NUESTRA COBERTURA Y PARTICIPACIÓN EN MOMENTOS DE ALTA CONFLICTIVIDAD POLÍTICA Y DE MASACRES CAPÍTULO 10 DEL CUADERNO DE CONVERSACIONES #9 UNAS RADIOS A NUESTRO ESTILACHO

Nuestras radios nacieron del lado del campo popular, de sus luchas, de sus sabidurías, de sus culturas, de sus conflictos, de sus resistencias y reexistencias. Eso nos hizo ser una red de radios diversas y plurales al mismo tiempo que posicionadas. Desde nuestro nacimiento asumimos que lo nuestra no era ir diciendo esa falacia de que los medios de comunicación son objetivos y neutrales. Asumimos que le diríamos a la gente que nuestras voces eran posicionadas, diversas, pero con sentidos de vida y opciones políticas amplias compartidas; pero que desde ahí no pretendíamos tener criterios de verdad única, sino ser una voz entre muchas otras, un aporte en un espectro amplio y diverso que merecía nuestro respeto. En nuestro equipo han convivido siempre diversas tendencias políticas por decirlo de alguna manera, no hablamos de partidos –aunque alguna gente de nuestro equipo puede tener militancia partidaria-, sino de lecturas de la realidad y posicionamiento. Pero todas ellas, tendencias desde el campo de lo popular indígena y de la defensa de la madre tierra.

Por tanto, no rehuimos a los debates políticos a tomar posición en algunos momentos históricos que exigían ser parte, posicionarse. No nos detendremos en ellos, sino que ahora compartiremos los momentos más intensos de ese acompañamiento a los sectores populares e indígenas de nuestros territorios, en especial los momentos tan difíciles de las masacres.

2003, octubre negro o la guerra del gas

Estos momentos fueron claves en el trabajo que recién iniciábamos desde la primera radio que es Wayna Tambo, tiempos que representan gran parte del trabajo que aún seguimos haciendo, por ello compartiremos este capítulo a partir de la experiencia de las personas que sostuvieron el trabajo en esos momentos:

Cuando empezó la masacre yo estaba en Tarija y tenía que tomar un avión el sábado en la tarde para estar aquí. Santos me llamo a casa de mi familia en Tarija, ese día él estaba aquí en el Wayna porque había actividad. Me llama a casa y me dice; “Alguien ha llamado a la radio y dice que están disparando en Senkata, que los tanques están y están disparando, ¿qué hacemos?” Hablando un rato, acordamos salir a la radio para decir “hemos recibido una llamada a la radio señalando esto, si hay gente que está en la zona de Senkata y escucha la radio, por favor llame a tal número y confirme”. En poco tiempo comienza el bombardeo de las llamadas, teníamos un año y poquito de radio y era impresionante la gente que empieza a llamar. Ya vino el conflicto y la masacre, no había como llamar. Santos se queda en la radio, Viky Ayllón también, otra gente del equipo se turnaba más. Se quedan aquí en cabina a recibir llamadas y transmitir, la gente hacia de reporteros y llamaban por estos chalequeros14 a la radio permanentemente. Yo llego a los dos días, yo me incorporo el lunes y ya no me fui desde ese día hasta el viernes que se escapó el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Teníamos un transmisor movible para las transmisiones, a los 2 o 3 días de ese proceso sale un artículo en “El juguete rabioso” diciendo que había tres radios que iban a ser tomadas por la represión, mencionaban a Fides, Erbol y Wayna Tambo, ahora que intento recordar creo que a la Pachamama de El Alto también. Nosotros éramos una radio nueva con un año, no teníamos equipo de prensa, pero aparecemos ahí. Entonces vino gente a decir que quería resguardar la Wayna, un vecino ofreció su casa para llevar el transmisor de emergencia, por si tomaban la radio transmitir desde su casa, y llevamos un transmisor de emergencia. Nos quedábamos aquí, toda la semana era transmitir.


14 Personas que trabajaban prestando el servicio de llamadas por teléfonos celulares de esa época y usaban chalecos verdes fluorescentes para ser distinguidos con facilidad.


