APRENDIMOS A HACER RADIO HACIENDO ESTE PROCESO DE COMUNICACIÓN COMUNITARIA CAPITULO 3, CUADERNOS DE CONVERSACIONES #9 UNAS RADIOS A NUESTRO ESTILACHO

Las personas que hicieron y hacen parte de esta experiencia sonora comunitaria provienen de varias historias y procesos anteriores, nos conocimos en el camino en diferentes momentos de nuestras vidas, pero decidimos caminar juntos en determinados momentos muy marcados de nuestras historias personales de vida.

Nos encontrábamos con una radio “nuevita” pero que ya estaba posicionada políticamente, comenzamos en junio del año 2002, habíamos hecho esta programación, se hacían muchos programas en vivo, el equipo empezó a hacer programas; fueron tiempos en lo que se cometieron errores terribles, pero eso le dio a la radio otra característica que a la gente le gustaba, era una radio honesta. Muchas veces nos quedamos con los micrófonos abiertos, llamaba alguien que nos

decía que estábamos con el micrófono abierto. Era una radio muy fresca con contenidos que habían sido abandonados. Al poco tiempo salieron varios artículos sobre la Wayna Tambo y nos convertimos en un referente de la radio alternativas o de otras maneras de hacer radio. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Wayna Tambo empezó el año 2002, en el espacio que estamos antes era una cabina de maples, tenía un tocadiscos, una cedetera, un minidisco, no tenía internet, tampoco había una computadora y había muchos programas que también han empezado trayendo su material, así empezó Wayna Tambo y así también empecé yo con un programa que se llama “Música de Películas” en la franja de los Sonidos del Camaleón, dentro de esa franja con jazz, la música de la nueva era y otros géneros, así he hecho mis caminos dentro de lo que es la Wayna Tambo y cada uno y una de nosotros que estamos aquí también ha empezado con un programa de radio sin saber nada de locución y aprendiendo a manejar los controles, aprendiendo a manejar sobre todo el mute que era un peligro terrible el no saber manejarlo. Recuerdo que había una buena cantidad de discos y casettes, yo me traía mis casettes y me grababa en ellos algunos programas que yo hacía, he regalado casettes… ahora nadie conoce casettes. (Gonzalo Choquehuanca)

Como muchas otras historias personales en nuestra red de radios, la mayoría de las personas que la componemos iniciamos nuestro trabajo comunicacional sin tener experiencia radial. Aprendimos haciendo. Gonzalo, como otras personas del equipo, continúa en nuestras radios, ha conducido diversos programas, aunque algunos los mantiene por casi dos décadas como el mencionado “Música de Películas”, ha sido editor con una calidad reconocida, es nuestro especialista en equipo de sonido y se ha profesionalizado en ese ámbito. Esa historia es como muchas otras, un camino de vida desde el compromiso de la comunicación comunitaria e intercultural.

Así como las personas se acercaban a estos espacios porque en estos encontraban afinidades que hacían posible el dar a conocer su trabajo en producción y conducción de programas de radio, también se aproximaron personas que sintieron una afinidad política a la hora de escuchar los espacios de análisis, debates, reflexión y construcción de propuesta colectiva:

Yo ya tengo mis buenos años en la Wayna, que no sabría decir si ya es más de 10, porque en un lugar donde te sientes de verdad cómodo como que también no lo contabilizas mucho el tiempo, no sé, pero ya creo que es más de diez. Diré que la Wayna Tambo me formó y lo digo con cierto orgullo porque mi encuentro con la Wayna ha sido en el momento justo. En ese entonces yo estaba descontento con la universidad, ya se estaba criticando mucho más duro a la academia y demás, necesitaba tener cierta acción por fuera de la teoría académica y no la encontraba muy cerca en el entorno donde estudiaba, donde vivía y es así que saliendo del confort radial en el que yo me había quedado, es decir canciones en inglés, radios clásicas, ciertas estaciones con las que yo también he crecido, herencias de mi familia. En ese momento he decidido salir de eso donde yo también ya me estaba repensando y no solo como chango rebelde sino que también tratando de ver qué ondas con mi posición política, con mi manera de entenderme yo entre cholo, rockero, en parte aymara, en parte quechua, abajeño, a ver qué miércoles6 termino siendo yo, gracias a que para ese momento también el internet no era tan duro. Entonces yo seguía con la radio como compañera, ponías la radio y era para limpiar o para lavar ropa, es ahí que me he topado con la Wayna Tambo, entre todo un descontento, quererme cuestionar yo, quererme conocer un poco más, la música, quería seguir expandiendo mi horizonte musical, moviendo en el dial me he topado con Wayna Tambo y he dicho pucha7 que buena radio, porque no era la música


6 Expresión boliviana utilizada a como modismo en diferentes contextos para resaltar una frase, expresar una mayor emotividad sobre la situación.

