En la década de los años ’90 del siglo pasado, la banda boliviana Altiplano se había constituido en un referente de la llamada música de fusión en el país. “La Rebeldía de los cóndores” fue un disco notable de finales de los años ’80. Edgar Bustillo y Antonio Pérez, quienes lideraron dicho proyecto, luego separaron caminos. Antonio Pérez lideró el grupo Altitud del que conocemos dos trabajos muy buenos. Edgar Bustillo consolidó Altiplano.
En 1.993 apareció su disco “Hijo del Ande”, posiblemente el trabajo que los ligó con la ciudad de El Alto. Allí pareció el tema “Ciudad del Alma”, composición de Edgar Bustillo, que en parte de su letra dice: “Cielos azules, nubes de encanto / Brillan los cerros, florece el campo / Ruinas sagradas, cumbres guardianes / Siento en el alma aromas de paz. / Cuando por El Alto salgo y me ausento / Llevo tu recuerdo, sufro tu ausencia / Abriendo caminos llegará el día / Libre como el cóndor volveré a La Paz”. Aunque la canción se refiere a la paz y su entorno, la mención directa a El Alto como la ruta obligada para ausentarse y retornar, hizo que mucha gente asociara esa Ciudad del Alma a El Alto justamente.
En 1.995 apareció su disco “Espíritu del Tiempo” con temas notables como “Caminando la ciudad” (morenada rock) o “Luz de vida” (Kantu reggae). Esos temas junto a los de los anteriores discos ya se habían instalado en un segmento de la población joven alteña y eran expresión de la creciente presencia aymara urbana con capacidades de diálogo con el mundo globalizado.
No fue casual entonces, que para la inauguración de Wayna Tambo, para nuestra primera semana de actividades, hayamos invitado a Altiplano como una de las tres primeras agrupaciones que tocaron en esa ocasión. Eso fue en febrero de 1.995, la primera semana. Cabe mencionar que ahí nació una amistad de largos años con Álvaro Montenegro, músico de Altiplano por entonces. Una amistad que sigue dando frutos diversos hasta hoy en día.
Ya en 1.998 volvió Altiplano a Wayna Tambo, a un nuevo concierto, en ese entonces estuvieron Edgar Bustillo (guitarra y voz), Álvaro Montenegro (flauta, saxos, teclado y voz), Johnny Luna (percusión), Anselmo Portugal (vientos andinos) y Walter Gómez (bajo). A continuación, rememoramos ese fantástico concierto en 4 partes, una grabación con algunos defectos fruto de nuestra inexperiencia y registrado en casete, pero no por ello un sonido intenso que invita a la fiesta.