LA VIGORIZACIÓN DE LA COMUNIDAD: ESTRATEGIAS EDUCATIVAS, COMUNICATIVAS Y CULTURALES (VIDEO LIBRO) Por: Red de la Diversidad

El año 2019 publicamos en Los Muros un capítulo del libro “Comunidades Urbanas: Cuaderno de Conversaciones Nº4”. Se trata del capítulo escrito por Mario Rodríguez Ibáñez, del equipo de Wayna Tambo – Red de la Diversidad, titulado “La Vigorización de la Comunidad: Estrategias Educativas, Comunicativas y Culturales” · Ahora, te compartimos un video con la lectura de ese texto para que lo puedas escuchar y ver, además de usar como veas conveniente si te es útil.

El capítulo del libro comienza así:

Hace ya algunos años, con un equipo de trabajo con el cuál estábamos realizando una investigación sobre la situación de las niñas en la escuela y en la atención del sistema de salud en seis provincias rurales del departamento de La Paz en Bolivia, poblaciones mayoritariamente aymaras, hicimos una encuesta donde se preguntaba, entre otras cosas, sobre qué integrante de su familia necesitaba más atención en salud. Una de las respuestas más reiteradas fue la del “ganado”.

En otra ocasión, con un amigo, andábamos buscando un pedazo de tierra para poder tener un espacio de vida en las orillas de ese maravilloso lago que es el Titikaka. Encontramos la posibilidad en una comunidad llamada Toke Pokuro, en pleno lago mayor, fuera de los circuitos turísticos. Para ello, ya que en la comunidad estaba prohibido el mercado de tierras, una familia nos tuvo que adoptar como parte de ella y así accedimos a cuarta hectárea de terreno. Cuando realizábamos, con nuestras familias incluidas, el ritual de ch’alla  del terreno, apareció un anciano de la comunidad, con toda su sabiduría a cuestas, se aproximó a compartir el ritual con nosotros y nos dijo que el Tata tendría compañía y que esto estaba bien, que debíamos cuidar esa zona y ser respetuosos con él. El Tata es una piedra, mejor dicho, una roca grande, en plena orilla del lago Titikaka, muy próximo al terreno que nos concedieron; un lugar cargado de energía donde se desarrollan algunos rituales tradicionales andinos muy importantes para la regeneración de la comunidad.

Podría seguir con decenas de ejemplos vivenciales, pero lo importante es hacer visible dos elementos claves para comprender la vivencia comunitaria de los pueblos ancestrales de nuestro continente. Por un lado, su carácter relacional que va más allá de los vínculos entre humanos, ampliando sus relaciones con todo aquello que es parte de la regeneración de la vida en común. Por eso el ganado puede ser parte de la familia, que es lo común más próximo; así también una roca ritual y energética también hace parte del común ampliado en un territorio local. Son las múltiples relaciones de convivencia las que van configurando lo común compartido, y van diseñando la gestión de esas relaciones en un territorio determinado. Esas relaciones son relaciones intersubjetivas, configuran maneras de estar, de convivir, de constituir sujetos. Por eso no sólo los humanos y humanas son personas, sino también el ganado, los animales, el lago, las rocas, los vientos. Todos y todas son personas en las culturas ancestrales indígenas, por ello también son sexuados. Sólo en una comunidad ribereña del lago Titikaka identificamos 14 formas de nominar el agua, dependiendo de su forma y estado, como personas masculinas o femeninas, según el caso, pero todas ellas con cargas filiales y de comunidad: mamá (por ejemplo, el gran lago Titikaka es la gran Mama Lago o Jach’a Mamaquta). Así también, según sea río caudaloso, riachuelo, arroyo, lluvia, granizo, garúa, etc., el agua se nomina como tía, tío, suegra, nuera, primo, hermana, etc.

Si el primer elemento de configuración de lo común son las múltiples relaciones que hacen a nuestras convivencias y de las que dependemos para regenerar nuestra vida material, social y afectiva. La segunda es la gestión corresponsable de lo común. Por ello, nos tocaba hacerle compañía al Tata, cuidarlo y mantener una relación de respeto, así también él cumpliría con su parte de cuidado a la comunidad. Es decir, se nos encargaba una tarea importante para la regeneración de la vida equilibrada de la comunidad.

Como punto de partida de la vida en las culturas indígenas está la convivencia, el campo compartido, por ello el sujeto no puede ser comprendido sino desde el estar, y se está en comunidad. Como lo aprendí en la vida diaria de las conversaciones con mis vecinos de niños, lo que es ch’ulla (no par, lo incompleto), no regenera la vida, por ello hay que completarlo, hay que hacer que la unidad básica sea el dos y no el uno (por ello en Bolivia, en las ciudades más andinas, hasta las cervezas se piden de dos en dos y se beben en comunidad). La comunidad está en el centro de la reproducción de la vida y por ello hablamos de estrategias de comunalización que gestionan justamente lo común desde modos de vida capaces de convivir con el mundo contemporáneo moderno y con las lógicas del capital, pero al mismo tiempo que visibilizan y fortalecen otros modos de convivir que incuban y germinan alternativas a lo dominante.

En el presente artículo, de manera muy breve situaré dos condiciones, seis pasos y una conclusión con cuatro movimientos. Todo como trazo de brocha gorda, para comprender la relación entre educación – comunicación – cultura en procesos de vigorización de lo comunitario de manera que se afecten las relaciones de poder.

Si quieres seguir leyendo este texto, completo lo puedes encontrar aquí, en Los Muros, en el siguiente enlace:

https://losmuros.org/910/la-vigorizacion-de-la-comunidad-estrategias-educativas-comunicativas-y-culturales-mario-rodriguez-ibanez/