LLORAR EN UN LUGAR SEGURO (VOLVIENDO A ESCRIBIR COSITAS DE MAESTRA) Por: Tatiana Paz

Tengo una wawita (lease, estudiante) que llora mucho, cuando se siente mal, cuando se asusta, cuando se lastima. La primera vez (o ¿era la segunda?) que la vi llorar, ella instintivamente alzó los brazos y la recibí. Estaba en medio de una explicación, pero no interrumpí, casi, lo que estaba haciendo: me senté en una silla con la wawa en brazos y pedí ayuda a otras dos wawas para que me sostuvieran los carteles. Nadie se burló, nadie se arrimo a la silla, porque sabían lo que había pasado (una caída accidental), nadie se quejó ni se pusieron a llorar. Seguí explicando y luego tocaba realizar actividad. Noté que ya no lloraba y le pregunté si estaba bien, si quería ir a sentarse o prefería quedarse donde estaba. Respondió «si» y «quedarse».

Seguí con ella en brazos, pero iba explicando las dudas en los diferentes grupos, porque si hay algo que uso muy poco es mi silla de maestra, normalmente me hallaras sentada en las mesas de las wawas o parada en cualquier punto del aula. Mi wawa ya no lloraba pero no la aparté, no le dije que fuera valiente, no le dije nada, hasta que vi que iba interesándose por lo que hacían su compañeros, entonces le pregunte: ¿Ya estas mejor? ¿Quieres trabajar? Ella esta vez dijo que sí, le di un abrazo y fuimos a su grupo, le pedí a sus compañeros que le explicaran lo que estábamos haciendo y se puso a trabajar, en silencio.

Hoy también lloró, pero veo que en general, va comprendiendo que tiene un lugar seguro para estar hasta que se siente mejor, que nadie le va a decir que se calle, que sea valiente, que deje de hacer berrinche. De hecho esta empezando a escuchar, hoy logré que respire conmigo y casi de inmediato se calmó, pero no quería soltarse, así que estuvo abrazada de mi pierna media mañana. Cuando ya se sintió bien fue a realizar sus actividades, de hecho se sintió tan bien que estuvo hablando hasta por los codos, se sintió tan bien que compartió su merienda con todas las niñas y niños de su grupo: nadie habría podido adivinar su mar de lágrimas de más temprano.

A ratos los adultos somos llanto-fóbicos, probablemente solo estamos reflejando nuestras propias inseguridades; concretamente en el caso de esta wawa he visto que cuando llora, la regañan, la distraen o la ignoran… no puedo intervenir en las dinámicas de su casa, pero si puedo brindarle un lugar seguro para estar hasta que se sienta bien: durante el llanto el cerebro libera endorfinas que de hecho pueden ser muy útiles para lidiar con el estrés y conozco que esta wawa ha estado lidiando con mucho estrés por algunas situaciones familiares muy por fuera de su control y comprensión.

Estoy trabajando para tener un aula donde se puedan validar y trabajar todas las emociones; por ahora, esta wawita me ha enseñado que a veces no se necesita una solución inmediata a todos los problemas del mundo, a veces todo lo que necesitas para estar mejor es tener un lugar donde llorar hasta sentirte segura, tu cerebro luego se encarga de lo demás.

 

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