Wayna Tambo nace en la ciudad de El Alto el año 1995, la Red de la Diversidad comienza el año 2006 con el nacimiento de Yembatirenda en Tarija y de Sipas Tambo el año 2009 en Sucre. Luego la Red se apertura a otras organizaciones ya existentes en el país, llegando a articular a 12 experiencias en 8 ciudades/localidades de Bolivia hasta ahora.
Desde nuestro nacimiento hablamos de que implementamos una estrategia de intervención cultural, educativa y comunicativa en la producción, circulación y recepción de bienes culturales, a través de diferentes acciones que constituyen escenarios de mediaciones y negociaciones culturales y de poder para la vigorización de la singularidad de las raíces indígenas locales en espacios urbanos, así como el fortalecimiento de la diversidad cultural en equidad.
Lo educativo, ligado indisolublemente a lo cultural y comunicacional, es posicionado así, en la dimensión de la socialización, es decir en cómo nos vamos haciendo personas al mismo tiempo que aprendemos a convivir con las y los demás, como incorporamos en nuestras vidas los modos de vivir y convivir del grupo del que somos parte, así como logramos configurar las posibilidades de sus propias transformaciones. En última instancia, se refiere al campo en el que aprendemos a relacionarnos y convivir.
En la Red de la Diversidad nos proponemos contribuir a la reconfiguración y vigorización de lo comunitario, desde la perspectiva del Vivir Bien como horizonte civilizatorio alternativo, y la Plurinacionalidad como forma de organización equitativa de nuestra diversidad. Por tanto, más que de socialización, hablamos de procesos de comunalización. Por ello en el centro de nuestra estrategia están los procesos de comunalización, o de vigorización de nuestras vivencias comunitarias desde lo existente.
“Para reaprender a vivir la comunidad necesitamos erosionar un elemento central de los procesos de modernización, la separación de las dimensiones de la vida en especializadas compartimentadas. Así, es clave retomar la experiencia que todo acto, que todo evento, que cada actividad que desarrollamos es al mismo tiempo educativa, comunicativa y cultural. Un taller no es solo educativo, sino profundamente comunicativo y cultural. Un concierto de música, una fiesta del barrio o una exposición fotográfica no son solo eventos culturales, sino profundamente educativos y culturales. Un programa de radio, un boletín barrial o un video no son instrumentos comunicativos, sino experiencias culturales profundas, y por supuesto, también educativas. El hacer que toda nuestra estrategia sea asumida como educativa, comunicativa y cultural es un primer paso fundamental, que rompe las formas clásicas de intervención institucional y organizativa, nos recoloca en una dinámica de trabajo distinta y potencializa exponencialmente lo que hacemos por la complejidad y riqueza de toda intervención”.
Así, esas estrategias a la vez culturales, educativas y comunicativas ocurren en los territorios y con personas en relación, es decir en posibles procesos de comunidad. Esos procesos de comunalización son arraigados, es decir se territorializan, ocurren en algún lugar, son localizados. El primer lugar de esa localización son los propios cuerpos y cuerpas de cada persona, porque son las personas las que hacen y están en relación, es decir en vínculos con otros y otras. Esas vidas, corporalizadas y territorializadas, al entretejerse, al vincularse y relacionarse ocupan, habitan y rehabitan los territorios más amplios. Podríamos decir territorio convivido como el lugar-espacio-tiempo donde se vigoriza los modos de vida comunitarios.
