“EN PIE DE GUERRA”: EL LEVANTAMIENTO AYMARA EN ACHACACHI, 9 DE ABRIL DEL 2000 Por: Chaski Clandestina

El 9 de abril del 2000, se registró una brutal incursión del ejército a las comunidades aymaras  en la localidad de Achacachi, capital de la provincia Omasuyos, en el altiplano paceño. Mientras ardía Cochabamba en la Guerra del Agua, también ardía Omasuyos en el primer Gran Levantamiento aymara del siglo XXI. Felipe Quispe Huanca, “El Mallku”, ex integrante de la Ejército Guerrillero Tupak Katari, (EGTK), elegido en 1998 como principal dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos, era una de las cabezas más visibles de la lucha que se encendía en el altiplano. Testigxs de este re-inicio del Awqapacha, (tiempo de guerra), hilamos nuevamente estas memorias, porque El Mallku fue parte de las multitudes en apronte, de la extensa y radical rebelión que se organizaba comunidad por comunidad, y que son parte de nuestra memoria colectiva de luchas anticoloniales. #LxsQueMuerenParaVivenRenacidxs

No puede concebirse la historia de nuestras luchas, sin la Guerra del Agua en Cochabamba, tampoco sin todo el proceso que se re-inició en las comunidades del departamento de La Paz, fundamentalmente en la Provincia Omasuyos. La fuerza popular y comunitaria en la Guerra del Gas, y la lucha por los hidrocarburos, durante los cinco años de constantes insurrecciones y levantamientos (del 2000 al 2005), tiene una de sus raíces en un poderoso movimiento que reapareció en abril del 2000 en las provincias paceñas, el cual no se había visto con esas magnitudes desde los bloqueos camineros de 1979-1980. Dicha fuerza,  según los participantes de los bloqueos, crecía cuando las comunidades de base se unieron. Un intenso trabajo de la dirigencia nacional de la CSUTCB,  y de comunarios se había dado por lo menos desde un año atrás, cuando fueron en bicicletas y, básicamente, como podían, a explicar en las  comunidades temas como los de la tierra y, luego, lo  que podría producir la Ley de Aguas, propuesta por el gobierno del ex dictador Hugo Bánzer Suárez, si es que ésta se aprobaba.

Mientras Cochabamba libraba la batalla final de la Guerra del Agua, en todas sus calles y avenidas; en La Paz cientos de personas aglutinadas en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB),  salieron a bloquear caminos, contra la privatización del agua y por toda la memoria de luchas anticoloniales libradas desde antes de la creación de la República de Bolivia.

Arde Achacachi. Provincia Omasuyos (La Prensa, 9 de abril del 2000)
Arde Achacachi. Provincia Omasuyos (La Prensa, 9 de abril del 2000)

Por la “sangre de la Pachamama”

El “Bloqueo de caminos y Productos Agropecuarios” organizado por la CSUTCB,  a la cabeza de Felipe Quispe, se inició el 3 de abril del 2000, contra la Ley de Aguas 2029 y con pedidos propios de la organización campesina. No podían privatizar la “sangre de la Pachamama”, anunciaban dirigentes de las comunidades.

Provincias como Omasuyus, Los Andes y Camacho se unieron a las movilizaciones. Para el 5 de abril, la movilización se había expandido a otros departamentos, por lo cual el gobierno desplegó a las fuerzas militares en la carretera a Oruro y en los caminos que unen a la ciudad de La Paz con el norte.

Esta acción gubernamental provocó los primeros choques entre el ejército y las personas que estaban movilizándose en la localidad de Laja y en el camino a Guaqui, (ambas en La Paz). El 5 de abril nuevamente hubo escaramuzas en la localidad de Lahuachaca (carretera La Paz – Oruro). Sin embargo, la fuerza de los bloqueos era tal que las tropas militares no pudieron despejar las rutas, porque las comunidades se organizaron en “turnos” y bloqueos relámpago, que les permitía controlar el territorio y literalmente “sembrar” el camino de piedras. En cada piquete de bloqueo, se podían ver las vigilias que organizaban las comunidades de manera muy comprometida.

El gobierno del general Banzer Suárez, respondió con más militarización y amenazas como la emitida por el entonces ministro Ronald McLean, quien había pedido al ejército, arrestar a todos las personas que estuviesen bloqueando,(lo que demostraba el desconocimiento total por parte de los personeros de gobierno, de la masividad de las protestas).

Con por lo menos 16 puntos de bloqueo a nivel nacional, la situación del país era muy tensa, lxs Guerrerxs del Agua estaban por lograr la expulsión de la transnacional Bechtel en Cochabamba,  y se había desatado un motín policial en La Paz el cual se replicó a otros departamentos.

Al grito de “¡vamos a matar, matar, matar!” el ejército provocó el primer enfrentamiento grave con las comunidades en el altiplano:

El día sábado 8 de abril por la mañana, en la carretera La Paz – Oruro, en las localidades de Patacamaya y Lahuachaca, tropas militares intervinieron una concentración de vecinos y comunarios que  estaban bloqueando la carretera. Las tropas de Patacamaya y el Motorizado de Viacha, con tanques y balas de guerra, cruzaron la barricada levantada por las comunidades que se hallaban realizando la vigilia. Éstas trataron de realizar una resistencia con piedras y q´urawas (hondas). La respuesta a las piedras,  fueron disparos con balas de guerra. Después, señalan los diarios de la época, las tropas avanzaron hasta Lahuachaca donde hubo otro nuevo y violento enfrentamiento, donde, esta vez, fallecieron el profesor rural Rogelio Calisaya y el dirigente cívico de Lahuachaca, Javier Chambi, ambos por tiros de arma de fuego.

