LOS NACIMIENTOS…LOS NOMBRES DE LAS RADIOS NOMBRAN LO QUE SOMOS, CAPÍTULOS 1 Y 2, CUADERNO DE CONVERSACIONES #9, UNAS RADIOS A NUESTRO ESTILACHO

1.      LOS NACIMIENTOS

Al recapitular las memorias que componen las historias del nacimiento de las tres radios que hacen parte vital de la Red de la Diversidad se hace necesario conocer esos momentos que precedieron a esta posible consolidación de ese sueño comunitario.

Situaciones que nos trasladan a los primeros encuentros, inquietudes, necesidades compartidas, sueños y desafíos que son asumidos desde esa comunidad que ya tenía unos años de vida, es decir en el equipo de Wayna Tambo ya que por entonces todavía Yembatirenda y Sipas Tambo no habían nacido, y desde donde se iniciaba a entretejer este caminar radiofónico cargado de colores, complicidades, calor y fuerza que provenía y sigue viniendo de quienes hicieron-hacen parte de estas experiencias.

1.1.            WAYNA TAMBO EN EL ALTO Y LA PAZ

El 30 de enero del año 1995 nació Wayna Tambo, que se gestó todo el año de 1994. Pero ese nacimiento no se entendería sin los “Movimientos por la Vida”, que fue una articulación de pequeñas organizaciones urbanas y campesinas, principalmente organizaciones de barrio, culturales, educativas, unas de origen en las Comunidades Eclesiales de Base bajo la influencia de la Teología de la Liberación, organizaciones comunitarias campesinas y algunas indígenas como las del pueblo guaraní en el departamento de Tarija. Sin adentrarnos en los detalles de estos Movimientos por la Vida, contarles que esta articulación emergió hacia 1990, a partir de juntar personas y organizaciones que ya veníamos de hacer trabajos de militancia popular años antes, que nos conocíamos, pero que luego de unos años nos reencontrábamos en un programa de formación en educación popular. Eran años turbulentos y de desánimo, pero también de gestación de otros caminos emergentes. Era el tiempo del derrumbe de los socialismos europeos en torno a la órbita de la Unión Soviética, la derrota del Frente Sandinista en Nicaragua, el deterioro de muchos movimientos de liberación nacional en nuestro continente, la implementación del neoliberalismo en un mundo globalizado y el relato del fin de la historia y del pensamiento crítico.

Parecía el cierre de las alternativas y la implementación de un tiempo de victoria arrasadora del capitalismo neoliberal con todas sus subjetividades del individualismo ciudadano y consumista extremo. Al mismo tiempo, era el momento de resurgir, desde la memoria ancestral indígena y negra, en torno a la conmemoración de los 500 años de resistencia a la invasión colonial europea, de una crítica más profunda no solo a los modelos estatales de dominación contemporáneos, ni solo al neoliberalismo triunfante, sino a todo el andamiaje civilizatorio occidental moderno, por tanto tiempo fructífero para sentir y pensar en otros modos de vida posible, en el cuestionamiento al todo de nuestras vida y a cada una de las dimensiones que la componen, desde la economía hasta las artes, desde la política hasta las formas del poder, desde las nociones estéticas hasta las relaciones con la naturaleza, desde la educación o la salud hasta las tecnologías y las formas de la gestión de lo común. Crisis de alternativas y posibilidades de criar las mismas en la totalidad de la vida y nuestras relaciones al mismo tiempo. Crisis de las formas de la acción política y organizativa alternativa, como en los partidos de la izquierda o las formas sindicales del siglo XX, así como necesidad de otras texturas y tejidos organizativos con base territorial y comunitaria a la vez.

Nos pasamos casi un año casi un año gestando ese nacimiento. Decíamos que no nos dejaríamos vencer por las desesperanzas de la época, pero que, ante las incertidumbres, los que queríamos era un lugar donde juntarnos, donde hacer las cosas que nos gustaban, donde disfrutar los encuentros, donde hacerlo a “nuestro estilacho”, pero de puertas abiertas para quienes quisiesen venir y compartir.

Este triunfo aplastante del momento, del neoliberalismo con brote profundo de la diversidad y la plurinacionalidad en nuestros horizontes marcaron mucho de lo que hicimos y de “nuestro estilacho” en Wayna Tambo. Mucha gente de las llamadas izquierdas, más clase medieras en Bolivia, se habían pasado al neoliberalismo y sus “políticas sociales”, seducidos por el “canto de sirenas” del fin de la historia y de cómo abordar la diversidad desde el multiculturalismo y el discurso de género dominantes. Era la época de las Reforma

Educativa y su discurso constructivista y de competencia, de multiculturalidad y bilingüismo (resultó ser la reforma más neoliberal del continente), de la participación popular y el surgimiento del municipio local como nuevo territorio estatal y el control social, de instancias del Estado para “atender” los “asuntos” de género, generacionales e indígenas. Pero algo en todo esto no olía bien. Era una suerte de refinamiento de las dominaciones de clase y coloniales, así como las patriarcales y del adultocentrismo, era un discurso “inclusivo” para consolidar las dominaciones de un mundo único, reorganizado por la “mano invisible” del mercado y el paso de la “ciudadanía liberal” a los consumidoras y consumidores como en lugar de la pertenencia, un feroz ataque contra los lazos de comunidad y de convivencia profunda con la diversidad y la pluriculturalidad civilizatoria.

Frente a sectores de las izquierdas clásicas que sucumbían al neoliberalismo, el mundo indígena originario como se solía decir por entonces, nos cuestionaba las miradas e interpretaciones de la vida monoculturales, únicas, del metarrelato unificador, de la homogenización globalizada en medio de discursos neoliberales de respeto a las diferencias y del consumo engañoso de mucho diverso, pero todo igual al mismo tiempo. Y peor aún, todo cada vez más concentrado en la riqueza y el poder global de muy pocos.

Frente a ese proceso dominante, nos fuimos abriendo a la diversidad y la pluriculturalidad que luego iría madurando en la comprensión de la plurinacionalidad y lo pluricivilizatorio. Ese fue el aporte de los Movimientos por la Vida, el abrirnos a esos debates, otras comprensiones, pero fundamentalmente a otras vivencias y convivencias. Pero también fue el límite de su tiempo. Era un espacio intenso y maravilloso, pero en un tiempo de incertidumbre y de “victoria neoliberal” ante los pensamientos alternativos, los caminos eran muy difusos. Fue como un tiempo necesario de transiciones.

La gente que participamos de ese proceso y que vivíamos en El Alto, nos cuestionamos profundamente todo eso y mucho lo urbano, la ciudad y sus modos de vida, desde la matriz aymara que habita e inunda cada rinconcito y cada encuentro alteño.

Cuando sentimos que los Movimientos por la Vida, que habían nacido en 1.990 y ya estábamos en 1.994, se estaban disolviendo, decidimos que queríamos un espacio físico, un lugar donde seguir encontrándonos para continuar estas búsquedas y convivencias. Hacerlo sin apuros, sin angustias, “con la paciencia que no tienen los flojos pero que siempre han tenido los pueblos” (Mario Benedetti). Hacerlo de puro gusto de seguir, a “nuestro estilacho”, pero de puertas abiertas para que llegue la gente que quiera compartir, tejer, criar vida. Así en 1.994 gestamos Wayna Tambo y un 30 de enero de 1.995 lo ch’allamos, lo abrimos al público en ese pequeño y legendario local.