En esos lugares donde rehabitamos lo existente, varias de las organizaciones que somos parte de la Red de la Diversidad desarrollamos acciones y procesos educativos, a la vez culturales y comunicativos. Desde siempre, en nuestras organizaciones, estuvieron presentes procesos formativos de diferentes maneras. Las Comunidades de Saberes y Aprendizajes se constituyeron en los espacios educativos principales, ahí realizamos procesos en torno a los temas eje que nos dan sentido como el Vivir Bien, lo plurinacional, las relaciones intergeneracionales o las intergenéricas, conversamos sobre las nociones de desarrollo y lo pluricivilizatorio, profundizamos sobre las configuraciones urbanas y sus continuidades/complementariedades con lo rural, por tanto nos cuestionamos sobre las nociones de territorio y gestión de lo común, etc. Pero también, en las Comunidades de Saberes y Aprendizajes aprehendimos a comprender y profundizar dimensiones artísticas y culturales ubicadas en procesos históricos, es decir ubicadas en contextos localizados, en su temporalidad, en sus campos de relaciones de poder. También, fue y es en estos espacios de la Comunidad de Saberes y Aprendizajes que incorporamos dispositivos concretos y herramientas de trabajo, desde tocar instrumentos de música comunitaria hasta canto o composición musical, desde escribir un cuento o poema hasta letras de canciones, desde narrar un cuento hasta poner en movimiento un acto performativo, desde editar un programa de radio hasta utilizar y cablear los equipos de sonido, desde diseñar un taller educativo hasta museografía viva. Es decir, en estos espacios educativos, fuimos componiendo y tejiendo unas maneras de hacer estrategia compartida, de equipo, con sentidos y horizontes comunes.
En estos espacios, como en cualquiera otro de nuestras experiencias, nos fuimos haciendo cada organización singular y el tejido de lo común en Red. Por ello reconocimos que nuestras estrategias no solo eran educativas, sino al mismo tiempo culturales y comunicaciones con impacto en la gestión corresponsable de lo público y el bien común, así como en el fortalecimiento de las continuidades entre lo urbano y lo rural desde perspectivas descolonizadoras, despatriarcalizadoras, desmercantilizadoras y desantrocéntricas
Nuestra estrategia se organiza en procesos de crianza y cultivo de modos de vida comunitarios, localizados/territorializados y de vigorización de las capacidades de autonomía y autodeterminación de los actores sociales a través de puntos de cultura que van tejiendo ch’askas de articulaciones territoriales ciudad-campo y multiescalares (como constelaciones de tejidos), para la incidencia en los modos de vida, lo público y la gestión de los bienes comunes. Para ello organizamos nuestro trabajo en cinco grandes áreas de acción:
En esos territorios de trabajo de la Red de la Diversidad, se implementan en diferentes ritmos e intensidades las siguientes áreas de trabajo. Algunas de las acciones de dichas áreas ya se desarrollan con bastante tiempo y profundidad, otras son nacientes y otras en gestación. Aquí no comentaremos esos detalles por territorios, sino que mostraremos el abanico de acciones que desarrollamos y que son o pueden ser parte de nuestras estrategias de territorialización.
- Casas de las Culturas
A través de Actividades Culturales diversas con expresiones de música, danza, artes escénicas, audiovisuales, artes plásticas, literatura y otras. Para ello en cada espacio de trabajo se desarrollan los siguientes tipos de acciones:
- “Museos” del barrio.
- Actividad permanente en las Casas de las Culturas locales y en los barrios con programación semanal.
- Encuentros en diversas expresiones artísticas que generan muestras, al mismo tiempo que generan el intercambio de experiencias y la generación de propuestas y articulaciones.
- Ferias culturales itinerantes por diversos barrios de las ciudades donde se desarrollan los trabajos.
- Festivales y eventos masivos con características de ser comunitarios, intergeneracionales, interculturales y de expresiones culturales y artísticas diversas.
- Comunidades de Saberes y Aprendizajes – Sistematizaciones
A través de actividades educativas y formativas organizadas en las siguientes principales actividades:
- Talleres y cursos diversos en expresiones artísticas ligados a temas de contextos y comprensión de los hechos y procesos culturales.
- Cursos de formación integral en ciclos formativos locales y nacional.
- Curso regional internacional sobre temas urbanos y culturales + educativos + comunicativos.
- Formación comunitaria complementaria para familias y vecinos/as en diversos temas y técnicas culturales, educativos y comunicativas.
