Salía de un resfrío fuerte y todavía tenía una ligera ronquera en la garganta. Eso no impidió que viniera a Wayna Tambo un 20 de julio del año 1.996 para encontrase, dialogar y cantar con la gente de El Alto, muchas personas jóvenes llenaron nuestro espacio. Eran tiempos en lo que acabábamos de llegar a nuestro segundo local, frente al legendario colegio Capriles, al inicio de Villa Dolores. El Wayna Tambo estaba lleno, y el encuentro respondió a la expectativa.
César Junaro era conocido principalmente por su participación en la agrupación Savia Nueva. Él nació en Oruro en 1.951. Se integró a Savia Nueva, a invitación de Carlos López, junto a su hermano Jaime. El grupo había nacido en Potosí y tenía a Carlos y Gerardo Arias como sus iniciadores. Sin embargo, fue cuando se hizo en trío –Carlos, César y Jaime- que se convirtió en un ícono fundamental de la historia de la música popular y de la resistencia a las dictaduras y su consiguiente lucha por la democracia. Algunos de los temas ícono de Savia Nueva fueron composiciones de César Junaro, fue él quien más aportó temas propios a la agrupación legendaria. “Paloma” o “Mientras estás ausente”, entre otras, se convertirían en esos temas que acompañaron a más de una generación como expresiones de rebeldía y esperanzas.
Volvamos al resfrío y la ligera ronquera en la voz de César. Esa noche del 20 de julio este compositor y músico fundamental de Bolivia, agarró su guitarra y conversó. Arrancó con el “Tú tienes derecho a todas las palomas”, tema que nos transportó a la adolescencia política nuestra, en nuestros grupos de barrio la solíamos cantar inevitablemente en cada encuentro. Luego pasamos por otros temas y llegamos a ese bello “Canción para un cuerpo en el bosque”, dedicada a Luis Espinal, asesinado el 21 de marzo de 1.980. Entre canciones de diversos autores y autoras de nuestro continente escuchamos composiciones suyas como “Paloma” o “Mientras estás ausente”. Luego pasamos por versiones de “Hasta siempre” de Carlos Puebla dedicado al Ché o un par de temas del magnífico Leo Masliah de Uruguay. Cerramos con “La flor de la retama” de Ricardo Dolorier (Perú) y que conocimos en la versión de Martina Portocarrero.
En medio otros temas, conversaciones, contextos de un tiempo que volvía cargada de memoria y dignidad. Todo un aprendizaje para la gente joven que abarrotaba nuestro local.
Un cuarto de siglo ha pasado de esa noche, de ese encuentro y sin embargo en la memoria parece apenas ayer. Canciones de un tiempo que sigue siendo, diferente y al mismo tiempo permanente. Canciones que nos recuerdan un tipo de militancias y compromisos, de sueños y esperanzas, de indignaciones y dignidades. Personas que siguen en esas mismas luchas en otros momentos de la historia. Personas que se quedaron en el camino. Otras que decidieron pasarse al “otro lado” y abandonaron lo que les conmovió esos años. “Mucha agua ha corrido debajo el puente”, pero el río sigue estando, diferente pero el mismo. Estas canciones hacen parte de la historia del país, de las personas concretas que habitamos esos y éstos tiempos. Por eso son canciones con memoria, con contextos, con vínculos.
Aquí les compartimos esa grabación, esa noche del 20 de julio de 1.996. Wayna Tambo no es un lugar, es una memoria viva que habita el hoy y sus sentidos.
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