Queridos lectores, comparto nuevamente con ustedes éstos tres poemas, en los cuales hago manifiesta mi protesta contra la guerra y los abusos “socapados” por la iglesia católica
Imagen: autor desconocido
Desesperanza
Los ojos agotados
Glorifican el óbito
Embellecidas están las estrellas
El necrópolis extiende sus tierras
Lápidas abiertas cuál manos de virgen
Resonando cubre mi oído la marcha fúnebre
Profano los templos glorificados
Mutilando las alas de los ángeles caídos
El silencio haciendo eco en las paredes bañadas de humedad
Filas de pañuelos blancos
Batiendo en el viento
Fulgores eternos de los latidos cortantes
Las vírgenes concibiendo su pecado
Pabellón de lágrimas tendiendo en la neblina
Féretro de cartón
Equilibrista en la pena.
Virginia
En este poema quise reflejar mi punto de vista hacia la muerte, el sentimiento de nuestros últimos minutos, minutos antes de ser devueltos a la tierra.
Imagen: autor desconocido
Cena crucificada
Alzad vuestras copas y tomad
Bebed de la sangre hecha vino
Comed,
podéis degustar del cuerpo hecho pan
Llorad,
suplicad
y desfalleced
Ante las estatuillas de cera
Que con el calor de mis versos
Se derriten cayendo lentamente.
Ser omnipresente,
adorado en un solo lugar
Santificador de fiestas,
instrumento de alabanzas
«Temerás al señor
a quien llamamos nuestro Dios»
Desvestid a la virgen
oh! Virgen
Llorad agua bendita,
lavad sus pies con fervor
Reuníos
!Reúnanse oh santos!
Levantaos
!LEVANTARSE OH MÁRTIRES!
Suplicad piedad bendecida
Levantad vuestras manos hacia el sol
Abrid las heridas del mesías
Clavad su juventud,
romped su bondad
Humanidad marginada
Entrada dada a los fieles
Que regalan sus pieles
Desgarrados cómo papeles
Alejados de la humedad del infierno
El Averno,
Taberna de bárbaros
Cuánto descaro!
Predican con el corazón en la mano
Al caer la noche,
Rasga sus vestiduras un clérigo
Despellejando el candor
Infanto- Maternal
Cuánto descaro!
Fieles crispan sus puños
Maldiciendo sus batallas vencidas
Sometida queda la ignorancia
Cuánto descaro!
Virginia
En este poema se puede ver reflejada mi protesta hacia la pedofilia, repugnante abuso que durante siglos han vivido los infantes (y otros) (y otras), dentro de la iglesia católica
Imagen: autor desconocido
LA ESPERADA LLEGADA
Mis lágrimas bañarán tus pies
Mi manto cubrirá tu fría piel
Tu sangre mancha mis ropas
El silencio murmura tus plegarias
La distancia de las balas te callaron
Banderas blancas cuelgan de tus manos
Los gritos me hacen comprender
Es fácil taparme los ojos para no percibir tu realidad
Arrodillados piden parar
La neblina te comienza a llevar
No mereces cargar esas armas
Tu voz de porcelana no fue hecha para Gritar
Discretamente las lágrimas de las madres caen empapando sus (manchadas) mejillas
Ya no lloren PEQUEÑOS, el dolor se irá
Toma mi mano, tengamos fe, todo cambiará
Los colores pintarán tus ojos
Tus manos jugarán con las mías
Pronto Tu Dios vendrá
Corramos por los pastizales
Clavando los vidrios en nuestros pies
Arráncame la piel y hazte un manto
Pronto Tu Dios vendrá…
Virginia
En este último poema vuelvo a reflejar mi desacuerdo con la guerra, el uso de armas y el sacrificio innecesario de vidas inocentes