo él tiene la razón. Pero todo conflicto es entre dos y ninguno es inocente del todo. Sólo cuando se acepta la responsabilidad mutua, la política se hace efectiva; lo contrario nos lleva a la guerra, donde cada uno pelea por imponer su propia versión: el triunfo lo decide la fuerza, no la razón.

En ese sentido, la “contienda” electoral –ya contaminada por el odio fermentado– se fue haciendo literal. No sólo la oposición usó los cabildos premeditadamente para inflamar el contexto post-electoral sino también el gobierno, en su autismo habitual, no supo revertir una situación que se perfilaba como un típico callejón sin salida. Las encuestas previas no sólo confirmaban el desgaste de la candidatura oficialista sino la apuesta que la oposición barajaría como el argumento perfecto: segunda vuelta o fraude. La actual consigna de “defensa del voto”, no fue un producto espontáneo sino un recurso discursivo idóneo para manipular el “espíritu democrático” raptado ya por la derecha.

Hagamos un poco de historia. Desde que aparece el “sistema democrático” como fetiche institucionalista, el voto se ha constituido en la única mercancía admitida por la cosmogonía imperial. Ni el “proceso de cambio” pudo superar este diseño político (que lo produce la Comisión Trilateral en 1970), porque cuando se confunde liberación e inclusión, se acaba subsumiendo las expectativas de transformación en la subordinada adecuación al orden imperante. Pero esto no cualifica lo democrático de una real democratización de una sociedad, sino más bien funcionaliza todo proceso de democratización a las necesidades institucionalistas de la reposición de un orden diseñado precisamente para hacer imposible una democratización plena.

DERECHO PENAL: ANTECEDENTES, ACTUALIDAD Y PERSPECTIVA PARTE II

Por: Laura Suaznábar Terrazas

6.      EL ENDURECIMIENTO DE LAS PENAS Y LA PREVENCIÓN DEL DELITO EN UN ESTADO DE DERECHO 

De lo que podemos informarnos por la prensa, podemos interpretar que la más eficaz e inmediata solución política al problema de la inseguridad lo representan propuestas legislativas:

a) la tipificación de nuevos delitos;

b) el aumento de las escalas penales (en su mínimo y en su máximo);

c) la limitación de derechos penitenciarios; y

 d) la disminución de la edad de imputabilidad de los menores.  

¿Ello será suficiente para disminuir la tasa de criminalidad?

La prevención general que propugnan las leyes no es basta, no es suficiente una ley política de emergencia. Creemos que la cuestión pasa más bien por trabajar sobre las causas de la delincuencia y no sobre sus efectos a los fines preventivos generales.

 El delito tiene múltiples causas, y sobre ellas, el Estado debe trabajar responsablemente en busca de su disminución. Atacar las causas y no los efectos con palabras simples y repetidas como educación personal y familiar, igualdad de oportunidades laborales y sociales, generación de empleos genuinos y no subsidios estatales temporales, provisión de recursos humanos y materiales a las fuerzas de seguridad y al Poder Judicial, capacitación profesional y reestructuración ética de sus integrantes pueden -quizás- marcarnos un camino más factible para llegar a disminuir el delito.  De ninguna manera, debemos marchar hacia construcciones jurídicas que buscan “proteger” mejor a la sociedad mediante la flexibilización o vulneración de principios clásicos de Derecho Penal y de Derecho Procesal Penal, porque no debemos olvidarnos que en la postura de Jackobs, el mayor riesgo lo representa la incertidumbre de las pautas y el órgano-persona encargado de determinar quien es “el enemigo”. Así la sociedad pueda sentirse protegida dentro del marco que comprende un Estado de Derecho.   

“El problema de la inseguridad ciudadana está -más allá de la ‘sensación’ promovida por los medios de prensa-, y no es un problema nuevo”.   La solución no debe venir de las directrices de un Derecho Penal de Dos Velocidades o de un Derecho Penal del Enemigo, aunque esta pareciera ser la tendencia mundial y a la que, tal como estamos caminando, difícilmente podamos sustraernos. No existe razón lógica-científica, para que la preocupación obsesiva por una forma de delincuencia condicione la totalidad del sistema penal-procesal-penitenciario. Seguimos creyendo que las leyes penales, deben ser el resultado de un proceso reflexivo y científico, en el que se escuchen a los diferentes sectores de la comunidad. Se debe dejar de generar un Derecho Penal Simbólico, que como está demostrado, empíricamente, de nada sirve.  

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REFLEXIONES DE COMPAÑEROS DE UYWANA WASI

Por: Comunidad Uywana Wasi

Reynaldo

En el área rural la colonización está avanzando rápidamente, esto parece una auto colonización, ya que no es necesario la fuerza de las armas para colonizar como lo hicieron en el pasado, ahora es una fuerza subconsciente de querer en el sistema competitivo de desarrollo, para lograr alcanzar los sueños ajenos que les han metido en la escuela y que les meten subconsciente mente desde sus poderosas armas de destrucción masiva, los medios de comunicación.

