Resultado de imagen para ciudad industria y modernidad

Ciudad – Industrialización – Modernidad: una historia a la boliviana Primera Parte – Nuestra fase Cepalina del asunto

Por: Elmer Peña y Lillo - Yembatirenda/Tarija

Una noticia reciente sobre las restricciones que se tenían que imponer para disminuir el grado de contaminación ambiental de la Ciudad de México nos motivó a indagar cual es el volumen de la población actual en las ciudades más pobladas de Latinoamérica, los datos anotaban que en Ciudad México se estimaba que habían 22,3 millones de personas, en la ciudad de Sao Paulo de Brasil 21,9 millones y la ciudad de Buenos Aires en la Argentina se estimaba que habitaban 15,9 millones de personas, comparando con las poblaciones urbanas más pobladas de nuestro país en ningún caso alcanzaban más del 10% del volumen de esas poblaciones, que por una parte, sí era un alivio el estar muy lejos de esos abismos urbanos, pero nos lleva a pensar y a preguntarnos ¿Cuáles las motivaciones de estos crecimientos y su sentido evolutivo en el tiempo?, ¿Cómo era que veía la población y desarrollaba su sobrevivencia en este proceso de crecimiento?, ¿Sera que nos estamos encaminando obedientemente a los designios del desarrollo para ser modernos?, ¿Cómo es que estaremos conformando nuestras identidades y posibilidades de ser nosotros mismos, en un entorno paradójicamente más cosmopolita pero con tendencia homogenizadora mundial?.

Los conglomerados urbanos están asociados entre otras cosas, también, a la implementación de procesos industriales, que a su vez buscan incrementar el proceso de acumulación de capital a partir del aprovechamiento de los volúmenes de fuerza laboral disponibles, visto en clave mundial; para el caso de Latinoamérica hacia los años 60 la ciudad de México alcanzaba a los 4,8 millones de habitantes, – es decir sólo cerca del 22% de la población actual –, desde la perspectiva administrativa gubernamental de aquel tiempo, tanto en México como en los demás países de la región, alentada además por la corriente de la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina), se consideraba que había llegado el momento de promover un proceso activo de industrialización, en una perspectiva de “sustitución de importaciones” dado que se estaba en un crecimiento activo del “mercado local”, en el criterio de disminuir la “dependencia” de los países industrializados del “primer mundo”, tomándose como organismos promotores a las “empresas estatales”, que contarían con el financiamiento de organismos financieros internacionales como el BID o el BM, se apostaba por incorporarlos al proceso “natural” de desarrollo de las naciones hacia la “modernización”. En aquellos años, – cerca de 60 años atrás –, posiblemente en nuestro país no se cumplían muchos de esos supuestos, ya que por ejemplo en todo el país la población alcanzaba apenas los 3,6 millones de habitantes, era una población marcadamente rural y con un alto grado de dispersión, la circulación de mercancías estaba dificultada por la escasa vertebración entre localidades, el mayor centro urbano contaba con cuatrocientos mil habitantes, por lo demás el consumo de bienes de uso doméstico importados era reducido; de allí que una visión clásica de “mercado de consumo” no era digamos tan real, por ello la perspectiva de “industrialización” tanto desde la inversión estatal como la inversión privada se oriento significativamente hacia la instalación de industrias relacionadas con textiles, en menor medida una incipiente inversión en industria alimenticia masiva y otras como de el calzado, por lo que la “sustitución de importaciones”, al menos en lo referido a bienes de consumo doméstico quedaba como que en off side; pero no era lo mismo en la situación de la dependencia, los países del “primer mundo” estaban enfrascados en lo que se denominaba “guerra fría”, que por una parte significaba pugna por el control territorial a través de la cooptación política de regímenes de gobierno y por otro garantizar la provisión de materias primas para consolidar su propio potencial industrial; en nuestro caso como país para garantizar el funcionamiento como Estado dependíamos específicamente de la venta de minerales, cuya extracción dependía de insumos y materiales tecnológicos importados, como también dependíamos de un mercado controlado; pero para este rubro los organismos de financiamiento del desarrollo ya no aplicaban la teoría de la CEPAL de, “sustituir importaciones”, que hubiera significado favorecer procesos industriales metalúrgicos locales integrado a los procesos de extracción, refinación e inclusive la aleación de los minerales que se extraían de las minas, que realmente redujera la “dependencia”, pero no, eso no estaba en el libreto.

Uywana Wasi

CRIANDO CHACRAS URBANAS

Por: Uywana Wasi

La chacra (pedazo de tierra cultivada) es una forma de crianza. En la chacra andina no sólo se cría a las plantas y a los animales considerando como condiciones ya dadas al suelo, al agua y al clima, sino que en la chacra también se cría al suelo, al agua y al clima.

Recíprocamente, la chacra cría a quienes la crían. Se trata pues de una cultura de crianza en un mundo vivo. Bolivia es uno de los pocos lugares del mundo en donde se ha creado cultura original y es una de las cunas de la agricultura, se la practica desde hace unos 10,000 años. En los Andes toda la vida gira alrededor de la crianza de la chacra, por eso la cultura andina es agrocéntrica. El «presente» en el mundo vivo andino se re-crea, se re-nueva, por digestión del «pasado», es decir, por inclusión del «pasado».

En los Andes, desde luego, existe la noción de secuencia, las nociones de antes y después, pero ellas no se oponen como pasado y futuro en la cultura occidental, sino que se encuentran albergadas en el «presente», en el «presente de siempre», en «lo de siempre» siempre re-creado, siempre renovado. Es que en los Andes vivimos en un mundo vivo, no en el mundo-reloj de Occidente.

La colectividad natural andina siendo sumamente diversa, es sin embargo la de siempre. Sucede pues que lo de siempre es la diversidad, la renovación, la re-creación. La diversidad es lo habitual, es lo normal. Pero no cualquier diversidad sino la que conviene a la vida. Por este modo de ser es que la cultura andina ha podido mantener su presencia entrañable en las grandes mayorías poblacionales del campo y de las ciudades y continuar con su diversidad pertinente a la vida. Sólo el reencuentro de nuestra sociedad con nuestra naturaleza, en provecho del mejoramiento de la calidad de vida de las grandes mayorías nacionales, acabará con la vigencia del Estado colonial. Las chacras urbanas serán importantes espacios de reencuentro entre las personas y las memorias, un espacio de regeneración de la comunicación con la Pachamama y la comunidad. Al mismo tiempo será una manera de ayudar a alivianar el alto nivel de polución que existe en la ciudad de Cochabamba, si estos lograran crearse y recrearse en distintos barrios de la ciudad. La chacra andina con sus características típicas de respeto y reciprocidad alimentaran la tierra, proporcionándonos biodiversidad y belleza a nuestro entorno urbano tan revestido en concreto y materiales tóxicos. Las verduras, hierbas medicinales, cereales y frutos que se cosecharan estarán bajo el control de las familias involucradas asegurando una buena distribución y libres de productos químico como los que ya son muy comunes en los mercados los cuales no sabemos de donde provienen ni como los han cultivado.

El punk feminista de las Warmi Putas

Por: Red de la Diversidad Cantarle al orgasmo, a la menstruación, al aborto libre y seguro y al cuidado de nuestros cuerpos es parte de la banda de punk alteña “Warmi Putas”. El propio nombre, dicen ellas, “es una manera de cuestionar lo que la gente nos dice cuando decidimos ser libres y salimos a...

ESCUELA DEL VIVIR BIEN APTHAPI DE SABERES Y EXPERIENCIAS CONVOCATORIA 2019 – 2020 Del 1 de julio 2019 al 21 de junio 2020

Por: Apthapi Comunidades del Buen Vivir

ESCUELA DEL VIVIR BIEN, para aprendizajes integrales que fortalezcan y vigoricen los conocimientos, saberes, prácticas, experiencias y propuestas de modos de vida amigables, comunitarios y sostenibles desde los horizontes del Vivir Bien, a través del diálogo complementario entre las sabidurías indígenas ancentrales, la permacultura y otras concepciones de la vida que aportan a una relación más armónica y equilibrada entre seres humanos y naturaleza, tejiendo puentes entre lo urbano y lo rural.

La Escuela del Vivir Bien es un proyecto piloto de aprendizaje integral, donde todo lo que se enseñe teóricamente sea puesto en práctica en un espacio físico concreto y con una comunidad concreta, de modo que todo lo aprehendido sea aplicado, convirtiéndose en un espacio demostrativo o proyecto piloto del Vivir Bien. Se trabaja de manera simultánea y complementaria concepciones, estrategias, metodologías, herramientas y tecnologías que provocan procesos inmediatos de prácticas concretas.