7 Modismo boliviano empleado en distintos contextos para resaltar la expresividad del momento.


segmentada, es decir que para los que les gusta el rock en inglés o para que les gusta solo el folclore, había un cruce de géneros que te estaba indicando también que desde ese lado se puede entender la realidad. Entre ser ch’ojcho, posero, entre ser cumbiero, metalero, hiphopero, rockero, entre bailarte tu música autóctona, tu punk, eso me invitaba a este lugar, más todavía en un momento donde se estaba hablando de lo plurinacional, es decir se estaba hablando bastante de lo identitario. Entonces era también mi gusto de salir de ciertos conforts o de entenderme un poco más, porque era el momento político, entonces me topé con Wayna Tambo y ya me quedé todo este tiempo, ya soy parte. (Pablo Beque Párraga)

También las personas llegaban por las actividades culturales en el espacio público, actividades que les motivaron y convencieron de incorporase en ese momento.

Había buenos programas, yo me incorporé cuando el programa estaba en la Nuevo Amanecer. Yo me relacioné con Wayna Tambo enganchándome con el Festival del Eterno Invierno Alteño, me incorporé con el festival y me encargué de la puerta ese día, y desde ese momento me enganché al “Hueco en el Muro”. (Lucy Condori)

Lucy fue una de las primeras personas que se incorporó al equipo de la radio Wayna Tambo con experiencia y formación comunicacional y radial, pero sintonizó rápidamente con “nuestro estilacho” y nos ayudó a fortalecerlo, como antes lo habían hecho Ximena o Peggy que venían de la radio anterior a Wayna Tambo con su experiencia en programación, con quienes trabajamos criterios para nuestra primera parrilla y nuestras ruletas organizadoras de programas y espacios musicales. Algunas veces conversando con nuestros equipos, nos dimos cuenta que nos atrevimos a hacer algunas cosas en las radios que otras no se atrevían o simplemente no las tenían en sus horizontes, gracias a que no teníamos experiencia radial justamente. Así diseñamos la parrilla, la idea de la programación y sus microespacios puentes entre programas, la combinación de músicas, los entrelazados de franjas y horarios, más desde nuestras experiencias de oyentes, de cómo nos gustaría escuchar una radio, y no desde criterios ya formados sobre cómo hacer radio. Eso generó una radio muy sencilla y honesta a la vez, sin tanta “producción”, sino muy espontánea, sonando como suenan las conversaciones mezcladas con música en el día a día de las casas, las calles, las plazas, los mercados, los transportes públicos. Sonando a gente común por decirlo de alguna manera. Años después reconocemos que eso fue algunas de las cositas que cautivaron a nuestras audiencias y a la gente que vendría a hacer radio con nuestro equipo.

Así como mucha gente llegó y se incorporó a ser parte de nuestros equipos locales a través de escuchar las propias radios, por los talleres de la Comunidad de Saberes y Aprendizajes, por actividades como los Festivales del Eterno Invierno Alteño o las ferias itinerantes denominadas Purak Tambos, también se aproximaron varias personas con programas independientes, son decenas en éstos años, muchos de esos programas nos han acompañado muchísimos años convirtiéndose en parte permanente de nuestra familia.

Yo he llegado acá a la Wayna Tambo gracias al amigo Oscar Gutiérrez que falleció el 2006, el me trajo aquí porque teníamos una amistad de los años 90, hemos hecho una amistad muy linda, era casi un hermano de la vida, de las luchas, de las ideas y de todo aquello y una de las primeras veces que vine a la Wayna Tambo fue cuando vino el Manu Chao, al día siguiente de su actuación en el teatro al aire libre. Dio un concierto exclusivo, diríamos muy oculto, muy para los amigos under en el Wayna y ahí sentí el deseo de volver a hacer radio, porque en los lejanos años 90 yo había hecho mis primeras experiencias de radio… luego dejé de hacer radio. Entonces el 2006 sentí ese deseo nuevamente de querer hacer radio ya, pero con otros conceptos y el 2008 presenté la propuesta de que quería hacer un programa de música en vivo de conciertos y pues se sometió a evaluación, nuestro querido amigo Santos me dijo bueno ha sido aceptada la propuesta.

