La convivencia y las distintas actividades colectivas que hemos estados realizando durante los últimos años, nos lleva hacia afuera del sistema dominante que se nos impone y hacia dentro de nosotros mismo/as.
Nuestros “Watunakuys” o viajes de aprendizajes a las comunidades, nos han enriquecido y hemos podido recoger estas experiencias de diversas maneras, asumiendo los desafíos y obstáculos que se nos han ido presentando a lo largo del camino, como el de la convivencia, trascender hábitos a los que estamos acostumbrados, entregarnos a cada lugar a cada familia de una manera abierta e incondicional. Ir a entregarnos desaprendiendo para aprender está siendo para muchos de nosotros/as una verdadera transformación, en lugar de llevar soluciones e imponer.
Vivir la chacra dentro y fuera de la ciudad ha estado recobrando la importancia y fuerza que vive en nuestro interior desde siempre. Al vivir estas experiencias tomamos conciencia de que la vida individualista que se nos impone es antinatural y por eso sumamente violenta.
La libertad que nos venden es ficticia. Nos han hecho creer que cuanto más cosas, títulos y fama tengamos a nivel individual, más libre seremos.
Cuando en realidad la libertad viene del reconocer que todos dependemos de todos; la comunidad humana entre si y la comunidad humana depende de las otras comunidades no humanas, recíprocamente.
Esa falta de interconexión es la que nos enajena y nos hace dependientes de una comida vacía e insaciable, de una medicina que nos enferma, de un tiempo que nos esclaviza, de una muerte en vida y de un morir humillante y miserable.
Nuestra naturaleza Andina de constante rebeldía hace que tomemos el camino paralelo o el desvío del actual dominante cada vez con más certeza a cada paso. des-colonizarnos para nosotros/as significa andar por el sendero propio, por el camino de nuestros ancestros y nuestras ancestras, recreandolo.
Muchas son las esferas de nuestras vidas en las que hemos estado resistiendo tanto como liberándonos:
– Apreciando la luz del día nuevo nuestras ocupaciones son criar las wawas, las plantas, las relaciones, la animales… todo y todos con sus propios tiempos; nos estamos liberando de acatar las órdenes del tiempo calculado para ganar hacia el progreso empinado y del tiempo medido que oprime nuestras experiencias. Estamos reencaminándonos por el tiempo cíclico donde no podríamos nunca volver al pasado y donde no existen comunidades retrasadas, en todo caso el “quedarse atrás” seria mantenernos en esa actitud de desarrollo industrial anti-vida.
– Usamos nuestras manos y cariño en la tierra para conseguir alimentos, medicinas, crear objetos útiles para ll`ankar, embellecernos y armonizar. Nos hemos resistido a la dependencia de empleos y trabajos ajenos a nuestro vivir, que sostienen un sistema enfermo y corrompido simplificando nuestras vidas. Nos estamos liberando de la cadena económica y del miedo que la sustenta; el miedo a la escasez.
– Hemos estado resistiendo la escuela con sus paquetes colonizadores y anuladores de las fuentes de conocimiento e inspiración que somos cada cultura y cada uno de nosotros/as. Nos estamos liberando de mandatos universales y de ser domesticados para un sistema uniformado. Colaborándonos, identificando y reconociendo que todo/as somos maestros de muchas habilidades, aprendemos mutuamente y nuestras wawas; creando encuentros, paseos, juegos, teatro, videos, pintura, tejidos, lectura, carpintería, música, cocina, historia, rituales, sanación, etc.
– Integrando cada vez mas todos los aspectos y caras de nuestras vidas estamos aprendiendo a escuchar y entender a los muchos cuerpos que cada uno tenemos. Hemos resistido la imposición de la medicina occidental comercializante, con sus nociones de enfermedad fragmentada. Nos estamos liberando y a nuestras wawas de que comercialicen con nuestra salud y de que intervengan en nuestros desarrollos contaminándonos, como por ejemplo con las vacunas.
– Siguiendo los ciclos naturales de la vida en nuestros lugares, la celebramos y nutrimos con nuestras propias fiestas, rituales, juegos, ofrendas… Nos resistimos a consumir entretenimientos y distracciones que nos niegan y denigran, y sentimos que nos estamos liberando al afirmar lo propio y lo que surge de nosotros/as. Finalmente nos estamos liberando del individualismo des-andando el sistema actual que impide la regeneración de nuestras vidas comunitarias.