Era el sábado 15 de abril, cuando empezaron a sonar las cuerdas del charango de Raschid, junto a él Hermann, Rodrigo y Roly completaban el cuarteto. De los sonidos aparecen composiciones de Raschid y estándares de jazz clásicos. Las composiciones tienen aires de música tradicional andina y de otras regiones del país, música con raíces indígenas originarias y de esas formas que fueron emergiendo de los encuentros interculturales luego de la invasión europea, y desde ahí dejan paso y se complementan con las improvisaciones, los compases y los aires del jazz.
Ya son décadas de experiencias de fusionar y hacer dialogar complementariamente nuestras formas musicales propias con el jazz, ya en la década de 1.960 aparecieron experiencias como las de Jhonny Gonzáles en su piano o ese cuarteto denominado The Tihuanacu Brass, luego como no mencionar a Bolivian Jazz o mucho más luego a Andes Swing en el que participó en propio Raschid Ale. Podríamos seguir enumerando una lista prominente de experiencias fusionadoras de ritmos nuestros y el jazz.
Conversando con Raschid profundizamos, en algún momento por nuestras radios, sobre que esas fusiones no sólo eran rítmicas o de compases o de acordes o de melodías o de texturas sonoras, sino también y profundamente de lugar de enunciación, desde dónde se habla. El lugar de clase, el lugar cultural de quienes dicen e interpretan estas músicas distantes geográficamente, pero muy próximas políticamente, hace que sus encuentros sean complementarios.
En estos encuentros musicales suenan los contornos de sectores sociales excluidos, oprimidos, despojados de sus riquezas y sus sabidurías –o al menos invisibilizados en sus riquezas y sabidurías por quienes detentan el poder-; personas que al mismo tiempo son capaces, desde ahí, de resistir las dominaciones, de brotar sus expresiones culturales y musicales, de dignificar sus vidas a través de maravillosas propuestas y vivencias desde su tradición cultural. Dialogan complementariamente desde la libertad de la música, desde la fiesta, desde el convivir.
Eso sonó en Wayna Tambo. No hacen faltan discursos, no siempre, o al menos no esos explícitos, dichos… basta escuchar lo que nos dice la música para que emergen a borbotones las historias de quienes criaron y compartieron estos géneros musicales, estas tradiciones sonoras que alimentan estas fusiones que siguen siendo hoy en día tan presentes.
Raschid nos dice: “Tell Me” significa háblame, es una cueca tarijeña fusión con jazz que mantiene la mayoría de la estructura de una cueca tradicional, pero con una armonía moderna y contiene diferentes solos.
Raschid Ale Cuarteto: Tell Me (cueca), composición de Raschid.
Raschid Ale: Charango
Hermann Vildoso: Batería
Rodrigo Rojas: Bajo
Roly Flores : Teclados
Wayna Tambo, 15 de abril 2023
Concierto completo:
https://www.facebook.com/100014420048761/videos/609807987863278