ALIMENTOS DESDE Y PARA LA VIDA, EN PERSISTENCIA Y RESISTENCIA Cuaderno de Conversaciones #7

Desde la Comunidad de Saberes y Aprendizajes, como Red de la Diversidad, nos propusimos dialogar con personas amigas cercanas que están involucradas de una u otra manera con la producción, transformación y circulación de alimentos; para que desde su experiencia nos den a conocer sus propuestas alternativas al sistema alimentario vigente; que día a día profundiza la noción que nuestra alimentación se constituya, como mercancía, en una fuente privilegiada de acumulación capitalista a partir del agro negocio, sin importarle que la misma traiga aparejada la degradación ambiental, diversas enfermedades para los consumidores de estos alimentos, condiciones de afectación social y sanitarias para las personas cercanas a las áreas de producción, etc., en fin estamos llegando a observar como este sistema agroindustrial acarrea consigo un reguero de muerte; por ello queremos compartir con ustedes prácticas de vida que encarnan miradas sobre la crianza de los alimentos desde y para la vida, basadas por una parte en su ancestralidad y ritualidad, pero también se asientan fuertemente en su observancia y reflexión práctica cotidiana con los alimentos, ofertando alternativas alimenticias de tenaz resistencia al “alimento/mercancía”.

 PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS

Los procesos de producción de alimentos históricamente se articulan en un sistema de relaciones reciprocas y complementarias que se establecen entre el ámbito natural y el ámbito social. El ámbito natural delimita las condiciones físicas donde se desarrollará la vida, asociadas por una parte al clima en sus componentes de temperatura, régimen de lluvias, insolación, régimen de vientos y por otra la fisiografía en sus componentes de altura sobre el nivel del mar, topografía, características del suelo; el conjunto de estos componentes naturales instaura las características y diversidad biológica que se desarrolla en este entorno. El ámbito social construye la comprensión de sus relaciones con la naturaleza, imprime la intencionalidad de uso de los bienes naturales, desarrolla mecanismos tecnológicos para alcanzar su intencionalidad, establece las formas organizativas necesarias para que funcione el proceso de producción.

 SISTEMAS DE PRODUCCIÓN

Para ir profundizando en estos temas es necesario conversar sobre estos tres tipos de Producción:

 

  1. Agricultura Tradicional

La agricultura tradicional generalmente está asociada a una temporalidad cíclica climática, en el que se generan dos tipos de cultivos: Unos son a riego y otros atemporal es decir sujetos al régimen de lluvias natural. Pero el desarrollo de los cultivos también está en función al clima, en este caso en nuestro país los cultivos están ligados a la ocurrencia del tiempo frio y del tiempo cálido, por ello la agricultura tradicional toma en cuenta tres aspectos fundamentales: los ciclos de temperatura, los ciclos de provisión de agua y la ubicación geográfica, es decir no pueden sembrar en cualquier momento, sino que están regidos por el ciclo natural climático; respondiendo a ello las distintas sociedades que habitaron este territorio desarrollaron una serie de adaptaciones de las especies vegetales cultivadas a las condiciones climáticas en las que se encuentra su contexto y se desarrolla la vida, este proceso de adaptaciones les llevo miles de años.

Para ello toman en cuenta, por una parte, las semillas, es decir utilizan una gran diversidad de ellas, que corresponden a las condiciones climáticas; esta diversidad genética de especies (se ha encontrado y habla de cientos de variedades de maíz, decenas de especies y variedades de tubérculos, decenas de variedades de quinua, etc., adaptadas a diversas condiciones temporales). Cabe mencionar también que la agricultura tradicional está dedicada fundamentalmente hacia el consumo para la sobrevivencia, entonces tiene y genera una diversidad de cultivos, donde la provisión y manejo de las semillas  se da a través del intercambio, estas adaptaciones siempre se han realizado entre los pueblos por medios de los intercambios, para ir viendo que semillas se pueden utilizar y van cambiando, seleccionando a su vez cuales semillas se adaptan al régimen y  ciclo  bioclimático del contexto y territorios que habitan, es muy interesante el desarrollo de la agricultura tradicional en ese manejo de la simiente y la diversidad biológica que existe.