Esta violencia que desplegaba el estado hizo que las provincias paceñas se uniesen a las movilizaciones, incluso las zonas fronterizas con la ciudad de El Alto se plegaron al Bloqueo de caminos y productos agropecuarios.

“Este es el gobierno del general Banzer que nos prometió tierra y agua, ahora quiere darnos balas…”

Decían las comunidades a los medios de prensa.

El gobierno estaba siendo puesto contra la pared, con un Estado de Sitio que nadie acató, al estar la policía amotinada. Los sindicatos decidieron reorganizar el bloqueo, ante la represión ejercida por el gobierno y la detención y  confinamiento del dirigente máximo de la CSUTCB, Felipe Quispe, (junto a otras 21 personas)

La dirigencia de Omasuyus, convocó a una marcha pacífica que debía realizarse el domingo 9 de abril en el centro de Achacachi, en protesta por las muertes ocurridas aquel sábado y en desacato del “estado de sitio”, puesto que las comunidades habían expresado su molestia contra esta medida y anunciado el endurecimiento del bloqueo de productos agrícolas hasta la ciudad.

Ante esto, el gobierno solo atinó a desplazar hacia las carreteras a los regimientos Junín y Ayacucho que se hallan dentro de Achacachi, lo que se transformaría en un factor que generaría los hechos que se desataron ese 9 de abril.

LA RAZÓN, ABRIL DEL 2000

Guerra en el altiplano: el 9 de abril del 2000

El domingo 9 de abril del 2000, marca un punto fundamental  en la memoria de las comunidades, tanto así, que años después se componían y recitaban poemas que hablaban de  Tupak Katari, hasta lo sucedido ese abril, recordando nombres y hechos de manera detallada.

Achacachi,  se convirtió en el epicentro del movimiento. ES un centro cada vez más urbanizado, está custodiado en su ingreso por el Qalachaka, el cerro guardián que luego se transformaría en un centro simbólico y material de todas las movilizaciones. Se puede llegar hasta el lugar después de casi 3 horas de viaje desde las ciudades de La Paz o El Alto.

Ese domingo 9, se inició la marcha en protesta por las muertes del  sábado 8 de abril en Lahuachaca , mientras los alrededores eran militarizados. Las primeras escaramuzas entre policías y la gente movilizada, se dieron desde las 8 de la mañana desembocaron en una respuesta militar con balas de guerra. Mientras existían enfrentamientos en la Avenida Sorata, que conduce hasta la salida de Achacachi, la gente congregada en la plaza y los alrededores comenzaron con la movilización, por el sur.

“Si vamos a morir, moriremos en la lucha, para eso hemos nacido los achacacheños. Toda la provincia Omasuyos está en pie de guerra”.

Después del ingreso de otra caravana de soldados que se acercaban por el lado sur, las mujeres impidieron la llegada de los militares. Los enfrentamientos recrudecieron y en la balacera que desató el ejército, cayó herido el joven Ramiro Quispe, quien poco después murió al ser trasladado un hospital en la ciudad de La Paz.

En los cerros  más altos se encendieron fogatas para convocar a otras comunidades aledañas, las que al ver el fuego sabrían que algo grave estaba pasando en el centro de Achacachi. Entonces, cientos de personas se congregaron en el lugar, llegaron de otras comunidades a los  varios puntos donde se daban los enfrentamientos.

Con indignación se recibió la noticia de la muerte de Quispe, y decidieron que irían al enfrentamiento directo con los militares, con piedras y palos. Según la gente que estuvo en estos enfrentamientos también llegaron avionetas de la Fuerza Aérea a sobrevolar el lugar. Poco después, cerca de las 2 de la tarde, se supo que Hugo Aruquipa del cantón Ajllata Grande, había muerto por un disparo de bala, era el segundo fallecido de ese día,  además se contabilizaban por lo menos 5 personas heridas por las balas del ejército,

Con el dolor y la furia producidas por esas dos muertes, al grito de “¡Banzer asesino!”, cientos de personas llevaron el cadáver de Aruquipa en una manta, poco después decidieron quemar todos los edificios de las instituciones públicas, también se quiso atacar el cuartel donde se refugiaron las tropas militares. Ardieron todas las oficinas que representan al estado: la policía, la cárcel, la alcaldía.

El Capitán Omar Tellez, que estaba en funciones como subordinado del Teniente Coronel Armando Carrasco, murió, cuando,  después los fallecimientos provocados por el ejército, gente enardecida lo rodeó y remató fuera del Hospital donde había tratado de esconderse.

Luego de ese día, una represión feroz se desató y los militares reprimieron y persiguieron y hostigaron a varias comunidades enteras, durante varios días, surgiendo denuncias inclusive del secuestro de niños para que éstos declarasen contra la dirigencia de la región. Esta situación se alargó hasta que, de manera muy difícil, se lograron establecer los primeros acuerdos entre la CSUTCB y el gobierno nacional.

El 2001, cuando en Achacachi se organizó un evento de rememoración de lo sucedido ese 9 de abril del 2000, ante la presencia de las centrales y subcentrales campesinas, se dijo que se había tratado del renacimiento del poder de las comunidades aymaras. En medio del estupor del sistema de partidos y los representantes de las oligarquías que luego propondrían “autonomías departamentales, la lucha se extendió hacia ciudades como El Alto, también La Paz. Lo que se puso en cuestión era no solo el carácter colonial del estado y la sociedad bolivianxs, y nos marcó tan profundamente que continuamosre-definiendo qué es lo que significa la  anticolonial, porque el Awkapacha no terminó, solo se expandió bajo otras formas.

LA PRENSA (DOSSIER)