Wayna Tambo, Yembatirenda y Sipas Tambo, la Red de la Diversidad, tienen una estrategia económica compartida. Nacimos de manera autónoma, con nuestros recursos propios, y esa es la marca central de nuestro proceso.
Ya el primer año de nuestro nacimiento recibimos una donación pequeña de un grupo amigo de Suiza. Con eso compramos las primeras sillas y mesas de nuestro centro cultural. Desde ahí, de manera intermitente, hemos recibido donaciones o proyectos pequeños a lo largo de nuestra vida.
Como al tercer o cuarto año de nuestra existencia apareció la posibilidad de acceder a un financiamiento de la cooperación internacional, un proyecto trienal grande que desbordaba nuestras expectativas por entonces. Se generó una crisis en el equipo ante esa posibilidad. De ese momento emergió un acuerdo que hemos sostenido toda nuestra vida, que siempre garanticemos que al menos el 50% + 1 de las cosas que hacemos, sean recursos propios que generamos como equipo. Hemos tenido largos años de financiamientos externos, pero este criterio lo hemos mantenido siempre. Algún momento tuvimos hasta tres organizaciones financieras, pero ya desde hace una década más o menos solo tenemos un financiamiento externo sostenido, cada vez menor, que es parte de una complicidad de trabajo con la Fundación Rosa Luxemburg, que más que una financiadora, es eso, una cómplice de nuestros caminos.
Ya contamos en nuestra historia del nacimiento de las radios, que radio Wayna Tambo la adquirimos y montamos con recursos propios, que en los casos de radio Yembatirenda y Sipas Tambo si tuvimos apoyo externo para adquirir las mismas, aunque pequeños aportes que nunca nos alcanzaron para tener equipos adecuados para dichas ciudades.
Hoy solo un programa de radio tiene algún tipo de financiamiento externo sostenido, pero pequeño. A veces conseguimos algún financiamiento concreto por tiempo limitado para producir una serie de reportajes, microespacios o una serie de programas en específico.
Las radios nuestras son, en gran parte, esa dimensión de nuestro acuerdo organizativo del 50% + 1 de cosas que hacemos con ingresos propios. Hay que mantener y renovar equipos con cierta frecuencia, desde computadoras hasta transmisores, pasando por micrófonos, cables o retornos. Hay que retribuir el trabajo de programadorxs, editorxs o productorxs y realizadorxs de algunos programas estratégicos. La mayoría de los programas son hechos por el mero gusto de hacerlos, sin retribución económica, aunque sí con otras ganancias no materiales. Hay que pagar la luz de las cabinas y los transmisores, el internet, el mantenimiento del local y otros. Hay que pagar impuesto y otras normativas para sostener las radios. Eso y más hay que cubrirlo de alguna manera.
Las radios son una fuente importante de ingresos de nuestra estrategia de sostenimiento. A veces tenemos publicidades, no muchas. Tenemos una decisión de no aceptar publicidad de transnacionales o de grupos de poder económico del país, productos que hacen daño a la salud de las personas y la madre naturaleza, productos engañosos para la gente. Es decir, es casi imposible tener publicidad así.
Peleamos por nuestro derecho a cuotas de publicidad del Estado. Algunos años, pocos, accedimos a esos fondos, pero exigen un desgaste negociador muy fuete y la inmensa mayoría de años de nuestra vida no hemos tenido esos recursos.
Lo que nos da más ingresos es que diversas organizaciones e instituciones nos piden alianzas o que se los produzcamos programas, microespacios, campañas y otros productos radiofónicos, cada vez más complementados con estrategias en plataformas digitales. Esa es una fuente importante de ingresos. Parece que nuestro estilacho en esas producciones les convence a diversas entidades y nos solicitan éstos trabajos.
También nos contratan para difundir otras producciones en nuestras radios, pero en este caso nos limitamos el derecho de admitirles o no, ya que buscamos que los que se emita tenga coherencia con nuestros sentidos de trabajo. Así que no aceptamos todo lo que quiere ser difundido en nuestras radios.
Los programas independientes también aportan en su sentido de corresponsabilidad con el mantenimiento de las radios que les cobija. La mayoría hace un aporte económico mensual, pequeño, para el pago de servicios, pero también se puede ofrecer tareas, materiales o trabajos en reciprocidad, así los intercambios y aportes no son solo monetarios.
Los programas externos aportan montos más simbólicos. Quieren hacer su programa, pero tienen que aportar algo, les decimos: “ya van a hacer su programa, el mismo tiene que ser como ayni16, les dejamos hacer su programa, pero ustedes propongan que es lo que van a hacer en la Casa de las Culturas Wayna Tambo, Yembatirenda o Sipas Tambo”. ¿De qué se van a hacer responsables? En ese escenario hubo y hay programas que deciden dar un monto de dinero en lugar de generar actividad cultural, desde ese momento se establecieron los montos. Lo que percibimos a partir de estos acuerdos contribuyen a pagar los costos de operación de las mismas radios. Es más como “hacer vaquita”17 para que las radios sigan funcionando, no es como que con estos montos las radios hayan acumulado algo, sino más bien son empleados para pagar electricidad, mantenimiento de los equipos, internet y a la gente misma que va haciendo la programación; entonces con esto se hace visible esa estructura un poco más grande que necesita ser sostenida, que si queremos que esto siga funcionando hay que hacer aportes entre todxs.
A partir de estas experiencias sentimos que esta idea del ayni ha funcionado en buena parte de la gestión de las radios con varios programas, nuestra apuesta siempre a la hora de recibir y aceptar una propuesta era y sigue siendo gente que venía y viene de alguna articulación o de algún grupo pequeño al cual a través de su proyecto hay que apoyar y fortalecer, no solo a su colectivo sino que también a las personas que asumen esa responsabilidad de producir y sacar al aire un programa en las radios, y esto hace que estos procesos de redistribución y reciprocidad sean posibles cuando justamente estos mismos nos prestaban algún tipo de colaboración o ayni, era la retribución. (Gonzalo Choquehuanca)
16 Practica ancestral de reciprocidad y redistribución.
17 Aporte monetario colectivo para un fin determinado.
A partir del tema económico, creemos y sentimos que Wayna Tambo, Yembatirenda y Sipas Tambo han subvencionado bastantes ángulos de opinión. Cuando decimos subvencionado no lo hacemos en un sentido paternalista, planteamos esto a partir de que el espacio a partir de la existencia de un proyecto educativo no necesariamente desde la formación de comunicación social, pero hay una intención de transmitir, compartir; entonces varios de los programas han sentido aquí su lugar, su cobijo y desde aportamos para su sostenimiento. (Omar Alí)
Las audiencias también han aportado en diversos momentos y de distintas maneras. Hicimos varias campañas de recaudación de fondos. Recordamos una hace muchos años, en la que un señor muy mayor tocó la puerta de la casa un domingo y preguntó si era la radio Wayna Tambo. Nos dejó el valor de 20 dólares como contribución porque su nieto le había dicho que la radio que le gustaba estaba necesitando dinero para mantenerse. Y el abuelito nos dijo que no lo hacía por complacer a su nieto, sino porque desde que su nieto escuchaba la radio, su relación había mejorado y ahora hablaban más de muchos temas. En otras ocasiones recibimos donaciones de equipos, equipamientos, material musical y otros que nos sirvieron para el sostenimiento de la radio. Hasta tuvimos un técnico de radio, muy solicitado por otras radios, que nos hacía el mantenimiento de nuestros equipos sin cobrarnos, salvo la compra de repuestos o cosas así, él era oyente de la radio. Recordamos otra vez en la que una persona oyente de la radio había sido encomendada por la institución en la que trabaja, de contratarnos para emitir unos programas con contenido cultural. Aceptamos esos programas y cuando mandamos la cotización de los pases, esta persona nos dijo de manera confidencial que no pasó nuestra cotización a sus jefes, que estábamos cobrando muy poco y que esa institución tenía más presupuesto, que hagamos otra cotización y subamos los montos.
Todas esas historias son pequeñas muestras de cientos de hechos que nos ayudaron a sostener nuestras radios hasta hoy.
Además, no hay que olvidar que solo se puede entender la sostenibilidad económica de las radios en el marco de la estrategia de economías de reciprocidad y redistribución que hemos implementado en la Red de la Diversidad, solo en esa integralidad se puede entender que sigamos viviendo tanto tiempo en condiciones económicas difíciles la mayor parte del tiempo.
LAS COMPLEMENTARIEDADES ENTRE RADIO Y TELEVISIÓN, NO SIEMPRE POSIBLE
Siempre hicimos radio, desde el nacimiento de Wayna Tambo, al inicio un programita, luego una red de radios. Pero no siempre hicimos televisión. Más bien se trata de momentos específicos en nuestra historia. Pero cuando hicimos televisión, también nuestros programas se emitían en radio, por tanto, nos tocaba pensarlos para ser emitidos en audiovisual y solo en audio.
Prontamente hicimos video, pero más como memoria de algunas de nuestras acciones que como para compartirlos en medios de comunicación. Sin embargo, esa experiencia de video nos ayudaría al momento de dar el salto.
En diversos momentos de nuestra historia realizamos programas televisivos. En el año 2011, y por dos años seguidos se realiza un programa de TV, en la cadena nacional RTP, llamado “El Hueco en el Muro”. Ya para el año 2014 emitimos dos programas de televisión en dos cadenas nacionales: “Don Pataiperro” como una revista cultural juvenil y “La Olla, sazón pública” como un programa de análisis y profundización temática. Algunas de éstas experiencias permanecieron al aire hasta por cuatro años, siempre en canales de televisión de alcance nacional. Radio Televisión Popular (RTP) y Abya Yala Televisión fueron quienes nos acogieron en estas experiencias. Fueron experiencias valiosas, enriquecedoras, pero no sencillas. Nos constó más darle un estilacho propio a la imagen, irrumpir en el medio televisivo de otras maneras. Intentamos cosas como no visibilizar las conducciones de programas, o generar contenidos diferentes a lo acostumbrado en el medio televisivo. Hicimos logros valiosos, tropezamos en muchas otras cosas, pero no logramos sostener esos programas hasta hoy.
Lo que si continuamos haciendo es hacer notas en video, que van a las radios y se publican hoy en plataformas digitales y el portal de Los Muros, nuestro semanario digital. Ahí hemos ganado experiencias y tenemos cierto estilo propio, pero seguimos aprendiendo.
También tuvimos programas independientes de televisión que se emitieron por radio. Ahí la experiencia de “Por las Culturas” de Nina Uma. Pero tampoco tejimos un puente muy sólido entre radio y televisión.
Y sin embargo las experiencias son fundamentales y útiles si consideramos que no se trata de una relación solo entre radio y televisión, sino un tejido más amplio de una estrategia comunicacional multimedia. Las radios ya no son solo radios y ahí los programas de televisión nos han contribuido mucho.