Claro que había otros temas y experiencias que nos cruzaron en ese nacimiento: lo juvenil generacional, las nociones sobre las culturales y los modos de vida, las recomposiciones de clase, lo patriarcal y las conversaciones sobre lo femenino y lo masculino, los “centros culturales” y sus ruptura-continuidad con la tradición occidental y lo que nos dejaban nuestras culturales ancestrales para hacer otras cosas, de otras maneras, etc. Cada uno de eso y otros temas son parte de la memoria de muchas vidas.

En ese, más o menos, contexto, es que nacen los Movimientos por la Vida. Ahí se agrupan personas y organizaciones que luego serían fundamentales para el nacimiento de Wayna Tambo y de la Red de la Diversidad, de las Casas de las Culturas y de las radios y otras estrategias comunicacionales, de otras formas de los procesos educativos en las Comunidades de Saberes y Aprendizajes y de otras economías que irían poniendo su énfasis en la reciprocidad y la redistribución, del trabajo territorial y comunitario y de los tejidos de cuidado. Sin los Movimientos por la Vida y algunas de las organizaciones que los componían no se entendería en nacimiento y desarrollo de Wayna Tambo, Yembatirenda, Sipas Tambo y la Red de la Diversidad.

Entonces cuando hacemos referencia a esos momentos necesitamos poner aquí lo expresado por esa diversidad de voces que dan vida a estos espacios:

Antes del nacimiento de Wayna Tambo, previo a los Movimientos por la vida, en su proceso de gestación, me tocó acompañar a la Pastoral Juvenil de El Alto, con un equipo de los cuales participaron personas que fueron, después, parte del equipo impulsor de Wayna Tambo.

Wayna Tambo nace con 5 personas: Edith, Mario, Willy, Eddy y Lucina en 1995. Por eso años en Villa Dolores, zona del nacimiento de Wayna Tambo, tiempo antes de ese nacimiento, había la radio “Infinita”, y allí con la Pastoral Juvenil empezamos a hacer un programa semanal de una hora o algo más, no recuerdo bien, en ese espacio es donde se introdujo la idea de la música mezclada, diferentes géneros, dialogando. Es la primera vez que hacemos radio. Paralelamente a este proceso de acompañamiento que hacíamos a la Pastoral alteña, estábamos trabajando en los procesos de los Movimientos por la Vida y varias personas, jóvenes de esa Pastoral, fueron aproximándose a este otro proceso más autónomo y algunas de esas personas se hicieron parte de lo que sería después el equipo de Wayna Tambo, claro con otras personas que veníamos de otras organizaciones barriales y culturales. Pero cuento esto de la Pastoral Juvenil, más que por su peso organizativo en los Movimientos por la Vida o luego en Wayna Tambo, por el antecedente radial, eso es un hito para luego hacer lo que hicimos en radio en Wayna Tambo. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Los Movimientos por la Vida se van diluyendo, fruto del propio contexto en el que le tocaba vivir, hacia el año 1993 a 1994. Es así que un núcleo de personas que eran parte de esos procesos y que vivían en la ciudad de El Alto, deciden generar un espacio propio, un lugar de encuentro a nuestro estilacho que permita contar con un lugar de referencia, de encuentro, dónde seguir conversando sobre el mundo que nos tocaba habitar y rehabitar el campo de las alternativas. Había que hacer alguito, no dejarse estar, permitirse la posibilidad de criar otros mundos posibles, de experienciar. Así gestamos Wayna Tambo, una Casa de las Culturas, juvenil al inicio, comunitaria después.

Con esa pequeña experiencia radial que teníamos en los antecedentes, cuando nace la Casa de las Culturas Wayna Tambo, un pequeño espacio cultural en El Alto, en la zona de Villa Dolores, rápidamente se siente la necesidad de amplificar el trabajo que se hacía y se elabora una pequeña revista denominada “Rayazos”, luego la misma se transformaría en esa otra maravillosa revista denominada “Los Muros”, esa que hacíamos con hojas sueltas de manera que cada persona organizara sus colecciones como quisiera, por número, por temáticas, por artículos que quería guardar sin romper la publicación. Esa que tenía la tapa hecha como un sobre en papel periódico reciclado y serigrafiado. Eso aumentaba nuestra llegada. Al mismo tiempo se sentía el bichito de la radio, de la pequeña experiencia ganada años antes y se decide iniciar un programa de radio propio.

Cuando nació el Wayna Tambo en 1995 apareció la idea de hacer un programa de radio, esta vez en “Radio Pachamama”, que era parte del Centro Gregoria Apaza, un programa de 25 minutos por semana, si no me equivoco se llamaba “Fuera de Broma”. En ese entonces ya se trabajaba la idea de abordar temas de jóvenes, temas políticos, en donde seleccionábamos 4 temas de música para cada programa y desde entonces ya mezclábamos géneros: un tema de jazz, un tema de rock, un tema de música autóctona o cualquier otro género. Con ese material hacíamos e iniciamos las charlas, temas del Wayna Tambo: El Alto, lo juvenil, la ciudad desde lo indígena… El equipo se turnaba para ir a conducir el programa. Los de las Gregorias nos comentaban “ustedes son raros, eso de combinar música, esta raro pero esta bonito”; después de un tiempo, creo, en las Gregorias cambiaron la dirección de la Radio Pachamama y entonces se empezaron a enfriar las relaciones y ya sentíamos que íbamos a salir. En ese camino nos encontramos con unos amigos curas de la izquierda, que estaban metidos en la radio “Nuevo Amanecer” que funcionaba, por entonces, en el seminario de la Armentia en La Paz, una radio que era de la Iglesia Católica, ellos nos ofrecieron la posibilidad de llevar el programa ahí, con 1 o 2 horas por semana y empezamos a emitir programa desde esa radio. Al poco tiempo, Qhana, una ONG, se hizo cargo de esa radio, esta era una red que trabajaba con temas de comunicación, radio, desarrollo rural y en esa institución trabajaban personas amigas, es por esa vía que cuando se hicieron cargo de la radio “Nuevo Amanecer”, también asumieron a nuestro programa. Qhana tenía un teatro/auditorio donde se llevaban a cabo actividades teatrales, donde se hacía el festival de teatro de los barrios “Julio de la Vega”, algunas de las actividades como Wayna Tambo las hicimos con Qhana en ese teatro, empatábamos bien en sentidos y criterios. En esa transición -entre Nuevo Amanecer y Qhana- se cambió el nombre al programa, en ese momento comenzó a llamarse “El Hueco en el Muro”. Nuestra revista impresa se llamaba “Los Muros”, que era impresa con hojas sueltas metidas en un sobre de papel periódico que tenía uno de sus segmentos que se llamaba “el hueco en el muro”, que era como nuestra editorial, donde había nuestras historietas y fue ese segmento el que le dio el nombre al programa de radio. En Radio Qhana debimos empezar con 1 hora por semana, después a 2 horas y después 2 horas por la tarde y 2 horas por la noche, con 4 horas de programación diaria. En el equipo nos turnábamos para hacer el programa. Es ahí, en la Qhana, donde se grabó la histórica característica “¿Dónde hay Muros?

 

Un oyente histórico que teníamos, porque recibimos llamada por teléfono, era el Alfredo Ovando, quien nos llamaba para pedirnos temas y hacer comentarios, él tenía una frase: “en verdad ustedes son un hueco en el muro en las radios”. Posteriormente, en la Qhana se cambió de dirección, pusieron un periodista deportivo de director de la radio, con el llegamos a tener 4 horas diarias, después cambiaron la dirección de la radio y entró una periodista clásica de radio que nos pidió una reunión, en la que nos dijo que le parecía interesante el programa, pero que no había locutores de radio, que no hablábamos como locutores, que podríamos seguir al aire pero que teníamos que colocar locutores, entonces decidimos salirnos de la radio “Qhana”. Nos quedamos un tiempo muy corto sin hacer programa.