Recuerdo que la radio era manejada con esas consolas de perillas antiguas y llegué en un tiempo donde ya se estaba digitalizando la radio.

Recuerdo todo artesanal, yo ni sabía utilizar software para editar programas de radio, en la calle he aprendido, entonces tuve que haber hecho en casettes que todavía en ese tiempo se estaba utilizando, recién estaba incursionando la digitalización. Entonces recuerdo que he hecho alguna grabación con la grabadora reportera de casettes y mandé. No tenía mucha idea, noción de hacer radio en este nuevo milenio, entonces comencé muy tímidamente, me acuerdo que en los primeros programas totalmente rígido, el nerviosismo, la inseguridad y toda la ansiedad misma de querer hacer un programa, me acuerdo de Jane que uno de esos buenos días me dijo: “ya chango de una vez tienes que aprender a preparar tus programas”, entonces una vez los compañeros de la Wayna nos dieron un pequeño taller de uso del programa editor, nos instalaron en las computadoras en nuestras casas y de ahí poco a poco comencé a aprender a manejar y a hacer los programas. recuerdo que Gonzalo en los primeros tiempos operabas los programas que yo venía a grabar los sábados, estuvo Juanita, Jorge también, pero ya después he ido desarrollando esto y ha sido un tiempo muy lindo de encuentro con la comunicación con las radios comunitarias ahora se llama así, en esos tiempos se llamaban radios alternativas. Es una experiencia que me ha nutrido mucho, yo le debo muchísimo a Wayna Tambo por haberme dado y estarme dando la oportunidad de hacer comunicación con mucha libertad. (Jaime Tapia, “Planeta Sónico”)

Otra de los encuentros en las radioemisoras de la Red de la Diversidad ha sido la llegada de uno de los programas más antiguos que son parte de nuestra parrilla de programación.

Fui rechazado vilmente, en realidad no por rock boliviano, lo que pasa es que teníamos que hacer rock en tu idioma, el “Portal Rock”, pero tampoco teníamos nombre en ese entonces, nosotros asistíamos a los eventos de la radio como oyentes en el inicio y me acuerdo que vinimos a una tertulia para hablar de rock boliviano y estaba solamente Lucy en el auditorio, llegamos mi hermano y yo, éramos dos pelagatos más Lucy, digamos que es la capa8 de ahí. Entonces ella se animó a charlar del rock boliviano y nos contó de discos y todo eso que nosotros no teníamos, duró una hora más o menos, ese día no vino nadie más. Hemos empezado a partir de eso. Luego hubo una convocatoria para programas, nosotros hemos grabado como podíamos, hemos agarrado así el micrófono, súper casero, pusimos en un mueble el micrófono, no sabíamos hacer guiones ni editar nada, así estábamos yendo a la guerra sin armas y mandamos el demo, no salió nada. Por suerte un año antes habíamos conocido a Migueleto y Pepe que eran de la barra del tigre, del poderoso tri campeón, así que nos dice: “saben que chicos nosotros vamos a salir no sé si ustedes se animan a entrar con algún nombre”, le dijimos que habíamos mandado un demo y estamos fuera porque nos rechazaron, entonces nos dicen: “a ver que han hecho”, escucha el casette, en ese tiempo había el casette en el 2002 2003 y nos dicen, “a ver intenten con nosotros y así charlamos en la calle, no lo hagan tan duro, tan tiesas las cosas, charlen como si fuera algo normal, como cuando hablamos en la cancha” y empezamos a charlar y charlar. Nos llamaron a una reunión y ahí nos dan la posta, dan la noticia de que “El Gueto” se retiraba del dial, pero le pasaba la posta al “Portal Rock”, además que parte del Gueto iba a venir muchas veces a acompañarnos, repentinamente el Yelmo que venía al Gueto se animó a venir al “Portal Rock” y se estableció una especie de compadrerío con Yelmo. (Omar Ali, “Resistencia Rock Nacional” y “El Portal del Rock”)

Los procesos colectivos y comunitarios se hacen con personas concretas, es el tejido y convivencias de esas singularidades las que hacen posible los procesos compartidos. La sabiduría del camino está, en parte, en lograr combinar equilibradamente


8 Persona experta en algún tema.


esos momentos, experiencias e intereses más colectivos, con los singulares lo que dinamiza y fortalece la comunidad. Las historias de nuestras radios están llenas de esos momentos e intentos de complementariedad comunitaria entre lo colectivo y lo singularizado, a veces con tensiones y desencuentros, otras veces más fácilmente complementarios y germinadores de compartires.

Cuando conversamos sobre los primeros programas que se emiten desde la Yembatirenda en ese su inicio nos mueve a un momento de autorreflexión que parten del hecho de asumir las responsabilidades de la radio con una experiencia comunicacional casi nula nuestra, así como se daba en el contexto de Wayna Tambo, no había una “formación” de comunicadores. En Tarija esto se convertía en un reto, es decir ¿quién hacía los programas?, ¿quién o quiénes asumían esta responsabilidad?, ¿quién hacia el hueco en el muro?; en un inicio compañeras como Silvia o Carolina dijeron que también se incorporaban al equipo. En enero de 2007 Hernán llega con Marcela quienes asumen responsabilidades técnicas y luego de producción de programas. En resumen, esa es una de las cosas que se mantuvo hasta ahora, el no poder sostener programación local del todo, por lo trabajar en red nos ayudó a sostener la radio aquí.

Pero también sucedieron cosas muy fortalecedoras, la gente del barrio se fue incorporando, involucrando con programas locales de poco tiempo; programas como “Patas arriba” “El desmadre” de Julio y William, Tavo tuvo su programa, Marcela con un programa para niños y niñas producido con sus sobrinas, es decir también tuvimos y tenemos periodos de tiempos con personas que asumen responsabilidades y asumen programas, pero temporales, mencionamos a Nelson, Augusto, Fercho, Mateo, Paloma, etc. (Pablo Medina).

Las historias de cómo se van haciendo radio de la Yembatirenda, con otros nombres podría ser similar en Sipas Tambo o cualquier otra radio comunitaria. Un camino que se hace al andar.

Casi lo mismo sucede con la Radio Sipas Tambo en Sucre, donde recordamos que antes de tener la radio se hacía un programa en equipo entre Nelly, Tibor, Carla y Luli, el nombre del programa era Muyurina; otro programas era Saire que trataba de recopilar algunos saberes de cuidado ancestral, incluía entrevistas a personas sobre su conocimiento respecto a plantas medicinales, semillas, algunos secretos para curar, eran aspectos importantes e interesantes que permitían comprender que las plantas, semillas y flores nos criaban, el programa iba en ese sentido, en compartir estos secretos de repente, Nos pensamos cada una en poder producir y conducir un programa aunque la mayoría no sabíamos ni habíamos hecho radio antes.

Todos estos programas en realidad pretendían que los mismos sean producidos de manera colectiva y comunitaria, ya que todo el tiempo nos invitábamos a los programas y se editaban en casa de Nelly; cuando ya tuvimos la radio hemos seguido haciendo programas, pero la misma producción fue disminuyendo, pero creemos que tiene mucho que ver con todos los procesos por los cuales ha transitado la radio, es decir que la radio ha tenido de todo un poco, pero así mismo debemos reconocer que de las tres radios la Sipas Tambo ha cambiado más veces de direcciones y domicilios, hemos caminado de aquí para allá. (Madela Pacheco)

Al recorrer por estas distintas formas de llegada a las radios de la Red de la Diversidad se hace visible ese sentimiento de hablar un mismo idioma, o tal vez mejor dicho hablar desde diversos idiomas comunicacionales, pero en sentidos compartidos, esa necesidad compartida de comunicar desde estos espacios gestados colectivamente. Lo que proponemos en cuanto a música, reflexiones, análisis, debates, etc.; lo que nos gustaba y sigue gustando hacer, eso que nos parece lindo compartir sin mezquinar lo que tenemos o conseguimos, ese diálogo sincero que hemos decidido entablar con quienes nos escuchan por nuestras radios. Seguramente si continuamos recabando más experiencias encontraremos muchas tan lindas e interesantes y tan valiosas como las que estamos compartiendo, tenemos un archivo que nos estamos proponiendo compartir por diversos medios para que esta historia que se ha entretejido colectiva y comunitariamente sea de acceso libre para quienes quieran conocerla.

Uno de los elementos claves de hacer radio sin haber sabido antes cómo hacerla, fue romper con cierto estereotipo dominante de lo que debería ser la locución radial, especialmente en ese formato acartonado de la mayoría de las denominadas FM

¿Qué habilidades debe tener un buen locutor, locutora o locutore de radio? Pues, en nuestras radios diríamos que la mejor es la de hablar como siempre se habla, como somos en nuestras vidas y relaciones cotidianas, como hablamos siempre… pero con responsabilidad y compromiso con lo que decimos.

