PAPIRRI, DONATO Y ALVARO EN CONCIERTO: UN TRIO DE NOTABLES MÚSICOS IMPROVISANDO EN WAYNA TAMBO EN 1.996 Por Mario Rodríguez Ibáñez

Ya teníamos más de un año de trabajo en Wayna Tambo, y nuestro pequeño espacio se convirtió en un referente tanto para el público alteño, principalmente jóvenes, como para artistas de nuestra ciudad y La Paz. Era un lugar que convocaba a los encuentros cercanos, a la experimentación, al diálogo, al reconocerse con otras personas de otras maneras. No es sencillo explicarlo, pero iba criándose una energía de complicidad y afectos profundos, lo siento en el tiempo y lo reconozco en decenas de testimonios de personas que pasaron por Wayna Tambo. Importaba poco las limitaciones de nuestro pequeño local (no teníamos ni tarima), las limitaciones de nuestro equipo de sonido o de los sonidistas (más cercanos a aprendices de brujo que a técnicos de sonido) o que tengamos jornadas con poquísimo público, esos “detalles” no importaban, ya que se generaba una especia de magia en el ambiente que nos permitía disfrutar intensamente cada encuentro.

 

Así que no fue difícil que tres grandes músicos del país, que se conocían, por supuesto, entre ellos, pero que no eran parte de ningún proyecto musical compartido, decidieran juntarse para improvisar un concierto en Wayna Tambo. Se juntaron Manuel Monroy Chazarreta “El Papirri”, Donato Espinoza y Álvaro Montenegro.

 

Al Papirri lo conocimos muchos años atrás, cuando todavía siendo primerizos en el trabajo barrial lo invitamos a cantar en algunas zonas de La Paz, incluso a veces con un megáfono como único amplificador de sonido. Sin duda, ya se trataba de uno de los músicos más importante del país, especialmente de La paz, con esa capacidad de cantar de los cotidianos y las hablas de la gente. Así que su presencia dialogaba muy bien con el “estilacho” de Wayna Tambo.

El Álvaro había estado junto al grupo Altiplano en la semana inaugural de Wayna Tambo. Ya descollaba con la flauta y los saxos, pero más allá de sus tremendas capacidades musicales, fue uno de esos artistas con el que, en estos más de 26 años de Wayna Tambo, conectamos una sensibilidad y complicidad permanentes, confianza mutua de larga data. Álvaro, además, venía de historias que le habían llevado a experiencias musicales en la Nicaragua de la revolución sandinista, esa de los años ’80, cuando todavía era inspiración para el continente y el mundo. Así que compartir con él era conversar, aprender y profundizar complicidades. Cuando ya implementó su propio proyecto musical en Parafonista, nuestro espacio fue uno de los lugares que más y mejor disfrutó de ese trabajo. Hasta hoy le seguimos convocando cada vez que tenemos alguna nueva propuesta medio atrevida, sabemos que su consejo nos ayudará o se terminará metiendo en esas aventuras que le proponemos.

Donato ya era considerado unos de los mejores charanguistas del país. Estaba dando un paso hacia otras posibilidades de charango y conectaba con el público juvenil de las ciudades. Un lujo de intérprete. No había visitado antes Wayna Tambo, así que era su estreno.

 

Se juntaron junto a Fernando Gallardo en la percusión. Compartir algunos temas de cada uno, improvisaron para acompañarse, jugaron con la música y nos quedó esta grabación de poco más de una hora en vivo en Wayna Tambo. Fue un 27 de junio del año 1.996. ¿Los sonidistas? Uno de nuestros compañeros de equipo y yo, no teníamos idea del asunto, pero también improvisamos…

 

Aquí les compartimos el avance y las tres partes de ese encuentro musical. Disfrutenlo…

Avance:

Parte 1:

Parte 2:

Parte 3: