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La comunidad también se cría con ritualidad: Mario Rodriguez

reciprocidad, de enfrentar las asimetrías que van brotando y de reponer las redistribuciones necesarias. La ritualidad renueva permanentemente los viejos flujos, tránsitos y conversaciones que nos colocan en el sentido de cuidar las condiciones para la vida en común y las condiciones para que esa vida para todos y todas se regenere. Es el momento de intensificar lo compartido, la convivencia.

En nuestros aprendizajes de lo comunitario, de otros modos de vida, de otros sentidos civilizatorios que sean capaces de rehabitar lo existente, justamente porque existen, aunque arrinconados y atacados por la expansión del capital, nos dimos cuenta que las tecnologías (en el sentido amplio de la palabra, de dispositivos de trabajo, no solo productivo, sino también social, organizativo, festivo), son más pertinentes, coherentes y eficaces cuando son capaces de articular más o menos equilibradamente su capacidad funcional operativa, su articulador simbólico ritual y su belleza estética. Es como cuando se tejes awayos (textiles andinos de bellos tramados y colores). Éstos no son hechos como adornos u ornamentos, sino que tienen que tener un uso práctico muy eficaz, desde cargar las wawas (bebes), hasta llevar la producción agrícola o la ropa de viaje. Pero, para tejerlos se procede a todo un proceso ritual y se narran las historias de la comunidad generando articulación simbólica de lo común. Y además, son bellos estéticamente. Así, esta tecnología milenaria es completa, sintoniza bien con la comunidad y contribuye a su cuidado.

Resultado de imagen para ritual wayna tamboAsí, en la Red de la Diversidad, no es imposible comprender que, si queremos cultivar alternativas civilizatorias a la hegemonía mundializada dominante, necesitamos vigorizar estos otros modos de vida, donde las dimensiones de lo sagrado y de lo ritual son parte cotidiana de nuestra transformación, son también, en este sentido, dimensiones políticas, educativas, comunicativas, culturales, económicas, sociales. Porque sí, también la dimensión ritual sagrada tiene que ver con la regeneración económica de lo comunitario. No se trata, como en la modernidad occidental, de dimensiones separadas y autónomas entre sí, sino de dimensiones entrelazas, abrazadas, interpenetradas de la vida como una totalidad, totalidad siempre incompleta que requiere justamente sintonizar las múltiples formas de vida para generar completitud para que la vida continúe. Nuestra militancia cultural y política, así lo comprendió y vivió desde que nacimos hace más de 23 años. Y seguimos aquí, tejiendo comunidad.

El Alto, julio 2018