En eso yo la conocí a la Eli Salguero, que tenía un proyecto ambicioso que era la Radio Graffiti, que después de poco tiempo cerró, no pudo sostenerse. En una fiesta me la encontré y le consulté a cerca de la Radio, me indicó que cerraron la radio y que la habían alquilado pero que no había funcionado, así

que estaba sin salir al aire. Después de unos días le hice una propuesta, la de darnos la radio en anticrético2, la posibilidad de pagar alquiler era imposible, pero se ofrecía un anticrético, por uno o dos años. A los 2 días llama Eli, que quedó en hablar con sus socios, indicando que no podían darlo en anticrético, pero se ponían a la disposición de vender la radio, esos tiempos el mercado de las radios era grande, los costos para traspasar frecuencia y equipos era elevadísimo para un equipo como el Wayna Tambo, para ese entonces eran buenos equipos. Empezamos a negociar un precio para la venta con el plazo de 1 año a pagar y se quedó en el precio final, altísimo para nosotros, casi imposible, pero no por eso NO posible. Después de ese acuerdo fui al equipo a proponer la compra, que se tenía un año de plazo para comprarlo, si no lográbamos comprar la radio en un año, se devolvía la radio, pero ¡al menos tendremos la radio por un año! Entonces se realizó un contrato de marras, con el acuerdo que, si en un año no se lograba pagar el total en cuotas, devolveremos


2 El anticrético es un sistema muy popular en Bolivia para conseguir vivienda y que evita la mediación bancaria. Se hace un contrato por uno o dos años, poniendo un monto elevado para ingresar a la vivienda rentada. Fácilmente el equivalente a 10, 20 o muchos más alquileres. Lo bueno es que al final del contrato, cuando se devuelve la vivienda, departamento o habitación, los propietarios de la misma devuelven a la persona o familia inquilina el total del monto que depositó al inicio. Así que quien ingresa rentando la vivienda no pierde su dinero. Quienes no tienen vivienda y usan este método suelen hacerlo para ir aumentando su ahorro evitando pagar mensualmente alquileres, hasta tener un monto suficiente, aumentando cada año su anticrético, hasta poder construir o adquirir su vivienda propia. La persona o familia propietaria recurre a este método para poder contar con capitales para terminar de construir la vivienda que está en proceso de construcción justamente o para emprender un negocio o para temas de salud o viajes de estudio, o para pagar deudas, es decir para invertir montos altos sin recurrir a préstamos bancarios. En este caso las personas o familias propietarias dan una habitación, un departamento o una vivienda en anticrético y poco a poco van juntando el dinero para devolver el total del mismo, mientras van haciendo rotar anticresistas para devolver a quienes salen y recibir otro monto similar, algo menos o algo mayor de quién ingresa como nuevo inquilino. Es parte de un sistema de reciprocidades y confianza muy difundido. Suele darse únicamente para el tema de vivienda o terrenos, así que ofrecer un anticrético para una radio era una “innovación” total.


la radio y perdíamos el dinero que hasta el momento se había pagado. En un inicio se pagó alrededor del 6 o el 10% del total del monto acordado, no recuerdo bien, es entonces que nos pasaron la radio con todos los equipos. Estas mesas (señala las mesas actuales de la radio) son de ese entonces. Entonces montamos la primera cabina de la radio en el cuarto donde ahora está la biblioteca de la Wayna, la radio llegó en junio de 2002 al Wayna. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Si bien Wayna Tambo nace como la Casa de las Culturas el año 1995, la radio nace el 1 de junio del año 2002, siete años después de ese nacimiento.

1.2.            YEMBATIRENDA EN TARIJA

Siguiendo el hilo que marca este relato en donde se rememora el cómo logramos gestionar y tener una de las primeras radios, la Radio Wayna Tambo 101.8 FM (antes 101.7 FM) que emite en las ciudades de El Alto y La Paz, ahora nos toca conocer el cómo es que llegamos a consolidar la permanencia y tenencia de la segunda radio Yembatirenda 100.6 FM que sale en Tarija. Durante varios años, desde el nacimiento de Wayna Tambo, dijimos que no haríamos otro centro cultural como el nuestro. Que buscaríamos tejer articulaciones y redes, pero no otros “wayna tambitos”. Pero el tiempo nos llevaría a otros caminos y el año 2006 decidimos arrancar un nuevo proceso territorial. El nacimiento de Yembatirenda. Para este momento es que compartimos la siguiente experiencia:

Hacia el 2004-2005, no recuerdo bien cómo surgió la motivación, ya es un tema de historia personal, pero así como me empecé a cuestionar el 2004-2005 todo lo que hacía en El Alto y el sentido de pertenencia con ese territorio, sentirme de alguna manera bien alteño sin haber nacido ahí, empiezo a sentir como la ganas de hacer algo en Tarija, donde sí había nacido. Me empezó a dar vueltas la idea de hacer algo en ese territorio y apareció una gente en El alto que era de Suiza que nos visitaban en la casa, eran amigos, había uno que le gustaba ir al Wayna Potosí, íbamos a caminar con él, se hicieron amigos con una pareja y ellos algún rato

me dijeron que conocían una organización en Suiza que apoyaban medios de comunicación, que podían ayudarnos a hacer un contacto, alguna cosa, creo que ahí sentí un poco la idea de conectar lo de Tarija. Con esto me acuerdo que fui a una reunión de equipo del Wayna, esta es mi imagen por ahí es un recuerdo falseado, a veces los recuerdos suelen cambiar, pero yo recuerdo que era una reunión en lo que hoy es el Qhatu del Wayna Tambo, estábamos reunidos en una mesa, me acuerdo que al equipo les he planteado que me gustaría hacer algo en Tarija, que sentía la necesidad de hacer algo como el Wayna Tambo en donde yo había nacido, entonces preguntaba al equipo si me daban autorización de hacer eso. Entonces charlamos y dijeron que si, que si yo quería, adelante. A partir de eso empecé a retomar contactos con la gente que yo había trabajado y hecho cosas en Tarija, en mi tiempo estudiantil, de dirigente de colegio. Recuerdo que conversé con la Charo que había sido dirigente conmigo en los colegios, entonces le dije que estaba buscando jóvenes en Tarija que les podía interesar cosas que proponía el Wayna Tambo. No recuerdo con quienes más hablé, pero me acuerdo de la Charo y la hija de ella, la Julia que era muy amiga de Gudnar del barrio Luis Espinal al que le convocó. Yo hasta ese momento no lo conocía. Y se fue armando una posible reunión con unas 7 u 8 personas, recuerdo que estaba el Gudnar, la Julia y el Pablo, ahí planteamos la idea de lo que podía ser Wayna Tambo aquí y la posibilidad de una radio y ahí el Gudnar como era entrador, habló que se podía hacer en el barrio Luis Espinal que por ahí podría haber interés y que podía charlar con el barrio y en ese entonces, creo, que su papá estaba de dirigente del barrio; no sé al cuanto tiempo de ese primer encuentro, no recuerdo esos detalles, se hizo la reunión en el barrio, a ese primer encuentro vinieron varias personas. (Mario Rodríguez Ibáñez)

En este transitar entretejido ya se hacían evidentes contactos anteriores que sin saberlo en ese entonces hacían más probable y posible este sueño de instalar una radio que articule un

trabajo sostenido y coordinado a partir del trabajo radiofónico mismo que se acompañaba de luchas territoriales ya presentes en muchos lugares, y a este momento hace referencia el relato que sigue a continuación:

Cuando el Mario mencionó que quería hacer algo donde había nacido, tiene un contexto mayor, había un trabajo previo. Yo que no había nacido en Tarija, ya tenía vínculos con otras organizaciones, porque antes del Wayna Tambo había el Movimiento Cultural Cristiano, habíamos desarrollado una serie de distintas actividades, ahí lo conocí al Higinio en la fase de los Movimientos por la Vida que era una articulación mayor desde organizaciones de jóvenes de barrios, organizaciones de iglesias protestantes y católicas en la línea de la teología de la liberación, los movimientos de Comunidades en Marcha; nos fuimos en Calderillas a una reunión. Esta suerte de hablar en Tarija de que se pueda replicar la Wayna Tambo tenía que ver con un contexto mayor y estos vínculos que se habían generado, sobre todo el Mario que había articulado con más organizaciones en su trayectoria. (Santos Callejas Quiroz)

Luchas territoriales que marcaron fuertemente el cómo queríamos iniciar este recorrido, a partir de donde, con quienes nos acompañábamos y podíamos entretejer caminos, que es lo que queríamos transmitir y nos era urgente hacerlo:

Un antecedente mayor que de ahí vienen los encuentros con Elmer (parte del equipo Yembatirenda), después, en los ‘80, a inicios hasta el ’84 o por ahí, hubo todo el movimiento de la Federación de Inquilinos y los asentamientos en Tarija. de donde viene por ejemplo la familia de Sadid (Integrante de Ñandereko Territorio cultural en Tarija) en el asentamiento “15 de noviembre”, ese fue uno de los primeros asentamientos. Cuando fue el asentamiento en 15 de noviembre, yo era dirigente en colegio e incluso antes ya estábamos en la preparación del asentamiento de Luis Espinal con la Federación de Inquilinos, ahí ya con Elmer me conocía de esos años, Elmer un paceño migrado aquí a la universidad, era parte de un centro cultural en la Casa Dorada, el TCP (Taller de Cultura Popular), donde ahora es la entrada al teatro y yo ya era dirigente de colegios y la FES (Federación de Estudiantes de Secundaria) no tenía oficina, entonces hemos ido a hablar con el TCP para que nos alojen y nos dan ese lugar, porque ellos utilizaban el espacio en la noche para el teatro, había música y otras actividades; nos dieron ahí oficina, Elmer tocaba sikuris y tarkas, maestro era, yo estando en la FES me enganche con los sikuris y las tarkas también. Ahí armamos un festival de teatro popular aquí, vinieron los históricos del teatro popular: los Gente + Gente, el Teatro Victoria, Siglo XXI, la Puerta, han venido aquí, de ahí lo conocí Elmer, desde esos años. Y claro cuando cuenta Santos esto de los Movimientos por la Vida, ya habíamos trabajado todo ese entonces el enganche con él aquí, entonces es fuerte “Comunidades en Marcha” con la Lucinda, el Gabriel, el Pánfilo, aquí enganchamos también con los Guaraníes. (Mario Rodríguez Ibáñez)

En ese entonces, como antecedente del nacimiento de la Yembatirenda muchos años después, se realizaron encuentros de Comunidades en Marcha y de los Movimientos por la Vida en diferentes localidades y comunidades de Tarija. Ese tejido de luchas hizo posible tener terreno fértil para que lo que hacíamos como Wayna Tambo fructifique en Tarija dando nacimiento a Yembatirenda el año 2006.

Los encuentros se vinculaban con la vegetación misma, con la defensa del territorio, ahí estaban entrando los madereros. Todo esto es antecedente para que la Yembatirenda sea después. Con los guaraníes hubo un Congreso Nacional de la Federación de Campesinos, por los años 85-86, llegó una delegación pequeña de guaraníes de Ñaurenda a ese mencionado congreso y ese territorio tenía patrón para ese entonces, no era un territorio libre. Mario se encontraba filmando todo ese congreso, tenía la tarea de hacer un video sobre ese congreso campesino, en ese evento fue elegido Juan de la Cruz Villca como ejecutivo de la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia). (Higinio Estrada)

Entonces como estaba filmando, los dos guaraníes se me acercaron a preguntarme si yo trabajaba en alguna institución, yo en ese entonces trabajaba en el IICCA (Instituto de Investigación y Capacitación Campesina), es así como me pidieron una reunión. Nos reunimos con el IICCA y contaron eso, que tenían patrón, problemas y que querían ver de hacer algo en su comunidad, entonces nos invitaron. En el IICCA hubo una discusión porque no era territorio de trabajo de la institución, entonces un grupo de la misma les pedimos que nos den el transporte y que nos permitan ir por unos días para ver qué pasaba, llevamos a Pastor Castillo que en ese entonces era de la Federación de Campesinos y ahí hemos tenido el primer contacto. Tuvimos que pedir permiso al patrón para que nos deje pasar, el patrón salió a preguntarnos a que íbamos, él tenía el manejo de los caminos vecinales, todo, para mí fue impresionante, porque era descubrir sistemas de esclavitud que para nosotros nos parecía que no existía ya en ese tiempo. Después de que entramos ya les hicimos el contacto con la gente de Comunidades en Marcha y vino toda la lucha de la gente por la zona, ahí vino el trabajo colectivo para la producción de los guaraníes sin permiso del patrón y eso fue una pelea brutal para esos años. Todo eso como antecedente de lo que luego nos unió en la Yemba, por eso ya desde entonces nos conocíamos con Comunidades en Marcha. Aquí hicimos un encuentro de los Movimientos por la Vida en Canasmoro, ahí estuvo Comunidades en Marcha, los de Ñaurenda, los guaraníes vinieron en una delegación grande, hicimos un campeonato de futbol. De Tarija no había movimientos urbanos en los Movimientos por la Vida. Paralelo de lo que estaba aconteciendo ahí en los Movimientos por la Vida, el Pablo y el Elmer (actuales integrantes de Yembatirenda) intentaban hacer algo aquí, en la ciudad, con la Federación de Inquilinos, en ese escenario crearon el CEBAC. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Si bien Wayna Tambo nace como un centro cultural que luego de unos años, siete como ya mencionamos, tiene su propia radio; en el caso de Yembatirenda se nace como radio que al mismo tiempo tiene su centro cultural. El equipo se conforma el año 2006, a finales de ese año se hacen las primeras pruebas de la radio y en enero del 2007 se hace el nacimiento oficial de la radio. Esta vez, a diferencia de Wayna Tambo en la que adquirimos la radio con recursos propios, para la radio Yembatirenda conseguimos el apoyo de una gente amiga de Suiza que financiaba a radios comunitarias justamente. Sin ese aporte no hubiésemos tenido los recursos para adquirir una segunda emisora.

