SENKATA MEMORIA VIVA Por: Jazmín Quisbert Illanes

La feria “25 de Julio” se ubica en Senkata, distrito 8 de la ciudad de El Alto, desde tempranas horas circulan, alimentos, ropa, plantas medicinales, juegan los niños y niñas, circulan los “caseros/as” ambulantes, se escucha música de los restaurantes de comida, a unas calles se encuentra el colegio y la sede social del barrio que llevan el mismo nombre de la feria, ahí donde se desarrolla la feria, hace 9 meses atrás se evacuaban personas heridas/os, en camas, en carretillas y en lo que era posible transportar personas hacia la sede “25 de julio”, hace 9 meses ese espacio, fue el espacio de contención de los caídos, de la masacre de Senkata (19 de noviembre de 2019).

Llegamos con el carrito lleno: un lava manos portátil, cocinillas,  bidones de agua, un equipo de sonido y un parlante, una carpa y un par de mesas, panes, recetas, mates e historias. Nos asentamos en la feria y acomodamos la carpa, instalamos la radio en calle, acomodamos el lavamanos portátil y los recetarios callejeros con saberes de cuidado de la salud desde la medicina ancestral y alimentación desde el consumo de nuestras semillas. Los visitantes de la feria, los niños y niñas se aproximan mientras en unos paneles vamos colocando fotografías, nombres y datos de los caídos de la masacre de Senkata, los nombres y fotografías de los caídos y desaparecidos de la dictadura de Banzer (que inicio un 21 de Agosto de 1971) y así damos inicio a estas Ferias de la Memoria.

Ya son 9 meses que “nos resistimos a olvidar” mencionaba una compañera al micrófono, ya son 9 intervenciones diversas donde tomamos las calles con ferias de la memoria, donde tomamos las redes para conversar y no olvidar a quienes se fueron, a las represiones y abuso de poder de parte de los aparatos represores del Estado que no son recientes, sino son de siempre, “para que no se vuelva a repetir” indica una compañera al micrófono.

La Feria de Memoria es ese espacio para recordar, pero también para articularse desde el arte y la cultura, se abren espacios, como el de la radio en calle, para que las personas tomen la palabra, se comparten recetas para el cuidado comunitario, mates para paliar el frío de la ciudad, se comparten historias y música en este espacio donde diversos colectivos del Tejido de Cultura Viva Comunitaria de Bolivia viene incidiendo.