Lo ritual es componente de nuestras culturas, nos descentra del eje y nos coloca como parte del todo que se ensambla. Lo ritual está estrechamente vinculado al reencuentro, que a su vez se materializa en fiesta y la fiesta es fiesta por el compartir, el redistribuir y equilibrar. Y en esta fiesta compartimos y reciprocamos con quienes transcendieron y volvieron a ser semilla, porque a ellos y ellas nos debemos, por eso propiciamos el reencuentro.
¿Pero que pasa antes del ritual de reencuentro al que llamamos Todos Santos?
Y es que lo ritual es un proceso que se cría, se amasa de apoco y tiene que madurar. A fines de octubre las calles se impregnan del aroma a pan; el horno público concentra risas, historias y memoria, termina siendo ese espacio del reencuentro y la espera. Una vez más, la semilla, el alimento, la comida articula y propicia encuentros, pero también es el puente que nos puede conectar con lo intangible.
¿Y nuestras wawas?
Las wawas también son parte de este todo, son parte de esa crianza colectiva, de ese amase colectivo de esa espera llena de esperanza, se van contagiando de las historias, risas y memoria; y estando consientes o no, ya se hacen parte de esta crianza de lo ritual.
Compartimos el link del video para que vivas con nosostrxs un poco de lo que vivimos ese día:
