NO SÓLO PARTERA, TAMBIÉN PSICÓLOGA: ANA CHOQUE LLEVA MÁS DE 40 AÑOS EN ESTE OFICIO

Justo ese día tenía que ir a atender solita el parto. Le he tenido que recibirle (al bebé), he tenido que bañarle. He tenido que bajarle el cordón también. Más bien que las señoras habían tenido preparado sus cosas para amarrarle el cordón, para lavarle al bebé. Todo ya preparadito habían tenido. Ha sido fácil manejar, solamente yo estaba bien nerviosa, era la primera vez que solita he atendido. Estaba súper nerviosa.

¿Era parte de su plan de vida ser partera? O usted soñaba con tener otra profesión.

— En sí, yo no tenía ningún plan. Antes yo vivía, así: al azar más o menos ¿no?. Si (tenía) cosas era porque mi abuela no me hacía faltar nada en la comida, en la vestimenta, nada me hacia faltar. Tampoco yo había ido a la escuela hasta salir bachiller. Hasta quinto básico yo he ido a la escuela.

Entonces, no tenía esa perspectiva de ser una profesional. Así como me daban todo, no había tenido una visión de ser ¿no? Pero pasando el tiempo he tenido que hacer el trabajo de mi abuela.

— ¿Cuál ha sido su mejor experiencia como partera?

— La mejor experiencia es de mi primer parto normal y sin ningún riesgo y mis peores experiencias han sido partos que he atendido con varios riesgos, con fuertes riesgos.

En sus ojos encuentras algo de preocupación. Ana no sólo cuenta desde su experiencia como partera, sino desde su misma vivencia como madre. Recuerda que su abuela fue quien recibió en sus brazos a su primer hijo; pero en el segundo embarazo tuvo algunas complicaciones que, sin embargo, no impidieron que nazca su hija que, al igual que ella, se dedica a la medicina.

— ¿Ana, cómo es que usted realiza el proceso en un parto?

— (El proceso) yo lo he heredado de mi abuela. Solo tocando la vena, puedo encontrar en qué posición está el bebé. Lo veo, a veces le palpo el vientre (a la madre). Entonces ya sé en qué posición está el bebé. Como parteras, nosotras sabemos hacer pomadas calientes. Con esas pomadas sabemos acomodar al bebé, depende de la posición en la que esté.

— Usted también realiza un acompañamiento psicológico. Cuéntenos acerca de eso  y ¿por qué le parece importante realizarlo?

 Nosotras tenemos que actuar como psicólogas porque hay algunas familias que tienen fuertes problemas: a veces la violencia de sus esposos, de la suegra o de los mismos hijos mayores. Esas depresiones que tienen (las embarazadas), en el parto les complica, trae consecuencias.

Nosotras como parteras tenemos que proceder: vamos a su casa, le orientamos en su alimentación, desde que nos avisan de su embarazo, para hacerle su control prenatal. Nosotras vamos y nos cuentan las señoras la situación que está llevando ¿no?.

A veces sufren abortos, fracasos, esas cosas. Viendo eso, nosotras tenemos que preguntarle a la señora su situación: ¿cómo vive? ¿en qué estado está? ¿cómo se está alimentando?. Cosa que no pase nada en su parto, que sea un parto normal.

— Doña Ana ¿Qué es necesario para ser una buena partera?

— Yo tengo mucho deseo de ayudar a mis compañeras parteras y también a jovencitas. Porque en este tiempo están  ya casi desapareciendo las parteras. Ya son bastante mayorcitas. Yo quisiera que aprendan las jóvenes.

A cada partera que tenga o quiera aprender yo le diría que tengan responsabilidad. Porque esto no se trata de cualquier cosa, son vidas humanas. Especialmente cuando se presentan riesgos.

