EL SUEÑO DE LA PESTE ACERCA DE LA PÉRDIDA DEL ESPACIO PÚBLICO EN TIEMPOS DE ‘DISTANCIAMIENTO SOCIAL’ Por: Tonia Andresen y ozZo Ukumari

“Es siempre útil dar a la gente la sensación de libertad, especialmente cuando no hay libertad”

(Coriún Aharonián, 2012)

1.

El espacio público es un espacio social, un espacio donde se confluye con el/la y les otrxs y surge el encuentro fortuito. En muchos casos el espacio público se ha convertido en un confinador de naturaleza, pequeños oasis donde la naturaleza ha sido aprisionada por nuestra cultura y la ciudad. 

Con //El Contenedor nuestro enfoque de atención ha sido y es, este espacio; por eso vemos necesario no solo llevar el arte a espacios fuera de la institucionalidad, sino también, experiencias que puedan construir, reflexionar y criticar. No es mera coincidencia que actividades como huertos urbanos, cuerpos y espacios, yoga, así como temas acerca de liberación animal, promoción de trueques, lecturas de cuentos para niñxs acerca de las cosmovisiones de los pueblos originarios, han sido y serán de nuestro interés porque estamos convencidxs que otro mundo es posible.

Sin embargo ante la crisis pandémica la cual enfrentamos actualmente nos parece muy importante dirigir el siguiente ensayo hacia la importancia de la recuperación del espacio público. El distanciamiento social, producto de una cuarentena y unas maneras sistemáticas de proceder para lxs ciudadanxs nos llaman la atención, mucho más, durante 2019-2020 cuando varios estallidos sociales en Latinoamérica, Asia, África y Europa han conquistado el espacio público y dominado la opinión internacional. En este contexto queremos presentar algunos estudios que han surgido de la experiencia con //El Contenedor. Los siguientes párrafos son ideas, pensamientos y preocupaciones acerca de la situación actual. No podemos mirar hacia el futuro con certeza, sabemos que muchos aspectos están aún sin resolver y lo seguirán estando por un buen tiempo, pero nos parece importante analizar la situación desde el principio, aunque sea de manera fragmentaria. Escribimos este texto a partir de pensares y sentires desde contextos diferentes, desde Bolivia y desde Alemania, dado que esta crisis ya ha asumido proporciones mundiales, y se ha extendido significativamente por la globalización neoliberal en esta forma, creemos que una variedad de perspectivas es esencial para avanzar en tal situación. Se hace obvio que Covid-19 visibiliza más que nunca las desigualdades en las sociedades y entre los estados. 

2.

Judith Butler caracteriza el espacio público como espacio político en el cual “los cuerpos se juntan, se mueven y comunican y reclaman un determinado espacio como espacio público” (2012, 91). Es decir, lxs actores sociales forman con sus movimientos, sus acciones colectivas este espacio. Ahora sentimos muy fuerte la necesidad de la materialidad de nuestro entorno. Muchxs actores culturales transfieren sus eventos en el espacio virtual, pero la vida política no se puede transferir. En los últimos años hemos visto cómo las redes sociales han desempeñado un papel importante en el apoyo a la organización de las protestas sociales y han hecho posible que muchos proyectos se conozcan más ampliamente, pero siempre han buscado mejorar la organización en el espacio físico. Un ejemplo reciente es la performance feminista del colectivo chileno Las Tesis ‘Un violador en tu camino’ que se hizo viral en todo el mundo e inspiró al movimiento feminista global a través de las redes sociales. ¿Cómo podemos protestar en una situación así? Parece que lxs políticxs quieren que esperemos, en este sentido la situación tiene aspectos positivos para cualquier persona en el poder: el autoritarismo es necesario para proteger a la nación, la soberanía es una carta jugada en estos tiempos. 

Pero no nos queda tiempo para estar calladxs. Aunque nuestras posibilidades son muy limitadas por el momento, recientemente hubo llamamientos en las redes sociales para llevar la protesta a través de carteles en las paredes de las casas y las ventanas al espacio público, como en Brasil donde se articula la protesta contra Jair Bolsonaro con cacerolazos desde las ventanas. En este momento la solidaridad también se está mostrando en diferentes formas: grupos organizan compras para las personas que no pueden salir de sus casas, hay líneas telefónicas de ayuda para las mujeres necesitadas que conviven con un compañerx violentx, lxs vecinxs hablan entre sí y se apoyan mutuamente. Pero todos estos esfuerzos son, como en cualquier momento de apoyo colectivo, organizados desde y para la gente. Especialmente en las sociedades neoliberales ya no se escucha la palabra ‘solidaridad’ la cual se ha vuelto como un lema ahora y una medida para distanciarse de la ‘buena’ gente (la que se queda en casa) y la gente ‘mala’ (que no respeta las reglas). 

