En los últimos años ha ocurrido un renacimiento de lo que se conoció al comenzar el siglo como la «Ola de gobiernos progresistas en América latina». A pesar de las derrotas en Ecuador y Uruguay, la tendencia indica que este año las fuerzas de izquierdas van recuperando terreno, con ejemplos como el de Bolivia con el gobierno de Luis Arce hace un año, Gabriel Boric en Chile y Samara Castro en Honduras.
La crisis acumulada desde la pre pandemia sumada al impacto económico y social que tuvo en cada región, resultaron efectos políticos electorales. Se vislumbró la verdadera cara del liberalismo que provocó en la gente una tendencia de apoyo a partidos y líderes con sensibilidad a causas de mejora económica e igualdad. Para este 2022 se tienen programadas las elecciones en 2 países de Latinoamérica dónde el apoyo también se revierte a las izquierdas. Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia.
¿Se trata de un retorno de la izquierda democrática o progresista en América Latina?
Esta pregunta se analizó en el Muro Duro de la semana, Pablo, Santos y Mario hacen un análisis a profundidad sobre «las izquierdas» …
» La expectativa generada en Bolivia como el estado Plurinacional está suerte de despliegue de esperanzas sobre el aparto Estatal vieron como límites al mismo Estado temas como el extractivismo, la reivindicación de las diversidades. Sin embargo a pesar de esas limitaciones,
«Estos oleajes de progresismos tienen un par de elementos interesantes: vuelven figuras antiguas de ese primer ciclo progresista como la presencia de Lula da Silva en Brasil, con figuras nuevas de otra generación que encarnan discursos potentes como los de los feminismos o los debates ecologistas, cómo posiciones o elementos simbólicos… Este oleaje ya no despierta necesariamente el mismo volumen de esperanzas sociales en que el Estado sea el catalizador de las transformaciones más potentes y eso devuelve cierto rol de protagonismo a la sociedad civil a la estructura de comunidad y nos devuelve a un debate sobre nuestras capacidades organizativas».
«En este nuevo tiempo se nos recoloca en un debate distinto sobre la relación de sociedad y estado, entre institucionalidad y lo comunitario, los debates sobre las autonomías de los cuerpos y los discursos de extrema derecha, las movilizaciones para desmontar las lógicas patriarcales de dominación y violencia que colocan nuevos desafíos interesantísimos, este nuevo ciclo de izquierda progresista».
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