– Los juzgados y fiscalías además de no tener personal capacitado, están sobrecargadas de casos y para esto se recomienda mayor presupuesto para mejorar la infraestructura, para contratar mucho más personal y personal mucho más calificado. – Hay pocas sentencias en casos de violencia, es decir que todo se queda entramado en la investigación o las mujeres, por la falta de celeridad en la justicia y porque viven una nueva victimización en ese proceso, desisten de acudir a la justicia. Se recomienda con respecto a estas situaciones que se creen juzgados y fiscalías especializados y que se dediquen al tema de violencia exclusivamente.
– Se la misma manera, se recomienda ayuda a estos funcionarios para especializarse, se recomienda presupuesto para su infraestructura así como exigencia a momento de seleccionarlos. De la misma manera, y para que la víctima no sufra un proceso de revictimización, se recomienda que se le pague a una trabajadora social para que con poder prosiga su caso ante estas instancias.
– Así como recomendamos que los fiscales y jueces que atiendan casos de violencia de manera exclusiva, también recomendamos que estos jueces tengan la competencia para atender en estos casos lo correspondiente a materia familiar y lo correspondiente a la materia penal, es decir que además de imponer penas por la comisión de delitos vinculados con la violencia, se le de competencia para atender Asistencia Familiar, Tenencia o Guarda de las(os) hijas(os) y Divorcio en su caso.
Respuestas de fondo frente al sistema
Consideramos que si bien se podrían hacer esfuerzos desde la Ley Nº 348 y las instituciones, no habrá un cambio en la realidad de violencia hacia la mujer si es que no se comienza a desestructurar la ideología patriarcal imperante. La idea será buscar una organización desde las mujeres y hombres que estén indignados, inconformes y comprometidos con la lucha contra el patriarcado y sus instituciones, es decir con la totalidad del sistema. La respuesta al respecto nos la da María Galindo al momento de hablar sobre la creación de un nuevo tejido social desde las mujeres. Sin embargo, como autoras del paper, consideramos que dicho nuevo tejido social debe venir desde todos los seres humanos indignados y comprometidos con la causa. Un tejido social que venga a partir de una indignación y reconocimiento individual de las y los afectadas y afectados. Obviamente teniendo como actora principal a la mujer con su lucha.
El reconocimiento individual debe venir a partir del conocimiento del cuerpo, pasando por cuestionar todas aquellas instituciones que van en contra de una igualdad de oportunidades plena: las bases ideológicas colonizadas y religiosas sobre la familia, la mujer, las jerarquías de poder.
Es cierto que el Estado podría colaborar con ese tipo de concientización, pero la realidad muestra que es todo un proceso histórico que debe ser impulsado desde la misma sociedad en emergencia.