 

Yo recuerdo que una mañana salí a tomar aire por aquí, en Villa Dolores, del lado donde está el mercado había un bloqueo, de los varios bloqueos que se habían instalado en El Alto, había un bloqueo ahí con un parlante grande y se escuchaba la radio Wayna Tambo. Yo he quedado impresionado de que la radio se escuche, esta sensación de que no llegas a nadie, que nadie te escucha y de pronto escuchar tu radio en la calle acompañando la movilización, era fuerte. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Hasta que se fue Goni. Eso fue marcante para la radio y eso consolidó la radio, marcó una imagen, un estilo y una forma de hacer de la radio, a pesar de tener apenas un año de vida como radio, pero como centro cultural muchos más años en El Alto. Todas estas articulaciones que hemos trabajado estableciendo relaciones, han sido gente que ha alimentado los despachos, porque era gente amiga, desde distintos puntos de la ciudad y sobre todo desde Senkata, nos llamaban para darnos reportes, de los que me acuerdo eran de Percy, Jane, Marco, Oscar, Rufo, había un núcleo que se quedó para cubrir lo que pasaba. Recuerdo también que Oscar nos dijo: “Llamaremos a la gente de otra radio que estaba cubriendo también para decirle que ya estamos agotados y que ya no vamos a transmitir”, y sin embargo seguimos nomas y no cortamos la transmisión, fue duro.

La radio fue referente en 2003, este suceso aun lo seguimos conversando, que en términos locales territoriales-comunitarios, la radio, lo local ¿enganchara en estas problemáticas nacionales? Más allá de nuestras actividades culturales, en los conflictos nacionales del 2003 y del 2019 nos ha tocado la suerte de jugar un rol importante y de algún modo logramos tener referencia. La suerte de estar en El Alto en términos estratégicos, el destino del país se jugaba en El Alto, la radio ha respondido a esas circunstancias y ha respondido positivamente. (Santos Callejas Quiroz)

Siguiendo el hilo de la conversación seguimos escuchando más voces, una de ellas nos dice:

Hay que destacar porque la radio se convirtió en un referente importante, porque la mayoría de la gente que vivíamos en El alto que estábamos acostumbrados a ver televisión, veíamos lo que pasaba en la calle y era otra cosa lo que pasaban en las noticias, era realmente indignante como te mentían en la televisión, era totalmente vergonzosas las noticias, el canal estatal de ese entonces, el 2003, que te ponía cualquier programa cualquier cosa. El 2003 no había ni un solo espacio en la ciudad de El Alto que sea indiferente a lo que había pasado, entonces los medios de comunicación televisivos habían perdido total credibilidad frente a la gente, ahí lo que le quedo a la gente era empezar a buscar lo que está sucediendo de verdad y empezó a buscar en el dial y escuchar que es lo que estaba sucediendo y se podía acercar a esta realidad. Eso fue importante para que mucha gente empiece a conectarse con la misma radio, veías en las calles a la gente con su radio en el oído, mucha gente al escuchar que ese equipo de prensa, ese reportero que había pasado por la universidad, podía comunicarse con la radio y dar su versión de lo que estaba pasando, ha sido importante porque en ese momento le has devuelto la voz a esa gente, la gente escuchaba voces de gente “normal” que no tenía que impostar toda la técnica radiofónica, sino que era gente como tú, que estaba hablando al otro lado de la radio, sentías más confianza al reportar y al decir las cosas que estaban sucediendo, eso para contextualizar esa fuerza que ha tenido la Wayna Tambo. (Nina Uma)

A diferencia del 2019, en el 2003 el rechazo al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni), era generalizado, que lo que acontecía en El Alto no era cubierto mediáticamente, en ese sentido la radio ha jugado un trabajo importante, siendo un contexto distinto al 2019. En el 2019 hubo sectores claramente polarizados, después de nuestra presencia y difusión de lo que acontecía en El Alto, en la masacre en Senkata, recién otras radios y cadenas de radios más grandes que no estaban transmitiendo, empezaron a transmitir, lo hicieron desde que nosotras empezamos. (Lucy Condori)

Existe algo que acontecía en la radio, que tenía una triple combinación en nuestro origen y la salida de sentido y contenido. Hablábamos desde El Alto, eso irrumpió en el escenario y si a eso le sumamos la importancia política en El Alto en 2003, es lo que nos catapultó como una radio alteña. Y es que había otras radios en El Alto y tuvieron también presencia en el conflicto, pero desde la radio había otros elementos que nos dieron ese extra. En la radio ya había un debate cultural desde el tema urbano y esa era una novedad en el escenario, hablar de lo aymara en el mundo urbano, de lo plurinacional, pluricivilizatorio, nuestra critica a la modernidad, mirar como lo indígena estaba rehabitando el espacio urbano y eso aparecía en la programación y en los microespacios. El tercer tema es el político, no éramos una radio “culturalista” éramos una radio que desde lo cultural teníamos una posición política frente al mundo y en este caso contra el neoliberalismo, contra Goni, eso nos colocó en el escenario con otra dimensión importante, nos daba otro plus. A eso podemos añadir que todavía en ese escenario mucha gente nos asociaba a lo juvenil como lo central de Wayna Tambo. Eso nos posicionó fuertemente como una radio referente en los conflictos sociales y políticos del año 2003.

Este cruce de referencias fue clave y posicionaba la radio, no era solo porque estábamos en El Alto, no son casualidades de la vida o sentidos de oportunidad, nunca fue tan oportuno haber sacado la radio el 2002, el 2003 éramos voz de un grueso sector de El Alto y eso nos puso en el escenario local e internacional como una referencia del hacer esos procesos.

Con referencia a que la radio Wayna Tambo toma el liderazgo en la transmisión de los sucesos del 2003, yo estaba en otra radio que era parte de una red nacional grande, teníamos que transmitir con nuestros amigos, para saber que estaba pasando. Esa y muchas de las otras radios, en muchos momentos ha cerrado emisiones, cerrado transmisiones, por diferentes circunstancias y Wayna Tambo logro sostener la transmisión ininterrumpidamente. (Lucy Condori)

En este largo conversar se hacen visibles más impresiones de compañeras que sostuvieron el trabajo en ese tiempo tan importante en nuestra historia:

Cuando el Wayna surgió uno de los temas principales del trabajo tenía que ver con la identidad alteña, como nos sentíamos, como nos identificábamos alteñas, porque en esos momentos hablar de El Alto era lo peor. Hasta ahora se habla “de que te van a asaltar, te van a violar”, pero igual nosotros intentábamos posicionar, esa ruptura genero mucha expectativa de gente cansada de escuchar lo mismo, con esas estructuras, normas, que se plantean. El 2003 era importante eso. El 2003, justo cuando empezaban las cosas, estaba llegando de un taller y me llaman para decirme que en Santiago II están gasificando y han disparado a los faroles, yo bajo asustada y les digo a todos que está pasando esto. Nuestra primera opción era cuidar que la gente no salga y llamar a la tranquilidad, que la gente no salga. Percy y Marco salieron para cubrir y hacer cobertura e iban reportando, despachaban aquí y a radio Pachamama. Wayna Tambo tuvo mayor recepción con la gente, porque habíamos generado una ruptura y había mucha gente que nos seguía, pedimos a la gente que se quedaran en su casa, pero la gente no se quedaba, tomaron el puente Bolivia, porque los chicos reportaron eso, tiraban piedras a las tanquetas que salían de Senkata, los chicos narraban desde allá tirados en el piso narrando lo que pasaban las tanquetas militares. Nos preguntábamos que íbamos a hacer, que hacíamos con la Wayna, donde la llevamos, como nos cuidamos, protegemos, entonces empezamos a construir con gente que hacia programas de radio una estructura de cuidados, quienes vienen, quienes se quedan, como hacemos para traer comida, yo esa vez estaba embarazada. Éramos poquitos y la mayoría vivía por este sector de Villa dolores y la gente empezó a reportar desde los otros lados. La radio se posicionó con mucha fuerza en El Alto, la gente la reconoció, la valoró, incluso reclamaban la señal en su zona. Fue diferente en 2019, por el contexto. Para la radio fue importante porque la gente estaba escuchando la Wayna, el 2003 y el 2019 posicionaron a la radio, la gente se identifica. Eso nos impulsa a pensar en mejorar la señal en los barrios. (Iveth Saravia Lazarte)

Posterior al 2003 los ojos estaban puestos en cortar todos los posibles elementos que podrían generar más revueltas en el país, había que cooptarlos, comprarlos o silenciarlos. Llegaron por varios lugares un montón de propuestas de la embajada de EEUU con proyectos. En los años 2018 y 2019 igual vinieron a ofrecer proyectos para trabajar temas en torno a la democracia que venían de la embajada estadounidense para el dialogo y trabajo en torno a la democracia, y casualmente con la consigna de la democracia se da un golpe de estado.

En el 2005 cuando estaba Carlos Mesa Gisbert en el gobierno y hubo una movilización que termino en la toma en San Francisco, la salida de Mesa y la entrada de Eduardo Rodríguez Veltzé, ahí discutíamos las posturas de que hacíamos frente al tema, entonces la radio nos desbordó. La cantidad de gente que llamaba haciendo su análisis, diciendo que a estas alturas es imposible sostener un gobierno como el de Mesa que tiene que irse, en ese momento nuestros primeros debates eran más timoratos, con el temor de un vacío político, pero la audiencia misma de la radio desbordaba, la cantidad de gente que llamaba desde la movilización en San Francisco, una movilización gigante donde la gente no se iba, se quedaba días. Era una discusión más abierta, venia toda la gente de los programas para definir que decir en la radio.

