Por: Wayna Tambo – Red de la Diversidad
El Museo del Barrio de Villa Dolores (El Alto), se inauguró en septiembre del 2.019, luego de más de tres meses de trabajo con niñas, niños, vecinas, vecinos, caseras y caseros del barrio que junto al equipo de Wayna Tambo – Red de la Diversidad fueron debatiendo su contenido, montando sus historias, recogiendo informaciones y elaborando cada pedacito del mismo. Se trata de un espacio de cultura viva comunitaria que expresa un proceso de retejer convivencias y vínculos, memorias y conversaciones sobre lo que queremos hacer con nuestro barrio.
El museo comienza con unos círculos del tiempo que nos llevan a reconstruir la memoria de nuestro territorio, así reconocemos nuestra ancestralidad, el proceso de desposesión fruto de la invasión colonial y el avance de las haciendas, la manera en que la ciudad de El Alto se fue constituyendo, el nacimiento de Villa Dolores y los hitos principales de nuestras convivencias.
Luego el Museo Vivo recorre por los personajes del barrio, personas de todas las edades, géneros y tiempo de vida en el barrio, que relatan sus historias, que nos cuentan cómo sienten al barrio, que nos cuentan sus sueños y esperanzas en una combinación de fotografías y audios.
Las imágenes nos inundan en una veintena de videos que relatan la vida cotidiana del barrio y nos cuestionan sobre lo que queremos para nuestras convivencias y el territorio. Nos recolocan en el lugar del cuidado compartido, del amparo comunitario, de la seguridad desde el convivir y rehabitar el territorio con sus calles, sus casas, sus canchitas, sus plazas, su feria, su energía y, principalmente, su gente.
El Museo se completa con un espacio para instalar, deconstruir y reinstalar nuestras imágenes del barrio, nuestras propuestas, nuestras maneras de pertenecer a él y de platearnos cómo rehabitarlo constantemente, cómo tejer comunidad y gestionar lo común, así como dialogar poniendo el rostro a los personajes del barrio, esos que cada día nos cruzamos en nuestras calles y espacios compartidos.
Es un Museo Vivo y Comunitario, con niños y niñas como principales criadores del mismo, pero desde ellos retejiendo vínculos, cuidados, comunidad con vecinas, vecinos, caseras, caseros, el equipo de Wayna Tambo y todas las personas que se interpelan y se animan a volver a las conversaciones, los encuentros y los abrazos.
