RUTUCHA DE ÑANDEREKO TERRITORIO CULTURAL Por: Red de la Diversidad

El niño bordea los tres años, corretea libremente y luce saludable, tiene el cabello crecido, es el pelo de vientre, la tradición señala que para que se fortalezca ese cabello debe ser recortado, sus padres lo observan y conversan; el padre sentencia ya es tiempo de hacer la rutucha …”  y la madre responde “…habrá que invitar a la comunidad…”

La reproducción biológica está consolidada, son los primeros dos años de vida los más críticos que ponen a prueba al nuevo ser su posibilidad de pervivencia; habiendo pasado la prueba toca al nuevo ser integrarse al proceso de reproducción social y que mejor inicio sino el de ser protagonista de una fiesta de reciprocidad, la rutucha, los comunarios traen consigo animales, herramientas, dinero y un largo tirón de etcéteras, hay que tratar de entregarle todo lo que en un futuro próximo le va “servir” para reproducir su vida y la vida de la comunidad. A cambio de lo que le he “t´hipado”, le he entregado, yo me llevó un “K´holi”, un pedazo de su cabello, porque este trae suerte, una guagua siempre viene con suerte y ese nuevo ser me está prestando esa “suerte” para que sigamos viviendo.

Si bien estos eventos rituales están ligados a nuestra ruralidad, a nuestra ancestralidad; no están para nada alejados, ni pueden ser ajenos a nuestras vivencias urbanas, más aún cuando anclados en nuestra terquedad histórica queremos reconstruir nuestras relaciones de convivencia para comunalizar nuestra reproducción social en las ciudades.

Siendo nuestra esencia de pertenencia el movimiento cultural del cual vivimos social y económicamente, constituyéndose de esta manera en nuestra razón de vida, es válido que tengamos la necesidad de reproducirnos, crecer y perviva ese código genético ideológico que es sustento de la Red de la Diversidad.   En este sentido queremos invitarles a participar de nuestra primera experiencia de RUTUCHA de un colectivo que ha crecido junto a nosotras/nosotros y que promete, al cual muchos de ustedes conocen, estamos hablando del MOVIMIENTO ARTISITICO NERETA, han nacido el 2014 hasta el momento por todas las actividades que ha venido realizando ya está crecidito, podemos decir que, “ya vive nomas”; sin embargo, la reproducción social del movimiento se da con el arraigo que tengamos en el territorio, para esto necesitamos la ayuda de toda la comunidad; en este momento NERETA está levantando con propio esfuerzo la Casa del Territorio Cultural Ñandereko en el Barrio 19 de Marzo – Ciudad de Tarija, en esta fiesta de reciprocidad la comunidad entregara todo lo que “le sirva” para construir, material de construcción, material eléctrico, equipos, dinero y un tirón de etcéteras, a cambio el movimiento cultural del que somos parte tendrá un espacio más donde llegar, difundir, enseñar y aprender todas las artes y saberes culturales que somos portadores.

Así decía la invitación que circuló en el mes de marzo en nuestra Red de la Diversidad en el país y que luego se extendió al tejido de Cultura Viva Comunitaria de Tarija.

La RUTUCHA se realizó el domingo 4 de abril del 2021 en el barrio 19 de marzo, sede de Ñandereko Territorio Cultural.

 

 

La idea nos vino conversando de nuestras estrategias económicas de reciprocidad y redistribución en nuestra Red. Ese ritual comunitario y ancestral que celebra la permanencia de niñas y niños en las comunidades y su integración a la vida social y económica de la misma, ¿era posible criarlo en el marco de organizaciones culturales comunitarias urbanas? Ya habíamos aplicado varias sabidurías de nuestras propias familias a ámbitos más colectivos como el pasanaku, los trueques, los aynis y empezábamos a diseñar estrategias mayores y más atrevidas. En un encuentro nacional de nuestra red nos preguntamos cómo apoyar mejor a los grupos o colectivxs que se integraban a la Red y que necesitaban de equipos, equipamientos y recursos para consolidar su trabajo. Revisamos nuestras “tradiciones” y la rutucha, el ritual del primer corte de cabello, nos pareció el camino del cuál aprender.

Acordamos que los grupos que pasen por la rutucha deben tener un tiempo de vida en nuestra Red, que hayan demostrado que pervivirán en la misma. Que lo que reciban en reciprocidad a su nueva y vital energía compartida, sería “devuelto” en procesos largo de esa su permanencia en la Red.

Después de darle vueltas a la propuesta e ir ajustando mecanismos, conversando con los equipos locales y generando un convencimiento colectivo y comunitario, pasaron un par de años. Sentimos que era el momento y en un encuentro de nuestra Red realizado en Tarija el segundo semestre del año 2.019, decidimos que nuestra primera rutucha grupal sería para el Movimiento Artístico Nereta, sería en el 2.020.

Llegaron las cuarentenas y eso sí, una rutucha no puede ser virtual en ningún caso, necesita del encuentro comunitario. Fuimos esperando pacientemente y en el camino quedó más claro que nuestra primera experiencia colectiva en el tema sería para la casa en construcción de Ñandereko Territorio Cultural, en la zona 19 de marzo de Tarija, también integrante de la Red de la Diversidad y del cual hace parte Nereta.

Nos juntamos, además de la gente de la Red, con presencia de algunas personas, apadrinando la rutucha, del equipo nacional de coordinación procedentes de El Alto y de Inkawara, personas de los otros grupos de la Red en Tarija y de algunos otros colectivos de Cultura Viva Comunitaria de esa ciudad. La gente de Ñandereko nos recibió, la familia donde se construye el espacio también.

Ritualizamos, cortamos trenza hechas de lanas, alguno que otro mechón de cabellos del equipo, entregamos nuestros aportes, bailamos, criamos comunidades. Juntamos desde un gran zapallo, libros, sillas, textiles, un proyector, licuadora, ollas, otros materiales y juntamos una cantidad considerable de dinero en efectivo prendida a la ropa de nuestrxs rutuchadxs. Contamos los aportes, no dejamos que queden ch’ullas y fueron aumentando hasta completarse en par. Lo más importante nos atrevimos a dar el paso y vivenciamos que funciona también para grupos, organizaciones, tejidos. Ya tenemos la siguiente organización que recibirá la rutucha.

¡La fiesta comunitaria continúa!