“EL TARWI, NUESTRO LEGADO” Por: Jazmín Quisbert Illanes

En la localidad de Sahuiña del municipio de Copacabana se llevó a cabo el ritual e inicio de la siembra del tarwi el pasado 10 de septiembre. El tarwi es una leguminosa que permanece en nuestra alimentación desde tiempos incaicos, es característico por sus beneficios nutricionales, ambientales y culturales, además de su resistencia a factores climáticos adversos, esta semilla logra resistir a la modificación de la alimentación de las personas que habitan los territorios urbanos, donde la aceleración de la vida se evidencia en la aceleración de los procesos de alimentos que abundan en las calles denominados “comida rápida”. “Para que el tarwi llegue a la ciudad y lo consuman pasa por largo proceso” nos dice doña Ema (integrante de la asociación de productoras de tarwi Suma Jhata) pues, después de cosechar esta semilla es necesario trillarlo, limpiarlo y llevarlo el lago, ahí debe permanecer al menos dos días y dos noches para perder el sabor amargo que tiene la semilla debido a su alto contenido de alcaloides, después de ese proceso se hace hervir para que termine de perder su amargo sabor y así, al fin, puede consumirse, este proceso va ligado a los ciclos de la tierra, esta semilla fertiliza la tierra donde yace pues recoge el nitrógeno del aire y lo fija al suelo, “es muy recomendable sembrar papa después del tarwi” nos dice doña Agustina, quien es productora de tarwi hace 15 años, sus propiedades ambientales fertilizan el suelo, y del lavado del desamargado de la semilla se logra obtener pesticida natural para los cultivos, la lluvia se convierte en un factor necesario para esta semilla, ya que suaviza la tierra donde se sembrara, el lago es también importante pues es ahí donde esta semilla reposara para perder su amargura. De esta manera el tarwi no solo resiste a los cambios de hábitos alimenticios de las grandes urbes, sino a la contaminación del lago, a las sequias y a los pesticidas químicos, su lucha  preservación, se convierte en la lucha y preservación del territorio como espacio vivo.

La dimensión de procesos que se tejen en la tierra para criar una semilla, son el espejo del  tejido que unió a productoras/es, transformadoras/es, investigadoras/es, promotoras/es, personas e instituciones enamoradas/os de esta semilla andina, quienes se denominaron: Red de tarwi La Paz “K-motes del tarwi” llevando casi 2 años trabajo en la promoción de esta semilla, proponiendo la diversidad de sus transformaciones y beneficios que esta tiene.  

Ahí nos encontramos como Red de la Diversidad, en un tejido que agrupa a diversos actores que proponen a partir de la semilla la defensa de la tierra y la resistencia a la aceleración de la vida que está acabando con el ser humano y la naturaleza.