La radio era como la síntesis de lo que habíamos y estábamos haciendo en la Casa de las Culturas, romper esquemas de cómo debería hablar un locutor, muchas estructuras que se dice debería tener un comunicador. Alguna gente, a veces, entraba para corregirme “Iveth no se dice así, se dice de esta otra manera” me decían, pero fue las menos de las veces. (Iveth Saravia)

Recordamos un amigo suizo llegado a Tarija, que después fue parte del equipo de la Yembatirenda y la Red de la Diversidad, que un día buscando radios en su casa, a poco de llegar a Tarija, se encontró con la nuestra. Nos contaba que lo que le llamó la atención, además de la música y los contenidos, fue que quienes conducían los programas o hacían “sinceramente”, es decir hablando como se habla normalmente en el día a día, incluso se filtraban los sonidos de la calle porque hacíamos radio con la ventana abierta. También recordamos como algunas compañeras y compañeros tenían hijxs pequeñxs, así que se iban a la radio con sus wawas y éstas solían agarrar los micrófonos, balbucear, llorar o reír en plena emisión. Esas cosas no se prohibían, sino que se vivían con naturalidad. Esas “contaminaciones” acústicas, eran parte del ambiente de nuestras radios, así son nuestros barrios, nuestras calles, así somos nosotras, nosotres, nosotros… Es parte de nuestro estilacho.

Un importante reconocimiento que tenemos hacia las tres radios es el hecho de que muy pocas radios han sido realmente innovadoras, revolucionarias, rupturistas de todo ese orden establecido en el espectro de las radioemisoras, en donde solo podíamos oír programaciones tan rígidas, con voces tan impostadas, ceremoniosas, donde sentíamos que hasta nos sermoneaban los propios locutores, seres inalcanzables y todo lo que a partir de esto se ha ido construyendo en el propio imaginario social. (Jaime Tapia)

Sentimos que Wayna Tambo, Yembatirenda, Sipas Tambo están en la línea de emisoras rupturistas que han buscado estar cerca de lxs jóvenes particularmente, pero con el tiempo se ha marcado un programación dirigida a un público más heterogéneos ya que ese es uno de nuestros retos más grandes, romper con el imaginario que teníamos sobre cómo es un medio de comunicación, siempre se había visualizado un medio de comunicación lujoso, medio señorial, en el sentido de que está todo pulcro, que los equipos son de última generación; como suelen mostrarse las televisoras, hay un apantallamiento de los medios de comunicación, donde nos muestran cómo “vamos a renovar toda nuestra isla de comunicación” nos dicen que somos parte de ellos, pero nada está más alejado de esa realidad tan anhelada, nos lo muestran y nos dicen “esto es para comunicarnos mejor con ustedes”, como si la calidad de los equipos fueran indispensables para hacer una mejor comunicación. En cambio Wayna Tambo, Yembatirenda y Sipas Tambo desmantela todo eso, lo hace caer del imaginario social, todo esto en un sentido muy positivo, porque dentro la precariedad como riqueza, como fortaleza que tienen estas tres radios, estas tienen ese “estilacho”, existe esa sinceridad de no editarse demasiado, de querer ser lo más sincero en tus equivocaciones, en tus opiniones y eso nos ha convocado a muchxs que hemos sido y seguimos siendo parte de ellas, para muchxs de nostrxs las radios tienen algo que no se puede decirlo sin mística: Ajayu, pero que nos mueve y remueve, el sentir que estas radios son como nosotrxs, sencillas, que quieren hacer cosas y de paso no son solamente radioemisoras, sino espacios culturales, nos son espacios donde unx termina lamentándose de esas precariedades, sino desde ahí puede salir algo más honesto, mejor aprovechado y seguro varios equipos de las radios tendrán sus muy buenos años y siguen combatiendo, siguen funcionando, hay que ch’allarlos por supuesto. (Gonzalo Choquehuanca)

Y así, asumiendo que se hace radio al hablar, como el caminante hace camino al andar, así aprendimos a hacer radio, con nuestras “metidas de pata”, con nuestros micrófonos abiertos cuando debían estar cerrados, es decir sacando al aire nuestros “entretelones”, con nuestras limitaciones formativas y técnicas, pero con mucho corazón y cuerpo, con mucho compromiso y honestidad, con sinceridad, como somos. Y luego de tantos años fuimos cultivando nuestro estilacho que nos caracteriza, nuestro propio estilo comunicacional tan diverso a la vez, ese que hace que otras organizaciones, instituciones, entidades hoy nos busquen para que se los hagamos una serie de programas, unas campañas o unos “trabajitos” desde NUESTRO ESTILACHO emergido y cuidado comunitariamente. Sí, aprendimos a hacer radio haciendo.