Por otra parte, el manejo de la fertilidad del suelo, donde las mismas son superficies relativamente de medianas a pequeñas, se han desarrollado al menos tres formas de manejos: 1) El incorporar un tipo de abono, generalmente del tipo animal o vegetal, que pretende restituir la fertilidad que va perdiendo gradualmente la tierra.  2) El manejo de la rotación, como se utilizan diversidad de especies de semillas, también rotan los cultivos, es decir en una determinada superficie se van cultivando una temporada una especie siendo reemplazada por otra en la siguiente temporada.  3) El descanso, muchas veces dejan descansar el terreno para que recupere la fertilidad. Todas estas estrategias de la agricultura tradicional tienen como función principal la provisión de alimentos para el autoconsumo, pero también la generación de excedentes para intercambiar con otras regiones, otros productores, otras zonas, para complementar su alimentación y diversificar su alimentación y en este último tiempo para la venta.

En base a este primer acercamiento a la manera de producción tradicional, planteamos las siguientes cuestionantes que trataremos de responder en los siguientes párrafos, porque nos reafirmamos en “El aprender a criarnos con la tierra, cuidar las semillas y especies nativas, es también una forma de criar vida”:

1.- ¿Como vemos las formas actuales de agricultura en el país? Monocultivos, maquinarias, uso de agroquímicos… ¿Existe algún beneficio de cultivar la tierra de esta forma?

2.- ¿Se conservan aún los ciclos del agua y rotación de tierras en la producción actual? Hablemos de comunidades, ¿Por qué es importante respetar estos los ciclos de producción?

3.-¿Existen experiencias esperanzadoras de producción actual, comunidades que garantizan la reproducción de la vida? ¿Conocemos de Comunidades que tejen redes de cuidado y amparo colectivo a través del trabajo y crianza con la tierra?

  1. Producción en Monocultivo

Cuando hablamos de monocultivos nos referimos a una gran superficie de terreno destinada a producir una sola especie cultivada, que generalmente en nuestro país, en su mayoría se da en los territorios del oriente, las llanuras y tierras bajas de Bolivia; hablamos de Santa Cruz, el Chaco Boliviano, llanuras de Beni, etc.

En los últimos 30 o 40 años, este tipo de cultivo se ha incrementado; mismos que en su mayoría están asociados a la producción de carne y granos de consumo masivo, hablamos de la soya y el maíz, que están integrados a la producción de carne y a la producción de aceite de oleaginosas; también se destinan grandes superficies al monocultivo de arroz y trigo. Todos estos monocultivos se han extendido de gran manera, afectando a la producción local de otras especies.

La agricultura en monocultivo, que se ha venido practicando con desbosque y quema, nos ha llevado a la crisis de  estos ecosistemas de bosque, porque imaginemos que, sobre todo en ecosistemas tropicales hablamos de más de 200 especies de seres vivos por hectárea, y cuando nosotras(os) instalamos un monocultivo, sea este de soya, arroz, cítricos, cacao, banano y otros más, entonces la simplificamos, una simplificación de más de 200 especies de formas de vida a una sola especie, cuando esto acontece se produce una forma de mutilación de un organismo vivo, lo cual va a producir un ciclo de agonía con el pasar de los años. Primero que bloqueamos todo lo que es el flujo de energía, le arrebatamos toda su dinámica como organismo vivo, queremos estatizar un sistema, cosa que la naturaleza no deja y rechaza; entonces produce una perdida y agotamiento de fertilidad de los suelos, que provoca una reacción de la naturaleza mediante sus mecanismos de autorregulación, mal llamados plagas y malezas; entonces frente a esta situación surgen estrategias del ser humano, una de las cuales, frente a la pérdida de fertilidad de los suelos o agonía del mismo, es el uso de fertilizantes, cuando los suelos han perdido toda la materia orgánica los mismos se compactan y condicionan el uso de tractores  para poder ablandar esos suelos, originando se activen los mecanismos de autorregulación de la naturaleza, sean estos hongos,  algunos insectos, algunas bacterias que van a enfermar los cultivos, propiciando el uso de plaguicidas e insecticidas; entonces como parte de este paquete es que aparecen los cultivos transgénicos, que incluye un kit de fertilizantes, plaguicidas, etc., que permiten seguir cultivando aun en condiciones de crisis.