A veces dicen “qué difícil es pues atender parto”, “es bien fácil atender el parto”. Para mí no es fácil, porque es una responsabilidad de dos vidas. Y es una responsabilidad muy grande que podamos aprender a atender partos. Porque muchas veces el niño nace moradito, a veces con complicaciones, ya ahogándose. Entonces hay que saber proceder en esos momentos ¿no? La mamá puede ser que tenga algún riesgo, hinchazón. Puede ser que tenga anemia o que tenga diabetes ¿no?.

 Cada cosa en el proceder del tiempo que haya tenido (la madre),  resulta en el momento de parto. Es para mucha responsabilidad ser partera, para mí.

— Usted es presidenta del Concejo Departamental de Parteras. Dígame ¿cuál es su experiencia como parte de este organismo?

— Bueno, en sí, diría que como (presidenta del) consejo de parteras, es difícil manejar esta situación, porque son mayorcitas ya las parteras. Hay momentos en que ya no hay caso trabajar con ellas. A veces los iniciantes son más activos, ya que quieren hacer cursos de capacitación más que todo para la salud y para que puedan atender estos partos sin riesgos.

¿Qué es lo que Ana Choque siente cuando recibe a un recién nacido?

— Mucha alegría, en primer lugar. Cuando nace sano y llorando, para mí es (de) mucha alegría recibirle a un bebé, atenderlo  y que vaya después (la madre) a hacerle sus vacunas y su control prenatal. Pese a que nosotros también pesamos y medimos la talla ¿no? cuando nace. Es necesario sus vacunas, su atención y hacer el seguimiento del bebé y también de la mamá. Siempre eso estamos instruyéndole que, después del parto, tiene que hacerse ver la mamá y el niño.

— Recién usted me contó que fue a México, a un encuentro latinoamericano de parteras. Cuéntenos ¿cómo fue su experiencia?

— Estaba en México en el mes de Noviembre. Me ha invitado una escuela “Nueve Lunas” de Oaxaca. Ahí estaba con nueve países encontrándome y compartiendo experiencias de cada país y cómo aprenden.

Estaba bonito, ha sido una cosa buena, un compartimiento bueno el saber, de cada país, cómo se atiende (a la paciente), cómo están coordinando con sus Estados también. Ha sido muy bonito participar en ese encuentro. 

Habían pura parteras y tenían mucha experiencia. En otros países están más adelantados y están coordinando con los médicos académicos también. También hay países que, al igual que aquí, no les quieren recibir a veces los médicos a las parteras. Estamos a veces discriminadas las parteras ¿no?, aunque nosotras hacemos también lo que ellos hacen. Pero a veces nos discriminan.

Pero igual hay allá y en otros países las comadronas, por ejemplo, en Guatemala  así se habían sabido llamar y en otros lados: matronas, comadronas. Hemos formado también un concejo a nivel latinoamericano de parteras, donde estamos los nueve países incluidos y creo que va a llevarse en Brasil la próxima reunión.

Entre extranjeras y bolivianas: Ana cuenta que antes eran las mujeres de los sectores populares las que demandaban su servicio. Pero actualmente hasta extranjeras piden que ella sea quien acompañe su parto. Esta mujer, nacida en La Paz, ha viajado con su q’ipi, que es como el maletín del tradicional médico, por toda Bolivia. Incluso fue al extranjero, para acompañar el parto de varias mujeres. Una de sus experiencias es Brasil, país al que fue con todos los gastos pagados, debido a la solicitud de una boliviana que se encontraba a punto de dar a luz. 

Con el awayo en la espalda, con la chuspa colgada en su cuerpo, con ese sombrero que cubre su rostro; Ana sale de su casa para viajar con sus pies donde pronto una mujer se abrazará con unas diminutas manos y besará en el aire el llanto de un ser que Ana pronto tendrá en sus brazos para ser la primera en darle la bienvenida al mundo.

Fuente: https://rutinasdecamaleon.blogspot.com/2019/02/no-solo-partera-tambien-psicologa-ana_25.html