Conocí Rubén, Elmer, Gudnar, con algunas cosas que se hacía en el barrio, ahí llegó con la noticia de la propuesta que venía Mario, además también llamaba la atención porque durante esos años aparecía esta propuesta del Instituto de Formación de Educadores Populares, y en los textos estaba el nombre del Mario Rodríguez, entonces me parecía interesante, no conocía la experiencia del Wayna Tambo, cuando nos encontramos no lo conocía a Mario. Cuando relata la experiencia del Wayna en esta reunión, yo recuerdo que una de las dificultades que teníamos con las experiencias de nuestros espacios aquí era el cómo difundes lo que haces, como llegas a más gente con lo que piensas, con lo que haces, tuvimos unas experiencias de radio fugaces y entonces el hecho de poder tener un acceso a un medio de comunicación como es la radio, como que era una de las soluciones que durante años como CEBAC no podíamos resolver, entonces fue bien fácil entender lo que el Wayna estaba haciendo y que si podíamos construir algo, porque después que llegó Mario nos planteó eso. No fue una reunión donde se sacaron resoluciones, era una reunión para ver si conectábamos. Luego, después de esa reunión, hubo los otros contactos, porque el Gudnar era parte de lo que era la juventud Luis Espinal con la Silvia, pero también aparecieron en esas épocas otros compañeros del Centro de Expresión Juvenil, entonces en esa segunda reunión que tuvimos en el barrio, estaban como organizaciones, yo me apunte como parte del CEBAC porque eran los conocidos que tenía. Esa reunión fue bastante numerosa, recuerdo que había gente, hicimos toda una presentación del Wayna Tambo. (Pablo Medina)

En esa reunión el barrio oficialmente dijo que podía darnos un espacio, en ese momento se tanteaba la sede social del barrio y el barrio dio su visto bueno para que hagamos algo, dijimos quienes se querían quedar, porque era voluntario, entonces quedaron como cinco personas: Pablo, Gudnar, Silvia, Lewis y Carolina, con quienes empezamos a germinar el proyecto, la idea y ver si podíamos tener una radio. No recuerdo quien trajo la idea de que había una radio a la venta, a principios del 2006, no recuerdo muy bien, pero hicimos el contacto y quedamos en un monto. Converso con esta pareja suiza en El Alto y pregunto si nos podían hacer el contacto con esta gente a Suiza para poder comentar acerca de este proyecto, por esas épocas yo hice un viaje a Alemania desde sindicatos alemanes que invitaron a seis medios de comunicación de Bolivia, de ahí me pasé a Suiza y visité esta institución, me reuní con esta gente les conté lo que hacíamos en el Wayna Tambo y esta posibilidad de hacer algo en Tarija. Desde ahí nos financiaron alrededor de dos tercios del monto que necesitábamos y más nuestros recursos propios, compramos la radio con la frecuencia 100.7 y después en el ordenamiento de frecuencias se colocó la 100.6, y empezamos a emitir en diciembre de 2006 como Yembatirenda, gestamos el equipo a mediados de 2006 y a partir de octubre ya empezamos a hablar del tema del nombre, de los programas. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Festejamos el aniversario de la radio en enero, si bien la señal empezó a salir el 5 de diciembre, la inauguración de la Yemba se hizo al año siguiente, el 19 de enero de 2007, ese fue el nacimiento oficial. (Pablo Medina)

Poco después del inicio de las emisiones radiales en Tarija sucedió un hecho por demás curioso, un día de tormenta eléctrica en la ciudad, algo frecuente en el verano tarijeño, un rayo impactó en la antena de la radio dañando algunos equipos y causando un susto terrible en las personas que se encontraban en el local en ese momento. Por suerte, el hecho no ocasionó grandes daños en los equipos y en las personas solo dejó el susto. Luego de este suceso, inmediatamente pasamos a instalar los para rayos respectivos, algo que por la premura de la instalación y la poca experiencia, nos olvidamos de inicio.

1.3.            SIPAS TAMBO EN SUCRE

Seguimos esta ruta que a través de las historias nos vuelven a conducir hacia el sur del territorio boliviano, aquí es cuando nos encontramos con estas fases previas que componen lo que es hoy la Radio Sipas Tambo 92.2 FM en Sucre, que nació el año 2009 luego de los sucesos racistas de mayo del 2008 en esa ciudad, en el entorno de la Asamblea Constituyente, evento duro y lamentable de la historia del país, que fue posiblemente, el momento que definió que la naciente Red de la Diversidad, Wayna Tambo y Yembatirenda, también se encamine hacia Sucre.

Si bien hablamos de la historia de la radio específicamente, es necesario mencionar que hubo un trabajo a realizar antes de tener la radio, trabajo de coordinación, actividades donde nos hemos podido conocer entre las personas que decidimos conformar el equipo, recuerdo que primero nos reuníamos en la Avenida de las Américas, si mas no recuerdo, era en la casa de Luli y bueno de ahí nos hemos ido frecuentando, organizando actividades, creo que la actividad que hemos organizado en el frontis del estadio Patria ha sido tal vez una actividad que marcó un antes y un después y un compromiso más fuerte de cada uno de nosotros. (Ricardo Serrudo Gonzáles)

La actividad a la que se refiere Ricardo fue un festival de desagravio ante los hechos racistas del 2008 y que mencionamos antes. Un año después realizamos ese festival, en coordinación con algunas otras organizaciones e instituciones de Sucre, en un ambiente tenso y cargado de amenazas para quienes defendíamos nuestras raíces originarias y un naciente país Plurinacional. Ese festival fue como el “bautizo de fuego” de Sipas Tambo.

Me parece importante recordar dos eventos concretos que han ocurrido, uno justamente fue la decisión del festival del 24 de mayo del 2009, fecha de nacimiento de la Radio Sipas Tambo, un año después de lo que había ocurrido en Sucre con esos actos de racismo. La decisión de hacer acción cultural a partir de lo que había ocurrido, tuvo cosas concretas, era el de miedo intenso, quizá no tanto la gente que nos acompañaba de La Paz u otros departamentos, pero si nosotros sentíamos el miedo intenso del hecho que se podía repetir el suceso. En lo personal estuve muy de cerca con lo que ocurrió el 23, 24 de mayo, aún hay cosas del que no se puede superar en el ámbito personal, pero estaba latente esa sensación de miedo, pero al mismo tiempo esta sensación de tratar de hacer acciones que superen ese miedo, que se traduce en lo individual pero también es colectivo. Ese miedo lo sentí con algunos compañeros que estuvieron presentes ahí el 2008 y la forma que se irrumpió. Lo otro fue que justamente en esa época paso lo del Abraham3, fue otra noticia muy fuerte que recibimos en aquella ocasión, pero eso no quita que su presencia estuvo junto a nosotros, Abraham hizo un aporte muy importantísimo para justamente responder desde lo que él sabía hacer con todo lo que había ocurrido desde Sucre, Y también me acuerdo en esa época del Pepe4, ese momento preciso, fue quien tomo el escenario y empezó a hablar y hubo una reacción importante de un grupo pequeño que luego no fue anulado, pero si fue, por lo menos, neutralizado antes que pasaran a acciones violentas,


3 Hace referencia a la muerte de Abraham Bohorquez personaje importante del Hip Hop de la Ciudad de El Alto y Hip Hop en idioma aymara. Abraham, conocido como Ukamau y Ké, era integrante del equipo de Wayna Tambo y justamente debía ir a Sucre al mencionado festival, poco antes del viaje sufrió un accidente de tránsito que le quitó la vida.

4 José Alberto Morales, más conocido como Pepe, integrante de la banda de rock La Logia de Sucre.


como que diciéndoles: “solamente es arte, es una forma de que repensemos las cosas”. Fue un momento con algo que ponía como que una situación incómoda o físicamente violenta y fue neutralizada no por nosotros, sino por la gente que estaba alrededor, y el Pepe fue muy importante en ese momento. En todo eso fue muy importante la presencia que tuvo el Sipas y luego en la radio. Lo que fue una experiencia más personal, justamente tuvimos un debate en Radio Universitaria donde estaba el representante que es de la republica 2025 Horacio Pope y nos identificó, precisamente nos dijo ellos son los supuestos “pachamamistas” y claro él tiene una abierta actitud fascista, no lo niega su agrupación es reivindicadora de los dictaduras de los 70, reivindicadora de los conservadores, reivindicadora de otros personajes nefastos, lo que sentí en ese momento cuando debatimos en Radio Universitaria justamente explicando lo que hacía Sipas Tambo y el refutando lo que significaba la Diversidad y reivindicando lo que significaba la bolivianidad, la unidad y la construcción de nación, sentí que había una ruptura una incomodidad en ese tipo de sociedad conservadora con la presencia del Sipas y creo que es lo que se buscaba, no significa que todos sean así, pero si es una narrativa simbólica permanente en Sucre, así como lo que existe con Chile por ejemplo, de una herida histórica con La Paz o el ensalzamiento con la culta Charcas que justifican de cierto modo el hecho de que no exista impurezas, impurezas en el sentido de indios contaminando las calles o contaminando con sus músicas o contaminando con sus manifestaciones o reclamando en contra de la discriminación; lo utilizaban en el momento, pero creo que esa presencia, esa espinita fue importante para saber lo que se estaba haciendo. En ese momento valía la pena y mucho. (Tibor Lanza)

Las conversaciones de diversos temas que hacían y hacen la coyuntura de nuestro país siempre están presentes en nuestros espacios e influyeron e influyen mucho respecto a nuestros posicionamientos políticos, afinidades, toma de decisiones, pero también a la hora de conformar equipos de personas que llevaran a cabo una tarea específica, asumir responsabilidades colectivas y conducir procesos que marcaron y marcan fuertemente estos horizontes de vida:

La radio del Sipas Tambo, no solamente la radio, sino todo el equipo, todo el entorno que hemos conformado en Sipas Tambo y en la Red de la Diversidad han sido fundamentales para nuestro caminar como seres humanos, porque también hemos llegado a ser parte del equipo en un momento clave que en ese momento era importante también para lo que estaba sucediendo en Bolivia. Sipas Tambo es un colectivo que forma parte de la Red de la Diversidad, que se ha formado o conformado en un momento clave político en el que a las personas que hemos llegado a formar parte del Sipas Tambo teníamos una posición política muy fuerte frente a todo lo que se estaba viviendo en el contexto mismo del territorio de Chuquisaca y Sucre con la Asamblea Constituyente que se vincula a nivel nacional con todo lo que estábamos viviendo. Un elemento importante de este proceso ha sido la radio, porque en ese momento histórico precisamente muchos de los que estábamos conformando el equipo también veíamos a las radios como, no solamente la radio Sipas Tambo sino otras radios, como instrumentos necesarios para la lucha y para la difusión que posteriormente en el trabajo que realizamos hemos hecho desde las diferentes experiencias. Hago referencia un poco más a lo que he ido haciendo estos años aquí en Sipas Tambo en los que he estado con la radio, creo que es importantísimo porque la radio es un instrumento, un medio de comunicación totalmente abierto a la población y gratuito que por lo menos no se consigue desde otras herramientas como las virtuales que tenemos ahora, que si bien aportan a la radio, creo que la radio en si como parte física es muy importante. Relacionar con lo que nosotros tenemos en común que es lo comunitario y a donde queremos llegar. (Carla Barrero Sotez)

Sipas Tambo nace el año 2009, el equipo se conformó durante el año 2008, un muy diversos y rico equipo de jóvenes que venían de diversas militancias sociales populares y acompañando el denominado, por entonces, “proceso de cambio” y la lucha por una nueva constitución en los horizontes del Vivir Bien y la Plurinacionalidad, de la descolonización y la despatriarcalización. Sipas Tambo nace al mismo tiempo como radio y como pequeño espacio cultural. Para conseguir la radio y sus equipos, hicimos uso de unos recursos propios que teníamos y un pequeño donativo complementario de una gente amiga. Con eso arrancamos la tercera radio de ésta historia.

Recuerdo de la radio que estaba ya como que en propuesta de venta hace tiempo, solo que tal vez no existía la persona con el efectivo suficiente para poder comprarla, porque yo me acuerdo, frecuentaba las radios que tenían emisiones en vivo de discotecas, sobre todo porque bailábamos con grupo de break dance; ahí decían tal radio está en venta, entonces se rumoraba que la “Pitufo” está en venta. Cuando ya habían llegado los mencionados comentarios al Sipas Tambo, sobre la venta de frecuencia de esa radio y que esto podría ser una posibilidad de que la misma pase a manos del Sipas Tambo, ya había empezado a generar opinión y expectativa. La radio no lo habíamos visto cristalizado hasta que se hizo la instalación en la casa de la señora Tone e increíble era porque de repente después de todas la tareas previas vemos nomas ya a un tipo escalando la torre de fierro, ahí todos asustados al pie de la torre por si el tipo se caía o pasaba algo, obviamente no queríamos que pase, pero era casi imposible no sentirlo, ver al compañero casi flotando en el aire agarrado de los fierritos, ha sido altamente peligroso ese movimiento, pero bueno ha sido necesario para poder llegar a esos objetivos de tener la radio. (Ricardo Serrudo)

Para lograr obtener las frecuencias de las radios tuvimos que planear estrategias, buscar miles de rutas posibles, formas de llegar a convencer a quienes estaban vendiendo la frecuencia, este es el caso particular de Sipas Tambo:

Con relación a la radio, de principio a nivel técnico nos ha costado conseguirla porque la frecuencia era muy buscada, había otras personas que querían esta frecuencia. Con el dueño conversamos, durante más de medio año conversando e intentando convencerle, explicándole sobre el sentido que tenía la existencia de la radio, inclusive hasta le hacíamos escuchar algunos programas buscando formas y argumentos para convencerle porque él se inclinaba más por lo económico y nosotros más en lo nuestro. Un gran aprendizaje el poder lograr la compra de la frecuencia. Hicimos de todo, viendo todas las maneras posibles que nos permitan lograr consolidar lo que era la radio, porque había aspectos legales que impedían que podamos tener la frecuencia de la radio, todo este proceso ha significado un aprendizaje muy grande para mí. (Nelly Toro)

Estas historias son resultado del trabajo colectivo y comunitario de quienes en ese momento vieron en el nacimiento de estas radioemisoras el plasmar de un sueño compartido, la potencia de que las voces que se escuchan traen consigo historia ancestral, ritualidad y fuerza, pero también nos cuentan esas otras posibilidades de habitar, disputar y construir el espacio público, nos invitan a escuchar dejando de lado por un momento ese ritmo acelerado de las ciudades, estos tiempos donde lo audiovisual se piensa como vital, nos estamos desafiando a escucharnos ante tanto ruido y ver cómo nos encontramos para seguir caminando desde nuestro reconocimiento como continuidades entre el campo y la ciudad.

2.      LOS NOMBRES DE LAS RADIOS NOMBRAN LO QUE SOMOS

Este momento es muy importante dentro de las historias de las radioemisoras, ya que al elegir el nombre que nos va a acompañar en este nuevo camino que estábamos iniciando era una gran responsabilidad, ya que en nuestras culturas, especialmente en pueblos y naciones indígenas, el nombre es muy importante, tanto que aun en ciertos territorios se consultan a movimientos astrales, calendarios agrícolas, etc., para decidir el nombre que vamos a darle a una wawa en la comunidad, por estas razones teníamos que pensar muy bien en esos nombres que les daríamos a estas wawitas de la Red de la Diversidad.

En este caso las radios nacieron gemelas o siamesas por decirlo de alguna manera. O más bien su nombre nominaba a gemelas o siamesas de la misma manera. Las radios nuestras nacieron como parte indisoluble de las Casas de las Culturas y del resto de nuestras estrategias de trabajo. Casas o Centros o Espacios o Territorios culturales locales tienen el mismo nombre que nuestras radios. Veamos.

Radio Wayna Tambo

Ya contamos el inicio de Wayna Tambo a inicios de 1995, no reiteraremos eso aquí, sin embargo, resaltaremos un par de elementos claves para la designación del nombre de Wayna Tambo.

Wayna en aymara es joven varón, pero también es el nombre de la montaña (achachila o apu) que es autoridad territorial del espacio que ocupa la ciudad de El Alto, el Wayna Potosí. Ambas conexiones fueron fundamentales para que adoptáramos el término WAYNA en nuestro nombre. Aquí les contaré un poco algunas de nuestras conversaciones para definir nuestro nombre de nacimiento.