Otra de las grandes consecuencias de este tipo de cultivo, es la deforestación continua de enormes áreas boscosas, cada vez más creciente que pretende eliminar el bosque para incrementar su producción, cuyo mecanismo de desbosque es la quema que afecta a todo el ecosistema del lugar.

Por otra parte, esta forma de producción está relacionada a  una alta tecnificación, que  significa uso de maquinaria, el uso de semillas adaptadas a estas condiciones de alto rendimiento que en la actualidad tiende al uso de lo que conocemos como semillas transgénicas y al uso de pesticidas, entonces como son empleadas en grandes extensiones de territorio, obviamente causan una gran afectación dentro el área de la tierra y contexto poblacional cada vez más creciente; sin embargo esto está relacionado con el aspecto de crecimiento de la demanda urbana de alimentos, es decir, esta demanda de alimento, ligadas al crecimiento de las grandes ciudades, ha generado el incremento de los consumos de productos “Es grande la cantidad de personas que debemos alimentar” y esta gente siempre esta con el asunto de la premura del tiempo, es decir “No tiene tiempo”, por lo cual han adaptado su alimentación a lo que conocemos como “Comida rápida”, misma que generalmente está asociada  al consumo de carne: pollo, cerdo, vaca, especialmente la carne de pollo que se cocina rápido, consumo de arroz, aceite para las frituras, azúcar .

El crecimiento de los monocultivos está asociado al crecimiento urbano y al tipo de consumo alimenticio que es masivo en estos puntos de concentración; por lo tanto, existe una interrelación entre nuestros consumos y también la afectación que se produce a través de los sistemas de producción.

c)   La Producción Familiar y la Comunidad

Las diferentes unidades de producción que se van desarrollando, cuya caracterización fundamental está basada respondiendo a la ubicación en la que se encuentra, es decir cuánta separación existe entre la producción individual, la comunitaria o la relación comunal.

Mientras dichas unidades se encuentran más próximas a los centros de consumo, a las que conocemos como ciudades, las articulaciones existentes en relación a la economía de mercado, hacen que la producción esté en función a esas necesidades, entonces el mecanismo de desarrollo comunal, está más diluido; contrario a lo que sucede cuando las unidades familiares se encuentran más alejadas de dichos centros de consumo, donde las nociones de comunidad son más fuertes y se evidencian en las prácticas, que en la unidad de producción, las mismas pueden ser individuales o colectivas, por el asunto de interdependencia que existe entre las unidades familiares  que integran una comunidad; en resumen: Las unidades familiares que se encuentran más próximas a los centros de consumo tienden a resolver sus necesidades de forma individual al interior de la familia, pero existen también en sí las prácticas colectivas que se van diluyendo con el transcurrir del tiempo; mientras que cuando las unidades de producción o comunidades están más lejos de los centros de consumo, las prácticas colectivas y comunitarias  están mucho más fuertes y vigentes, estos factores otorgan las características, formas y orientaciones de producción.

Las unidades próximas a los centros de consumo tienden a especializarse en función a la demanda existente, porque también sus necesidades generadas por la forma de vida, que allí se desarrolla, se ven incrementadas y se ven presionados a cubrir esas nuevas “necesidades”, razones por las que necesitan generar dinero, lo cual les condiciona a articularse a una economía de circulación monetaria, entonces sus productos los orienta hacia la venta. Prácticamente la producción alrededor de las ciudades está en función a esa demanda, entonces muchos de los conocimientos  que se tienen se van olvidando; mientras que en las comunidades que están más alejadas de los centros poblados tienden a destinar gran parte de su producción para el autoconsumo y también excedentes orientados al mercado, pero continúan teniendo prácticas de agricultura tradicional y ancestral, también es lógico que se tenga una secuencia de olvidos en las formas de relación en la producción.