Éramos un referente de análisis en 2005, y en ese escenario en las elecciones de 2005, decidimos decir públicamente que íbamos a votar por el MAS, lo dijimos públicamente y teníamos una cuña donde decíamos cuál era el escenario político del país y en este escenario político sin ser militantes y con nuestra críticas al MAS, que ya teníamos muchas, decidimos como medio de comunicación, como centro cultural votar y apoyar la candidatura del Movimiento Al Socialismo, no queremos esconder nada, lo decimos públicamente. Un escenario donde varios colectivos organizaban reuniones para ver qué postura adoptar, Indymedia organizó eventos para escuchar otras voces, este era un escenario entre el 2003 y 2006, era un debate entre varios colectivos, la radio también jugó un rol, un espacio que albergó distintas tendencias en debates políticos. (Santos Callejas Quiroz)

Compartimos en este espacio algunas anécdotas que hicieron parte de este tiempo:

Nos organizamos para la alimentación, se traía comida, los que no salieron desde el sábado hasta el viernes fueron: Santos, Viky, Mario. Había otra gente que rotaba, venia traía comida, no había transporte, venían a pie, no se movía nada, ni mercados.

Nosotras vivíamos aquí, cuando le han amenazado a la radio que iban a venir a quitar los equipos, doña Julieta y doña Delia (vecinas de la radio), han venido a advertirnos lo que estaban diciendo en las noticias. Quien traía la comida era mi abuelita, entonces mi mamá tomo la decisión de mandarnos a la casa de mis abuelitos y mi mamá vino a quedarse en la Wayna. (Estefanía Burgoa)

Después de 2003 me invitaban a un montón de foros, de espacios de análisis para entender lo político desde los jóvenes de El Alto, que estaba pasando en lo político, en el imaginario político. Al poco tiempo, llegó Jaime Paz para ofrecernos equipamiento y la embajada americana para ofrecernos proyectos, poco tiempo después de la masacre, la embajada americana me llamó para proponer un programa más grande que un proyecto, sobre derechos humanos a partir de la figura de Martin Luther King, con actividades culturales, radio, en que se podría apoyar a la radio y sus necesidades, en que se puede apoyar, nos ofrecían un financiamiento alto, les dijimos que no. Al poco tiempo vino una institución con unos financiamientos para apoyar trabajos de jóvenes y que querían apoyar la radio, hicimos un pequeño proyecto, luego nos enteramos que ese financiamiento era por la embajada de Estados unidos, salieron unos impresos con el sello de USAID y paramos con ellos, porque no seguiríamos con ese proyecto. Eso fue disimulado, camuflado por esa institución. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Cuando se fue el Goni, todos estábamos emocionados porque era un triunfo increíble, aquí cantamos el himno, la Viky Ayllón empezó a cantar el himno nacional. Cuando el parlamento aceptó la renuncia del Goni empezaron los festejos. (Santos Callejas Quiroz)

Entre el 2008 y el 2009, otra de las cosas que la radio trabajó era en torno a los temas de debate que serían tratados en la Asamblea Constituyente. Se hicieron debates abiertos, programas especializados, microprogramas.

Fue una época de debates y discusión de muchas organizaciones, de lanzar propuestas hacia la Asamblea Constituyente, la apertura que dio para que se produjeran encuentros en diferentes colectivos para llevar propuestas a esta instancia. Había una ola grande de organizaciones y movimientos que elaboraron propuestas a la Asamblea Constituyente para que se tomen en cuenta. La radio no fue ajena y fue un espacio más para esos debates apasionados. Probablemente ha sido una de las épocas con la mayor participación de las organizaciones y tejidos de base llevando propuestas para la Asamblea Constituyente y para el Texto Constitucional, creemos que no hubo otro momento tan movilizador.

