EL MAESTRO ERNESTO CAVOUR EN UN ENCUENTRO DE CHARANGOS Y CHARANGUEROS DEL AÑO 1.995 EN WAYNA TAMBO Por: Wayna Tambo

Nació en 1.940, como se suele decir, cada wawa llega con su pan bajo el brazo, él trajo su “marraqueta” en uno y un charango en el otro. Fue parte del notable grupo musical Los Jairas, fundados de la «Sociedad Boliviana del Charango» en 1.973, iniciador y gestor de ese increíble lugar de la música boliviana y latinoamericana que fue la Peña Naira. Es parte de la Asociación de Inventores de Bolivia A.I.B. dependiente de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia en calidad de socio inventor, principalmente de instrumentos musicales. Gestiona un hermoso museo de instrumentos, en la tradicional calle Jaén de La Paz con una muestra de más de 2.000 piezas de instrumentos prehispánicos, cordófonos, membranófonos, aerófonos, idiófonos, instrumentos del mundo y de nueva creación, muchos de ellos creados por este notable artista polivalente.

Escucharlo interpretando el charango es más que escuchar música, es abrir todos los sentidos para captar esa maravillosa simbiosis entre persona, instrumento y música. Todo se hace uno sin perder cada segmento su singularidad. También es una experiencia de sonrisas y carcajadas, porque Ernesto no pierde su humor de calle, su sátira profunda, su capacidad crítica. Diversión asegurada.

En el año de 1.995, poco después del inicio de las actividades de Wayna Tambo, Omar Callisaya, músico alteño del charango, ya por entonces notable intérprete del instrumento, nos llegó con la propuesta: “hagamos un encuentro de charangueros”. Les respondimos, que sí, pero que lo hagamos también de charangos, porque ellos también se encuentran como toda persona, se abrazan, se agasajan, de discuten también si es necesario.

La idea cuajó rápidamente y el “Encuentro de Charangos y Charangueros” se realizó el 28 de abril de 1.995. Participaron Omar Callisaya, Yuri Callisaya, Adolfo Sanabria, Winner Candia, Iván Salinas, Carlos Heredia, Felipe Mamani y Pedro Quispe, además claro de la presencia fundamental del maestro Ernesto Cavour.

Nuestro pequeño local se abarrotó de gestes, mucha juventud, se rio a carcajadas, se guardó silencio para escuchar esos sonidos maravillosos, se conversó, se preguntó, pero recordando en el tiempo dicho evento, fundamentalmente se abrazó nuestro orgullo ancestral con esa simbiosis de charangueros, charangos, musicalidad, latir del corazón, cuerpos. Hay cosas difíciles para hablar, se trata de sentir, de vivenciar, de compartir…. Y eso hicimos esa noche.

La grabación de dicho evento no es de la mejores en calidad, creo que Ernesto Cavour no tenía un micrófono para la voz, ante el local abarrotado hablaba a voz en cuello, a ratos no se le escucha bien, pero es un documento entrañable que te lo compartimos ahora.

Avance:

 

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Parte 3: