CUERPOS EN RESISTENCIA, REHABITANDO DESDE LOS TERRITORIOS Una entrevista con Anibal y Dolores

Esta semana en la Casa de las Culturas Wayna Tambo tenemos junto a nosotrxs a un grupo de investigación teatral surgido en la Universidad de las Artes de Guayaquil, pero que desborda ese escenario académico y que a través del encuentro justo con la costa ecuatoriana y con las culturas ancestrales de esa región y con comunidades de la parte andina de poblaciones Saraguro, que recordemos tienen su origen en territorio boliviano y que se fueron en esos procesos de traslado durante la época del Tawantinsuyo, se afincaron en el territorio de lo que hoy es Ecuador. Estamos hablando del grupo de investigación teatral Mnemoficciones, con ellos/as vamos a hablar de un tema que estamos abordando toda esta semana, cuerpos en resistencia y rehabitando en esos cuerpos en resistencia desde los territorios de este mundo, para repensarnos también las alternativas, repensarnos nuestra manera de intervenir en el mundo, de configurarnos como sujetos y como sujetas.

Estamos con Aníbal y Dolores, integrante del grupo Nemoficciones desde Guayaquil, con quienes conversaremos respecto al tema propuesto en esta semana

Aníbal nos dice: Nemoficciones, su nombre como ustedes lo pueden ver, apela a esta idea de la memoria, pero también del trabajo de creación de la historia. Vemos la historia también como ficción y eso se acerca más también a nuestro lugar de investigación, a nuestro lugar de pensamiento, que profundamente ha sido el teatro. Nosotros, más que profesores de la Universidad, que es ahí donde nos conocimos, en la Universidad de las Artes en Guayaquil, somos teatreros y teatreras de diferentes trayectorias que hemos confluido en este proyecto al cual me ha invitado Dolores y que nos ponemos a pensar, nos ponemos a plantearnos sobre todo qué hay de esas prácticas de nuestros pueblos originarios, qué prácticas allí podemos relacionarlos con lo que nosotros conocemos como teatralidad.

Cuánto allí hay y a donde tal vez no nos hemos acercado, a donde tal vez desde la misma academia tenemos como velado esa parte de nuestra historia más cercana, y a veces son referentes que creemos, estamos convencidos que deberían estar más cerca. Entonces, la pregunta es por esos cuerpos, por esos orígenes, cuánto de ello nosotros encarnamos aún sin ser totalmente conscientes, cuánto de ello está todavía en nuestra práctica. Entonces esas fueron un poco así, a grosso modo, las inquietudes que hacen que vayamos al encuentro, por ejemplo, de una fiesta de la cultura viva en una región, del sur del Ecuador, de la provincia de Loja, en la comunidad Saraguro, y por otro lado al encuentro también de estos objetos arqueológicos que a veces reposan en los museos y que nos acercamos a ellos con una distancia; esos han sido los dos lugares desde donde tentativamente hemos querido empezar a buscar, a hacernos preguntas.

Dolores nos comparte: Pensamos que uno de los grandes aprendizajes que hemos tenido es el pensar con hacer, no mirar la investigación o el trabajo de investigación descorporizada, sino recurrir precisamente a esa memoria corporal, a ese saber corporal que está cargado de memoria, y porque nuestras prácticas no pueden desprenderse de todo lo que lleva un cuerpo, un cuerpo que está cargado de su devenir histórico, un cuerpo que, por otro lado, también está marcado por sus relaciones, entonces, por un lado, esa ha sido una de las cosas que hemos podido vivir y que atraviesa nuestras prácticas; otra cosa que nos ha llamado también muchísimo la atención es esta capacidad de incorporación que tiene la fiesta viva, cómo no se niega a la transformación y cómo es capaz de alguna manera, de incorporar todo aquello que se encuentra en su entorno sin perder su identidad, sino poniéndola en diálogo.

Nos preguntamos también si es que muchas dinámicas de la creación colectiva, que son tan propias de las formas de hacer de nuestros teatros, tienen que ver con esta raíz que viene de un compartir, de unas formas de relación que son distintas de otras formas de teatro que no son propias de la región. Otros hallazgos tienen que ver, creo que, y riquísimos, tienen que ver con la forma de relacionar en un sentido profundo la forma con el entorno que nos rodea, estamos acostumbrados a aquel teatro que podemos, que se transmite normalmente, las indicaciones como los distintos niveles que puedes ocupar, si te ocupas para la composición escénica, de colocarte en un nivel bajo, medio, alto o la operación escénica del espacio, en el teatro se toman estas decisiones, en el teatro que llamaríamos formal o de las tradiciones occidentales, se ubican pensando estéticamente.

Aquí hay unas conexiones que están ligadas con todo el entorno, que tienen que ver con establecer una relación de trenzado con el territorio, con los distintos miembros de la comunidad. Entonces vamos a ver unas formas, por ejemplo, de topografía, que no son solamente decisiones para seducir la mirada de un espectador, sino que tienen una codificación y un sentido que incluso no todas las personas ahora de las mismas, o de la misma comunidad, en este caso de Saraguro, conocen, pero se mantiene ese sentido y algunas personas sí conocen por qué se da un movimiento de cierta forma y no de otra o los niveles están relacionados con un sentido de con qué mundo conectan, hablando de que pueden tener una conexión más espiritual, de que pueden tener una conexión más terrena o más de otra profundidad, de acercarnos a estos mundos donde ya está la opacidad y también el poder de la profundidad de la Tierra……ponemos aquí la conversa completa junto a Aníbal y Dolores para que sigas escuchando su intervención….