Todos los imaginarios normalizados por siglos se rompían o entraban al menos en cuestionamiento en estas épocas. Además de insistir en la participación de mujeres, desde la organización de festivales, los programas de radio, la música, tratar de apoyar y tejer con otros escenarios que nos puedan conectar con otros espacios, eso ha sido y es importante. Programas como Indymedia fueron importantes para el debate camino a la constituyente, porque ellos estaban metidos con las organizaciones sociales, entonces llegaban gente desde las comunidades que por diferentes motivos venían a la ciudad y podían hablar desde su perspectiva, no era el dirigente el que hablaba, sino la gente misma de las comunidades que podía traer su voz y entre el espacio había gente “intelectual” que podía encontrarse con estas otras realidades. Teníamos varios intentos de reunirnos con los programas de la radio aunque eran independientes para dialogar y abrir debate de estas perspectivas y que no se hagan burbujas de los programas, tampoco se pedía que todos repitieron las mismas cosas, pero si habían acuerdos mínimos de lo que se podía hablar en la radio, no podíamos ni podemos tener discursos fascistas, ni racista ni discriminadores, ni patriarcales; son acuerdos mínimos porque precisamente desde ahí puedes dialogar y trabajar un escenario más horizontal, no una lógica vertical.

2019, la masacre en Senkata

Este es otro de los momentos claves que construyeron nuestra historia ya con las tres radios comunitarias establecidas y consolidadas, con la Red de la Diversidad con años de trabajo, por ello nos parece muy importante compartir esta experiencia a partir de las voces de quienes sostuvieron el trabajo de transmisión de ese contexto en nuestras radios:

Sobre el 2019, para mí fue muy importante ya que cuando empezó la masacre en Senkata, yo estaba en la plaza San Francisco porque había movilización. Ya no recuerdo quien aviso lo que estaba sucediendo, estábamos haciendo contactos desde la radio con lo que pasaba en la San Francisco porque había movilizaciones, entonces avisaron que había masacre en Senkata y yo me subí; en el camino de San Francisco a Senkata yo me encontré con Geraldine y el Alex, éste estaba con su cámara. Le cuento a Gera lo que estaba pasando y yo no conocía a Alex, entonces me pregunta si podían subir conmigo y nos fuimos en el teleférico. En el trayecto del Faro Murillo hasta el Regimiento Ingavi, había un tipo más en nuestra cabina, estábamos los tres y una persona más en la cabina. Entonces veníamos charlando sobre la masacre, la radio y el tipo nos escuchaba atento, pero no opinaba, no hacía nada. Hemos bajado y ya no había minibús, estábamos viendo de tomar movilidad hacia Senkata pero no había nada y empezamos a caminar y el tipo cerca de nosotros. Hasta que llegamos donde las camionetas de la policía, había una treintena más o menos, entonces el tipo se separa de nosotros y se va a poner su uniforme de policía. Era parte del momento.

El contexto que vivió la radio el 2003 era otro. El 2019 ese contexto era diferente, no era un contexto unánime, la radio ya no tenía el mismo volumen de audiencia. Caminando hemos llegado a la rotonda cruce Achocalla, estaban bloqueando, y como estaba el Alex con su cámara, y claro, tampoco parecíamos de Senkata, la gente se abalanzó increpándonos de prensa y que había que sacarnos, la gente desconfiaba de toda la prensa, se asumía que estaba parcializada. Yo estaba con mi celular y digo “un rato, un rato, soy de la Wayna Tambo y estamos saliendo en vivo” y alguien dice “es de la Wayna Tambo” y dicen “pero que demuestre que están transmitiendo en vivo”, entonces ahí le decimos a la gente de poder filmar sin que se muestren sus rostros y nos dieron su autorización y la gente habló por la radio, varias de las personas reconocían a la Wayna Tambo y confiaban en nuestro trabajo. Eso fue clave el 2019, la radio no era ajena, no era algo que no estaba en el imaginario de la gente, no todo el mundo nos conocía, pero había un bloque de gente que claramente nos conocía, y cuando he dicho que éramos de la Wayna Tambo una señora decía “si, están transmitiendo en vivo”, entonces hemos hecho la cobertura y las notas y hemos entrado.

Después de todo esto recién nos hicimos los gafetes de la radio, para bajar a la CIDH15. Creo que esta es una señal muy importante del reconocimiento de la gente a la confianza hacia la radio, vale la pena.

Lo otro es lo que hemos llevado al CIDH, como radio nos atrevimos a llevar una cantidad de pruebas de la masacre. Una de las cosas que a veces no aparece, es que hubo un grupo de gente que se ofreció sin aparecer públicamente a transcribir minuto a minuto nuestras transmisiones en vivo de la masacre, un pauteo, que había que hacer en un día porque llegaba la CIDH. Un equipo de tres o cuatro personas oyentes de la radio se ha juntado en una casa y han pauteado toda la transmisión del día, “grabación tal, minuto y veinticuatro segundos, llama vecino de tal zona y habla de tal cosa, 3 minutos y tantos segundos de la transmisión, llama, se escucha al fondo disparo de bala” y así de los 3 días de transmisión de la radio (19, 20 y 21 de noviembre. Han hecho así un pauteado de minutos, segundo por segundo para que eso entreguemos a la CIDH con el pauteado de todo lo que sucedió y eso lo hizo gente que escuchaba en la radio y confió en la radio, un equipo de 3 o 4 personas que se puso a trabajar eso lo cual me parece súper valioso en términos de la confiabilidad de sentir una voz con quienes podemos confiar, asumirnos. Y también el Tejido de Cultura Viva Comunitaria que acompañó, hizo despachos, trabajo en red. (Mario Rodríguez Ibáñez)

Otra de las compañeras que sostuvo el trabajo en ese momento de la masacre de Senkata nos comparte:

Yo bajé a la Universidad Mayor de San Andrés para hacer la transmisión del grupo de estudiantes en contra del Albarracín –rector de la Universidad- porque este estaba marchando con poleras blancas, iba a haber una contra marcha de estudiantes que estaban exigiendo justicia por los de Sacaba, ya que habían pasado 4 días de la masacre de Sacaba (15 de noviembre de 2019).


15 Comisión Interamericana de Derechos Humanos.


En medio de esa marcha se empezó a informar de la gasificación en Senkata, estábamos en la UMSA exigiendo la apertura de los predios de la universidad para las comunidades que habían llegado a La Paz y una noche antes habían sido gasificados en la Plaza San Francisco mientras dormían. En medio de eso se empezó a informar de la gasificación y ya se hablaba de un muerto. Subí a San Francisco para hacer despacho con el teléfono y cuando dije que era de la radio Wayna Tambo todos se amontonaron al rededor para hablar, cuando llega una señora toda sucia de pies a cabeza como si se hubiera revolcado en la tierra, me dicen “tú eres de la radio, que esta señora estaba ahí”, era una señora que por escapar de lo que estaba pasando en Senkata, se había escapado por Achocalla y que se había caído por escaparse y que estaba volviendo caminando a Senkata porque sus wawitas se habían quedado en su casa. Después de eso me subí a la radio y estaba Juanita, Santos y llamamos a Mario que ya estaba en Senkata para organizarnos en lo que haríamos. Santos se fue a recoger sus cosas para quedarse a dormir y nos quedamos con la Juanita para recibir llamadas. Entre tanta llamada, el Tejido de Cultura Viva Comunitaria fue clave, incluso Marcos del K’alaqaya se proponía a dar su espacio para transmitir desde ahí, que le casa se queme, pero sigamos transmitiendo. También llego la Cinthia, oyente de la radio para ayudarnos. Un rato estábamos asustadas con Juanita, encerradas en la radio, cuando comienzan a tocar con fuerza la puerta, y con la Juanita nos asustamos de que llegó la policía, porque todavía el parlante que daba a la calle estaba transmitiendo con fuerza la radio, seguía sonando fuerte la puerta, luego bajamos con la Juanita de susto y llegamos a abrir la puerta con la Cinthia que nos dijo que nos escuchó asustadas por la radio, que estábamos afónicas, trajo unas gotas que eran como tranquilizantes, nos dio con agua y se fue. Otra cosa que siento que el Tejido aportó, era al momento de entregar los archivos de pruebas de la masacre que hicimos. En un momento los del Parlasur dijeron que podían recibir los archivos, las pruebas y yo fui a la casa de Mario a recoger el CD y nos pusimos a hablar de con quien íbamos a ir, porque nos dijeron que estaban en la Plaza Murillo y pensamos que era terrible ir a la Plaza Murillo con CDs de la masacre y fue la Carla del tejido quien se prestó para acompañar y llamamos a la comisión para pedir que se cambiara de lugar y accedieron a que fuéramos a un hotel a dejarles las copias del archivo de la masacre, con mucho miedo, por toda la persecución de ese momento. Después dijimos que cada uno resguardara una copia por si pasaba algo.

El Tin Tin nos llamaba. Santos no llegaba para hacernos el relevo ya que con Juanita nos habíamos quedado en la radio, mi mamá estaba preocupada. Me acuerdo que al Tin Tin le llamamos para que viniera, ahí nos informó que estaban haciendo guardia en Santa Rosa, pero que, si el Santos no llegaba, le avisemos cualquier cosa. Cuando ya llegó el Santos y nos fuimos con la Juanita, esto era desierto en Villa Dolores, no me voy a olvidar, no había nadie, parecía que todos estaban haciendo duelo, las casas estaban apagadas, parecía que todos se habían ido, bajo en teleférico y en La Paz estaba todo normal, parecía que no pasó nada, era increíble lo que pasaba. (Jazmín Quisbert Illanes)

Para nuestro equipo la transmisión, en ese momento, era clave. Recibíamos reportes donde nos informaban que en San Pedro habían personas que en cadena escuchaban la radio Wayna Tambo, las personas identificaron inmediatamente voces familiares, nos contaban que las caseras de los mercados nos estaban escuchando, donde reconocemos y ponderamos el apoyo del Tejido de Cultura Viva Comunitaria, mujeres que hacen parte del tejido que pusieron la cuerpa y hacían despachos a la radio; organizaciones, colectivos, comunidades que hacen parte del mismo aportaron, acompañaron de diversas formas, desde el llevar medicamentos, acompañar a la gente herida. Fue un trabajo en red y con cuidamos comunitarios tremendamente valioso.

Igual nos hicieron reportes claves, porque aquí llegaban mensajes de todo y no sabíamos si era cierto o no, porque todo estaba pasando, no había la posibilidad de “verificar”, la gente quería que se escuche lo que decían, no podíamos decirles ese rato, pedir que otra gente nos confirme. A diferencia del 2003, los medios y toda la sobreinformación que se generaba en las redes complico muchas cosas, a cada rato íbamos buscando fuentes, llamadas, preguntando si alguien podía hacer un despacho de lo que estaba aconteciendo en Senkata. Lo último que transmitimos fue el discurso del Ministro López (ministro de gobierno por ese entonces), que dijo que “los militares no habían disparado ni una bala” y contrastamos con la lista de los fallecidos hasta ese momento y cerramos la transmisión por un rato indicando que si pasaba algo volvíamos ese momento. (Jazmín Quisbert Illanes)

Otro de los testimonios relata…

Tenías que decidir en ese momento, si pasas o no pasas lo que se dice, vamos a pasar lo del López y vamos a contrastar con la lista de muertos en ese momento. Recuerdo que en 2003 el Marco nos llama y dice “han hecho volar la represa en El Alto” y era generar pánico en El Alto, ya está información corría, pero no podíamos difundir si eso no era corroborado y no pasamos la información, no era cierta y había que decidir ese momento, había una contra información de lo que pasaba. (Santos Callejas Quiroz)

 También una de las experiencias de cobertura nos dice:

Fue de mis primeras experiencias en radio, en la emergencia, había mamitas llorando. Al día siguiente al ir a Senkata para hacer la transmisión desde el Cabildo y posteriormente el 21 de noviembre para transmitir la marcha fúnebre y la gasificación, después de la gasificación teníamos una reunión con el Tejido de Cultura Viva Comunitaria, ahí pensar el que hacer y el Tejido confiando en el Wayna Tambo y que por el nivel de comunicación que se había tenido decían “hay que cuidar la radio” porque era la voz también del Tejido y estos manifestándose desde ahí, era mucha impotencia de lo que pasaba, no era como un 2003, en 2019, la gente podía estar escuchando y viendo la masacre y aun así decir que era mentira. (Jazmín Quisbert Illanes)

Posteriormente a la masacre, desde las radios hicimos un análisis de los “pititas”, esta noción del súper héroe, las clases medias, la democracia, entonces las reacciones eran diversas, principalmente eran del como que “me ha llegado esto”, eran fragmentos de las transmisiones y análisis de nuestras radios que la gente difundía por redes con muchos temores, había persecución y amenazas. Había gente que grababa cosas de la radio y las compartía. A diferencia del 2003, lo que había en 2019 eran plataformas que podían bajar lo que se decía y esto que compartíamos se reproducía desde diversos espacios. Se puso en este otro contexto en crisis, otra vez el valor de la radio y el valor del tejido.

A diferencia del 2003, creo que la Wayna ha sido casi la única radio que hizo cobertura de lo que pasaba, porque la mayoría de las radios estaba transmitiendo otras cosas, otra historia, había pequeñas radios que venían, pero lo que contaban muchas veces era el discurso oficial, “están usando dinamita para reventar la planta”. Entonces los chicos que estaban ahí los agarraron y casi les obligaron a que digan lo que estaba pasando en realidad ahí por su radio. En el contexto actual también había gente que iba haciendo transmisión desde sus dispositivos. (Iveth Saravia)

Ponemos aquí una de las reflexiones surgida desde el trabajo de cobertura y acompañamiento que hicimos con radio Wayna Tambo.

