Producción de Biocombustibles ¿Cómo va la ecuación de beneficios de su uso?

En el plano ambiental, si bien los biocombustibles disminuyen la cantidad de gases generadores del efecto invernadero, sin embargo al momento en nuestro país su precio es mayor que el de la gasolina convencional, por tanto todavía no es de consumo masivo y el efecto de disminución de polución atmosférica de las ciudades seria mínimo; contrastando con las implicancias ambientales que tendrá la producción de la caña de azúcar, en lo inmediato significa el incremento de uso de pesticidas y herbicidas, con la consiguiente afectación a las personas que los manipulan o que entran en contacto con estos productos, fuentes de agua, etc., pero además afecta a los complejas interrelaciones en los ciclos de vida de la fauna insectívora incidiendo en las regulaciones poblacionales internas, generando desequilibrios, estos productos podrían afectar también a la micro fauna del suelo por la gradual disminución de poblaciones encargadas de la descomposición de la materia orgánica, aspecto que facilita el deterioro de la estructura física del suelo, generando compactación pero también disminución de la fertilidad; a mediano plazo de demandarse mayores volúmenes de biomasa para la producción de alcohol implicará la ampliación de la superficie de cultivo y esto significa incrementar significativamente la deforestación de los bosques primarios instalados en suelos tropicales bastante frágiles, cuya fertilidad decrece aceleradamente con los cultivos de caña de azúcar. Ante estas circunstancias ¿Cómo andará realmente nuestra ecuación de aporte en la disminución de efectos ambientales, con el uso de los biocombustibles? En el plano social, si bien la producción de biocombustibles generará un incremento de la actividad agrícola inicialmente de la caña de azúcar y posiblemente más allá de maíz, supone un incremento de las fuentes laborales y el empleo con efectos en los ingresos, pero al momento el cultivo de la caña se desarrolla en un sistema de producción altamente mecanizado y tecnificado, por ello tiende a demandar poca mano de obra directa, pero si una relativa mayor demanda de mano de obra en tareas administrativas y de servicios, inclinándose sus costos de producción en mayor proporción a la operación de maquinaria, insumos agroquímicos y depreciación de maquinaria, por lo que los dispositivos de activación del proceso económico se inclina de forma directa a los poseedores de capital, es decir a los agroindustriales y la redistribución del flujo económico generado favorece obviamente al capital y de manera indirecta a los productores de tecnología, las empresas transnacionales, quedando con el resto los trabajadores directos e indirectos. En este panorama ¿Cómo andará realmente nuestra ecuación de disminuir las brechas de ingreso entre los actores sociales? Si bien es bastante evidente que el incremento poblacional de las urbes, están aumentando significativamente los niveles de polución atmosférica con gases generados, en parte por el incremento de los vehículos, dada la necesidad de disminuir esta afectación ambiental, obliga a aplicar políticas de regulación que debieran estar dirigidas al incremento de la utilización de medios de transporte públicos masivo y el desincentivo del micro transporte público, como también el transporte particular; sin duda inmediatamente nos surge una imagen mental que habla de la desocupación de cientos de transportistas de minibuses, disminución de trabajo de mecánicos, chapistas, proveedores de repuestos, etc. aspecto que nos muestra de manera nítida como el crecimiento de nuestras ciudades esta dado en función a la renta generada principalmente por la extracción de hidrocarburos y minerales; es decir el acomodo que se nos ha dado dentro de la división internacional del trabajo; por ello parece que debemos explorar alternativas que gradualmente nos coloque en otro rol, que signifique por una parte el aprovechar nuestro potencial agrícola, forestal, ganadero y piscícola, en sistemas de producción que favorezca una alta utilización de mano de obra y generen una producción orgánica, como también procesos de transformación de pequeña a mediana escala, articulados a circuitos de consumo que son activistas en la construcción de un nuevo orden económico mundial. Es evidente que el volumen de ingreso de estos productos será menor y no podría reemplazar en su totalidad a la renta generada por las materias primas, pero sin duda favorecería a que tengamos unas ecuaciones costo/beneficio más favorables en el plano social y ambiental.