YA NO LO VAMOS A TEJER, LO VAMOS A QUEMAR Por: Jazmín Quisbert Illanes

Hablando de los morrales (Chuspas, los aguayos) nos pusimos a conversar de los tejidos, de lo simbólico de una hebra que en sí misma no podría ser capaz de sostener los alimentos que sembramos y cosechamos, ni la coca que pijchamos, que varias hebras trenzadas, tezadas, combinadas en su diversidad de colores, para ser más allá que una simple combinación de hilos, sino una representación estética de la pluralidad, es capaz de sostener la vida misma.
Esta representación de los muchos, las muchas, sostenidos somos más fuertes, es una representación siempre expuesta en las luchas, esta idea de sostener la lucha desde el trenzado, el tejido. Pero a veces esa chuspa, ese morral, ese aguayo se deshilacha, sea por el desgaste del peso que cargó por años o por el mismo desuso.
Mientras seguíamos conversando hablamos de estos “huecos del morral” ¿qué es eso que está erosionando la vida misma, la forma en la que nos organizamos y trenzamos? ¿qué es eso que sostenemos de la vida que es una carga pesada? y lo principal ¿Cómo lo remendamos?
Entonces surgieron muchas propuestas de remendar este morral, esta chuspa, este aguayo, el volver a tejer, de seguir sosteniendo a pesar de los huecos… entre esos diálogos y compartires se mencionó que quizá no es tan practico retejerlo, que cuando algo ya esta tan desgastado, que ya sostuvo mucho, es necesario quemarlo y tejer uno nuevo, no mejor, solo un poco más fuerte, habrá hilos y colores que quizá ya no combinen, que ya no sintonicen, recordar las cargas pesadas y quizá unir más hebras o quizá decidir no sostener más esa carga, sembrar otras semillas, porque como escuche a una hermana “somos tierra fértil” cosas nuevas podemos sembrar, criar y cosechar.
Las construcciones son todo un proceso, las deconstrucciones, el deshilado, el quemado es también un proceso, muchas veces difícil, es asumir ese fin, esa carga que ya no queremos sostener, pero que no quiera decir que no dejamos un pedazo de vida en él.

La fotografía de portada es de la CooperativA Visual