Por: Por Paloma Gutiérrez León
(Colectivo Amuyt’aña)
Somos mujeres y hombres
somos tierra y semilla.
Tierra que piensa y late,
semilla que brota vida.
Somos ciclos ancestrales,
reproducidos y regenerados
Somos lo de antes y lo de ahora.
Somos el devenir y el porvenir.
Somos pueblos dignos
violentados y sojuzgados,
que se saben colonizados
y se reivindican originarios.
Somos gente co-existente
Co-habitantes del cotidiano.
Cotidiano atrincherado
y duramente estratificado.
Somos las que limpiamos sus casas,
las que cuidamos sus wawas,
las que alimentamos sus panzas
y las que recibimos sus migajas.
Somos los que construimos sus casas,
los que atendemos sus plantas,
los que arreglamos sus fallas
y los que limpiamos sus cacas.
Somos las que parimos a sus ahijados,
a sus beneficiarios y patrocinados.
Somos sus objetos de estudio.
su folklore y su orgullo.
Somos sus cifras de pobreza,
su población vulnerable,
sus situaciones de riesgo
y su enriquecimiento.
Somos su misericordia,
su lamento y compasión.
Somos su purgación y su pecado.
su aleluya y su ten-piedad.
Sabemos que pretenden apreciarnos,
educarnos y civilizarnos
Sabemos que nos quieren cómplices,
desgraciados y menoscabados.
Sabemos de su hipocresía y su manoseo.
Sabemos de su racismo y su desprecio.
Sabemos que de nosotros se atrincheraron,
se resguardaron y se ocultaron.
Sabemos que su democracia no es democrática.
Sabemos que su defensa no nos defiende.
Sabemos que su cobardía nos enlutece.
Sabemos que su silencio nos enaltece.
Porque todo eso sabemos
y porque seguimos vivos
¡sabemos que resistimos!
Porque esta tierra es nuestra
y nosotros somos de ella.
Sabemos que volveremos
¡y como millones venceremos!