En los últimos  10 o 15 años, surgen nuevas tendencias, tanto de externos generados por las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), quienes han contribuido para poner otra vez en vigencia la producción y consumo de alimentos orgánicos, pero también asumieron esta tarea muchas unidades familiares; estas nuevas tendencias tienden a recuperar prácticas más  armónicas con la vida y el medioambiente, que se contraponen a esa lógica de generar altos rendimientos a costa de la sobreexplotación de la tierra.

Una de estas experiencias promovidas en el Norte Paceño, nos comparte lo siguiente:

Restaurar los ecosistemas vivos y organismos productivos, copiando lo que hace la naturaleza, que trabaja con una amplia diversidad de especies, en este proceso de trabajo con una alta variedad de especies, varias de estas van cumpliendo sus ciclos de vida, en cada etapa cuando van cumpliendo sus ciclos de vida, automáticamente todas las especies trabajan creando vida, entonces se recuperan la fertilidad de los suelos, se vuelve a dinamizar la actividad biológica, se activa el flujo de energía en el sistema.

Reconstruir los bosques, bosques productivos y si nos aliamos a los bosques estaríamos resolviendo muchísimos problemas:

  • La cuestión del Cambio Climático.
  • La crisis del Agua.
  • Los agotamientos de Suelo.

Estaríamos restaurando todas estas potencialidades productivas, que se han perdido con la monocultura-monocultivo. Paralelo a la restauración de los Ecosistemas productivos es que ya vamos produciendo alimentos, entonces la tendencia hacia la regeneración de la vida, está permitiendo que se recuperen esos olvidos de conocimiento tradicional.

Después de los anteriores análisis es necesario materializar estos elementos conceptuales, razón por la cual nos remitimos a tres diferentes experiencias, en diferentes contextos.