Así, mientras se participa del proceso de formación, se avanza en propuestas y acciones de transformación integral de las personas y los entornos. Al contar con una currícula holística e integral, se prevé que prontamente se den acciones regenerativas en campos tan amplios como el cuidado del medio ambiente, la alimentación y la salud, la gestión de los espacios públicos y los bienes comunes, la economía en pequeña escala y solidaria, la producción y la circulación de bienes, el uso de tecnologías sostenibles y amigables con el entorno, consumos responsables, etc., incidiendo así en la comunidad inmediata.

MODALIDAD

Semi presencial. Cuenta con una plataforma digital multimedia y un taller presencial por módulo.

Requiere una carga horaria mínima de trabajo educativo de 5 horas por semana. Estas horas deben cumplirse durante la semana en las horas de preferencia de cada persona, salvo los momentos colectivos acordados como teleconferencias o debates (se entregará al inicio de cada módulo, el cronograma detallado de los mismos).

En total, cada módulo, requiere de 120 horas educativas en 6 semanas, que incluye 30 horas mínimas de trabajo educativo (5 horas por semana), 16 horas de taller presencial y 74 horas de actividades complementarias a ser desarrolladas en cualquier momento durante el módulo (lecturas, audiovisuales y tareas de grupo o personales en la organización y/o el territorio).

Durante el desarrollo de cada módulo se tendrá el acompañamiento educativo del equipo de la Escuela del Vivir Bien a través de la plataforma digital.

Cada módulo durará 6 semanas (salvo el introductorio que dura 4 semanas) y se implementa a través de:

-          Un conjunto de materiales en textos digitales, audios, audiovisuales y otros recursos lúdicos y didácticos de guía de trabajo y de profundización que serán subidos a una plataforma digital.

-          Una semana para la sistematización que contribuya a situar la temática en el contexto local, la vida cotidiana, las experiencias y la memoria de cada participante, de su organización y/o territorio local.

-          Cuatro semanas de desarrollo de las diferentes temáticas del módulo que vayan enriqueciendo el trabajo inicial y lo vayan guiando a la elaboración de productos y/o propuestas o proyectos de acción concretos y efectivos. Se contará con acompañamiento a distancia, foros y teleconferencias. Una unidad por semana.

-          Un taller presencial con internado de día y medio de duración (sábado todo el día y domingo hasta medio día), que sirve para profundizar los temas, intercambiar y visitar experiencias, recibir formación y capacitación en los ejes instrumentales. Taller que se realizará al finalizar la semana 5 del módulo.

Una semana para la elaboración de productos y/o propuestas o proyectos concretos de acción en el entorno de cada participante.

Contenidos

Para acceder a los contenidos, y cronograma detallados pincha aqui https://drive.google.com/file/d/1Btu_r7L8bxaf9Ay_djDIv-gI8feqa_pJ/view?usp=sharing

y para acceder al formulario de registro entra aqui https://drive.google.com/file/d/1qw8w49Y-D7U4edpLV1mODW8VpvmigzQj/view?usp=sharing

Roman Choque

PROCESIÓN: Foto reportaje de Román Choque

Por: Red de la Diversidad  “Las fotos son sobre la procesión que se realiza en la Periférica, zona El calvario. Yo pensaba que ya no había gente que hiciese esto, pero siguen, claro que participa poca gente y se hace algo cómico… eso fue con lo que me tope en semana santa…”, nos cuenta Román...

Resultado de imagen para Pescadores filipinas

Los pescadores filipinos recogen más plástico que peces

Por: Laura Villadiego Fuente: El País

Christopher Lapid tenía apenas 10 años cuando se adentró por primera vez en las aguas de la bahía de Manila para ayudar a su padre a capturar el pescado que daba sustento a la familia. El mar que baña la capital de Filipinas era entonces generoso y las redes salían siempre repletas. “Había muchos peces y la vida nos iba cada vez mejor [...] Cuando cumplí 15 años pudimos incluso comprar nuestra primera barca motorizada”, recuerda este pescador de Navotas, una pequeña ciudad a pocos kilómetros al norte de Manila.

Hoy, con 35 años, la historia es diferente. Las redes siguen saliendo repletas, pero de residuos. “Antes solíamos capturar cuatro o cinco kilos [de pescado] al día cuando íbamos a pescar. Pero ahora, si consigues pescar 10 kilos, la mayoría es basura”, asegura Lapid.

Todo cambió en 2013, cuando un vertedero abrió a pocos kilómetros al norte del barrio de Tangos, el suburbio de Navotas donde Lapid nació. La bulliciosa capital filipina había crecido rápidamente y necesitaba aliviar con urgencia las montañas de basura que se acumulaban. Así, Metro Manila, la conurbación que aglutina a varias poblaciones en torno a la capital filipina y que incluye a Navotas, cobija hoy a cerca de 13 millones de personas, según el censo oficial de 2015. Manila, el corazón de esa urbe, tiene casi dos millones de habitantes concentrados en un pequeño espacio y las clasificaciones la sitúan a menudo como una de las ciudades más densamente pobladas del planeta.

Sin embargo, la densidad de habitantes no es la única que ha crecido de forma descontrolada durante los últimos años. “La contaminación por plástico es cada vez mayor en la zona metropolitana de Manila”, asegura Abigail Aguilar, activista de Greenpeace Sudeste Asiático. Filipinas, como otros países de la región, ha abrazado la llamada economía del sobre, como se conoce al modelo de consumo promovido por numerosas multinacionales en países en desarrollo donde promocionan sus productos en pequeños sobres de un solo uso. Estos sobres individuales han permitido que productos como el champú o el café sean más accesibles para comunidades con pocos recursos, pero se han convertido en una pesadilla medioambiental en los países en los que se han popularizado. Según un informe reciente de Alianza Global para las Alternativas a la Incineración (GAIA, por sus siglas en inglés), estos sobres forman el grueso de la basura no biodegradable de los filipinos, quienes tiran más de 163 millones de unidades cada día, frente a los 48 millones de bolsas para la compra y 45 millones de bolsas de plástico pequeñas que se usan fundamentalmente para la comida.

Desinformemonos

Trabajo en tiempos de guerra: yo secuestro, tú secuestras, él secuestra

Por: Marga Zambrana Fuente:Desinformémonos

Foto: Tras la huida, desaparición o muerte de los hombres, las mujeres son hoy el sostén económico de muchas familias. En esta imagen de 2014, una mujer siria borda en una fábrica ilegal ‘levantada’ por un grupo de refugiadas sirias junto a la frontera turco-siria, en la provincia de Hatay (Turquía, al noroeste de Siria).(Marga Zambrana)

“Me siento como si la vida me hubiera dado una segunda oportunidad”, dice Tajj, uno de los innumerables civiles que han sido secuestrados durante el conflicto en Siria, donde raptar al vecino se ha convertido en un negocio en los últimos días de la guerra.

Los secuestradores “me metieron en un cuartucho de un metro cuadrado, no me daban ni agua, perdí 25 kilos en dos meses y medio”, explica Tajj, de 31 años, que pide usar un alias. En enero de 2018 fue secuestrado en un puesto de control en la norteña provincia de Idlib, último bastión opositor, por ocho hombres enmascarados vestidos como ninjas. Nunca supo quiénes eran, pero ellos lo sabían todo de él.

Sabían que trabajaba para una ONG extranjera y que su padre era el líder de una “ashira”, una tribu local, equivalente a un potentado. Primero pidieron a su familia un rescate de medio millón de dólares USD (unos 450.000 euros), tras varias negociaciones y venta de tierras, acabaron pagando 75.000 USD (67.000 euros). Tajj dice saber de otros ocho casos como el suyo. El secuestro acabó con su carrera, ya que tras huir a Turquía ha perdido su empleo.

En el noveno año de guerra (y enfrentando una nueva crisis humanitaria tras reavivarse la violencia a finales de abril en Idlib), facciones, milicias y civiles despiadados, ya desprovistos de ideología, no vacilan en secuestrar para sobrevivir. Siria se ha convertido en un territorio infestado por señores de la guerra y mafiosos inspirados por el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) o por seriales de narcos. Expoliados los escasos recursos sirios, sólo queda traficar con vidas.

La miseria y Estado Islámico dejan abonado el terreno al delito

La guerra ha dejado medio millón de muertos, desplazado a la mitad de 23 millones de sirios, con 5,6 millones como refugiados, una de las mayores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial.

La economía del pequeño productor de petróleo está pulverizada. Según la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental, UNESCWA, la destrucción en capital físico y su distribución sectorial supera los 388.000 millones de dólares (348.000 millones de euros), siendo el coste de la destrucción física de unos 120.000 millones (108.000 millones de euros); sin incluir pérdidas humanas y de mano de obra cualificada por muertes y desplazamientos.