Angélika Llankamil, ella es una canta autora de origen Mapuche allá en el hermano país de Chile, o más bien decirlo, con el hermano Pueblo Mapuche que habita lo que hoy denominamos el territorio de Chile, pero también territorio en el sur de Argentina.
Ella se encarga de dialogar desde la música ancestral mapuche con propuestas contemporáneas y más mundializadas como el rock o el jazz, con ella hoy nos reencontramos para conversar respecto a su propuesta musical, su aporte ahí, pero también desde el diálogo comprometido.
Angélika nos dice: La música ancestral es sumamente poderosa para los pueblos originarios, es espiritual, acompaña a todas las ceremonias Mapuches en el día a día. El Ülkantun, que son los cantos ancestrales, llevo un tiempo recopilando música ancestral de mujeres Mapuches de hace mucho tiempo, donde me encontré que nuestro pueblo, el Ülkantun, lo utilizaba para todo, para enamorar, para sembrar la tierra. Yo pensaba que antes siempre era como más tradicional en lo ceremonial, pero en el día a día sí está el Ülkantunfe o el cantor cantando, arando la tierra, la ñuque, cuidando de sus hijos.
Entonces, nuestro canto y de los pueblos originarios siempre ha acompañado a la humanidad, a nuestro crecimiento, a las plantas, a la naturaleza, a recibir esta energía, a tener esta comunión con la espiritualidad.
Para mí es importante recopilar y aprender mucho más, interiorizar estos cantos antiguos en el día a día y enseñarlos, por ejemplo, a mi hija, a mis alumnos, a estudiantes como profesora intercultural, para que la lengua de nuestro pueblo no se pierda y estos cantos no queden invisibilizados en la historia, porque son un canto, (cualquier persona podría decir, son muy monótonos o tienen una estructura musical diferente), sumamente poderosos, tienen una humildad, tienen una energía espiritual, y eso hay que transmitirlo. Estos cantos de poder que tienen nuestras Ülkantufe o Ülkantufe hombre, que provienen desde la machi también, que la machi hace su Ülkantunfe para espantar malos espíritus, para sanar, el kultrún también, hasta los cantos de la matrona mapuche, que trae a los bebés a la tierra y que ahí se reúnen las mujeres también, la ñuque con sus cantos para recibir a esta nueva criatura que llega a la tierra.
Es importante rescatar y tener esta sabiduría para transmitirla a los pichiqueches, siempre es importante eso. Desde ahí mi música se entrelaza en la búsqueda de la sabiduría del Kimün mapuche para poder crear música con contexto social mapuche, que tenga estos conocimientos, contar estos conocimientos es sumamente importante.
Cuando comencé a crear música con identidad en Mapuche, cuando me reencontré yo con mi identidad Mapuche acá como Mapuche de ciudad, no nacida en Wallmapu, yo había adquirido toda la sonoridad urbana, yo vivo en La Guardia, aquí en Santiago de Chile, entonces vengo como con un campo sonórico de mucha música que fui consumiendo a lo largo de mi vida, desde que nací, y creo que la música que se tocaba en ese tiempo en las escuelas o compañeros, compartíamos los cassettes, era el rock en los años 90, entonces estaba el rock latino, estaba el rock clásico, y uno ahí empezó a insertar ese mundo sonoro a mi ser, a la escucha diaria, entonces cuando yo fui a estudiar, porque en 1990 como que empezaron a surgir las primeras rucas acá en la ciudad, en la región metropolitana, yo me comencé a interiorizar y aprender de nuestro mapudungún, y empecé a asistir a varios talleres acá en La Guardia, en la ciudad y fuera de la ciudad también, desde ahí fue un descubrimiento muy hermoso, porque ahí conocí el Ülkantun, escuché la primera Ülkantunfe, me enamoré de nuestra música, yo desde ese momento me sentí como media despojada de mi propia sonoridad ancestral, fue un gran impacto porque yo ya tenía adquirida la otra parte sonora contemporánea del mundo, sonoridades que en ese tiempo no se conjugaban con lo ancestral, aparte que era bien atrevido a hacer esas fusiones en ese momento…..ponemos aquí la entrevista completa junto con Angélika para que sigas escuchando su intervención….