Así como nosotros, a nivel Red de la Diversidad, Wayna Tambo, hemos ido aprendiendo un montón de cosas, creo que hay una mirada sobre la ciudad de El Alto. Después del 2003 no es una ciudad cualquiera, es una ciudad que tiene un potencial alto, creo principalmente por la capacidad organizativa que tiene. A partir de 2003, con la huida de Goni, se han puesto los ojos sobre esta ciudad, todo lo que ha pasado en 2019 responde a una estrategia de cómo no hacer que no se levante la gente. Yo creo que, haciendo un balance de todo el escenario y las radios que fueron actores importantes en 2003 y en 2019, los pocos medios que han dado voz a los sectores a quienes se estaba disparando ha sido la Wayna Tambo. Tiene que ver con este otro trabajo que se hace en la radio, no es que hay un gerente, un director de radio que contrata determinadas personas para que transmitan, hay un trabajo colectivo comunitario aquí adentro, porque solamente este trabajo desde varias perspectivas todo el tiempo se va reinventando, puede ser posible a la velocidad de lo que sucede, los sucesos paran a la celeridad del tiempo, no había momento para llamar a los programas, reunirlos para cambiar la transmisión, pero ahí había que tener y actuar sobre el momento, pero ahí tienes que tener cierto criterio, tu cable a tierra, que es lo que pasa, empezar a leer y a veces, estos otros escenarios comunicacionales no lo tienen, siguen escuchando y teniendo ciertos referentes, varios de los que hacen las noticias en radio, escuchan los canales televisivos, en los medios escritos, y tienen como una estructura para hacer las notas, a quien van a entrevistar, como van a hacer, eso te acerca a lo que está pasando realmente, y lo que está viviendo la gente, y eso creo que es un valor muy importante, porque ¿estas otras radios, que también están charlando, trabajando, que les ha sucedido en este escenario tan enredado? Porque un discurso racista, de miedo, alejado de lo que pasaba, aseverando lo que decía en las redes sociales, discursos que han hecho que la gente se atrinchere y no salga como en el 2003 a defender a la gente que habían matado. Creo que la radio tiene sentido en cuanto siga conectando a tierra, siga dialogando, siga conectando al Tejido de Cultura Viva Comunitaria, que permite conectarse y dialogar con otras miradas, otras perspectivas de lo que va sucediendo. (Nina Uma)

Otro de los análisis denota los siguientes elementos:

Creo que, a diferencia del 2003, donde se ha suscitado una transformación, un proceso que ha tenido su resultado en la nueva constitución, el 2019 es el resultado de un trabajo para quebrar aquello, un trabajo de aparato de estas estructuras a través de los medios, de los analistas y creo que marca un reto para seguir trabajando la memoria histórica, la territorialización, este ver un análisis de lo que está pasando, porque no ha terminado. Lo del 2019 para mí solo es un puntapié de algo que se está construyendo e implica tomar una posición en este sentido y saber cómo vamos a conservar algo que se ha conseguido en 2003, es lo que decía la gente en Senkata, “no podemos nosotros dejar de luchar, si tengo que morir voy a morir, porque yo estoy peleando por mis hijos”. Creo que eso hay que seguir discutiendo porque no ha cambiado, si tú miras como se está pintando el panorama político social ahora esta brecha sigue abriéndose, esta división que se ha generado o se ha visibilizado el 2019 sigue ahondando o sigue prevaleciendo. La radio, los canales televisivos están jugando un rol importante, están volviendo a adormecer a la gente y puede pasar cualquier cosa y el panorama político está ahí, y ahí a la radio le toca tomar una definición en ese aspecto, en lo que se puede hacer, porque no es diferente al 2003. (Iveth Saravia)

En este momento crítico sentimos que aunque no discutimos mucho nuestra postura, posicionarnos en un momento de incertidumbre era necesario, en la pregunta de ¿era o no era masacre? Dijimos claramente que sí, que fue masacre y aportamos pruebas sobre ello. El escenario era diferente y mucha gente amiga se posicionó del bando movilizado contra lo que denominaron fraude. No corresponde a este texto dilucidar lo sucedido en octubre y noviembre del 2019, pero si nos toca reconocer que no tuvimos miedo de decir que era golpe y que hubo masacres, lo decíamos, así como es.