Mientras en la ciudad hay gente que se jacta de estar revalorizando la cultura y costumbres ancestrales, en el campo las están olvidando cada vez más. Los tocatiris piensan que por ganar un concurso o festival de música autóctona y a están ayudando a fortalecer nuestra cultura. O cuando realizan una feria comercial de tejidos originarios fomentando su industrialización piensan que están reafirmando nuestra cultura, sin embargo están llevando a un plano más mercantil y de folclore a nuestras costumbres. Cuando en el campo más jóvenes se dejan seducir con las costumbres de la ciudad. Esta ciudad que en vez de profundizar el sentido y sentimiento de las tradiciones, más bien los comercializan y los convierten en shows de todo tipo que terminan distorsionando y aniquilando el verdadero espíritu, fuerza, misteriosidad, energía y deja de ser parte del equilibrio de la naturaleza.

Es triste pensar que todo esto nos lleva a un tiempo espacio donde ya no exista el campo como tal; donde los valores, costumbres, rituales, tradiciones y más se pierdan en la memoria; ¿esta en nuestras manos el evitar esto?, tal vez parece que nos enfrentamos contra un monstruo gigante (llamado globalización), pero la fuerza de nuestros ancestros están con nosotroas, la fuerza de nuestros ancestros y nuestras ancestras están con nosotraos, la fuerza de nuestroas cerros y montañas, cumbres, nuestros apus, achachilas, wakas, apachetas nos acompañaran siempre; la fuerza de nuestras selvas, ríos, lagos, montes, arenales todo y en todo lugar tenemos nuestros protectores y nosotros también debemos protegerlos. La resistencia empieza en uno/a mismo/a.

 

Munir Fasheh, Palestina

El término “Occidental” no es un término académico o intelectual, y tampoco es geográfico. Para mí, significa dolor, injusticia, destrucción, y enojo dentro mío, e insensibilidad de parte de las instituciones. No es algo abstracto, por el contrario es algo muy concreto y ha estado irrumpiendo mi vida casi por completo. La liga de las Naciones legitimo la ocupación de los británicos en Palestina. Las Naciones Unidas legitimo la ocupación Sionista. La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos robó nuestra dignidad. El desarrollo nos robó nuestros recursos. Las agencias de donación extranjera destruyo nuestra habilidad de sobrevivir y funcionar por nosotros mismos. Las ONGs. Están deshilachando el tejido socio-cultural-espiritual de nuestras sociedades. Las Naciones Unidas legitimaron la invasión a Irak en 1990; y la ocupación de Líbano. Tomando a Palestina como un ejemplo, la matanza, la hambruna, y la destrucción en todos los niveles está siendo permitido en Gasa con total apoyo de CADA UNO de los países Occidentales y por grandes organizaciones e instituciones, incluyendo Estados de Naciones Árabes que fueron creadas en la región. Esta colaboración de instituciones (durantes los pasados 500 años) creadas para destruir las comunidades humanas, y transformar el sufrimiento humano en diálogos intelectuales, es lo que el término “Occidental” provoca en mí.

Por muchos años, he cargado el “virus” (la institucionalización de todos los aspectos de la vida humana) y lo desparrame a través de mi trabajo principalmente como profesor de matemáticas y física. He encarnado el Occidente en mis percepciones, concepciones, actitudes, creencias, y comportamientos. Lo he internalizado en mi vida de muchas maneras: he creído que el camino de Occidente era el camino mejor para ser tomado para poder salir adelante; sentí que mi tarea era ayudar a mi gente y a mi país a desarrollarse (¡lo cual proclamaba que yo sabía lo que era bueno para ellos!) Esparcí las semillas de la educación donde sea que trabajaba – hasta que finalmente, durante la primera intifada, decidí que podría no hacer eso y sentirme bien en mi interior. El dolor que sentí me hace pensar sobre Occidente como una enfermedad. Sentí que necesitaba sanarme de lo que había internalizado. Me llevo muchos años, estoy aún luchando. Probablemente esto explica porque luchar contra Occidente es una visión equivocada. Al luchar en contra uno queda contaminado. La necesidad de sanarnos es lo que veo más propio en la gente que ha sido expuesta a materiales dañinos tales como educación, medios de comunicación masiva, comida procesada, etc. Quisiera clarificar algunas cosas; cuando digo Occidente, no me refiero a la gente (es más, yo he estado casado con una mujer Norte Americana por 40 años, obviamente no quiero decir que necesito sanarme de ella!). El Occidente del que me quiero sanar es el encarnado en mis percepciones, concepciones, actitudes, creencias, y comportamientos.