El performance “Un violador en tu camino” se adapta a este contexto local nuestro, nos reapropiamos de la letra a fin de visibilizar públicamente la violencia normalizada e impune. Se sale a intervenir el espacio público con la memoria todavía fresca de los acontecimientos acaecidos y que son de conocimiento público. En Tarija surge la pregunta, válida en cualquier caso: ¿perforQUÉ? El performance como acción artística, un hacer e intervenir, un acto vivo y una voluntad de provocación que implica poner en tela de juicio los sentidos comunes y los comportamientos sociales tradicionales. Entonces sí, sí que buscamos llamar la atención. El performance, a diferencia del espectáculo, es multidimensional y nos ofrece posibilidades de actos contestatarios. La convención es precisamente romper las convenciones y motivar a los espectadores que reflexionen en torno al tema pero a la vez que transmite un saber social que se retroalimenta con lxs demás sujetxs presentes. Ahí, en este caso específico, la inmensa riqueza que ha sabido irradiarse en varias localidades y que se constituyó una matriz de encuentros necesarios y urgentes. Posiblemente en una aldea llamada Tarija las intervenciones performáticas de Mujeres Creando en La Paz o Santa Cruz sólo nos cosquillean los ojos de vez en cuando, por tele, de oídas. Sin embargo, la potencia de la performance se hizo sentir en la necesidad de hablar de ello, incluso con lengua afilada, incluso para preguntar por qué diablos las feminazis (?) se estaban apropiando de las calles de “nuestra tranquila ciudad donde esas cosas no hay”. Por ende, el objetivo se cumplió con creces. Digamos que el “la culpa no fue mía, ni donde estaba, ni cómo vestía: El violador eras tú” es el catalizador urgente de muchas historias que tenemos atoradas en algún lugar de la garganta, no sólo las jóvenes, sino también nuestras madres, tías, abuelas. Y si afloran las críticas bestiales que no son más que la etiología patética de un patriarcado en crisis, ¡enhorabuena! Y no porque dejemos de escuchar/leer cuidadosamente las exteriorizaciones de varios machistas escondidos a través de los cuales comprendemos la complejidad de las estructuras vigentes, el desmontaje de un sistema de valores que discursivamente ya no se sostiene: los “me divierte” son prueba de ello. Y eso sólo en las redes sociales porque en la calle queda el estupor de comprobar que esa multitud crece y crece y, lo mejor, crece diversa y de todo tamaño, edad, color y disidencia. Nada más peligroso que mujeres sin miedo que se aúnan con otras que tampoco temen; la que mira desde su ventana, quien no se queda con “el violador eres tú” sintiéndose aludido y amenazado y escucha y reflexiona sobre la letra, quien saca el tema en la mesa familiar para charlarlo y sanamente debatirlo, la niña que quiere acompañar a su mamá a bailar en la calle, la tía que nos sorprende diciendo que también irá…
Entradas relacionadas
-
LEER JUGANDO, UN ACERCAMIENTO INCLUSIVO A LA LECTURA Conversamos con Valeria y Carlo
9 octubre 2025
-
DESDE NUESTRAS CUERPAS DISCAS: SENTIR, PENSAR, DESEAR Y DECIDIR VIVIR NUESTRA SEXUALIDAD Y MATERNIDAD Conversamos con Rosa E. Quiroga
2 octubre 2025
-
COLECTIVA MAMÁS SORORAS DE BOLIVIA Conversamos con Karen Saavedra
2 octubre 2025