COSMOVISIONES Y RITUALIDADES

El Tata Julián Chambi, es un productor ecológico del pueblo indígena originario de Pisili perteneciente a la Nación Yampara, situado en el Municipio de Tarabuco del Departamento de Chuquisaca y con él viene cargada gran parte de la sabiduría ancestral que ha logrado pervivir hasta nuestros días a través de la transmisión oral de generación en generación, y él parte de la siguiente afirmación, dice: “nosotros los originarios vemos a la naturaleza como un ser vivo, las plantas son como nosotros, son como mis hermanas, no las miramos como un objeto para comer, para vender, que hay que tener, no, las plantas tienen la misma sensibilidad que nosotros que tiene dolor, frio, etc. y nosotros tenemos que cuidarlas, tenemos que protegerlas, pero también tenemos que festejarlas, por ejemplo aquí en el tiempo de la cosecha todas las comunidades hacen lo que llamamos Pukaras, ahí ponemos todos nuestros productos, tubérculos, granos, chicha, panes, toras, carne, todo lo que da, todo lo que produce, y bailamos, nos alegramos, estamos festejando a los productos pero también estamos agradeciendo a la Pachamama, a la tierra”; estas afirmaciones nos muestran la forma relacional que establecen los humanos con la naturaleza, pero esta concepción, este conocimiento  proviene, a decir de Tata Julián: “lo que más me ha motivado el recuperar los conocimientos ancestrales es, como nuestros abuelos leían la naturaleza, pacha qhaway decían ellos, observaban atentamente todos los fenómenos naturales e identificaban las señales o signos que tenían o se mostraban para la ocurrencia de estos fenómenos, así por ejemplo observar la características de las piedras en una determinado lugar y fecha permite estimar si el año será lluvioso o seco y realizar distintos ritos sean para llamar a la lluvia o para protegernos de granizadas, todas estas ritualidades las hacían con mucha fe y esto tiene que ver también con la conexión que ellos tenían con la naturaleza” ; percepciones similares referidas a la concepción relacional con la naturaleza nos dio a conocer Teresa Alem, investigadora …., quien dice: “Una de las cosas que más me ha tocado es como a partir de la relación con la tierra y todo lo que da la tierra los seres que habitamos junto con ella, podemos sentirnos parte, cómplices y aprender a servir lo que realmente necesitamos compartir tanto lo que sembramos, lo que comemos, lo que respiramos, ese todo que a veces es un poco difícil de explicar, se hace parte en nuestros cuerpos y no son solamente cuerpos humanos, lo más bello es poder desprendernos de esa centralidad humana y empezar a sentir que el aroma de una flor te puede alimentar tanto como un asado digamos, y ver como la naturaleza te va dando cosas de acuerdo a lo que necesitamos según el momento que vivimos, así en lo descriptivo vemos como los pájaros comen ciertos frutos y luego dejan sus semillas ya maceradas que nacen y se desarrollan con las lluvias de verano, estas florecen a inicios de invierno las cuales nosotros las recogemos y las ingerimos para protegernos de los resfríos, porque conocemos de sus cualidades de regulación de temperatura corporal, como también expectorantes, entonces es ese conjunto de relacionamiento permanente con la vida y con el espacio en el que habitamos es el que hace que nosotros seamos parte sana de este universo”, pero estas concepciones relacionales con la naturaleza se extienden también al espacio de la ritualidad y Teresa nos comparte: “lo que yo he observado y siento profundamente es que esas acciones diferenciadoras entre hombres y mujeres, que cada uno tiene alrededor de lo que se convive son acciones de cuidado y de complementación de energías, así en la cosecha de la papa en terrenos con cierta pendiente, cuando convocan a las jovencitas a que resbalen por el terreno después de que se ha cosechado y le puedan devolver la fertilidad a la tierra, me parece fascinante esa relación joven, totalmente vigorosa, que después que le has sacado todos los frutos a la tierra, devolverle la fertilidad desde la vida de las jóvenes, son diferentes formas de jugar entre comunidad, entre compartir, es ese mismo tipo de relación cuando se siembra, donde es la mujer la que pone la semilla para que sea realmente fértil y la tierra la acoge como en su vientre, cuando esto ya se cambia a la mecanización, es algo como que pierdes la relación, es totalmente diferente tocar y poner y saber la intencionalidad final en la que estas concentrada en ese momento, que venga el tractor y te lo ponga, donde se pierde esa forma relacional” . 

RECUPERACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTOS

Tata Julián es un productor que ha asumido desarrollar un sistema de producción agroecológico basada en la implementación de parcelas de policultivo con especies tradicionales de la zona alto andina donde vive con semillas locales, es impulsor de la organización de productores ecológicos del Departamento de Chuquisaca, organización se encuentra en franco desarrollo con ampliación de influencia en distintos municipios del Departamento. Ahora el Tata Julián se encuentra empeñado en recuperar las variedades tradicionales de papa que se han ido perdiendo y nos dice: “primer paso que estamos haciendo es el rescate, registro y catalogación de papas nativas y como segundo paso vamos hacer es el mejoramiento genético, nuestros padres dicen que las semillas ya no producen porque están cansadas, tienen razón pero no estaban haciendo mejoramiento genético eso se han olvidado aunque nuestros ancestros sabían, por eso había cientos de variedades de papa que se han ido perdiendo, si nosotros nos dejamos de aquí a unos veinte años no va haber papas nativas, todas van a ser externas, estamos a tiempo para recuperar como una fortaleza del lugar nuestras semillas, ahora cada ecotipo o variedad tiene diferentes usos o también pueden tener diferentes formas de resistencia ya sea a la helada, o a la sequía, pero  también por tener diferentes gustos, entonces vamos viendo eso para ir seleccionando, en este momento la mayoría de los productores de la zona cultivan entre 5 a 6 variedades máximo, ahora estamos en rescate de cerca de 20 variedades o ecotipos tradicionales, antiguas que se estaban perdiendo o también que aquí no habían” .

