Empezamos viéndonos las manos, las manos portan nuestras historias personales, la de nuestras familias, la de nuestras comunidades, la de nuestros pueblos. Las manos se mueven y con sus movimientos trazan trayectorias, historias, posibilidades, vínculos con las realidades. Desde las manos entrelazamos movimientos, porque nuestras vidas son movimiento. Fuimos tejiendo historias, entrelazando nuestras historias personales con nuestro lugar, nuestra localidad y comunidad. Recorrimos las discriminaciones que atraviesan nuestro cotidiano, hablamos de nuestras emancipaciones de las colonialidades, patriarcalismos y clasismos que suelen atravesarnos. Construimos historias o, mejor dicho, las hicimos brotar desde nuestro existente y conversamos, principalmente conversamos.
Eso hicimos con estudiantes de la Unidad Educativa “Kurusa Llawi” en el barrio Sinaí, cerca de los barrios Alto Villar y Betania, donde venimos desarrollando estrategias de comunalización y territorialización como Sipas Tambo y la Red de la Diversidad, todo en el distrito 3 zona Lajas Tambo Alto.
Kurusa Llawi fue una destacada mujer quechua participante de los levantamientos indígenas contra la dominación colonial allá por 1.870. Su pareja Tomás Katari, fue también un personaje muy destacado en esas resistencias que portaban, al mismo tiempo, reexistencias, otros modos de vida que hoy nos siguen enseñando mucho. Tener ese nombre en la Unidad Educativa es motivo de orgullos, pero también de discursos discriminadores desde estudiantes de otras unidades educativas, juegos de jerarquía que atraviesan nuestras vidas.
Nuestras manos portan esas historias de discriminación, de esconder nuestros orígenes, de buscar dejar de ser lo que somos. Pero también nuestras manos portan nuestras historias de resistencias, de reexistencias, de terquedad emancipadora, mucho más si se encuentran con otras manos, si se tocan, si se entrelezan en fuerza comunitaria.
Por ahí vamos tejiendo desde las manos, en esos procesos de crianza comunitaria en la zona de Lajas Tambo en Sucre, en Alto Villar, el Kuchu Tambo, en Betania, en Lajas Tambo… pequeñas semillas, chacritas en camino, que van germinando vidas orgullosas, como esa ejemplar Kurusa Llawi.