CUERPOS EN ESCENA EN LA ESCUELITA DEL VIVIR BIEN DE WAYNA TAMBO Por: Mario Rodríguez Ibáñez

Los cuerpos, nuestros cuerpos, condensan nuestras vidas y sus historias; nuestras frustraciones, las discriminaciones y dominaciones, las emancipaciones y dignidades. Nuestros cuerpos son territorios, son parte del territorio mayor, son campo de nuestra soberanía. Son cuerpos en relaciones, que se vinculan, que tejen, que se encuentran, que se hacen comunidad.

En la Escuelita del Vivir Bien se trabaja desde y con los cuerpos. Cuando hacemos matemáticas o lenguaje, cuando reconocemos nuestra memoria y el territorio en el que habitamos, cuando salimos a conversar con las caseras de la feria y rehabitamos la plaza con alguna actividad, cuando narramos historias y escuchamos otras, cuando trabajamos lo neuronal, lo motriz, la expresión. Por eso hagamos lo que hagamos, eso se materializa en los cuerpos en relación de las niñas y niños de la Escuelita del Vivir Bien. Y por ello, cuando hacemos las presentaciones en escena de esos trabajos, no ponemos en evidencia solo productos, sino procesos de soberanía que se van criando en esos cuerpos en comunidad.

 

Estas pequeñas muestras de esos procesos generados con niñas y niños, de manera participativa, en las que se van expresando y diciendo los cuerpos, lecturas de la realidad, posicionamientos, maneras de hacerse personas constantemente.

La Escuelita del Vivir Bien es un trabajo que desarrolla Wayna Tambo en la zona de Villa Dolores de El Alto con las hijas e hijos de las caseras y caseros que ocupan la feria de la zona, así como otras de la vecindad y de otros barrios de El Alto. Funciona tres tardes por semana y trabaja cuerpos, musicalidad, procesos pedagógicos complementarios a la escolaridad, alimentación, convivencias y relaciones con el territorio a través de proyectos.

La Escuelita tiene varios años de gestación a través de talleres en la calle de Wayna Tambo, en plena feria, pero se terminó de constituir en su forma actual como respuesta al escenario de las cuarentenas ante la emergencia sanitaria. Cumplimos dos años de pleno funcionamiento y seguimos criando, con cariño, con compromisos, con un convivir más digno que se expresan en los cuerpos.