Como indicábamos anteriormente es el medio natural el que condiciona las formas de intervención social dentro de los procesos productivos, nuestro siguiente acercamiento se da con una experiencia que se desarrolla en una zona boscosa subtropical del Departamento de La Paz en comunidades de la Provincia de Nor Yungas, nuestra conversación se dio con tres agrónomos que son técnicos de ECOTOP, pero también son productores, ellos son Fortunato Velásquez, Juan Andrés León y Beatriz Choque. Esta zona si bien era ocupada por distintos pueblos originarios, generalmente con una característica de vida nómada; es a partir de mediados del siglo XX que estos territorios fueron gradualmente ocupados por migraciones humanas provenientes de las zonas altas y de los valles quienes aplicaban el sistema de roza y quema para la habilitación de tierras de cultivo, este sistema es conocido también como “chaqueo” o “desmonte”, pero dadas las características de fragilidad del suelo a la exposición de la lluvia y la insolación ocasiona una rápida degradación en su fertilidad y al cabo de tres o cuatro años reduce drásticamente su producción por lo cual es abandonado y se habilita otro nuevo terreno, generando de esta manera una agricultura de tipo “migrante”.

Esta situación que no sólo se da en Bolivia, sino sucede también en otras regiones boscosas tropicales y subtropicales del mundo, la necesidad de buscar alternativas más sostenibles de producción ha motivado el desarrollo de una tecnología conocida como Agroforestería, que ha decir de Fortunato es “es una forma de agricultura inspirada en la naturaleza y la observación  del funcionamiento de los bosques, descubrir cómo trabaja la naturaleza y como esta crea y recrea la vida hasta producir unos frondosos, vitales y vigorosos, en los sistemas agroforestales tratamos de imitar estos procesos de recreación de la vida a tiempo de producir alimentos y satisfacer nuestras necesidades como seres humanos”, a partir de estas observaciones de los bosques se han establecido los principios para la implementación de los sistemas agroforestales, que están basados en contener la mayor biodiversidad posible es decir muchas especies por unidad de superficie y favorecer una  alta densidad de ocupación del suelo, esto permite que se genere un alto flujo de energía tanto en el medio atmosférico por el incremento de la captación de la energía solar y generación abundante de dióxido de carbono, como también en el medio del suelo pues al estar cubierto y recibir material vegetal para descomposición retiene una mayor cantidad de humedad que favorece el trabajo de los microorganismos que mantienen la fertilidad del suelo, otro principio es el de establecer el proceso de sucesión natural de las especies, que parte de un estrato con especies vegetales de porte bajo, que se va complejizando con la instalación de especies vegetales de porte medio que incrementaran la acumulación energética y transitan al desarrollo de especies vegetales de porte alto, de esta manera se crea un sistema de vida y no un monocultivo, las prácticas culturales que se realizan en este sistema como la poda, el raleo u otras son con el fin de optimizar el funcionamiento del sistema y no la maximización de un cultivo en particular; Juan Andrés nos comenta que a partir de los modelos agroforestales, Ernest Gotsch ha desarrollado el concepto de agricultura sintrópica en base a los procesos de sucesión natural y nos dice: El concepto de la sucesión natural, es el proceso que utiliza la naturaleza para pasar de sistemas simples como un desierto o un lugar que ha tenido un disturbio, un impacto para ir hacia sistemas complejos y de abundancia como los bosques y las selvas, se toma estos principios y se los adapta a la agricultura para que esta cuide todas las expresiones de vida vegetal y de vida en los suelos, es una agricultura basada en procesos no es una agricultura de insumos, y esto la convierte en una práctica que es regenerativa para los ecosistemas, que está adaptada a los diferentes contextos sociales de los campesinos siendo una alternativa económica para diversificar la producción y poder tener un flujo de caja más continuo y más seguro, pues es un sistema también que se presenta más resilente en cuanto a la capacidad de resistir a posibles plagas o enfermedades o el cambio climático” .

