LA COMUNICACIÓN COMUNITARIA NECESITA DE REDES PARA VIGORIZAR LO LOCAL Por: Mario Rodríguez Ibáñez

Las experiencias de comunicación comunitaria, en su versión de medios emergido en el siglo XX, tienen ya larga data de recorridos. La prensa, las numerosas radios, las radio bocinas, los murales y periódicos de muro, los grafitis, las también existentes TVs y crecientemente las diferentes plataformas digitales de base comunitaria brotan como estrategias de fortalecimiento de las relaciones, los vínculos, las capacidades de pertenencia y organización en los territorios locales.

 

Esa territorialidad y lo comunitario local necesitan ser resignificados desde la compleja territorialidad contemporánea, que además coincide con la manera en que habitaban y habitan los territorios nuestros pueblos indígenas en esta parte del mundo que denominamos Abya Yala. Se trata de una territorialidad multiescalar, flexible, abierta, de continuidades complementarias.

 

Lo local y comunitario no se reduce a lo significado como lo pequeño cerrado, sino que actúa desde lo local en múltiples escalas simultáneamente. Lo local contiene los procesos meso y macro, la globalización y la mundialización que inciden e influyen sobre la vida comunitaria y esos territorios, pero simultáneamente la vida local es la que va componiendo lo que ocurre en escalas mayores. Se trata de múltiples incidencias en doble vía, por eso hay de manera complementaria resistencias y reexistencias, dominaciones y emancipaciones.

 

Los territorios locales y las comunidades que los habitan no son entidades cerradas como guetos, sino son espacios (combinación de lugares y habitantes) flexibles, abiertos, discontinuos y con continuidades complementarias (a veces también conflictivas), con otros territorios y comunidades. Son en ese sentido, tejidos. Por decirlo de alguna manera más nuestra, lo local no es solo el aquisitos de nuestra vida, sino el aquisitos con sus allasitos y sus más allasitos en constante y permanente interrelación.

 

Por ello la comunicación comunitaria solo puede ser comprendida como las voces, las miradas, los decires, los sentires, los cuerpos comunicantes del territorio local y la comunidad que lo habita, pero interconectado, vinculado con sus aquisitos, allasitos y más allasitos. Es más, con sus aquisititos que sería la manera de decir y referir a los encuentros con lo singular de cada persona, con nuestras subjetividades, con nuestro adentro.

 

Así la comunicación comunitaria, resignificada desde más allá de su historia desde el siglo XX, para reencontrarse con sus raíces ancestrales de toda vida, no puede ser sino es tejido multiescalar. Por ello, lo comunitaria, y también en comunicación comunitaria, solo puede ser en redes, en tejido, que vigorizando lo singular de cada localidad, de cada territorio, de cada comunidad, logra incidencias en la vida de las personas, los territorios y en lo meso y macro, por su fuerza articuladora, de trabajo en red, de tejido sostenido.

 

En ese camino se realizó el II Encuentro Latinoamericano de Comunicación Comunitaria, organizado por la Agencia de Noticias de las Favelas (ANF), del 1 al 4 de febrero del 2023 en Río de Janeiro en el hermano país de Brasil.

 

 

Respirando aires renovados de esperanza por la salida del gobierno de extrema derecha en ese país y la inauguración de nuevo ciclo de gobierno, pero fundamentalmente por los aires tercamente dignos de los procesos comunicaciones locales, de las favelas, seguimos tejiendo redes. Gracias por lo compartido y seguimos criando otros mundos posibles.