En 1.994, cuando estábamos criando el nacimiento de Wayna Tambo, en el equipo veníamos definiendo las características de ese espacio/territorio cultural que iba germinando. En medio de esa crianza emergió el debate por el nombre de nuestro centro. Muchas opciones, pero con cierta facilidad se fue gestando lo que sería Wayna Tambo. Recuerdo algunas conversaciones y decisiones que las comparto, porque expresan los ambientes de la época.

A pesar de nuestras “observaciones” e “incomodidades”, nos decidimos llamar “Casa de la Cultura” primero y poco tiempito después, “Casa de las Culturas”. En esa decisión estaba una de las huellas claves de nuestros procesos, el debate sobre las institucionalidades oficiales y dominantes, el rehabitarlas y, al mismo tiempo, el reubicarlas en el contexto recolocándolas en el ámbito de la gestión comunitaria. Las “Casas de la Cultura”, para nuestro país, eran experiencias gestionadas por las municipalidades y en algunos pocos casos, por una alianza de instituciones públicas que podían incluir las universidades. Nuestra propuesta pasaba por disputar ese referente, de que la “Cultura” se concentraba en casas que gestionaban y definían lo que era aquello, la mayor parte de las veces desde entenderla como bellas artes y desde las creaciones de las élites que a lo mucho llegaba a plantearse acciones para que los sectores populares accedan a esas expresiones culturales en dichas casas. El asumir ese nombre tan institucional y en general descontextualizado y poco pertinente, era una manera de colocar el campo cultural en la vida, en la comunidad, en la gestión de la gente que habitaba una casa que superaba los salones y las paredes de los edificios institucionales y se reapropiaba del espacio público como las calles, las plazas o los mercados, para las convivencias culturales que atravesaban todas las dimensiones de nuestras vidas y en las que también estaban diversas expresiones artísticas. La cultura como un todo que nos ayudaba a reconfigurar nuestras pertenencias, nuestros “NosOtros o NosOtras” y nuestros sentidos de lo que criamos y hacemos brotar.

Al poco tiempo abandonamos el singular de “Cultura” y pasamos al plural de “Culturas” como visibilización de la diversidad y pluralidad que habita el país y el mundo, como posicionamiento en esa diversidad hacia relaciones interculturales e intercivilizatorias que nos permitan rehabitar las ciudades desde horizontes del Vivir Bien, convivir mejor dicho. La primera decisión estaba tomada, nos llamaríamos Casa de las Culturas. En realidad, al inicio “Casa JUVENIL de las Culturas”

Lo de juvenil era en parte por nuestra edad del grupo gestor del nacimiento de Wayna Tambo, pero también porque era 1994 a 1995, es decir una etapa de “victoria” del neoliberalismo, del derrumbe del bloque soviético y la crisis de muchos movimientos “revolucionarios” en Latinoamérica, que incluía la derrota electoral del gobierno sandinista en Nicaragua a finales de la década de los ’80. Momento de “crisis del pensamiento crítico”, de victoria de las ideas de “pensamiento único” y “fin de la historia” que celebraba al capitalismo como el modelo triunfante de la vida y único camino posible para la humanidad. En ese contexto, como equipo asumíamos que el momento sobrepasaba los debates sobre modelos estatales y económicos (capitalismo vs socialismo), que el tema era más profundo y colocaba en el centro de las acciones políticas a los modos de vida, las culturas y los procesos civilizatorios. Que el debate debería llevarnos poner en cuestionamiento y deconstruir la modernidad y sus modelos de desarrollo y progreso, que las culturales originarias nos ponían en evidencia la existencia de otras experiencias culturales en todas las dimensiones de la vida. Que, en esos otros modos de vida, que resignificaban la vida toda y también en concreto nuestras experiencias de gestión cultural, habitaban alternativas civilizatorias (de Vivir Bien podríamos decir ahora), que desmontaban los cantos victoriosos y únicos del neoliberalismo/ capitalismo occidental, colonial y patriarcal. Sentíamos en esos momentos que para recolocar las resistencias y las reexistencias en este escenario, se necesitaba un “recambio generacional”. Que muchas de las viejas izquierdas del siglo XX (que incluía experiencias en el campo de la educación y la comunicación popular, de grupos de base cristianos inspirados en la teología de la liberación, de indigenismos que se centraban en la valoración de las identidades propias, etc.), no lograban dar cuenta de esa complejidad cultural y civilizatoria que estábamos viviendo. Por eso nos pusimos JUVENIL en nuestro nombre.

Creo que más demoramos en poner la categoría juvenil en nuestra nominación, que en darnos cuenta que eso nos llevaba a trabajar desde el recorte etario por criterios de edad, cayendo en la trampa de la modernidad, de fragmentar la realidad y a los sujetos, separando sus dimensiones de totalidad de relaciones tan importante para la vigorización de lo comunitario y de otros modos de vida. Si bien, nuestro trabajo tuvo un énfasis en jóvenes, nos dimos cuenta que éste solo era posible reposicionándolo en medio de sus relaciones intergeneracionales, desde la comprensión de múltiples juventudes configuradas por su lugar de clase, sus pertenencias culturales y de género, así como del territorio específico donde se vive y desde donde se establecen sus relaciones. Lo juvenil en la comunidad y sus tránsitos intergeneracionales celebrando la riqueza de la diversidad. Sacamos lo de juvenil y nos quedamos como CASA DE LAS CULTURAS. Primera parte de nuestra nominación resuelta.

Nos pusimos el nombre de TAMBO. Los tambos hicieron parte de nuestras “institucionalidades” originarias vivas, antes de la invasión europea, para gestionar el encuentro, la convivencia, la diversidad, el intercambio, la reciprocidad, el amparo y la redistribución. Eran (son), espacios donde pernoctaban gente procedente de diversos pisos ecológicos, en la red inmensa de caminos andinos. Allí se encontraba amparo y cuidado, pero también se celebraban los intercambios de productos y alimentos de esos diferentes pisos ecológicos (desde la costa, las cordilleras, el altiplano, los valles, los yungas, la amazonía, el chaco y otros territorios). Esos intercambios también ocurrían en la dimensión cultural y de los saberes, de las informaciones y las tecnologías. También eran lugares para procesos de enamoramiento y ampliación de las redes familiares, para los compadrazgos y las amistades. En esos tambos también se almacenaba productos alimenticios, fruto del tributo de las comunidades, para redistribuir en tiempos de escases o en comunidades con un mal año para las cosechas, generando cuidado compartido y corresponsable. Eso queríamos hacer: un TAMBO, desde lo cultural, lo educativo y lo comunicativo. Además, de yapa o añadido, en el barrio donde nacimos en la ciudad de El Alto, que se llama Villa Dolores, todavía existían y existen numerosos tambos, especialmente de frutas. Era una manera de estar en nuestro territorio, dando continuidad a lo existente al mismo tiempo que incorporábamos nuestra propia singularidad.

Volvamos al inicio, a lo de WAYNA. Como ya dijimos, este vocablo aymara significa joven varón, les recuerdo que quienes gestamos Wayna Tambo éramos jóvenes por ese tiempo, pero claro que en el equipo no solo había varones, sino también mujeres, éramos casi mitad y mitad. Como nuestros debates del momento nos llevaban al tema de los modos de vida, de lo civilizatorio y de un necesarios “recambio generacional”, lo de Wayna sonaba bien, aunque incompleto (ch’ulla). Solo años más tarde logramos reparar la necesaria complementariedad equilibrada, en Sucre dimos nacimiento a Sipas Tambo (sipa significa joven mujer en quechua). Pero volvamos al nombre de wayna, la clave era que Wayna nos unía a nuestra ancestralidad, es decir lo juvenil arraigado en nuestras culturas de origen por lo de la montaña autoridad y organizadora del territorio donde se asienta la ciudad de El Alto, nuestro achachila Wayna Potosi (6.090 msnm). Wayna por esa doble acepción, nos permitía ligar lo juvenil a la ancestralidad, lo juvenil desbordando y rehabitando la modernidad occidentalizadora urbana desde esos otros modos de vida germinados desde nuestras culturas originarias, capaces de ser contemporáneas al mismo tiempo. Wayna fue el nexo clave de lo que queríamos nominar con nuestro nombre.

Nacimos el 30 de enero de 1.995 y poco tiempo después del mismo, nos consolidamos con el nombre de CASA DE LAS CULTRAS WAYNA TAMBO. Ritualizamos nuestro nacimiento en el Wayna Potosí justamente, en una laguna en medio de la subida a la cumbre de la montaña, de yapa cerca de la mina Milluni, que se encuentra al pie de éste nevado, lugar donde habíamos llegado procedentes de Tarija, con mi familia muchos años antes, ya que mi papá trabajaba en diferentes minas. Milluni fue mi tránsito personal, a muy temprana edad, para mi vida en El Alto. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Radio Yembatirenda

Todo lo que se compartió como parte de la historia de la Radio Yembatirenda está cargado de un asunto cultural fuerte, a partir de los años 70 empezó a surgir el asunto de la identidad acompañado de lo musical, también ha ido pegando dentro de los movimientos la idea de identidad y el problema que teníamos como sociedad, a partir de los años 70 salía la idea de “yo soy y que”.

Nosotros teníamos referencia de lo que estaba haciendo Mario en Wayna Tambo, porque Eddy iba y venía de La Paz y aquí estábamos con la propuesta de la movilización política, como nos íbamos a movilizar, con la referencia de Wayna Tambo y la propuesta de Mario, tuvimos la conexión de que a Mario le gustaba Rupay y ese tipo de música quiero decir, y aquí también nos gustaba, entonces Mario vino también con esa identidad renovada de lo que significa y significaba lo nativo, cuando viene aquí y charlamos el ¿cómo traspasamos la idea de lo que significaba Wayna Tambo a Tarija? el Nombre del Wayna Tambo era de ese recuperar la identidad y reafirmarse de lo concreto, lo cotidiano, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué hacemos aquí en Tarija? cuando en Tarija aún hay una negación a lo andino, de hecho si pusiéramos un nombre nativo andino, se iban a erizar los pelos las élites. Entonces nosotros a los años 87, 88 con todo el movimiento de los guaraníes de Ñaurenda habíamos empezado a releer y en esos años habían salido los 3 tomos de los guaraníes de Pifarré, del Albó, en ahí se relataba todo lo que significaba lo guaraní y como se expresaba en Tarija, además de esos tomos y de otras investigaciones, como se extendía detrás de este cerro que por allá es Tariquia, y venían por el camino a Valle del Medio y a otros lugares que conectaban el valle de Tarija con la región guaraní. Una de las primeras parroquias que han hecho eran las misiones a Salinas. Sabíamos que aquí en Tarija no querían sentirse indígenas de ningún lado, no sabían que eran guaraníes, el trabajo de Ñaurenda fue importante e intenso porque era quitarle las tierras al patrón, porque se vio cómo se les daba comida como a perros en batán5, se les daba lagua. Entonces quisimos retomar el orgullo de lo guaraní aquí. Había una amiga a la que preguntamos cómo se decía en guaraní “lugar de encuentro de jóvenes” y la chica me dice: Yembatirenda. Entonces decidimos que se la radio se llamara Yembatirenda para evitar la confrontación con el medio local, pero también para decir que, aunque no quieran, también son o somos indígenas. Serán españoles los de la plaza, pero el resto es también guaraní y tiene mucho que enseñarnos eso. Eso que queremos recuperar y a los guaraníes les gustaba estar aquí también, los guaraníes siempre se ubicaban en lugares así, entonces de ahí es el nombre, lo más chistoso fue cuando nos encontramos con un guaraní mismo, el Julio Ramírez que nos dijo que Yemba quería decir Perro. (Elmer Peña y Lillo)

Después de ya adoptar el nombre nos dimos cuenta que en otra traducción Yembatirenda no existía en palabra guaraní, que es como una castellanización. También nos dimos cuenta de que en realidad no esta tan alejado porque sabíamos que no era homologo a “Wayna Tambo” como el lugar de encuentro de los jóvenes. La Traducción que se había pensado era: el lugar donde se reúne la Asamblea del Pueblo, porque “Ñembuati” es Asamblea del pueblo y el sufijo “renda” o “tenta” es el espacio físico, igualmente después que salió el nombre nos dimos cuenta que estaba equivocado, pero decidimos mantenerlo porque ya se había posicionado, como una castellanización. En lo personal era una forma de aceptar que como gente de ciudad somos unos ignorantes. (Pablo Medina)


5 Instrumento de piedra que permite moler/triturar alimentos secos y alimento blandos/frescos.


Radio Sipas Tambo

En el caso de la Radio Sipas Tambo y su nombre, el mismos se pensó como una complementariedad a las radios hermanas que ya estaban funcionando en la Red, pensar en la experiencia de Wayna Tambo y los aprendizajes compartidos nos motiva a buscar un nombre que complemente a lo masculino:

En la realización de este sueño, tener la radio, tener la voz desde Sucre y por supuesto hermanado con otros departamentos, pensándonos el nombre inclusive como que vaya emparejado con el nombre de Wayna Tambo, el mismo que es más el nombre, de lo que simboliza al hombre, pero nosotras decíamos también Sipa, la mujer joven y Wayna el hombre joven, entonces un poco en ese sentido hemos ido buscando el nombre. Esos momentos representan una linda experiencia, tiempos bien especiales y reflexivos, hemos visto que realmente ha sido un logro de todos y Mario siempre ahí presente, por supuesto los compañeros de Wayna Tambo impulsándonos muchas veces, exigiéndonos porque de repente necesitábamos esa exigencia, los ánimos también y realmente nos dejaron un gran aprendizaje. (Nelly Toro)

Así, Sipa es joven mujer en quechua, sipas es una pluralización hacia el castellano, pero sonoramente quedaba bien. Se optó por Sipas Tambo. En la historia de nuestros nombres es interesante como mucha gente denomina, desde la existencia de la radio, como LA Wayna Tambo, es decir en femenino lo de wayna que es masculino. Y en complemento mucha otra gente denomina EL Sipas Tambo, siendo que es femenino. Estos tránsitos son los que nos han permitido tener una suerte de identidades diversas y en movimiento, desde nuestros propios nombres.

¿Y la Red de la Diversidad?

En 1995 nació Wayna Tambo, el año 2006 Yembatirenda. Cuando ocurrió este segundo nacimiento nos plateamos cómo nominar a nuestra naciente Red complementaria. Al principio empezamos a mencionar Yembatirenda – Red Wayna Tambo.

Pero rápidamente sentimos que era una suerte de no dar cuenta de que se trataba de pares complementarios actuando en reciprocidad.

Una de nuestras consignas de ese tiempo, en nuestras radios, era “un encuentro con lo diverso”. Lo diverso, la diversidad estaba relacionada con lo plurinacional, con lo pluricivilizatorio, con lo intercultural posicionado. Así que decidimos poner a nuestra articulación naciente RED DE LA DIVERSIDAD. Y ahí seguimos con esas nominaciones…