LA FIESTA DE LA CRUZ, LA PACHAMAMA, Y LA ECONOMÍA PAICHEÑA CON EL COVID Por: Beatriz Vaca Villa

Estaba sentada en el piso, en un segundo se puso erguida de rodillas y cubrió su cabeza con la hermosa manta de seda que bajaba hasta sus pies, cuyos flecos se confundían con el suelo de tierra de la Capilla de Paicho; mientras, yo, con asombro observaba a mi Madre más hermosa que la Virgen del Carmen, y aprendía el significado de la Fiesta de La Cruz desde el mundo católico!.

Años después, una mañana de mayo, me desperté con la contundente voz de mi Padre, y me quedé boquiabierta escuchándole decir que la noche anterior, instauraron La Pachamama muy cerca de la Capilla, con otros Compadres y Comadres más, y que no les hacía falta la misa; debido a la molestia que les generó el Cura, pues, no quería compartir la fiesta con todos, es más, hacía la misa muy temprano, sin esperar a los fieles, luego  tomaba su auto y se iba, sin recibirles ni el almuerzo, a la familia comisionada de prepararlo. ¡Yo aprendía que la tierra nos daba de comer y le debíamos mucho, por lo que debíamos challarla!.

Las Paicheñas y Paicheños, después que pasa el carnaval, ingresamos a la cuaresma, y con ella a la ardua cosecha de duraznos, nueces, manzanas, uvas, papas, choclos, tomates y de todo lo que producen nuestros terrenos, bañados por el angosto río de Paicho. La producción nos permite alimentarnos mejor, porque nuestras ollas, se llenan con cuanta verdura y carnes frescas, pues, hasta nuestros animales engordan con la exuberante vegetación del cerro, como de las huertas.

También aprendimos de nuestros ancestros a transformar casi todos nuestros alimentos, lo que nos permite, consumir casi todo el año, pelones, nueces, pasas de uvas, higos, ajíes, maíz, trigo, quinua, papa, charque de chivo, vinos, singanis, y otros alimentos, que hacen que desde muy niñas/os, crezcamos fuertes y saludables.

A fines de abril de cada año, se va concluyendo el duro y alentador trabajo, que exigió el concurso de toda la familia y la Comunidad, para dar paso al mes de Mayo, que llega con la Fiesta Grande de La Cruz y la Pachamama, seguido del largo invierno, que se une a la partida de muchos paisanos, especialmente jóvenes, en busca de nuevas alternativas laborales, en otros pisos ecológicos de la Provincia Méndez, o en ciudades y/o países.

La Fiesta de la Cruz se desarrolla en el Huayco de la Capilla, iniciándose el 1° de mayo, con actividades deportivas, le siguen las religiosas, culturales, y se concluye, con el agradecimiento a la Pachamama, el 05 de Mayo, en horas de la noche, al son de la caña y las coplas, que expresan la alegría y la melancolía, de los encuentros intensos y cortos de seres que se aman desde que fueron niños/as, y que la gran fiesta, hace posible el retorno de diferentes lugares del departamento, país y de la Argentina, para estrecharse en abrazos efusivos llenos de cariño, amor, añoranzas, tristezas, combinados con coplas, chistes, recuerdos, ponches, canelaus, y la rica comida criolla como las sabían hacer nuestras madres, abuelas.

Muy serios y envueltos en Fe, challamos la Pachamama, regándola con bidones de vino tinto patero, singani, chicha, cigarrillos encendidos; libras, onzas de coca, y los sahumerios con el penetrante incienso que ingresa por debajo de nuestras polleras, mantas, chompas, sombreros, y se eleva hasta confundirse con el cielo estrellado; en agradecimiento a la tierra que nos da para comer,  pidiendo que el próximo año estemos guapitos para seguir trabajando, y poder volver a compartir entre paisanos, familias, amigos, en nuestro río Paicheño.

Durante La Fiesta de La Cruz, se lleva adelante el movimiento económico, más importante de nuestro cantón, pues, lo que producimos, desde septiembre del año anterior lo intercambiamos con dinero, ropa y alimentos que llegan de otros departamentos, lo que nos garantiza, la comida y vestimenta hasta el próximo año.

Asimismo, varias familias, instalan sus carpas, como restaurantes, precarios, pero llenos de afecto, y con alimentos frescos, ecológicos que produjeron durante todo el año, para ofrecer a los visitantes y estantes como desayunos, almuerzos, cenas, vinos y singanis criollos; que son el fruto del trabajo de todo el año. Estas familias, criaron chanchos, gallinas, chivos, ovejas, con el forraje, granos y cáscaras de la fruta. Asimismo, usan el abono de estos animales para producir papas, maíz, hortalizas, etc. De esta manera el trabajo diario del año entero, es convertido en un importante ingreso económico, que va  a complementar a los ingresos generados por la cosecha mayor del pelón y nuez.

La pandemia del corona virus y nuestra economía comunitaria:

La economía comunitaria generada durante todo el año agrícola en Paicho y que se monetarisa en la Fiesta de La Cruz, hoy se ve afectada, pues, no vinieron los intermediarios con ropa y alimentos desde otros departamentos; y no se podrá iniciar la comercialización del pelón y la nuez, lo que genera una incertidumbre, porque no se conoce, hasta cuando no se podrá vender la producción mayor.

Por otro lado, todos los animales, granos, tubérculos y tragos producidos para instalar los restaurantes y ofrecer comidas criollas a los visitantes, tampoco se instalarán, pues, por la cuarentena están prohibidas las concentraciones, y los mejores comensales que vienen de la Argentina, no podrán llegar, ya que la pandemia del corona virus, también tiene en cuarentena a los paisanos en la Argentina, Tarija y otros lugares.

En Paicho todos esperan que pase la cuarentena para que pase el coronavirus, y la vida vuelva a la normalidad, vender su producción y viajar a Bermejo, Santa Cruz, Argentina a visitar a su familia, las personas mayores, mientras los jóvenes a continuar sus estudios o a trabajar; y en septiembre volver a mover la tierra, para empezar el nuevo ciclo agrícola, porque hay agua en el río, para producir.

Mientras a mí, me quedan los recuerdos de mi Madre, que me dejó la gran herencia de seguir produciendo alimentos saludables, y flores para enflorar la Pachamama y la Cruz… Mi padre, el amor a las coplas, el buen vino patero y a emprender siempre algo nuevo silbando o copliando, para que no te embarguen las penas. De mi Comunidad Paicheña, el vivir en Comunidad para superar las adversidades: riyadas, heladas; y compartir las alegrías con coplas, y nuestros instrumentos musicales… Le comparto una de las coplas que expresa la esperanza de volver el siguiente año, y la posibilidad de no hacerlo, como este año, por la pandemia:

Eide volver para el año,

Si no me muero,

Sino quedarán mis coplas,

Para recuerdo.

 

 Tarija. mayo de 2020