- “Escuelitas del Vivir Bien”, educación complementaria integral para niñxs.
- Reconstrucción colectiva de la memoria de los barrios y los territorios.
- Sistematización y publicación de los “Cuadernos de Conversaciones”.
- Comunicación Comunitaria Intercultural Multimedia
A través de las siguientes principales actividades:
- Radio comunitarias e interculturales en las ciudades de El Alto/La Paz, Tarija y Sucre.
- Radio digital.
- Canal de youtube: Wayna Tambo Canal
- Producción de múltiples videos culturales y educativos para su divulgación en redes digitales.
- Periódico digital multimedia “Los Muros”.
- Red de plataformas digitales.
- Archivo/museo sonoro.
- Economías de reciprocidad y redistribución: La ILLA y la Maloka
A través de un sistema que incluye acciones de reciprocidad:
- Trueques e intercambios.
- Acciones de trabajo comunitario.
- Acciones de ayuda mutua y por turnos de beneficio.
- Pasanakus y sistemas de ahorro que va haciendo circular el beneficio por turnos.
- Rituales de “rutucha” por los cuales se da la bienvenida a grupos de la Red haciéndoles aportes en bienes para generarles condiciones de sostenibilidad en su trabajo, aportes que serán devueltos en reciprocidad en el transcurso del tiempo.
Estrategias de redistribución:
- El uso de una moneda complementaria propia llamada “poquitit’s”.
- Un sistema de pasanaku ampliado que facilita una cobertura territorial más amplia de intercambios y circulación del beneficio.
- El funcionamiento de la Maloka que es una caja de ahorro compartido entre personas, familias y organizaciones que son parte de nuestra Red o próximas a la misma, una caja de préstamos que rompe con las tasas de interés, un fondo de inversiones compartido y, esperamos que próximamente, un fondo de pensiones complementario.
- Una red de comercialización a través de un almacén distributivo, tiendas o qhatus permanentes, itinerantes y punto de entrega, vinculación a ferias populares y otras.
- Tejidos de Cuidados
Acciones de cuidado y de fortalecimiento de las redes de amparo, en coordinación con el Tejido de Cultura Viva Comunitaria a través de:
- Acompañamiento en defensa de los DDHH:
- Saberes en Salud Intercultural.
- Atención en las emergencias.
En las vivencias concretas de implementar nuestras estrategias y acciones al trabajar con la comunidad en procesos de comunalización, asumimos que solo es posible dicho proceso si trabajamos con el conjunto de la población que habita un territorio. Es decir, que nuestro trabajo siempre fue intergeneracional, aunque como en el caso de Wayna Tambo hayamos nacimos posicionados desde lo juvenil rápidamente nos dimos cuenta que la vida desbordaba ese recorte etario para recolocarnos en lo comunitario.
Muchas de nuestras experiencias y organizaciones que hacen parte de la Red de la Diversidad desarrollaron y desarrollan acciones con énfasis en niñas, niños y adolescentes del territorio o de otros lugares conectados con ese territorio localizado de vida. Fuimos realizando acciones cotidianas con ellas y ellos, algunos talleres temporales, otros más complementarios, en algunos casos se fueron estructurando procesos más sistemáticos y permanentes, otros también permanentes, pero menos estructurados. Se trata de brotes de crianza, de corresponsabilidad y convivencia. Así, lo educativo no puede ser entendido sino como crianzas:
“La crianza nos remite a la noción campesina de chacra, de cultivo, de criar. En las culturas indígenas y los sectores populares urbanos, muchos también indígenas, pero no únicamente, todo se cría, por tanto, se experimenta como proceso de cultivo que debe brotar. La estrategia es fundamentalmente criadora de sentidos de vida, de convivencias, de conocimientos y saberes, de alternativas económicas, de prácticas políticas, etc. Por tanto, son procesos de brote, de cuidado compartido, de amparo comunitario. En los procesos de crianza comunitaria, participan todos y todas, pero no todos de la misma manera, se sabe de singularizaciones de los sujetos, pero eso no lleva a especialidades fragmentadas y desconectadas, sino entrelazadas rica y complejamente en cada persona y en la totalidad de la comunidad. Así cada persona es incompleta, aunque total, necesita de otras y otras para vivir. También las comunidades son incompletas pero totales, requieren de otras para reciprocar y garantizar la continuidad de la vida”.
Ahora bien, la comunidad y su experiencia de crianza no pueden ser si no se reproduce la diversidad. La diversidad es el punto de partida, pero también es horizonte de sentido de la comunidad. La comunidad no genera igualdad homogeneizadora, sino se mata a sí misma. Por ello, nuestras propias experiencias educativas son singularizadas y se enriquecen desde esa diversidad de enfoques, prácticas y vivencias, pero encuentran campos compartidos y comunes. Se hacen desde lo existente, desde las fortalezas y potencialidades transformadoras de la vida comunitaria en los territorios localizados, pero también desde sus contradicciones, limitaciones, asimetrías y complejidades abigarradas. Son experiencias vivas, desde ahí su propia vitalidad de lo existente ocurren y aportan en los procesos emancipatorios desde esa diversidad que nos habita.
Por ello, en este texto encontrarás cinco experiencias educativas con niñas, niños y adolescentes que tienen aspectos comunes, sentidos compartidos y complementarios, pero que son diversas, singulares, propias y hasta a momentos, contradictorias y en debate. Eso es lo que nos vigoriza y permite que circule la abundancia desde lo que somos y hacemos, desde nuestras maneras en las que estamos en nuestras comunidades y territorios.
Estas experiencias preceden al tiempo de la crisis sanitaria, pero ésta, como se describió en el capítulo 1 de este libro, fue fundamental para comprender algunas limitaciones profundas del sistema educativo escolarizado y desafiaron/ampliaron a nuestros propios procesos y experiencias educativas. Por ello, sentimos que era momento de sistematizar esas experiencias y ponerlas en el debate educativo, así como son, desde lo existente y lo vivido, con sus contradicciones, pero también con su maravillosa manera de rehabitar eso existente desde los horizontes del Vivir Bien.
Las limitaciones de las políticas estatales y de su institucionalidad para atender adecuadamente las necesidades educativas estructurales y emergentes de gran parte de la población, en especial de los sectores sociales más empobrecidos y vulnerables, poniendo en duda su propia capacidad de cobertura pertinente y de calidad educativa, lo que convive con una creciente responsabilidad y gestión de lo educativo desde las familias, las comunidades y los territorios locales en condiciones desiguales, de precarización y de limitaciones de acceso.
Las limitaciones de las currículas, metodologías, didácticas y modalidades educativas para responder adecuadamente a los modos de vida de gran parte de la población, recolocaron el debate sobre la gestión educativa como bien común y gestión corresponsable entre Estado y Sociedad/Comunidad.
El rol fundamental de la escuela como espacio de socialización, tejido de relaciones y convivencias ha sido puesto en cuestionamiento por las nuevas condiciones de convivencia fruto de la pandemia, ante el fortalecimiento de propuestas educativas en plataformas virtuales, recontextualizando el campo de relaciones estudiantes – familias y profundizando las violencias intrafamiliares o la reproducción de las discriminaciones coloniales, patriarcales y sociales.
La emergencia sanitaria sumada a otras crisis por las provocadas por el cambio climático, desafía a retejer relaciones entre contextos rurales y urbanos como continuidades complementarias y relacionales para garantizar la reproducción de la vida de las comunidades, familias y personas, así como del hábitat. Las políticas educativas y su implementación están desafiadas desde esta compleja y rica gestión de los territorios y que configuran sistemas de vida caracterizados por la pluralidad cultural y la biodiversidad.
Desde ahí es que compartimos esta diversidad de experiencias educativas con niñas, niños y adolescentes -cinco por ahora- de la Red de la Diversidad.