La experiencia práctica de este sistema la ha desarrollado Beatriz Choque, en el Municipio de Palos Blancos, zona de Alto Beni en la comunidad de Naranjani, ella nos cuenta: “Yo tenía la idea de hacer una agricultura sin hacer el uso del fuego, me encontré con ECOTOP que trabajaba con estas técnicas de chaqueos sin quema, en mi terreno fui aplicando estas prácticas; para iniciar la instalación de una parcela agroforestal el propósito tiene que ser una producción secuencial, una especie que cumple su ciclo va reemplazando a otra y constantemente se instalan otras, bueno yo tenía un chaco de barbecho no era un bosque primario, primero cortamos la vegetación y paralelamente preparábamos las semillas y los plantines de plátano, cacao, cítricos, papaya, paltos, esquejes de yuca, plantas medicinales y también especies maderables que pensábamos instalar en la parcela, demarcamos el terreno donde van a estar tus plantas principales, luego hoyamos para plantar los plátanos y luego echamos las semillas del frejol, maíz y zapallo al voleo mezcladas, entonces empezamos con la tumba y el picado primero con las especies más delgadas y luego las más gruesas, entonces picamos todo no dejamos que haya ningún espacio de suelo desnudo, una vez terminado el picado recién se plantan los plantines, toda la parcela esta entonces con un colchón de materia orgánica que se va ir descomponiendo, esto garantiza que haya una buen germinación de las semillas y también un buen desarrollo de los plantines, a los 40 días ya recoges los porotos que ha cubierto todo el terreno, pero en medio ya va creciendo el maíz y a los 4 meses ya está para cosechar el maíz que reemplaza al poroto y cubre toda la parcela, a partir de los 7 meses se reemplaza al maíz con la yuca que también  va cubriendo el espacios hasta los 9 meses, en ese tiempo ya los plátanos están grandes y cubren el terreno pero paralelamente se están desarrollando los frutales, en la parcela desarrollan especies de regeneración natural que nos sirven para la poda y se los utiliza como biomasa, otras nos sirve también como sombra para los otros frutales, a este tiempo ya se ha cumplido el primer año, el segundo año ya vamos raleando y continuamos con las podas para el aporte de biomasa, al tercer año ya todas mis especies frutales empezaron a entrar en producción” .

Otra de las experiencias que rescatamos está relacionada al establecimiento de huertos urbanos en barrios Periurbanos del departamento Chuquisaca, Madela Pacheco Alejandro, quien acompañó parte de este proceso nos comparte lo siguiente: Soy Madela, tengo raíces de comunidad, parte de ellas de Poroma el municipio más pobre de Chuquisaca, soy también de Ravelo, zona semi-valle de Potosí y estoy en constante convivencia con la madre tierra, la siembra y la cosecha. Para instalar una huerta, primero debemos: Identificar el Aljibe, donde se hará la cosecha de agua y después el huerto, debemos comenzar construyendo el aljibe para cosechar agua, debido a la escasez de agua que hay en Chuquisaca, también planteamos acciones que nos permitan fortalecer e innovar la actividad que venimos realizando. Una de ellas es el trabajar desde lo que tenemos, con las herramientas que están a nuestro alcance, también reciclamos, por ejemplo hicimos almacigueras en maples de huevo, producimos variedad de hortalizas en un espacio de 6mts * 4mts, producimos de acuerdo a las necesidades de las familias, para alimentar a nuestras familias y al barrio, movilizamos una economía solidaria y sustentable.

