El tejido multicolor de la economía alteña
Mario Rodríguez Ibáñez[1]
Los textiles andinos conocidos como awayos son un entramado colorido y vistoso particular que habita cotidianamente la ciudad de El Alto. Se los puede ver en las espaldas de las mujeres cargando a sus wawas (hijos/as), en las manos de la gente llevando sus pertenencias, sus compras o los productos agrícolas para el alimento familiar, están sobre las mesas a manera de manteles o en los arcos que se arman en las calles para el paso de las fiestas que inundan los barrios, hacen parte de las vestimentas cotidianas, pero también de los trajes especialmente diseñados para las bandas escolares en los desfiles patrios, se usan para guardar la coca que se comparte y para colocar encima la comida comunitaria conocida como apthapi . Sin awayos no se puede comprender las convivencias diarias de la gente que puebla la ciudad de El Alto.
Los awayos son tremendamente coloridos, pero todos saben cuál es el verde, el lila, el azul o el amarillo. Cada awayo tiene una parte que se llama pampa, que coloca la tendencia base del color, y otra que se denomina trama, en la que se mezclan los colores y donde se narran las historias, las visiones del mundo, las pertenencias comunitarias, la vida.
Así es también la ciudad de El Alto, con su pampa aymara[2] que marca los modos de vida de la población de esta urbe, pero con un entramado complejo, complementario, tenso, conflictivo y festivo a la vez que combina abigarradamente esa matriz aymara con otros
