Compartimos este compilado de reflexiones de nuestros procesos en el camino del aprendizaje natural, los cuales incluyen la des-escolarizacion de adultos y jóvenes y la no escolarización de algunos de nuestros hijos.
La crisis actual es el sistema de creencias establecidas (el cual es entendido como “conocimiento”) y sobre la imposibilidad de conectarlas a las consecuencias de nuestras acciones y formas de vivir. En esto nos hemos estado enfocando desde un proceso individual y colectivo en torno al paradigma de la educación.
Desde hace unos veinte años, y más tarde con el nacimiento de Uywana Wasi en el 2005 en la comunidad de Totorkawa, Cochabamba, hemos estado curándonos de las creencias y suposiciones como; “el pensar es superior o más elevado que el vivir”. “El analfabetismo hace de las personas seres no completos”, “existe una sola forma de ganar conocimiento vía instituciones”, y todo tipo de creencias que invisibilizan la diversidad de formas de aprender, conocer, vivir, percibir y expresarse.
Hemos estado tratando de ganar y ofrecer diversos “espacios” a la par de recursos, donde aprender mutuamente. Tomando conciencia del fin de la era de la «educación para todos” ofreciendo diversas formas de aprendizaje donde no existe la posibilidad de convertirnos en personas inútiles (incluyendo a los llamados “desertores escolares” y culpados de ese “fracaso” por el mismo sistema educativo). John Holt, inspirado por Ivan Illich, en los años setenta y ochenta, fue quien se refirió a que había llegado el momento de liberar de la pedagogía el aprendizaje para buscar la libertad más allá de la educación. Un pensamiento transgresor que ha derivado en el surgimiento de movimientos como el homeschooling-el unschooling, los cuales se correlacionan al aprendizaje natural que nosotro-as hemos optado, que es la vida misma incluyendo mentores o seres guías con experiencias compartibles.
El desafío está en cómo incorporar el conocimiento teórico textual sin bloquear el crecimiento y desarrollo de los potenciales, sin perder la autoconfianza y sabiduría que la cultura ancestral nos proporciona. Como nos ha ayudado a reflexionar nuestro compañero Palestino Munir Fasheh: necesitamos re-pensar todo lo que proclama ser universal. El universalismo es la principal causa en la matanza de la biodiversidad cultural que sostiene la vida.
Las fábricas de la escolaridad masiva surgieron en la era industrial y se orientan en gran medida a un currículo implícito de enseñarle a la gente a respetar a sus superiores, a quedarse quieta y a tener paciencia con actos repetitivos. Estas han estado mutilando y destruyendo la creatividad y las herramientas cognitivas de los niños, convirtiéndoles en simples creyentes listos para servir a los intereses industriales. Es esencial limpiar los confusos significados modernos de educación y aprendizaje. Esto es justamente lo que ha estado ocurriendo en las comunidades orales o mal llamadas analfabetas por no existir una verdadera comprensión de cómo ocurre el aprendizaje natural y la adquisición de conocimientos.
- Las definiciones y conceptos universales de aprender
. El aprendizaje ocurre solo en respuesta a la enseñanza
. El maestro es el único proveedor de conocimiento y de los estudiantes se espera que lleguen a alcanzar temáticas preestablecidas.
. El aprendizaje es forzado a tomar lugar en el aula de clases a la par de un currículo fragmentado en temas en un tiempo rígidamente calculado.
- Comprender cómo ocurre el aprendizaje
El cerebro de una persona se desarrolla rápidamente en los primeros 4 años de vida. Hasta los 7 años el potencial de absorber todo aquello que percibe está en su magnitud y especialmente el desarrollo de su imaginación que son cruciales. Si no es interferido, si su imaginación queda intacta, libre de daños por la educación conductista el-ella lograra autoafirmarse y estará garantizado su desenvolvimiento en la capacidad de resolución de conflictos y sano relacionamiento con su entorno.