FORMAS ORGANIZATIVAS

Los procesos de producción de alimentos conllevan la necesidad de contar en determinados momentos de una mayor cantidad de brazos que los disponibles en la unidad familiar, de allí que se hayan desarrollado distintas formas institucionales de cooperación mutua, pero también mecanismos de complementación para acceder a bienes que no se cuenta en la comunidad, en Bolivia muchas de estas formas han sido desarrolladas en tiempos pre coloniales pero aun hoy perviven funcionalizadas al contexto, así Tata Julián nos comenta: “Lo que más me ha gustado es el principio del Ayni, esta zona se llama Hannan Pisili y nosotros hemos hecho un Ayni, mis sobrinos están aquí, el Valerio, el Gonzalo, nosotros somos varias familias un día podemos terminar cavando un pedazo entre todos nos apoyamos, hoy día para uno, el otro día para el otro, así comiendo juntos, riendo, pijchando, jugando y nos gusta, estamos fortaleciendo nuestro Ayni, nuestra convivencia, buscar el bienestar de cada uno y de todos, lo propio también es con los productos, nosotros producimos para comer y si hay algo mas también compartimos con otros hermanos, hace años dicen que venían del valle con productos de maní, ají, maíz y hacían el trueque siguen vienen pero ya es poco se está disminuyendo y nosotros aquí hacemos el trueque con la papa, con la lisa, con la oca; ahora también tenemos la buena costumbre de la Feria de Tarabuco los domingos donde también ahí hacemos trueque, no es imprescindible el dinero para conseguir cualquier producto, si yo no tengo dinero para comprar verduras entonces yo llevo trigo, cebada y con eso puedo cambiar las hortalizas que quiero, porque los valle nos traen todas las hortalizas, el que tiene producto acepta dinero o producto que tengo”.

Por las continuidades de campo-Ciudad que existen en los Barrios Periurbanos de Chuquisaca, Madela Pacheco nos cuenta: “Trabajamos con el Ayni entre las familias que tenemos huertos urbanos, nos movemos en diferentes espacios y distritos urbanos y rurales.

Hemos creado y vamos criando lazos de amistad, acompañamiento, trueque de alimentos, de especies, intercambio de saberes, un reencuentro entre las personas. La participación de la mujer y el varón, es distinta de acuerdo al contexto vigente; en unos participaba solo varón, en otros solo mujeres. El varón construye, adecua el espacio, adobes, ladrillos de acuerdo a la economía, las mujeres siembran y crían los huertos; la cosecha se hace entre toda la familia y la comercialización en su mayoría es efectuada por mujeres. Cuando sembramos una huerta establecemos sociedades entre la especie propósito y sus acompañantes, estas asociaciones dependen también de la fortaleza de las especies propósito, nos damos cuenta de que la tierra es como una persona, recuperamos nuestra formas antiguas de dialogar con ella, la tierra necesita alimentos y nutrientes, necesita cuidado para que nuestras plantitas no se enfermen, nostrxs tenemos que satisfacer esas necesidades mediante preparados Naturales, por ejemplo: aloe vera, ajo, cebolla y cola de caballo combate pulgones….preparamos también fortalecientes para la producción de hortalizas…la cascara de plátano le da potasio a la tierra…En cada territorio vamos a encontrar plantas medicinales para las personas y para la tierra. Aprendemos e investigamos sobre tecnologías de riego: Riego por goteo, por ejemplo, poner botellas dentro la carpa solar, ha permitido de que se pueda mantener húmeda la carpa. Riego por aspersión han sido construidos a partir de marcadores.

Gracias a estas experiencias se han generado un circuito de distribución y venta, además que ha generado mucho conocimiento, existe la Escuela de Agricultura Urbana en la facultad de Agronomía de la USFXCh, donde las señoras que crían huertos urbanos comparten sus experiencias de trabajo y crianza con la tierra.

Al inicio comprábamos las semillas y las entregábamos a lxs participantes, pero ahora ya existe un trueque de semillas, o venta de las mismas para diversificar su producción, este intercambio y venta se da de productor/a a productor/a. Si compras las semillas de la agropecuaria es carísimo, pero si la misma se hace de productor a productor los costos rebajan considerablemente, tenemos que lograr una independencia y soberanía en cuanto a la producción de semillas.

Es importante establecer los sentidos de hacer huerto en la ciudad con mujeres que tienen raíces comunitarias, generar economía, lo orgánico…permiten que aparezcan los conocimientos ancestrales presentes en esas mujeres desde la conexión con la tierra y el disfrute de lo que producen, lo cual nos lleva a cuestionar al sistema, desde esta experiencia productiva muchos de ellxs han ido a sus comunidades a replantear sus formas y maneras de trabajo con la tierra. Compartimos aprendizajes y hacemos familia entre quienes trabajamos estos huertos”.