DESAFÍOS DEL SOSTENIMIENTO DE ALTERNATIVAS ECONÓMICAS

Nos hemos planteado para esta semana recoger distintas experiencias respecto a que tienen nuestras organizaciones  indígenas, campesinas, organizaciones de gremiales, pero también experiencias que vamos desarrollando desde organizaciones mucho más afincadas en barrios, en comunidades, y desde ahí también, a partir de eso, generar propuestas o generar esta necesidad de ver qué cosas hay para continuar.

De estas experiencias que sí que son un aporte a esa diversificación que hace falta, que es una de las necesidades también de nuestros pueblos, en la medida en que las economías a nivel macro están siendo/son y responden a sistemas mundos que limitan la expansión de otras experiencias más pequeñas.

Así que vamos en esa línea, también a partir de lo que desde la Red de la Diversidad vamos proponiendo,  que se va construyendo con esos elementos, así pequeñitos, más locales, más comunitarios, más de base, y que tienen de todas maneras un efecto bien importante en nuestras vidas.

Ante lo que posiblemente estamos asistiendo en este tiempo, en nuestro proceso, es a lo que podemos llamar, ya hace bastantes años, a una suerte de presión en el sistema mundo para reprimarizar nuestra economía. Nunca dejamos de ser un país extractivista que basó su economía en la extracción de lo que se suelen denominar recursos naturales, y mucho más hoy, en plena crisis económica del país, el debate, o uno de los elementos que aparecen como posibilidad de salir de esta crisis, pasa por intensificar los sistemas extractivistas y de saqueo en gran parte de los bienes y dones de la naturaleza. Hemos pasado históricamente del ciclo minero, la constitución del país ha estado marcada por el ciclo de explotación minera,  luego ha estado marcado por la de los hidrocarburos en este siglo XX y siglo XXI, y hoy volvemos a tener la presión minera que deja pocos recursos para el Estado, a diferencia de la explotación gasífera que dejó recursos un poco más grandes, para las políticas redistributivas del actual gobierno, independientemente de quién esté en el gobierno, las políticas que fueron emergiendo en lo que se denomina el proceso de cambio y el movimiento socialista. Esto nos recoloca en las experiencias sociales, por decirlo de alguna manera, de intentos de diversificar la economía en los límites de las posibilidades de lo que ocurre en ese ordenamiento mundial, pero eso no evita repensar las posibilidades alternativas, queremos colocar dos o tres elementos que tienen que ver con la ruptura de estas lógicas extractivistas y su forma en que estamos viviendo una recolonización muy acelerada en la explotación de nuestros bienes y recursos naturales. Ponemos dos o tres entradas. Una tiene que ver con lo que podríamos denominar nuestros confundos, es decir, vivimos en las ciudades y en nuestras organizaciones siempre debatimos qué estamos consumiendo, a qué circuitos, desde la perspectiva de nuestras organizaciones, a qué circuitos económicos, sistemas de producción, cadenas de valor nos enganchamos, colocamos esto porque a partir de lo que consumimos, de lo que compramos en los espacios urbanos en términos de alimentos, de dónde los compramos, del uso, por ejemplo, en los espacios culturales de nuestros propios equipos de sonido, de la demanda energética que tenemos para satisfacer nuestras acciones y nuestras actividades, generamos un sistema de presión sobre el sistema productivo en el área rural, y en muchos casos eso puede significar el deterioro de las formas tradicionales de producción agraria, es decir, la producción de alimentos vía agricultura, vía el ganado, etc, al trasladar esa presión sobre los sistemas de producción, también modificaciones o abandono de esas prácticas “tradicionales” y una creciente aproximación a una demanda acelerada de……con la minería del oro y su expansión en todo el continente. Este no es un fenómeno sólo en Bolivia, es un fenómeno que atraviesa el continente entero y que hoy genera una suerte de articulación creciente de las economías familiares a esos sistemas de producción, es decir, uno no necesariamente puede ir a sacar oro o ser parte de una cooperativa minera extrayendo oro en alguna zona del país, sino que mi economía familiar empieza a depender de sus circuitos económicos porque abastezco con mi tienda la minería, porque produzco comida que satisface a estos sectores mineros, porque soy parte del sistema de transporte, porque en la ciudad soy parte de una cadena y una red de rescate de oro.

Entonces, hay distintos mecanismos por el cual crecientemente la población tiene familia, algún tipo de vínculo en su red que se articula a estos sistemas económicos que están ligados a esta expansión creciente del sistema extractivista, esta densificación del extractivismo reprimarizando nuestras economías de nuestro país, de nuestros países, de la región entera, del sur global, frente a esta suerte de recolonización y de saqueo intensificado de los bienes de la naturaleza en este sur global a partir de las potencias de las corporaciones y del norte rico que se está peleando por el control de estos recursos como los minerales de transición. Entonces, nuestras acciones de consumo tienen que ver con eso, y en el escenario actual, por ejemplo, de otra vez una agudizada crisis económica, un problema de abastecimiento, un tema de inflación, un tema de especulación de varios alimentos que son como “imprescindibles” en nuestras vidas, aunque varios de ellos podríamos prescindirlos y buscar mecanismos alternativos, no está encontrando respuestas articuladas de parte de las organizaciones. Ha habido pequeños intentos de respuesta en algunos barrios para garantizar ciertos abastecimientos o para garantizar un precio del pan más asequible o un control sobre el tamaño del pan, en varios barrios de varias ciudades han aparecido algunos de estos mecanismos, pero fácilmente se han disuelto porque en el escenario de la sobrevivencia volvemos a intentar resolver estos problemas de manera casi individual, por encima de las posibilidades de las soluciones colectivas. Entonces, ¿qué nos está pasando que hemos perdido una fuerza dinamizadora de mi relación desde mi familia, desde mi barrio, desde mi campo organizativo con la manera en que se mueve el mercado o los mercados en la satisfacción de nuestras necesidades básicas?

Este es un elemento que tiene que volvernos a colocar en un debate sobre las economías en nuestras organizaciones urbanas, porque eso, como decíamos, también genera presión sobre los sistemas productivos y genera presión sobre los sistemas de ampliación de los modelos extractivistas. El otro elemento que tiene nuestras organizaciones es que, posiblemente las que trabajan vinculadas o en iniciativas más relacionadas a la producción de alimentos procesados o elaborados y alimentos saludables, se han desatado una serie de intentos para generar circuitos de abastecimiento de los alimentos básicos, digamos, agrícolas, bajo criterios de cierta complementariedad, de apoyar sistemas de producción básicos más ligados al cuidado de la naturaleza, de la madre tierra, pero son circuitos que se sostienen con mucho esfuerzo, porque no logran encontrar un camino fluido, suficientemente autosostenido, que genere canales y circuitos de comercialización que sostengan estas posibilidades. En gran parte porque estas experiencias de abastecimiento, de producción orgánica, están dispersas y exigen un tipo de logística en todo el sistema de traída, de transporte, de almacenamiento, de distribución,  que garantice que la gente pueda “abastecerse” de estos productos con cierta facilidad….ponemos aquí la conversa completa del Hueco en el Muros, par que sigas escuchando su intervención….