. Hay una serie de predisposiciones con las que nacemos las que dan forma y guían nuestros procesos de aprendizaje. Estos incluyen los cinco sentidos, la habilidad para aprender lenguajes, la tendencia a ser sociable, y el deseo a colaborar. Tendría que haber suficiente espacio y tiempo para permitir que cada una de estas predisposiciones afloren.
. Los niños-as están intrínsicamente motivados a aprender y necesitan las oportunidades para explorar. No deberían ser forzados a aprender algo; la voluntad y perseverancia debe nacer de ellos. El aprendizaje ocurre sola y exclusivamente cuando fluye la curiosidad libremente por aquello a ser aprehendido.
. Cada niño-a tiene creatividad: esto depende de si uno la usa o no. Falta de tiempo y presión matan la creatividad.
. Cada niño-a tiene inteligencias múltiples que nos ayudan a entender el mundo. No existe tal cosa como indicador de inteligencia o parámetro para medirla. Hay también diferentes estilos de aprendizaje, los cuales deberíamos reconocer y comprender.
. Los niños-as necesitan estar expuestos a diferentes recursos y materiales y permitirles usar e interactuar con ellos.
. El reconocimiento de que el ‘aprendizaje’ no es simplemente en respuesta a la “enseñanza’; el aprendizaje ocurre todo el tiempo, conscientemente e inconscientemente. El aprendizaje ocurre como necesidad básica independientemente de si un adulto decide o no que el niño-a aprenda.
. Todos somos ambos aprendices y maestros y la dicotomía entre los dos necesita ser eliminada para permitir que ocurra el aprendizaje intergeneracional, colaborativo y creativo.
. La comunidad misma es un recurso de aprendizaje que está constantemente evolucionando, negociando, y envolviéndose en el aprendizaje colectivo. Es preciso al mismo tiempo repensar el término “desarrollo” el cual ha estado siendo emparejado con ‘modernización’. Las escuelas son una herramienta importante para promover este modelo de ‘desarrollo’ puesto que produce ciudadanos obedientes, industriosos, pasivos y patrióticos. El desarrollo concibe a las tradiciones, conocimientos locales, prácticas y lenguajes como ‘obstáculos’ y ‘barreras’ para el desarrollo que cree tienen que ser eliminadas.
Otra de las importantes reflexiones que se ha ido dando dentro de nuestra comunidad en Uywana Wasi es el tema del activismo y la falta de involucramiento de los activistas en torno a la transformación de la educación, como si fuese posible cambiar una sociedad sin desmantelar el paradigma de la educación aún vigente.
Pero la más importante de todas es la reflexión de nuestro rol como madres o mejor dicho el maternar. Hay un dicho que dice que son las madres y no los guerreros los que han de salvar al planeta de tanta destrucción y violencia. Está cada vez más difícil lograr revertir o sanar nuestra situación actual, primero porque el maternar y la maternidad no están conectadas a la educación (ni en teoría ni en las experiencias) y segundo porque el rol de las madres está desvalorizado, esta no es rentable y como la maternidad también significa comunidad se la desvaloriza y se incentiva el modelo de madre moderna independiente, desapegada de sus criaturas y un estilo de vida individualista de familia nuclear. Hay un dicho que dice “Se requiere a toda una comunidad para criar a una wawa”, pero es obvio que hoy en día ocurre lo opuesto: una multitud de niños bajo el cuidado de unos pocos. Desde que nacemos en esta sociedad patriarcal nos moldean para convertirnos en mujeres individuos. Lo que sí podemos hacer es tomar el camino por la sanación emocional, espiritual de cada una y de cada compañero que ya surge listo para andarlo. No podremos ayudar ni mucho menos respetar a nuestros-as hijos-as sin antes reconocer este poder en nosotras como madres, nuestra intuición, conexión con la naturaleza, la Pachamama (nuestros cuerpos), y la vida en comunidad.
Los derechos humanos están vacíos de las necesidades básicas que garantiza el vivir bien. La vida en violencia se perpetuará mientras no sean considerados las siguientes necesidades:
- Vida intrauterina y nacimiento no hospitalizado, libre de traumas
- Alimento: leche materna-crianza apegada no interrumpida
- Alimento emocional: amamantamiento-amor–cuidados-contención-generosidad
- Falta de alimento emocional es violencia contra supervivencia
Los niños-as no respetados en sus necesidades resultaran carentes, inseguros, desconfiados, temerosos, auto desvalorizados, agresivos, irritables, rígidos. Hiperactivos, hipertimidos, desinteresados-se aburren rápido, desorientados. Contrariamente los que sí han crecido siendo respetados son personas seguras de sí mismas, confiadas, alegres, activos, creativos, afectuosos, curiosos buscan divertirse, ingeniosos, estables.
¿De qué nos estamos aislando?
Cuando nos han cuestionado sobre el proceso de desescolarización, hemos tenido que narrar nuestra experiencia individual. Lo que más claramente recuerdo es la imposición de conocimientos, presiones y amenazas ejercidas sobre mí para domesticarme y encarrilarme en la carrera universal por parte de la escuela. Como al mismo tiempo recuerdo la angustia de los exámenes, las burlas y agresiones de mis compañeros-as por ser yo distinta a la manada, (herramienta aún vigente y con gran éxito la de la competencia-marginación, creada por el sistema escolar, para mantener a los estudiantes interesados-motivados a seguir en la aburrida homogeneización escolar).
Como muchos han expresado al preguntarles sobre lo aprendido en la infancia, también recuerdo que la mayoría de lo que he aprendido fue directamente relacionándome con la vida; mi curiosidad por las manos tejedoras de mi abuela, mi entusiasmo por los colores y el olor a arcilla cocida del taller de mi madre; mi necesidad de jugar al doctor curando árboles y construyendo casitas sobre ellos, construyendo y volando con los cometas, imaginando con mis amigas-os que vivíamos en un país de puras wawas, mis infinitos deseos de ser todo; ser curandera-gimnasta- bailarina-mamá, empaquetadora de regalos, pastora de animales, constructora de casas en los árboles-cocinera de postres- adoptadora de animalitos…y no sé cuántas curiosidades más que me llevaron a acercarme a los misterios de este mundo de aprendizajes los cuales luego los adultos los convierten en carreras.
Nos hemos dado cuenta que el rol de las autoridades educativas de turno insistentemente trata de bloquear las experiencias imaginativas que alimentan nuestro crecimiento. Y lo logran atiborrándonos de información teórica y lejana, secuestrando las horas de juegos, imponiéndonos tareas infinitas, interfiriendo en nuestra comunicación con la naturaleza, personas y animales profunda y orgánicamente, midiéndonos con exámenes para hacernos sentir desvalorizados-as, amenazándonos con el destierro frente al fracaso escolar. El mensaje camuflado de la escuela lanza: “o eres un vasallo profesional sustentador del sistema dominante o eres un indeseable, retrógrado, ignorante, antisocial, inútil, marginal, inadaptado social de un orden que aparenta ser lógico-democrático-eficiente-productivo-y lo más irónico: ¡real y superior!
¿Qué he aprendido en la escuela?
A memorizar por un ratito las lecciones que me han hecho atragantar a la fuerza, a competir con mis compañeros-as, a odiar las matemáticas, a recibir humillaciones, maltratos, amenazas de los profesores, a mentir, engañar para evitar castigos. He tenido que aprender a negar mis sentimientos, auto-reprimirme, a perder tiempo, sacrificar mis necesidades y aniquilar mi curiosidad… he aprendido desde muy temprano lo mucho que iba a tener que desaprender al liberarme de la escuela. Por suerte me deje llevar por mi espíritu tan rebelde, pero sé que hubiésemos llegado a ser seres más excepcionales en una vida sin escuelas, más seguros de nosotros-as mismos-as, con nuestros talentos libres y enteros.
Fuera de la Escuela he Aprendido: a construir y a alimentar amistades legitimas. He aprendido y sigo aprendiendo a respetar, criar y amar a lo distinto y diverso en mí y en otros-as. He explorado viajando por geografías de este mundo. He creado pinturas, cuentos, juegos y aprendido a usar mi imaginación para resolver problemas sin ayuda de especialistas. He aprendido a sembrar, cocinar, a alimentarme sanamente, respetar mi cuerpo de mujer, conocer los ciclos y gozarlos. Me he dejado atrapar por cientos de libros escogidos por mi propia motivación. He aprendido a tomar decisiones guiada por mi intuición como al dar a luz a mis wawas en nuestra casa y como criarles, o con cual maestro, servicio-oficio-trabajo debía formarme para ayudar a otros-as … He aprendido a sembrar, a reciclar y crear papel con plantas, a elaborar chicha, sigo aprendiendo a curarme, a construir mi casa, a hablar idiomas, a celebrar, a leer mapas astrales, a bailar muchas danzas, a ofrendar y agradecer, a tener paciencia, a tener voluntad, a perdonar…
Nos sentimos afortunados-as de poder contar con el apoyo y la contención donde hay una fuente inacabable de experiencias de aprendizaje. Sin embargo, el desafío de proteger nuestras necesidades e instintos frente a la sociedad que insistentemente se impone e infiltra entre nosotros-as es bastante fuerte. Ya hemos tenido la experiencia de ser enjuiciados por no injertar a nuestros hijos-as al sistema roto y enfermo de la educación compulsiva.
A pesar de que ven y les compartimos que nuestros hijos aprendieron a leer prácticamente solos de su propia motivación y con gusto; de que le encantan los números y aprender siempre algo nuevo; de cuestionarse muchas cosas, cuestiones simples y también existenciales, de construir amistades donde quiera que estemos, de imaginar infinidad de cosas (como de una hojita un barco pirata y de una bidón de aceite una nave) de sembrar y cuidar las plantas, de interpretar sus sueños, de aprender por cuenta propia a elaborar todo tipo de comidas, construir con Don Irgidio banquitos de madera, de cocinar, ocuparse de la composta, construir casas de tierra y otros materiales, tocar batería y música autóctona, lavar su propia ropa, pastear y ordeñar vacas, aprender computación explorando temas de su interés (por ejemplo: cómo se fabrica botellas de vidrio, sobre la variedad de peces en los mares del mundo, o porque se forma la lava volcánica…), hemos recibido críticas como: “¿Que no ves que tu hijo no sabe lo mismo que uno de su grado?. –“¡Que les están privando de la experiencia de la escuela, de tener amigos en la escuela, de jugar a los juegos de la realidad!” ¡que le estas arruinando su futuro, sin título no serán nada! ¿Porque hacen de sus hijos un experimento?” “¡No pueden aislarlos!”
Incluso he oído a una señora preguntarle a mi hijo menor mientras me esperaba fuera de una tienda: “¿Si te regalo una mochila irías a la escuela?”. Hacer esta pregunta manipuladora como queriendo convertirnos a una religión, sin preguntarnos sobre nuestra propia experiencia de aprendizaje, nuestras convicciones, nuestra manera de ver y vivir, es en verdad de mucha arrogancia afirmando que nos falta educación. Aunque estas personas hayan conseguido títulos y diplomas en las fábricas educativas y se creen finamente educadas, escasean de algo que para nosotras es fundamental; el RESPETO.
La inseguridad, el temor, el rechazo de otros es lanzada hacia nosotros-as por habernos corrido de la manada. Varias veces mis hijos en el pasado me preguntaron sobre la idea de ir a la escuela, hemos tenido largas conversaciones donde tuve la oportunidad de explicarles que representa; porque habíamos tomado esta decisión, reflexionando juntos sobre lo que ganaríamos y lo que perderíamos.
Esto último no se compara con las 200 veces o más que yo reprochaba a mis padres porque no quería ir más a la escuela. Muchas de estas veces llorando y muchas otras en desesperación. Hemos charlado sobre cómo los niños-as están desamparados dentro de las escuelas, sin sus padres por taaantas horas a la semana, sin saber quiénes son en esas islas, forzados hasta en las relaciones que ellos-as no han elegido. Charlamos sobre cómo los alumnos están aislados de la vida real, dentro de las cárceles de las escuelas y/o de sus creencias familiares. También hablamos sobre nuestra manera de caminar la vida diferente. De la belleza que contribuye a la vida el ‘ser diferentes’. No somos todos iguales, somos diversos y esto es lo rico; compartir estas diferencias para poder crecer y enriquecernos colectivamente.
Reflexionamos lindo en nuestras charlas al mismo tiempo sus amiguitos les hacen afirmaciones como: “que suertudo eres” “que chocho estaría yo sin ir a la escuela”. También han presenciado las clases de su escuela de ellos, han visto el maltrato, el agobio de las tareas y demás represiones. Pudieron ver la incomprensión, falta de respeto de los adultos hacia los niños-as.
Cuando les dejamos a nuestras wawas vivir y relacionarse con otras wawas libremente de acuerdo a sus necesidades, la mayoría de ellos no preguntan ni existe la escuela. Definitivamente no es una necesidad para ellos-as. Además de que siempre eligen relacionarse con personas de todas las edades, inclusive disfrutan mucho la relación con adultos.
Nuestra habilidad de construir una vida de auto suficiencia-disciplina propia es mucho más importante y enriquecedor que cumplir con las tareas escolares para conseguir diplomas. Es para nosotros-as esencial y urgente recuperar la sabiduría natural para sanarnos de eso que llaman educación.
La escuela en Bolivia, como en otros países, es sinónimo de santuario de fe y salvación. Es aquí donde millones de familias invierten sus esperanzadas ilusiones para liberarse de la “condición campesina-condición subdesarrollada”, como ha estigmatizado la colonización mental desde hace cientos de años y a través de la empresa mundial del desarrollo.
Y aquí va la pregunta: ¿de qué nos estamos aislando?
Nos aislamos de un paradigma que se ha impuesto dominante. Nosotros y nosotras, hombres y mujeres comunitarias continuaremos en aislamiento, mientras que el errado modelo que se impone superior continúe negando su contribución a la destrucción de las diversas formas de vivir y aprender.
Porque aprender de la vida (y no sobre la vida), es aprender a criarla y ayudar a regenerarla.
Nos estamos aislando de la televisión con sus programas engañosos, vacíos y mediocres, películas y juegos de violencia, y de la droga-adictivo consumismo.
Nos estamos aislando de las instituciones educativas donde nos entrenan para ser meros consumidores autómatas (de energía, información, de máquinas, químicos, de servicios, de creencias, atracciones violentas y morbosas, de títulos, de sueños extranjeros…)
Nos estamos aislando del conocimiento occidental fragmentado, la inundación de información memorística y de la imposición de la enseñanza homogénea universal.
Nos estamos aislando de la carrera ficticia del progreso hacia el éxito inalcanzable para las mayorías.
Nos estamos aislando de la fábrica de la escolaridad y de la uniformidad global basados en la meritocracia.
Nos estamos aislando de la escuela porque no nos prepara para enfrentar los problemas que con más fuerza se nos vienen encima como la pérdida de principios y valores basados en la cosmovisión, la pérdida de la biodiversidad, la medicalización de la vida, (sino más bien la escuela los acrecienta).
Pero en verdad, ¿QUIÉNES SON LOS QUE REALMENTE SE AÍSLAN?, ¿NOSOTROS DE UN SISTEMA DESTRUCTIVO DOMINANTE, O LOS DE ESTE ACTUAL SISTEMA (los que lo moldean y sustentan) DEL RESTO DEL MUNDO Y DE LA VIDA?
Tanto se ha aislado la humanidad que ya no puede captar la existencia de las diversas fuentes de imaginación, aprendizajes y vivencias.
- Las wawas nacen sabiendo
Los niños-as nos ven a Uywana Wasi, como una puerta abierta hacia el reencuentro con su propia imaginación, un permiso libre al juego, a la infancia de extremo a extremo. Nosotros-as somos como un espacio prohibido para muchos niños-as criados bajos los mandatos conservadores de sus familias; somos un mundo que les es arrebatado.
En un simple día aprendemos infinitas cosas, las cuales para los niños no es necesario traerlas al plano de la razón. Teníamos un amigo mayor de edad que tenía la costumbre de preguntarle a mi hijo Kamay: “¿Qué has aprendido hoy?”, él simplemente respondía “Nada”. Lógico, lo aprendido ya está en nosotros mismos, no es necesario extraerlo al plano aislado de la razón mental. No es necesario fragmentarlo. Para este amigo esta respuesta de mi hijo la interpretaba como un fracaso de la vivencia del aprendizaje natural, según sus parámetros de aprendizaje vs enseñanza.
Pero si me obligo a mí misma a hacerlo, si quisiera “responderle” a ese amigo, entonces aquí van unas cuantas cosas de todo lo que aprendemos en un simple día:
Aprendemos a través del juego, que es una necesidad fundamental como beber agua, porque sin juego no hay imaginación y sin esta no hay posibilidades de subsistencia, de resolución de dar respuesta a los desafíos de la vida. Aprendemos a escucharnos, a comunicar, a descubrir palabras, sonidos, sensaciones, insectos, plantas, animales, el clima, el tiempo…aprendemos sobre las consecuencias de lo que hacemos, de las provocaciones, por nuestra curiosidad de descubrir a los insectos, a la tierra, las plantas, a las personas. Aprendemos sobre las formas de ser de ver de percibir de otras personas, de otros seres, de las cosas, a través, del juego, de la lectura, de la soledad…Aprendemos a aceptar y ser parte de la vida sin interferencia de la obligación, aprendemos de errores. El juego-trabajo-crianza-ser-estar, es todo un uno integrado. Aprendemos a cambiar, a morir, a regenerarnos al saber que somos parte de ese todo. Y todo esto no lo aprendemos con la mente solitita, lo aprendemos gracias a la posibilidad de percibirlo con todos nuestros cuerpos, fluyendo con la vida. Las wawas tienen capacidad de percepción más completa, he ido creando el hábito de des-aprender junto a ellos-as. Es muy gratificante ver en nuestro taller de creatividad, lo que dibujan y pintan los niños que nunca han ido al colegio. Luego de tan solo unos meses después de haber ingresado a la escuela es de gran frustración ver sus nuevos dibujos, estereotipados, como impuestos de texto escolar, colores patrióticos, figuras monótonas, repetitivas. Lo cual va acompañado de auto desvalorización, duda de su propia expresión, y se vuelve muy difícil ayudarles a recuperarse de este bloqueo.
¿Qué es más urgente en este tiempo de destrucción y denigración de todas las formas de vida?, ¿Sacrificar una vida por títulos y certificados o saber “Vivir Bien”, ¿para defender y ayudar a regenerar la vida? ¿Cómo podrá ayudar un profesional que se ha desarraigado o que incluso nunca ha conectado con la naturaleza, como sabrá lo que necesita que hace falta, que es lo que hace daño? Tal vez digan aquí, que lo podrá hacer a través de estadísticas, de tecnologías, planificación económica, etc.
Al mismo tiempo nos hemos preguntado; ¿Cómo podrán, las futuras generaciones “contribuir positivamente a la sociedad” si no se les deja ser ellos mismos-as? Si se les agobia con tumultuosas tareas y otras actividades que les desconectan y oprimen castrándoles de ser lo que en esencia son, niños-as libres y felices.
Los niños-as que están siendo criados de manera natural, respetándoles su sabiduría innata lo más intacta posible, buscan cuidar a la comunidad, saben que a la tierra hay que ayudarle a florecer, y saben que es de la misma manera que ella nos ayuda a nosotros-as. Estoy convencida de que las wawas ya nacen ¡sabiéndolo!
No habrá un mejor momento para arriesgar nuestras creencias; el camino que nos lleva hacia la transformación siempre conlleva dolor y es primero individual pero vale la pena andarlo para lograr una vida paralela a la de los paradigmas imperantes de la educación-la política-la economía-la ciencia. En estos tiempos cuando los líderes-autoridades están condicionados a buscar toda respuesta en modelos occidentales (aunque sus discursos suenen a nativo o propio).
La convivencia y las distintas actividades colectivas que hemos estado realizando durante los últimos años, nos lleva hacia afuera del sistema dominante que se nos impone y hacia dentro de nosotros mismos-as. Vivir estos 2 últimos años en la comunidad de Incahuara, Caranavi; desarrollando el proyecto de agroforestería de Uywana Wasi, ha sido de mucho aprendizaje para cada una de nosotro-as. Vivir el bosque como lo ha sido vivir la chacra en Cochabamba, nos ha acercado a la impresionante sabiduría e integración.
Realizar talleres de creatividad con las wawas cada domingo en la plaza de Incahuara y construir nuestras casas de barro, madera, jatata, guiados por nuestros jóvenes, está siendo la verdadera fuente de esperanza. Ayudar a las wawas a retomar el contacto con su esencia a través de los juegos, pinceles y colores, y contenerles con amor y aprecio frente a la aguda carencia emocional que la mayoría vive, es tan valorado por ellos y sanador para todos-as. A diferencia de las típicas quejas en contra de los adolescentes, nosotros-as estamos disfrutando mucho a nuestros-as adolescentes; nos motivan sorprendentemente y nos recuerdan ser flexibles y abiertos-as. Descolonizarnos para nosotros-as significa andar por el sendero propio, por el camino de nuestros ancestros y nuestras ancestras, recreándolo en una realidad propia.
Muchas son las esferas de nuestras vidas en las que hemos andado desde la resistencia hacia la liberación:
- Nos estamos liberando de acatar las órdenes del tiempo marcado que oprime nuestras experiencias. Estamos re-encaminándonos por el tiempo cíclico de la ley natural, donde no existe el volver al pasado y donde no existen comunidades retrasadas.
- Nos estamos liberando de la cadena económica y del miedo que la sustenta; el miedo a la escasez. Usamos nuestras manos y cariño a la tierra para conseguir alimentos, medicinas, crear objetos útiles y artísticos para ll`ankar, embellecernos y armonizar. Nos hemos resistido a la dependencia de empleos y trabajos ajenos a nuestro vivir, que sostienen un sistema enfermo y corrompido simplificando nuestras vidas.
- Nos estamos liberando de mandatos universales y de ser domesticados para un sistema uniformado. Hemos estado resistiendo la escuela con sus paquetes colonizadores y anuladores de las fuentes de conocimiento.
- Nos estamos liberando del comercio de la salud y de que intervengan en nuestros desarrollos contaminándonos, intoxicándonos. Hemos resistido la imposición de la medicina occidental con sus nociones de enfermedad fragmentada y la farmafia.
- Nos estamos liberando al afirmar lo propio y lo que surge de nosotros-as nuestros propios modos de celebración, rituales, juegos y fiestas. Nos resistimos a consumir entretenimientos y distracciones que nos niegan y denigran.
- Finalmente nos estamos liberando del individualismo des-andando el Sistema actual que impide la regeneración de nuestras vidas comunitarias.