Además el virus muestra la importancia del trabajo de cuidado, que en términos porcentuales es realizado con mayor frecuencia por las mujeres y generalmente tiene poco reconocimiento social y sigue siendo no adecuadamente remunerado. Hay sectores que no pueden parar su trabajo para asegurar el bienestar común, sin embargo no se ven políticas a favor para estos sectores que se encuentran desprotegidos, para que el resto de la sociedad pueda quedarse en casa, la gente que recoge nuestra basura, que atiende los mercados o que abre farmacias, están expuestas al virus. “Corona” hace visible las falencias de la política actual, en cualquier aspecto de la vida, pero lo más fuerte en el sector de la salud pública. Kathrin Hartmann escribió recientemente: «Corona tiene la misma causa estructural que la crisis ecológica y social, que incluye el cambio climático, la destrucción de la naturaleza y los sistemas de salud defectuosos. Se encuentra en la producción y explotación capitalista de la naturaleza, en el estilo de vida imperial de los países ricos del Norte y en la ideología neoliberal» (Freitag [periódico alemán], 20.03.20). La deforestación del Amazonas, los monocultivos que vienen en conjunto con la destrucción de especies, lo hacen mucho más fácil que un virus se transmite más rápido que antes. El Covid-19 y sus consecuencias no son simplemente una amenaza externa, son una amenaza desde el interior del sistema. Además, la erosión del sistema de salud y la urbanización también favorecen el brote de epidemias. Miles de personas en un solo lugar, el turismo y lxs viajerxs propagan el virus rápidamente. Covid-19 visibiliza aún una crisis más del capitalismo y muestra la interconexión entre los temas ecológicos y sociales. 

3.

Pero aún así, en un escenario mundial desde nuestra experiencia Latina cómo reaccionamos, cómo reaccionan nuestrxs cuerpxs, ante nuevos discursos que se imponen desde las palabras y su uso, es así que nos llama la atención el uso y el manejo de palabras que se están incorporando en nuestras vidas en estos días: ‘Cuarentena’, ‘Distanciamiento Social’, ‘Catástrofe Nacional’, y las más reciente ‘Estado de Sitio’ ‘Estado de Excepción’ ‘Estado de Emergencia’, además de la presencia de la policía y los militares que regulan nuestra vida social por el bien de la nación. El distanciamiento social que viene conjunto con un discurso de miedo, de que cada persona probablemente puede ser contagiosa, peligrosa y por lo tanto ser evitada, cambiará nuestra estructura social y la sociedad. Sin cuestionamientos es necesario frenar el brote del virus, proteger a lxs más vulnerables y evitar el colapso total del sistema de salud con medidas estrictas. Pero surge la pregunta de las consecuencias de tal escenario y cómo analizamos estas palabras bajo un contexto donde todxs tememos? Pues empecemos por ese temor. 

Latinoamérica es una cultura háptica de alto contexto, de contacto humano y de relaciones muy enriquecidas por las formas diversas de establecer estos contactos sociales que tenemos diariamente. Entonces al introducir un vocabulario nuevo, además de normativas y regulaciones estamos incorporando en nuestra memoria corporal nuevas maneras de comportarnos y relacionarnos con lxs otrxs además, de instruirnos con el miedo.

El miedo es el arma más violenta porque puede cambiarnos completamente y hacer salir lo más extraño de nosotrxs mismxs, la estrategia del miedo que recientemente los artículos de muchxs pensadores como la estadounidense Naomi Klein (2007) reflejan y explican de mejor manera, nos hacen entender lo sensible del tema, pero es del miedo donde surge el adoctrinamiento, es una estrategia muy utilizada en prácticas de biopolítica, lo que nos remite a Ivan Nogales del Teatro Trono en el Alto, uno de los bastiones de resistencia en nuestro país. Desde este lugar Ivan construyó un ensayo vuelto texto teatral sobre la Descolonización de los Cuerpos (2019), y pareciese que en estos tiempos estamos viviendo una nueva forma de colonizarnos. Leemos el artículo del coreano Byung-Chul Han (2020) acerca de cómo los países asiáticos están controlando el ataque epidemiológico mediante el uso de datos y el control digital, donde prácticamente desaparece la vida privada, por el bien común, y nos advierte una próxima exportación de este sistema de control a lxs ciudadanxs en el mundo, al mejor estilo panóptico que podría Foucault prever. Él mismo escribió acerca de la peste y su sueño: “un sueño político, en que es, al contrario, el momento maravilloso en que el poder político se ejerce a pleno […] y también el sueño político de un poder exhaustivo, de un poder sin obstáculos, un poder enteramente transparente a su objeto, un poder que se ejerce en plenitud» (Foucault 1974-75, 52).

