Lo que sucedió en Chile, el 18 de octubre de 2019, no fue una propuesta cualquiera, ni tuvo una demanda específica. Fue el estallido de un tejido social con profundo malestar del sistema político, económico, social, cultural fruto del neoliberalismo.
La razón especifica del estallido social fue un alza, proporcionalmente pequeña (menos del 4%), del transporte publica que mueven cada día cerca de 4 millones de personas. Y fueron los estudiantes, quienes se manifestaron saltándose los torniquetes del metro de manera masiva, ni siquiera eran ellos los afectados, pues su tarifa no había sido afectada, era la solidaridad de los estudiantes con la lógica de: “Basta”. Y la frase que identifico el estallido social fue: “No son 30 pesos, son 30 años” 30 años del fin de la dictadura, de esa democracia que no fue capaz de romper los enclaves neoliberales, autoritarios, que venían de la dictadura.
Se entendió que había que ir sobre las bases fundacionales de la patria y esas son cambiar de una vez una constitución aprobada de manera fraudulenta el año 1980 cuando estaba Pinochet.
Eso concatena la situación del estallido social con la necesidad de cambiar la constitución y hacerlo a través de una Asamblea Constituyente.
Este 11 de abril Chile elegirá constituyentes para la Convención Constitucional. Conversamos con Darío Quiroga que es parte del programa de análisis político llamado la Cosa Nostra Chile