Entonces en este panorama cómo recuperamos ese espacio público, ese espacio enriquecido de relaciones sociales? Es un trabajo que tomará tiempo, pero nos hace aún más necesario pensar estrategias, metodologías, formas, procesos; para no volver a la ‘normalidad’, sino de reconocernos, escarbar en nuestra memoria y establecer códigos sociales nuevos, basados en nuevos sistemas de economía comunitaria, de construcción colectiva. Es un tiempo de resignificar también las palabras y dotarlas de un nuevo significado. Como colectivo en ARTErias Urbanas nos hemos alineado al pensamiento que el arte es transformador y creemos en el arte porque hemos visto en nuestras experiencias y compartiendo con otras experiencias este potencial artístico. 

4.

En estos primeros días en Bolivia de cuarentena, vemos a la comunidad artística que se solidariza con la causa que nos da opciones de quedarnos en casa, además de que somos de los sectores más golpeados por este distanciamiento social, pero paulatinamente y sistemáticamente vemos la cantidad de aplicaciones que abren y se vuelven permisivas; Scribd y JStore abren sus bibliotecas, Zoom te da tiempo ilimitado, y la gente se empieza cuestionar porque un montón de plataformas se abren, digamos en muestra de solidaridad, porque no hay mejor gancho para atraer clientes potenciales en estrategia de marketing, dicho de una forma bonita, porque el verdadero comercio está en los datos. La cantidad de datos que estamos proveyendo a diferentes plataformas que crearán perfiles de usuarios y que tras la pandemia tratarán de convencernos de lo bueno que es estar en casa, de lo seguro que te sientes, y de lo popular que puedes llegar a ser teniendo una buena conexión, un plan de datos y equipos de mejor calidad a menos precio. Como diría Mario Rodríguez de la Wayna Tambo, el capitalismo siempre se reinventa y encontrará cualquier situación para salir mejor parado, pero nuestra misión es soñar y hacerlo de forma colectiva. 

Y sin embargo este ensayo empezó con la palabra espacio público también como un confinador de la naturaleza, de la cual nos hemos alejado y ahora pareciese que las pandemias son una respuesta de nuestra naturaleza, un llamado de urgencia cuando las fronteras agrícolas y agroindustriales rebasan los territorios naturales y ecosistemas se ven afectados en contacto y se defienden, tenemos mucho por trabajar en este aspecto y en nuestras dos últimas estaciones que estuvieron con un foco en nuestras naciones originarias, se vienen las palabras de las y los ancestros de las y los sabios, que llaman al retorno a nuestra naturaleza, que llaman al cuidado de nuestros recursos. 

5.

Es necesario adoptar medidas para contener la pandemia, lo que ahora resulta particularmente evidente es la incapacidad de los gobiernos de derecha para responder adecuadamente al frente de la situación. Desafortunadamente, esto no significa que se despidan en el futuro. Los derechistas se están atrincherando en el internet, difundiendo sus teorías de conspiración. Recientemente, por ejemplo, se dijo en los medios de comunicación alemanes que el potencial de ataque de los grupos de derecha podría clasificarse actualmente como muy alto. Y atravesando otros contextos el romanticismo de clases privilegiadas durante la cuarentena, cuando el derecho al trabajo es vulnerado en especial para las clases trabajadora que sobrevive del día a día, donde no se puede garantizar a una gran cantidad de la población pueda quedarse en casa con provisiones suficientes. Por lo tanto, para nosotrxs, que seguimos creyendo en una sociedad diferente, es aún más importante observar en detalle la situación, seguir intercambiando opiniones a pesar de la distancia social, no dejar de sentir que somos una comunidad y que en este momento no se trata sólo de la mera supervivencia, sino también de cómo queremos vivir juntxs en el futuro. Para muchos estados, las nuevas medidas serán un medio para lograr el fin de actuar de manera aún más autoritaria, ya sea con la ayuda de la policía, el ejército o el internet.

Es un tiempo de distanciamiento social pero también es un tiempo de acercamiento, es un tiempo de encontrarnos nuevamente con la naturaleza, añorar apreciarla más y buscar maneras de devolverle. Es tiempo que dejemos atrás los sistemas coloniales, Covid-19 como la catastrophe del cambio climático muestran que el capitalismo conjunto con su hermano neoliberalismo: mata, especialmente a las personas ya marginalizadas. Recién el colectivo ‘Acción Indígena’ de los Estados Unidos publicó un manifiesto en contra de la noción de la apocalipsis terminando con estas palabras:

“El colonialismo es una plaga, el capitalismo es una pandemia. Estos sistemas son anti-vida, no se verán obligados a curarse a sí mismos. No permitiremos que estos sistemas enfermos y corruptos se recuperen. Nos extenderemos.

Nosotros somos el antidoto”

(Indigenous Action, 2020).


Seamos todxs esos antidotos que urgentemente necesitamos.

Publicado en: https://www.elcontenedor.org/noticias/2020/4/4/covid-19-y-la-perdida-del-espacio-pblico